12 de Enero de 2005

Hay que ver la tendencia del poder político por hacerse hueco en el mundo de la empresa. A estas alturas lo podían disimular un poquito pero cuando la presa está cerca, babean como el perro de Paulov. El BBVA ha sido de siempre la pieza codiciada. Desde que Aznar puso a su candidato en la presidencia, es decir a Francisco González en ese momento mandamás de la recién privatizada Argentaria, la oposición socialista y ahora gobierno del mismo talante, han tratado de todas las maneras posibles sacarle de la poltrona. Y en Sacyr han encontrado un buen ariete.

Desde finales de noviembre, Sacyr ha admitido el interés por hacerse con un porcentaje de acciones de BBVA que le permitan dominar el consejo de la entidad bancaria. Eso supondría la salida inmediata de Francisco González, alias FG, de la presidencia y la entrada de algún tapado, a lo PRI mejicano. Suena Oscar Fanjul, ex presidente de Repsol (que me corrija alguien si me equivoco) en la época felipista y de la eléctrica Hidrocantábrico después, y hombre cercano al PSOE de toda la vida. Cuentan las malas lenguas que esta operación está auspiciada por parte de la vieja guardia del BBV que perdió poder cuando el 'argentario' FG ganó por la mano a un Emilio Ybarra en horas bajas, ahora con juicios de por medio. Quizá la vieja guardia de Neguri siga soñando con el poder perdido. Algo nervioso estará el PNV con tanto movimiento, muy enfadado desde que Aznar "españolizó" el banco y con unas ganas tremendas de que las ovejas vuelvan al redil ahora que con el Plan Ibarretxe tan cercano, un poco de apoyo empresarial, del que andan necesitados, no vendría mal.

Durante el mes de diciembre, Gobierno, Banco de España y otros organismos reguladores han estado muy tranquilos, mostrando, que no ejerciendo, una neutralidad que alguno podría considerar modélica. Pero como tanto talante y diálogo es sólo imagen, los dientes del lobo han hecho aparición. Solbes anima a los protagonistas a llegar a un acuerdo e invoca a la españolidad y la estabilidad como razones de peso. Como si ahora no fueran ni estables ni españolas ambas empresas. Mientras Miguel Sebastián, ex directivo del banco y hombre fuerte de la economía de ZP, hace pasar un mal rato a su ex empresa, de la que salió por la puerta de atrás y bastante escaldado. Y si de paso elimina a su ex jefe, mejor que mejor. Y, en definitiva, quién sabe si todo esto tiene como objetivo conseguir un poder económico 'privado' que permita al PSOE facilitar futuros planes, no sé si financieros. El fantasma de Filesa cabalga de nuevo.

Y luego hay gente que dice que España tiene una economía donde impera el neoliberalismo más descarado. Animalitos, les puede más la ideología que la realidad.