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13 de Noviembre de 2004

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Conspiraciones y otras gaitas

Alguna vez, estimado lector, se ha preguntado porqué es más popular la astrología que la astronomía. Yo también y he intentado razonar algo al respecto, para matar el tiempo en algún transporte público seguramente. Yo lo veo así, si nos interesa la astronomía hemos de saber que la fuerza entre astros es inversamente proporcional la cuadrado de la distancia que los separa, Newton dixit; que la velocidad de la luz no es superior a 300.000 kilómetros por segundo (redondeando); que en un cuerpo que viaja a velocidades cercanas a ella, el tiempo pasa más lento; que la espectroscopia nos ayuda a conocer de qué están hechos los objetos lejanos; que los cuidadosos cálculos que permiten poner un satélite dando vueltas en torno a Io, se consigue con un profundo conocimiento de física, cálculo infinitesimal, álgebra, informática y otras molestas disciplinas científicas y tecnológicas. Todo es demostrable, todo está ahí para que llegue algún mequetrefe y lo eche a la basura con una novedosa teoría que pueda explicar todo lo anterior y algunas cosas nuevas que hasta ahora no se habían conseguido.

Sin embargo, si lo que nos interesa es la astrología, sólo deberemos saber que el Sol entra en Escorpio a la vez que Marte sale de Sagitario por lo que las fuerzas universales se concentran para que: consigamos ese amor que nuca hemos tenido, tengamos ese éxito en los negocios del que nunca hemos disfrutado, tomemos esa decisión política que hasta ahora no tomaríamos o no salgamos de la cama ese día pues el piano que cuelga por encima del portal en las mudanzas del séptimo se desplomará inevitablemente.

Lo primero es muy complicado, requiere echarle muchas horas de estudio, de esfuerzo mental. Lo segundo es más fácil, requiere fe, (pero de la mala), credulidad y cierta vagancia mental propia de una tarde de sábado sin planes nocturnos o de un domingo sin fútbol. Algo parecido pasa con la geopolítica y la teoría conspirativa. La primera requiere conocimientos de economía, política, historia, noticias frescas, noticias pretéritas incluso información confidencial. Todo ello hay que mezclarlo, agitarlo, sacar lo que sobra establecer razones, causas y efectos, eliminar prejuicios y prepararse para lo sorprenderte o lo inevitable o lo habitual.

La teoría conspirativa es otra cosa. Sólo requiere fe (de nuevo de la mala), algo de credulidad, una pizca de prejuicios poco contrastados, un enemigo evidente y poco esfuerzo y por eso tiene tanto éxito como la astrología. No me extraña, a mi me encanta la teoría de la conspiración. En la literatura o en el cine ha dado mucho de sí. Grandes películas han construido su mito con ella como sólo Hitchcock lo sabe. Qué sería de los libros de espionaje sin la conspiración rondando entre renglones. Las películas de 007 sólo serían una bonita película de amor del tipo playboy conoce chica, playboy muestras sus técnicas de seducción, playboy termina con la chica no sin antes pasarse por la piedra a todo el equipo femenino del reparto.

En la teoría conspirativa, un grupo de personas con mucho poder, dueños de grandes corporaciones o de lobbies imposibles se mueven en la sombra controlando incluso el metano que producimos en la intimidad de nuestro retrete, cambiando nuestro comportamiento subrepticiamente. El mundo empresarial, el mundo político, las altas dignidades eclesiásticas sin importar la iglesia o confesión a la que representan, militares sin escrúpulos, son los potenciales enemigos de la humanidad a la que devolverán a la prehistoria en un abrir y cerrar de ojos.

Lo más poderoso que hemos creado los humanos ha sido el Estado. No hay ninguna empresa, ningún empresario que pueda competir con él por muy grande que sea la corporación. Cierto que hay empresas y Empresas y estados y Estados. Es posible que alguna Empresa tenga mucha influencia en un estado y es posible y más común que algún Estado tenga por los cataplines económicos a alguna empresa. Pero son situaciones temporales que algún terremoto o algún soplo de viento se encarga de cambiar. Hoy el estado es fascista, mañana comunista, pasado integrista y en una semana, una democracia, quién sabe lo que será en un mes. La empresa que mandaba ya no manda, lo mismo quiebra y desaparece. La sustituye otra u otras y a seguir viviendo.

La empresa más grande que ha habido nunca en este planeta quizá haya sido la Compañía de las Indias Orientales que llegó a dominar esa amalgama étnico - religiosa que se conoce como India. Pero las guerras coloniales y en especial el Motín de la India terminaron con ella. Realmente el estado, es decir la Corona tomó lo que era suyo y la disolvió. No creo que haya un grupo que tenga por siempre el poder ni controle a todo el mundo siempre, ni los nazis con su Reich de los mil años ni los comunistas con su Muro de Berlín. En algunos casos, incluso el individuo piensa por sí solo.

¿A qué viene este rollo?, pues a que en breve me voy a ver "El Mensajero del Miedo", película de Jonathan Demme cuyo título original es "The manchurian candidate" y que es un remake de otra película de John Frankenheimer con el mismo nombre y que hace poco tuve la suerte de ver y porque ambas hablan de teoría conspirativa y cuando vuelva actualizaré este apunte con mi visión de ambas. Espero no aburrir al personal pero de vez en cuando una crítica cinematográfica desestresa de tanta movida política.

P.D: como voy un poco justo de tiempo, pido perdón por cualquier falta ortográfica, gramatical, sintáctica, semántica, histórica o locura temporal que haya podido cometer. Las que sean, me las comentáis y luego las cambio.

