9 de Septiembre de 2004

Un vistazo apresurado a las noticias de los últimos días me lleva a pensar que ZP ha iniciado una campaña internacional para exportar su política de talante y diálogo al resto del mundo. Incluso si el mundo no quiere, incluso si la realidad le mira incrédula, incluso si los hechos le contradicen un día sí y el otro también. Tras las declaraciones de Miguel Ángel Moratinos, algunas de las cuales comenté hace unos días, Zapatero le tomó la palabra y encomendó a los embajadores "luchar contra la pobreza y la miseria". Estos deberes me sorprenden. Yo pensaba que los embajadores estaban para defender los intereses patrios en el extranjero y que para pobrezas y miserias están las políticas económicas adecuadas, los tratados comerciales y en todo caso ONG's y misiones (aunque en este caso tengo más que serias dudas de su eficacia sino de su oportunidad e incluso de su conveniencia). Sin embargo, hete aquí que ZP da un vuelco a la carrera diplomática: los embajadores se encargarán de ayudar a los nativos y a los españolitos que allí se trasladen que los defienda Estados Unidos.

Dijo nuestro presidente que su deseo es "ejecutar una política exterior sólida y coherente, [...], basada en un amplio consenso". Vive Dios que coherente es, dentro de la coherencia propia del sin gobierno que padecemos. Porque no me parece muy adecuado cargarse de la noche a la mañana la política de confianza y de cercanía que habíamos alcanzado con Estados Unidos aunque esta actitud encaje en esta coherencia destructiva. La promesa hecha a las hordas de manifestantes se podían haber ejecutado de otra manera de forma que todos, o casi todos, hubieran salido contentos salvando los muebles. Supongo que hasta los asesinos tienen una razón 'coherente' para explicar su demencia.

Hoy mismo ZP anima al resto de países a que salgan de Irak para favorecer la terminación del conflicto. Este hombre ni se ha planteado la lectura de las guerras coloniales que cualquier país europeo ha librado. El tema de Irak no es el de una guerra, es el de una rebelión y las rebeliones se solucionan de manera diferente. El estudio de estos casos proporcionaría más experiencia que todo el talante y el diálogo que seamos capaces de exportar. Muy diferente y elogiable es la actitud de Berlusconi en Italia, se puede hablar de todo menos de la salida de las tropas italianas del país, en el secuestro de las dos cooperantes. O Bush o Kerry, cuya política exterior no creo que cambie en líneas generales, tendrán en Italia ese aliado europeo que España no ha sido, un aliado fiable (aunque hablar de eficacia en el tema italiano es otro cantar. Si no fuera por lo trágico de la guerra, Italia sería el país payaso de la 2ªGM y que me perdonen los italianos que lean esto).

Otro hecho significativo es el lugar desde donde ZP ha hecho estas declaraciones, desde Túnez, país que está visitando en la VI Reunión de Alto Nivel Hispanotunecina. Es más que evidente que hemos caído como país referencia para las potencias. Antes, Estados Unidos o Gran Bretaña, consultaban con Madrid. No sé si pedían consejo o sólo informaban, probablemente más lo último que lo primero. Ahora no pintamos nada, sólo a reunirnos con Túnez y compañía. Y no quiero desmerecer al país norteafricano, uno de los menos problemáticos de la zona, desconozco cómo se tratan los Derechos Humanos en sus pueblos y ciudades. ZP ha aprovechado este viaje además para pedir luchar el extremismo con "política y cultura" y de esta manera aislar el integrismo y el extremismo. Resulta evidente que ambos aspectos, pilares del terrorismo, son hijos precisamente de la cultura y de la política. En este caso, de la cultura musulmana y de la política totalitaria de sus monarquías, sultanatos, señoríos o como se quiera que se denominen sus sociedades. De la misma manera que el terrorismo etarra es consecuencia de la cultura irreal que se trasmite en los colegios o desde otros centros "cívicos" a la vez que una política permisiva cuando no alentadora del gobierno vasco. Resultan además, unas declaraciones desafortunadas el mismo día que estalla una bomba en Yacarta provocando al menos ocho muertos.

Pide un orden internacional más justo aunque semejante concepto es una ilusión pues el orden (o caos, según se mire) internacional es consecuencia de multitud de factores algunos de ellos de difícil percepción, otros de difícil alteración que actúan de forma conjunta y que generan situaciones, algunas previsibles, otras deseadas, otras imprevisibles, otras no deseadas. El orden es consecuencia de todos estos factores (y la psicohistoria es muy bonita pero no deja de ser ficción). Debemos aprender de nuestros errores y la experiencia demuestra que dos no dialogan si uno no quiere y que si realmente alguien quiere pelearse, o pones la otra mejilla o te defiendes. Contra el terrorismo hoy sólo sirve la fuerza, mayor o menor. Sólo desde la victoria, el terrorista y el que le apoya se puede arrugar y rebajarse al diálogo aunque no haya seguridad. Se debe pedir incluso exigir que las medidas sean lo más incruentas posibles pero no se debe negar la raealidad ni adaptar los hechos a una bonita visión idealista o ideológica. Y esto se puede extender, en el caso de ZP y del PSOE en general, a una política doméstica de partido.

La ingenuidad, creo haberlo dicho hace poco, se paga muy caro en política internacional donde hay intereses, nunca ideales. Quizá una noticia aparecida hoy en El País ilustra este mi parecer, además de otros males que asolan Oriente Medio. Siria ha confirmado su dominación de Líbano en un desafío a la ONU al reclamarle esta el fin de la "tutela política" que tiene sobre el país. Esto no deja de ser consecuencia de la política de talante y tolerancia que la ONU a lo largo de su historia ha tenido con los estados musulmanes, en la medida que estos se oponían a Occidente. Siria no se irá de Líbano a no ser que alguien le obligue y para ese papel sólo hay dos posibles: o Israel o Estados Unidos y sus aliados más cercanos. Sin embargo, la política de marear la perdiz que siguen las Naciones Unidas hará que sea una labor imposible. Demasiadas tiranías con voto entre sus miembros y demasiadas democracias acobardadas o con oscuros intereses entre sus avalistas. Pero en esto no vale el diálogo ni el talante si no está respaldado por una fuerza adecuada y con voluntad de usarla. Europa ha decidido no usar, ni siquiera tener una fuerza que favorezca sus intereses. Además ha decidido que si su aliado y garante Estados Unidos la usa, aporreará la mesa con un zapato figurado pidiendo paz. El enemigo, sea terrorista o sea nación, toma nota y apunta en el bloc. Cuando se empolle la lección, la pondrá en marcha. Esperemos que no sea una Marcha Verde sobre Ceuta y Melilla y sí es así que estemos preparados, que tengamos los aliados adecuados y que nos gobierne un ejecutivo capaz y realista. Y sí, ya sé, la psicohistoria es muy bonita pero es ficción.