29 de Junio de 2009

En estas horas me ha quedado claro (dentro de lo poco claro que está todo) que el Supremo nunca ordenó a las Fuerzas Armadas la detención de Zelaya como aseguró Europa Press, sino sólo que impidiera el referéndum ilegal. Esto deja en mucho peor lugar el golpe, que ahora está bien claro que lo ha sido. Tanto Plinio como José Carlos opinaron tomando ese dato como cierto, así que no sé si ahora pensarán lo mismo o no, en todo o en parte.

En resumen, la Corte Suprema parece justificar a posteriori la destitución manu militari, y evidentemente el Congreso también. Pero eso es muy distinto a una orden judicial.

Supongo que estas cosas son más sencillas decirlas desde aquí, porque en Honduras el Congreso ha llegado a afirmar que Zelaya planeaba disolver el parlamento el domingo. Ignoro si el Ejército tenía datos sobre ese particular y por eso actuó. Pero incluso si pusiéramos al margen las consideraciones democráticas, lo que han hecho parece un error, porque tanto el Congreso como el Tribunal Supremo parecían encaminarse hacia este mismo resultado sin intervención militar. Al fin y al cabo, creo que toda persona que sepa leer estará de acuerdo con que el artículo 239 de la Constitución deja claro que Zelaya debía ser depuesto, pero no que fuera esa la tarea del Ejército. Aquí no estamos hablando de "víctimas y verdugos", sino de "verdugos y verdugos", aunque la gravedad de los actos no sea la misma.

Ahora, me hace gracia que Escolar acuse a Aznar de ser muy malo por reclamar "el restablecimiento de la legalidad constitucional y el respeto de la legalidad por todos" cuando Obama ha pedido "a todos los actores sociales y políticos que respeten las normas democráticas, el imperio de la ley y la Carta Democrática de la OEA". Es lógico y coherente pedir que todos respeten la legalidad, que creo sólo podría suceder con la vuelta de Zelaya y la suspensión de toda consulta, aunque creo que estaremos todos de acuerdo que eso no va a pasar. Lo que no lo es coherente es pedir sólo a unos que respeten la legalidad, y que los otros puedan hacer lo que les salga de ahí. O estamos con el Estado de Derecho, o no estamos.

Comprendo que a quienes apoyan a Zapatero el que un presidente del Gobierno viole la Constitución no les parezca un asunto de importancia, pero a otros sí nos parece excepcionalmente grave, aunque no justifique un golpe de estado.

NOTA SOBRE LA NOTA AL MARGEN: Me dice Escolar en los comentarios que no es cierto que no ponga enlaces a Libertad Digital y demás sitios web feos y malos y que ha sido una excepción provocada, parece, por copiar y pegar de lo que había puesto ya en Twitter. Bueno, pues rectifico en todo lo dicho en la "nota al margen" de la entrada anterior.