22 de Marzo de 2005

Si hay algo que repatea al militante izquierdista es la especulación. El hecho de adquirir algo a un precio para venderlo después a otro más elevado es peor que mentarles la madre. La especulación es de alguna manera el motor de la riqueza, yo empresario, especulo a qué precio podría poner en el mercado un producto o servicio y yo consumidor, especulo qué precio es el más adecuado para satisfacer mi necesidad o mi capricho. Si todos supiéramos en todo momento los precios futuros entraríamos en una paradoja imposible. El empresario estaría obligado a vender su mercancía a un precio y el cliente no podría encontrarlo a otro que le parezca mejor. Nadie especula, nadie mejora, todo se para.

Las SICAV o Sociedades de Inversión de Capital Variable son el paradigma de la especulación. La gente que maneja suele montarlas para ver cómo se incrementa su patrimonio además de evitar algunos inconvenientes fiscales. Como toda especulación, existe la posibilidad de que se gane pero también de que se pierda. Conviene recordarlo al izquierdista y al no izquierdista, que también los hay, que piensa que el capitalismo es arrebatar el pobre para dar al rico. También conviene recordar que tales operaciones son voluntarias y a nadie, al menos que yo sepa, se le pone una pistola en la cabeza para que su dinero entre en el juego. Lo digo porque me viene a la cabeza el caso de los accionistas de Terra que han visto como sus acciones no valen apenas nada comprado con el precio inicial de la OPV. Si no fueron lo suficientemente listos para vender en su momento y se creyeron los, a todas luces, excesos publicitarios del negocio "puntocom", es su problema no el de los españoles. En todo caso, lleguen a un acuerdo con Telefónica y dejen mis impuestos en paz.

Pero volvamos a las SICAV, que me lío conmigo mismo. Uno tiende a pensar que estas sociedades están en manos de los Alierta, los González, los Botín, los Polanco de España pero encontramos que son mucho más frecuentes de lo que a simple vista de un 'analfabestia' económico como yo podría pensar. Personajes ajenos a los círculos económicos se cuentan entre sus aficionados. Pilar de Borbón posee Labierbnag 2000 y la gestiona Banif. Roberto Carlos, uno de los galácticos madridistas preside Rodasil y no es el único, Morientes también tiene otra. Supongo que esas nóminas tan abultadas ayudan de alguna manera a la especulación bursátil o lo que les venga en gana. Hasta Urbaneja tiene la suya.

Ahora, ésta me hace sonreír. Dock Inversiones está presidida por Agustín. Me refiero a Agustín Almodóvar que junto a su hermano, Pedro y con la gestión del Banco Santander, tiene un patrimonio de unos 3,8 millones de euros. Endesa, Repsol y Popular (el banco, no el partido, malpensados) son sus apuestas y no parece que les vaya nada mal. No es que me parezca mal que se especule, cualquier hijo de vecino puede hacerlo si posee dinero y ganas. Ello crea riqueza, crea empleo y crea prosperidad. Luego vendrá el Estado para subir la presión fiscal al 20% y dárselo a no sé qué grupos que se suponen que están fatal. Pero cuando el oscarizado sujeto predica la moral progresista como sistema de vida, cuando el sujeto se desvive por los pobres y los pobrecitos, por los desheredados y los descamisados, cuando el sujeto se convierte en un 'abajofirmante' contra cualquier medida antisocial o mejor dicho, antisocialista, la cosa queda como un poco hipócrita. Vamos digo yo. Y para ejemplo, esta noticia de hace más de un año. Pedro Almodovar, contra la especulación y a favor de ICV.