11 de Diciembre de 2004

Dice Newton, don Isaac, en su tercera ley que cuando un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, éste ejerce sobre el primero una fuerza igual y de sentido opuesto. Bueno, lo que Newton dijo era un poquito más complicado, todo lleno de variables, constantes, signos matemáticos y no sé qué más inventos diabólicos impropios de una estudiante de LOGSE.

Un señor con bigote y que manda mucho, un tal Carod, tuvo la peregrina idea de boicotear la candidatura de Madrid a las Olimpiadas de 2012 porque supuso que el Gobierno Central al que apoya pero no puede aguantar, le hizo la cama en el tema de las selecciones catalanas y más concretamente en la de hockey sobre patines. Su honor no podía quedar mancillado de esta manera y más acelerado que un dos latas en el Himalaya, tomó tal decisión sin pensar en consecuencias. Esta fue la ACCION.

Los empresarios catalanes, concretamente los productores de ese elixir de dioses que es el cava y que a mi me sienta tan mal, se quejan de que los pedidos navideños han sufrido un lamentable bajón precisamente ahora que llegan estas fiestas tan señaladas y tan consumistas. Los bodegueros se han percatado que semejante fenómeno se ha producido precisamente a raíz de tan estentórea declaración. El 53% del consumo anual de cava se produce en Navidad. La zona que más consume es la propia Cataluña pero la sigue Madrid. El 66% de este consumo se hace en hogares y el resto en hostelería. Es decir la principal REACCIÓN se ha producido en esos hogares, muchos madrileños, que ante tantos despropósitos han decidido darle una patada a Carod en el trasero de los bodegueros. Y lo que más me apena es que salvo que se demuestre lo contrario, es decir que lo hayan votado, ninguno de ellos tiene la culpa. Y digo que Newton casi tiene razón porque la fuerza se ha aplicado en OTRO cuerpo que sólo pensaba en sus beneficios anuales.

El señor Carod, con su cargo asegurado, se puede permitir decir los disparates que quiera. Si los empresarios catalanes ven como sus cuentas se reducen, si los catalanes ven como van perdiendo poder adquisitivo, si los asalariados ven como son despedidos, a Carod poco le importará. Su nacionalista cerebro sólo verá mártires por la causa, agravios que "provoca el centralismo" y que usará en su beneficio pero nunca en el de los catalanes. Carod no es Cataluña, representa a un porcentaje pequeño de catalanes y representa a un porcentaje aún más pequeño de españoles pero su poder es excesivo. Si Cataluña quiere prosperar hará bien en librarse, electoralmente hablando, de esta panda.