24 de Noviembre de 2004
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Bitácora de Alberto Illán Oviedo
Creo que soy un genocida, agrícolamente hablando
Parece ser que agricultores de toda España han aprovechado el parón invernal y se han venido a Madrid a protestar por enésima vez frente al Ministerio de Agricultura. Este numerito lo hacen independientemente del Gobierno que haya pero se emplean con cierta insistencia cuando la debilidad es más manifiesta. La Ministra Elena Espinosa no ha demostrado ser una lumbrera precisamente y este es un punto débil tan bueno como cualquier otro.
Dicen los agricultores que el Gobierno hace una política de "exterminio" del campo español y reclaman 250 millones de euros por las pérdidas del sector debido a la subida del gasóleo, considerando escasos los 100 millones ofrecidos, pero la lista de reivindicaciones es más larga aún: rebaja de un 4% en los módulos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), una deducción del 15% sobre el consumo anual de fertilizantes en la declaración del IRPF para aquellos agricultores y ganaderos que se encuentren en el régimen de estimación objetiva de módulos, una subida de un 1% en el IVA compensatorio que recibe el agricultor y ganadero por la venta de sus productos, una reducción en el IVA a aplicar en el gasóleo agrícola, con lo que pasaría del actual 16% al 7%, así como la eliminación del gasóleo profesional. Pues por mí, pueden exterminarse, no derramaré ninguna lagrimilla.
Es curioso éste, el mundo del campo. Por unas reivindicaciones basadas en la tradición proteccionista hacia el sector primario, el resto de españoles debemos darles despreocupadamente nuestros dineros. Desde cuándo el Estado debe garantizar los beneficios de cualquier empresa. Porque lo que se pide es eso. El campo no ha tenido ninguna pérdida, simplemente ha dejado de ganar. ¿Nos imaginamos a Telefónica o el Santander pidiendo dinero al Estado si su beneficio es menor de lo esperado o incluso entran en pérdidas? ¿No debería darse lo mismo a la tienda de la esquina o a la ferretería de enfrente tiene una mala racha?. ¿O es que los servicios son menos importantes que los productos primarios?.
Supongo que el pueblo judío tendrá otro concepto del "exterminio" y se mostrarán un tanto molesto de que esta panda de subvencionados lo usen de manera tan frívola. Los que sufrimos sus ayudas vemos como en nuestra nómina nos descuentan dinero todos los meses, vemos como no podemos comprar productos más baratos por las barreras arancelarias levantadas para proteger estos privilegiados, vemos como reciben dineros en algunos casos por razones tan chocantes como dejar de cultivar un terreno. La política agraria europea es un disparate que está costando mucho y no solo dinero. Los productores de los países del Tercer Mundo estarían muy agradecidos si se produce un cambio, para variar. Ver a los principales líderes occidentales en las reuniones a favor del libre comercio, me deja estupefacto.
Dicen los agricultores que el Gobierno hace una política de "exterminio" del campo español y reclaman 250 millones de euros por las pérdidas del sector debido a la subida del gasóleo, considerando escasos los 100 millones ofrecidos, pero la lista de reivindicaciones es más larga aún: rebaja de un 4% en los módulos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), una deducción del 15% sobre el consumo anual de fertilizantes en la declaración del IRPF para aquellos agricultores y ganaderos que se encuentren en el régimen de estimación objetiva de módulos, una subida de un 1% en el IVA compensatorio que recibe el agricultor y ganadero por la venta de sus productos, una reducción en el IVA a aplicar en el gasóleo agrícola, con lo que pasaría del actual 16% al 7%, así como la eliminación del gasóleo profesional. Pues por mí, pueden exterminarse, no derramaré ninguna lagrimilla.
Es curioso éste, el mundo del campo. Por unas reivindicaciones basadas en la tradición proteccionista hacia el sector primario, el resto de españoles debemos darles despreocupadamente nuestros dineros. Desde cuándo el Estado debe garantizar los beneficios de cualquier empresa. Porque lo que se pide es eso. El campo no ha tenido ninguna pérdida, simplemente ha dejado de ganar. ¿Nos imaginamos a Telefónica o el Santander pidiendo dinero al Estado si su beneficio es menor de lo esperado o incluso entran en pérdidas? ¿No debería darse lo mismo a la tienda de la esquina o a la ferretería de enfrente tiene una mala racha?. ¿O es que los servicios son menos importantes que los productos primarios?.
