9 de Octubre de 2007
« Seamos malos con lo de Birmania | Principal | Bajas en Red Liberal »
Bitácora de Daniel Rodríguez Herrera
Lo más triste de la enmienda del PP
En todo este embrollo que denunció Isaac Jiménez, lo más triste está en la frase seleccionada hoy por Addison:
No tiene mucho sentido imponer a los operadores de telefonía la obligación de identificar las tarjetas prepago y no exigir la misma obligación a los servicios de acceso público a Internet. O a todos o a ninguno.Efectivamente, hay que darles la razón: o todos o ninguno. El problema es que un socialista (de todos los partidos) escogería la primera opción y un liberal la segunda.
Comentarios
En estos tiempos de degeneración galopante de la simpática tránsición española, el asunto de las enmiendas fallidas del PP a la LISI tiene ribetes siniestros y muy preocupantes. Quién nos iba a decir que esto podría pasar. Hoy es el décimo octavo aniversario del derribo -que no caída- del Muro de Berlín. Parece que fue ayer cuando todos los grandes medios de comunicación del establishment se ufanaban en poner la transición española como modelo para reformar un régimen autoritario y convertirlo en un Estado de derecho.
¿Fue todo un espejismo? Nótese -aparte de lo que dices, Dani, que suscribo- que, de entrada, la imposición de la identificación de las tarjetas de prepago de los teléfonos móviles se basó en la presunción de que las bombas de los trenes que explotaron en Madrid el 11 de marzo de 2004 se activaron mediante el empleo de las alarmas de los teléfonos móviles con ese tipo de tarjeta¡ Menudo chicharro! ("red herring").¿Quién ha probado eso? Aunque así hubiera sido ¿como se garantiza que los titulares de las tarjetas prepago no van a falsificar su identidad? ¿Nos dan más seguridad los DNIs? ¿No se trata de unos molestos documentos que suelen falsificar todos los que quieren pasar desapercibidos cuando delinquen? Cuando ciertas actividades delictivas parten de las cloacas del Estado toda esta legislación "policiaca" -que no estrictamente policial- pone los pelos de punta.
Y el PP quiere más veneno. ¿Será que quiere morir, como decían los "Chichos"? ¡Si no fuera porque lo prioritario es deshacerse del régimen zapaterista...!
¿Fue todo un espejismo? Nótese -aparte de lo que dices, Dani, que suscribo- que, de entrada, la imposición de la identificación de las tarjetas de prepago de los teléfonos móviles se basó en la presunción de que las bombas de los trenes que explotaron en Madrid el 11 de marzo de 2004 se activaron mediante el empleo de las alarmas de los teléfonos móviles con ese tipo de tarjeta¡ Menudo chicharro! ("red herring").¿Quién ha probado eso? Aunque así hubiera sido ¿como se garantiza que los titulares de las tarjetas prepago no van a falsificar su identidad? ¿Nos dan más seguridad los DNIs? ¿No se trata de unos molestos documentos que suelen falsificar todos los que quieren pasar desapercibidos cuando delinquen? Cuando ciertas actividades delictivas parten de las cloacas del Estado toda esta legislación "policiaca" -que no estrictamente policial- pone los pelos de punta.
Y el PP quiere más veneno. ¿Será que quiere morir, como decían los "Chichos"? ¡Si no fuera porque lo prioritario es deshacerse del régimen zapaterista...!
Ya puestos, ¿por qué no la identificación obligatoria de los usuarios de las cabinas telefónicas? ¿Y de los remitentes de los envíos postales? ¿Y de los usuarios en todos los servicios de transporte público (al fin y al cabo, los terroristas del 11-M iban en Metro, ¿no?)
A veces, hay que exagerar aún más para mostrar lo absurdo de los planteamientos (que no razonamientos)
Y si no, la pulserita de los enfermos de Alzheimer (qué gran invento, ¿verdad?), pues hala, si es tan grande el invento, obligatoria para todos, y un gran centro de control (ejecutado mediante un concurso debidamente licitado y resuleto) que gestione, eso sí, debidamente (quiero decir, quye lo deja a deber, o sea, con cargo a los presupuestos del cada vez más Estado), toda la información de dónde y con quién está cada uno en cada momento, y y confirmar que todo es correcto en las conversaciones mantenidas (esta parte tampoco es tan reciente, y si no, que se lo pregunten a un tal Txiqui Benegas [para los más jóvenes, un predecesor del tal Pepín Blanco -se ve que el puesto está marcado con los diminutivos y la letra B-])
A veces, hay que exagerar aún más para mostrar lo absurdo de los planteamientos (que no razonamientos)
Y si no, la pulserita de los enfermos de Alzheimer (qué gran invento, ¿verdad?), pues hala, si es tan grande el invento, obligatoria para todos, y un gran centro de control (ejecutado mediante un concurso debidamente licitado y resuleto) que gestione, eso sí, debidamente (quiero decir, quye lo deja a deber, o sea, con cargo a los presupuestos del cada vez más Estado), toda la información de dónde y con quién está cada uno en cada momento, y y confirmar que todo es correcto en las conversaciones mantenidas (esta parte tampoco es tan reciente, y si no, que se lo pregunten a un tal Txiqui Benegas [para los más jóvenes, un predecesor del tal Pepín Blanco -se ve que el puesto está marcado con los diminutivos y la letra B-])
No se admiten ya más comentarios.