18 de Marzo de 2005

No hace mucho, en los Emiratos Árabes Unidos, una mujer embarazada, empleada de hogar, soltera, de origen asiático, fue condenada a recibir 150 latigazos. Su crimen, haberse quedado embarazada sin haber contraído matrimonio. Los propios empleadores fueron los que denunciaron tan inmoral conducta, impropia de un país que se rige por la siempre virtuosa "Sharia".

En Irán, durante 2002, los jueces decretaron un total de 316 sentencias a muerte, entre ellos, una mujer fue lapidada sin que los medios de comunicación occidentales se ocuparan de ella como lo hicieron de la nigeriana Amina Lawal. Mohamed Bijeh no es ningún angelito, si nos atenemos a los crímenes por los que ha sido condenado, es un pederasta y un asesino, ha violado y asesinado a 21 niños. 100 latigazos recibió para luego ser apuñalado por el hermano de una de sus víctimas y ahorcdo en público. Esta ha sido el ejemplo más cercano de cómo funciona esta cultura, esta civilización, que muchos se empeñan en poner a la misma altura que la occidental.

En 2001, en Arabia Saudí, se decretaron varias condenas por practicar la homosexualidad, este "crimen" puede llegar hasta la lapidación. El apostatar, es decir cambiar de religión, en definitiva, la libertad de pensamiento, está perseguido con la muerte en gran parte de ellos.

Y ahora volvemos al principio, ¿dónde está Amnistía Internacional?. Visitos sus páginas pero nada de esto veo. En la española, Colombia, Israel, España y Bhopal (India). En la original, los Estados Unidos, Siria (sorprendente), la muerte de su fundador, Peter Benenson y las mujeres que mueren por armas. La catalana, básicamente en Cataluña. La preocupación de estos plañideros hipócritas por el dolor humano me produce cierto malestar desde que les vi denunciar las torturas sistemáticas de las fuerzas de seguridad españolas sobre etarras y otras gentes de mal vivir. Me asquean. Y allí donde se supone que deben estar, brillan por su ausencia. Qué fácil es denunciar la pena de muerte en EEUU y que difícil hacerlo en Irán o en China, que fácil es olvidar algunos crímenes y denunciar sólo los que convienen. Qué fácil es ser hipócrita en esta vida.