Supongo que el pueblo judío tendrá otro concepto del "exterminio" y se mostrarán un tanto molesto de que esta panda de subvencionados lo usen de manera tan frívola. Los que sufrimos sus ayudas vemos como en nuestra nómina nos descuentan dinero todos los meses, vemos como no podemos comprar productos más baratos por las barreras arancelarias levantadas para proteger estos privilegiados, vemos como reciben dineros en algunos casos por razones tan chocantes como dejar de cultivar un terreno. La política agraria europea es un disparate que está costando mucho y no solo dinero. Los productores de los países del Tercer Mundo estarían muy agradecidos si se produce un cambio, para variar. Ver a los principales líderes occidentales en las reuniones a favor del libre comercio, me deja estupefacto.
Comentarios
No me mentes a los agricultores que me sangra la úlcera. En España encima, todavía llevamos 20 años de retraso en cuestiones tecnológicas agrarias y encima para que los que tienen 30 ha de secano puedan vivir del campo (que es algo así como querer hacer rentable un restaurante con una sóla mesa), hacen que el resto vivan como curas a costa del contribuyente. Una verguenza.
Comparto contigo y con Narpo esa indignación por el hecho de que una buena parte de nuestras nóminas vaya a alimentar las cuentas corrientes de unos trabajadores en cuyo sector profesional no hay competencia real y donde no se prima la productividad.
Sin embargo, no comparto contigo totalmente el blanco de tus iras. Yo he aprendido desde pequeñito que el que no llora no mama. ¿A quién debería echar la culpa de que el niño llore: al niño por llorar, o a la madre por ceder sistemáticamente a la presión?
Para mí no sería justo ensañarse solamente con los agricultores. Yo me ensañaría casi más con papá Estado por ceder ante la presión; o incluso, con los medios de comunicación, por no ver más editoriales o artículos como este tuyo que critiquen tan inequívocamente esta política de ayudas. Si se hiciera más visible la indignación de la opinión pública española ante esta situación, tal vez los políticos tendrían más estómago para iniciar reformas. A lo mejor es que no está suficientemente indignada porque no sabe exactamente la cantidad de millones que se están evaporando (y que salen de sus impuestos).
Conozco a muchos agricultores que añoran esas épocas en las que los funcionarios no se metían tanto en sus vidas, en que la evolución de los precios de los productos del campo condicionaba su actividad, los cultivos de los años posteriores, o su salida del negocio y su éxodo a las ciudades. Si el mecanismo de evolución de los precios lo dicta un entramado burocrático (en vez del mercado), que cede una y otra vez ante las movilizaciones, pues a lo mejor en su lugar, también me empleaba en esos menesteres frente al Ministerio.
Sin embargo, no comparto contigo totalmente el blanco de tus iras. Yo he aprendido desde pequeñito que el que no llora no mama. ¿A quién debería echar la culpa de que el niño llore: al niño por llorar, o a la madre por ceder sistemáticamente a la presión?
Para mí no sería justo ensañarse solamente con los agricultores. Yo me ensañaría casi más con papá Estado por ceder ante la presión; o incluso, con los medios de comunicación, por no ver más editoriales o artículos como este tuyo que critiquen tan inequívocamente esta política de ayudas. Si se hiciera más visible la indignación de la opinión pública española ante esta situación, tal vez los políticos tendrían más estómago para iniciar reformas. A lo mejor es que no está suficientemente indignada porque no sabe exactamente la cantidad de millones que se están evaporando (y que salen de sus impuestos).
Conozco a muchos agricultores que añoran esas épocas en las que los funcionarios no se metían tanto en sus vidas, en que la evolución de los precios de los productos del campo condicionaba su actividad, los cultivos de los años posteriores, o su salida del negocio y su éxodo a las ciudades. Si el mecanismo de evolución de los precios lo dicta un entramado burocrático (en vez del mercado), que cede una y otra vez ante las movilizaciones, pues a lo mejor en su lugar, también me empleaba en esos menesteres frente al Ministerio.
Por lo que yo veo, el futuro de la PAC en la UE va a ser convertir el campo europeo en una especie de gran parque temático o granja escuela donde unos agricultores-funcionarios mantengan todo muy bonito y arreglado para que los urbanitas puedan ir los fines de semana, puentes y demás periodos vacacionales a disfrutar de las delicias de la vida rural que ellos, desgraciadamente, no tienen al alcance en su vida corriente y compren productos "auténticos", "naturales" y "tradicionales" a un precio que ni el beluga.
Y la idea no estaría del todo mal si lo dijeran claramente, lo pagaran sólo quienes lo disfrutan y no nos obligaran a todos los demás a tener que comprar esos productos tan carísimos.
Y la idea no estaría del todo mal si lo dijeran claramente, lo pagaran sólo quienes lo disfrutan y no nos obligaran a todos los demás a tener que comprar esos productos tan carísimos.
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