20 de Julio de 2005

Se veía venir, tarde, mal y vendiendo humo. La comparecencia de Zapatero cinco días después del inicio del fuego, cuatro días después de la muerte de los 11 miembros de las cuadrillas que luchaban por apagarlo, ha sonado a compromiso ineludible que por su viaje a China no ha podido retrasar más. El contenido no ha sido mucho mejor que la ocasión.

Sus medidas no son nada más que humo, un humo mucho más denso que el que se ha producido y que suenan a más de lo mismo, a enérgicas palabras sin contenido. Severas medidas de protección, severas sanciones para los que las violen y refuerzos en la coordinación entre administraciones son bellos términos que se repiten siempre que ocurre algún hecho luctuoso y que suelen nacer huecas y terminan muriendo con el tiempo. También se iban a tomar severas medidas para evitar la desaparición de explosivos en las minas, también se iban a tomar severas medidas para evitar que determinados barcos mercantes pasaran por aguas comunitarias, también se iban a tomar medidas para que los autores del 11-M fueran descubiertos, también se iban a tomar fuertes medidas para terminar con ETA. Tanta medida me invita a pensar a que en un año, de lo dicho nada y los fuegos forestales y los pirómanos voluntarios e involuntarios que los crean seguirán haciendo de las suyas, con impunidad. Unos farruquitos del fuego.

ZP ha permanecido lejos del suceso hasta que se ha aclarado a quién se va a echar la culpa de todo, y el presidente de la Junta de Castilla La Mancha tiene todas las de la ley. Ahora, se reunirá con las familias de las víctimas, se reunirá con los alcaldes de la zona y de momento promete un plan de recuperación económica de la zona, como un regalo de consuelo en una ruleta siniestra. Resulta injusto que otros fuegos, tan dañinos en lo material, que no en lo personal, no reciban este plan de recuperación. Una muestra más del sectarismo y de oportunismo de un gobierno que sólo se mueve si su imagen sale perjudicada.

Cierto es que la coordinación entre las Administraciones ha sido nefasta. Alguien tiene que explicar si es verdad que la Junta rechazó la ayuda de Madrid, la Comunidad Valenciana y de Castilla y León y si se pidió a Francia (desconozco por qué no a Marruecos). Alguien tiene que aclarar cuándo se pidió ayuda al Gobierno central y en que términos y cómo respondió este. La labor de unos y otros fue a todas luces insuficientes. Pero esta situación es hija de la legislación descentralizadora que tenemos en materia de medio natural. La absurda competencia política entre Comunidades de diferente signo político o incluso igual signo pero diferentes intereses hace que salte por lo aires, no sólo el principio de solidaridad interregional sino el propio sentido común.

Se pague con dinero público o se pague con dinero privado no se puede tener personal experimentado y preparado por 900 euros al mes (Antena 3 TV). Vuelvo a incidir en la profesionalización del servicio, en su privatización, ocurre en otros países y a nadie se le caen los anillos. Los planes hay que llenarlos de contenidos, no bastan con intenciones, los contenidos hay que desarrollarlos e implementarlos, no basta con enumerarlos, para implementarlos se necesitan presupuestos, no basta con promesas y luego hay que hacerlos funcionar, no basta con la imagen, la foto y el anuncio mediático.

Todo esto es una apresurada disculpa con palabras engañosas que se une a una ya larga lista de imprevisiones e improvisaciones que marcan el año y medio de Gobierno zetapense que padecemos.