ACTUALIZACIÓN: La película tiene un pase, no más. Quizá es que estoy más anticuado que el baúl de la Piquer pero si tengo que compararlas, me gustan más las películas con más de 30 años. Los actores son competentes, en especial Meryl Streep y Liev Schreiber que siempre me ha parecido un buen secundario pero el guión está recargado. Ninguna de las dos películas es creíble aunque la mayor simpleza de la versión original de John Frankenheimer la da una humildad que ésta no tiene. El uso de ciertos argumentos políticos en boca de los "malos" que algunos relacionarán rápidamente con el Partido Republicano la estropean, no creo que envejezca demasiado bien. Nada que ver con "39 Escalones" de Hitchcock, que en todo momento nadie sabe ni qué esconde la organización ni para quién trabaja ni nada de nada, pero la pareja huye por la campiña escocesa sin importar un pimiento al espectador todos esos asuntos.

En este caso, la teoría de la conspiración se vuelve demasiado tumultuosa, da la sensación que es un secreto que lo guardan miles de personas, demasiado larga en el tiempo, nada menos que desde la primera Guerra del Golfo y demasiado tecnológica, lo que ayuda a explicar ciertos puntos oscuros del guión. Dicho esto, ya que es mi opinión que Jonathan Demme quiere darle cierto grado de verosimilitud, animo a verla pues entretenida sí es. Las más de dos horas no se notan si aceptamos "pulpo como animal de compañía" y no le buscamos tres pies al gato, que para eso ya está el gobierno de ZP. Hablando de la bicha, vamos a ver si aquí rodamos "El candidato Polanco" con un guión parecido, aunque ZP sonríe más que Liev Schreiber en toda la película.


Comentarios

 
¿ Fe de la mala ?
¿ Cuál es la buena ? A parte del amor própio, claro.
Enviado por el día 13 de Noviembre de 2004 a las 16:26 (1)
Considero mala aquella fe en alguna idea, persona o cosa y que te impidan tomar decisiones, que te impida pensar por ti mismo, que te impida buscar el conocimiento y la verdad, que te impida ejercer como ser humano.
Enviado por el día 13 de Noviembre de 2004 a las 19:49 (2)
Muy buen artículo alberto.
Enviado por el día 14 de Noviembre de 2004 a las 11:07 (3)
Con respecto a la Astrología y otras seudociencias del mismo carácter que se pueden enumerar como son la gemoterapía,Tarot y todas las demas "ciencias ocultas" tienen en común que todas ellas buscan la predicción de actos humanos y como diría Popper son atractivas para el público por tener un gran poder explicativo.

Lo que no entienden es que la ciencia funciona y progresa debido a que siempre comete errores y las seudociencias nunca funcionan por que esta los evita

Pero la realidad es que todo esto no son mas que modas y no tienen gran influjo o poder social al igual que la ciencia astronómica tampoco la tiene. La astronomía al igual que la ciencia en general es una actividad mas que realiza el hombre como hacer arte, religión,literatura, filosofía o cultivar un campo. A mi al menos me es transparente saber mi horoscopo de la semana o interpretar las arrugas de mis manos para predecir mi oscuro futuro al igual que me da igual saber a que distancia se encuentra la galaxia de Andrómeda y de que tipo es o disertaciones metafísicas acerca del origen del Universo por que es algo no constitutivo para mi vida y supongo que para la mayoría de los transeuntes que habitamos este planeta.

Con respecto a las seudociencias en general yo lo veo como una especie de ingrediente de todo eso que hoy en dia se llama New Age . Ya se sabe, vegetarianismo, "filosofía oriental", aromaterapia, multiculturalismo (el que predican los progres), ecologismo....etc.

¡Menudo panorama le espera a occidente como sigamos así!
Enviado por el día 15 de Noviembre de 2004 a las 13:25 (4)
Oigan que en eso de las teorias conspiratorias escuche una de que la inversion española en latinoamerica es parte un ambicioso plan de recostruir el imperio hispano y crear un neoesclavismo pero bueno que gana uno haciendole caso a sandeces como esa ¿o sera cierto eso de que los marcianos se ocultan en nuestro planeta?
Enviado por el día 15 de Noviembre de 2004 a las 22:15 (5)
Si altar, las teorías conspiratorias económicas son de las más apreciadas por la gente. Si buscamos seguro que encontramos alguna mucho más pintoresca, incluso podíamos hacer un concurso para ver quién trae la más asombrosa.

En cuanto a los marcianos, podemos ir más allá, el ser humano es en realidad un marciano que huyó de su planeta cuando lo destruyó en un holocausto atómico. A ver quién supera eso :-)
Enviado por el día 15 de Noviembre de 2004 a las 23:19 (6)
Alberto, se te ha olvidado decir que el holocausto fue el resultado de una conspiración económica de empresas multiplanetarias.

Todo esto me recuerda lo que dicen en una película sobre la famosa Ýrea 51, en dondes el gobierno de EE.UU tiene el centro de estudio (y cautividad) de extraterrestres y todo eso.
Efectivamente, el Ýrea 51 no existe; es todo una leyenda urbana generada por el propio gobierno fedewral para ocultar la verdadera existente del Ýrea 52, dónde sí hacen todo eso.
Enviado por el día 16 de Noviembre de 2004 a las 21:23 (7)
Mmm, esto me recuerda al hermano americano de Johann Sebastian Mastropiero, auténtica inspiración del grupo argentino Les Luthiers.

Harold, que era como se llamaba, era un mafioso y "explotaba un sórdido local en el que funcionaban un cabaret clandestino, un salón de juegos prohibidos y un centro de apuestas ilegales. Pero en realidad, su local era sólo una pantalla para ocultar la verdadera fuente de sus fabulosos ingresos. En los fondos funcionaba un almacén"
Enviado por el día 16 de Noviembre de 2004 a las 23:48 (8)

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