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29 de Mayo de 2004

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

El peligro de la Calvo

Leo hoy en ABC una inquietante entrevista a la ministra de Kultura, Carmen Calvo, que la edición digital del diario publica sólo en parte y que no tiene desperdicio. No es que a estas alturas de la película nada de lo que diga sorprenda o de más miedo de lo que hasta ahora ha dado, pero si merece comentarse algunas de las majaderías que tarde o temprano nos costarán alguna que otra deducción en la nómina. Y es que, sólo para empezar, no dudo que si se consigue la tan cacareada rebaja del IVA de los productos kulturales, este déficit recaudador no sea corregido con otra imposición sobre actividades con menor imagen pública, algo así como el céntimo sanitario sobre la contaminante gasolina.

Tampoco voy a pararme en todas las medidas tan solidarias con el dinero de los demás que va a realizar, sobre todo en el cine español al que mucho deben o los problemillas surgidos en torno al nombramiento de diferentes cargos culturales; ya se sabe, la pelea entre familias por un cachito de poder. Sin embargo voy a destacar la siguiente pregunta y su respuesta, pues resume muy bien el espíritu proteccionista y manipulador de la izquierda en lo referente a la cultura, y porque no, la educación.

Pregunta: "Respecto a la excepcionalidad cultural, ¿poner cuota a las películas extranjeras es una manera de defender el cine español? ¿No es mejor potenciarlo o incluso ayudar al espectador con medidas como una rebaja de las entradas en las películas españolas para estimular nuestro cine?".

Respuesta: "El concepto de excepcionalidad, como concepto jurídico y político, no existe. Algunos la queremos, porque está en otros ámbitos de la vida. Existe en la salud, que está protegida con un sistema de cobertura público para todos. Existe en la educación, que de cien años para acá ha pasado de ser un privilegio de algunos a una obligación. Ahora le está tocando a la cultura. La mundialización del mercado está poniendo en crisis a muchas culturas pequeñas, medianas y grandes y los ciudadanos se están movilizando. Hasta ahora la cultura era lo que quería el ministro, el alcalde, si sobra dinero... Eso se va a acabar, porque los ciudadanos elevan su nivel de formación y de exigencia. Y no sólo no estoy encerrando la cultura para que no crezca y no se expansione, sino todo lo contrario. Intento protegerla para que exista. ¿Qué será de nosotros, con la potentísima industria sobre la que está montada la cultura norteamericana, si no tomamos medidas para existir? Las medidas de protección no son para privar de libertad, ni para dirigir, ni para controlar. Son para que exista, pueda circular y competir, y pueda hablar".

O sea, que el mercado pone en crisis a las culturas. Es decir, que la decisión libre y sin trabas de los ciudadanos de no usar, consumir o disfrutar de determinados productos culturales es una catástrofe que el Estado debe solucionar, ¿cómo?, dando dinero que quita a estos ciudadanos que no quieren gastárselo en semejantes bodrios, u obras de arte, que no dudo que de todo habrá. Y luego dice que la excepcionalidad cultural, es decir la intervención no sirve para privar de libertad, ni para dirigir, ni para controlar, sólo para que pueda competir y hablar. Pues que me explique lentamente la insigne ministra como es posible que si me quita dinero de la nómina y se lo da a otro, no estoy sufriendo un abuso por su parte a la par que no tengo libertad de disfrutar de mi dinero como quiero. La ministra Calvo demuestra como buena progre que su concepción de la cultura es estática, atemporal como una frágil pieza de cerámica que hay que poner en una vitrina para que nadie pueda dañarla. La cultura se adapta, evoluciona, aparece y desaparece, incorpora nuevos elementos y desecha viejos para años después incorporarlos de nuevo a su repertorio. La cultura es algo vivo, cambiente, subjetivo, casi íntimo y nadie debería arrogarse en paladín de su defensa.

No dejo de preguntarme si la falta de cultura en España (no lee el 50% de la población según las últimas encuestas) no se debe fundamentalmente al sistema educacional tan controlado y dirigido que tenemos, en el que favorecemos al torpe y el mediocre frente al virtuoso y al brillante. De momento y en breve, huelga de la enseñanza, si no la desconvocan. Ecuaciones no sabrán pero lo que es reivindicar, tela.

Comentarios

 
Nos guste o no a los artistillas hay que pagarles los favores y los 850 millones de euros para la cultura dan para contentar a infinidad de pesebreros.
Enviado por el día 29 de Mayo de 2004 a las 23:43 (1)
Toda la respuesta es una serie de incoherencias.
Si la gente demanda cultura ,el Ministerio apoyara la industria que la cree y la pagara con el dinero que saque a los contribuyentes.
Antes de que alguien piense si no seria mejor que la gente escogiera de su bolsillo ,invoca al gran satan imperialista americano y cualquier capacidad de critica se disipa.
Enviado por el día 30 de Mayo de 2004 a las 11:31 (2)
Otra cosa,
Pensemos en el Jazz,el Rock&Roll o Mickie Mouse como productos de esa "cultura americana y su potentisima industria".
¿Como es posible que hayan nacido y se hayan hecho mundiales si el Gobierno Americano no los subvenciono?
Y si ,ese entramado Burocratico-industrial que apoya la cultura en Europa,(televisiones publicas,cine nacional,ministerios de cultura etc)no solo no sirve para crear cultura sino que ademas corta de raiz cualquier alternativa.
En cualquier caso ,en politica si que no hay alternativa.El PP y el Psoe opinan que la cultura es un servicio fundamental que deben pagar los ciudadanos y escoger los politicos.
Enviado por el día 30 de Mayo de 2004 a las 11:38 (3)
No con mi dinero.

Aunque lo harán.
Enviado por el día 30 de Mayo de 2004 a las 11:52 (4)
"La mundialización del mercado está poniendo en crisis muchas culturas (...) y los ciudadanos se están movilizando".
Si tanto se están movilizando los ciudadanos, por ejemplo, en España, porque casi nadie ve las películas españolas. Observése la falacia del argumento: viene a decir que el pueblo se moviliza para defender "su" cultura y que el pueblo demanda la defensa de "su" cultura pero resulta que cuando los ciudadnos eligen libremente no van a ver "sus" películas por lo que hay que freir a impuesto al ciudadano para que preserve "su" cultura por la que tanto se ha movilizado.
Enviado por el día 30 de Mayo de 2004 a las 16:42 (5)
A callar y a pagar, que nadie mejor que la ministra sabe lo que nos conviene ver. :?
Enviado por el día 31 de Mayo de 2004 a las 00:21 (6)

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