18 de Marzo de 2005

Hasta un buen escribano echa un borrón pero por eso de que estamos en la época del talante, del diálogo, del buen rollito, hay cosas que cantan mucho, o hieden según el sentido que le dediquemos. El problema es que se empiezan a amontonar y llegará un momento que no haya alfombra para tapar tanta basura. Dos ejemplos recientes arrojan oscuridad sobre la administración socialista.

Pinto está de enhorabuena, tiene un alcalde preocupado por exportar la imagen de la localidad. Que no haya ningún habitante de Chile, Argentina o Cuba que no sepa decir dónde se ubica tan bonito pueblo. Lástima que no se haya percatado que pasar una minuta de 2.077 euros por un viaje de dos meses, sí, está bien escrito, dos meses, por el cono sur, no es la mejor manera de desvivirse por los suyos. Cómo debía ser la polémica que Antonio López, que así se llama el viajero, ha decidido pagarlo de su bolsillo tras la polémica surgida, aquí en España donde estas cosas se dejan en la papelera hasta que se olvidan o apestan: "Para que no exista la más mínima sospecha de que este alcalde no tiene, ni por asomo, la catadura moral de los políticos que militan en el Partido Popular" explicó el primer edil desde Argentina. Es como si al ladrón le cazan con la manos en la masa y se empieza a dar golpes en el pecho pregonando su ética. Ante todo, talante.

Sevilla está que lo tira. El ayuntamiento de Sevilla emite 28 facturas falsas por supuestos trabajos en la Macarena a José Pardo, ex socio de Juan Guerra. Esto me retrotrae a viejos tiempos. Permítaseme que derrame una lagrimita. Si ya me parecía a mí que para ganar dinero en este país, digo esta nación, digo este estado, digo... bueno lo que sea, hay que ser socialista. 48.000 euros ni más ni menos. Alfredo Sánchez Monteseirín ha puesto a disposición de la Fiscalía la denuncia con la intención de "mostrar de manera clara la transparencia con que el Ayuntamiento de Sevilla está afrontando todas estas circunstancias en relación con el Distrito Macarena" y rápidamente ha recibido el apoyo de Chaves, como si de un Carmelo sevillano estuviéramos hablando. Pero aquí no dimite ni el que inventó la fórmula. El PP se puede quedar afónico antes de que pase nada, pero con cuidado que luego hay que mirar las vergüenzas propias.

Sinceramente, el eje Barcelona-Pinto-Sevilla puede ser tan importante como el Madrid-París-Berlín-Moscú. En ambos corre el dinero oscuro que da gusto.