27 de Mayo de 2006

Donde dije digo, digo Diego pero luego digo digo. La esquizofrenia del gobierno ZP se hace más patente día a día y ahora, una vez más, le toca a Montilla, nuestro político más eeeeh... dubitativo. El Ministro de Industria apuesta por la energía nuclear (o no) pero con el mismo grado de ambigüedad que manejan los políticos cuando quieren sobrevivir en un tema que buena parte de la opinión pública rechaza. El pragmatismo y la política interaccionan hasta culminar en el absurdo.

La noticia, tal como está redactada, es todo un ejercicio de contradicciones. "Es necesaria", "no podemos prescindir de ella" declara el ministro, pero a continuación el texto deja claro que se apuesta por una reducción progresiva del peso de esta energía en el conjunto del mercado de generación. La coherencia recibe un nuevo golpe cuando se vuelven a utilizar las palabras de Montilla, "sería no actuar de manera responsable el poner una fecha"[de cierre], pero "no hay condiciones para la instalación de nuevas centrales nucleares, por un problema de consenso social y de coste para las empresas" porque "si no hay proyectos en serio es por algo". Y es que a su juicio, la energía nuclear "tiene problemas no resueltos derivados de la generación de los residuos".

Yo diría que este discurso que apuesta por la energía nuclear, pero cada vez con menos peso en la generación, aunque no va a cerrar las centrales nucleares aunque estas generen un serio problema de residuos, es un ejercicio de esquizofrenia de lo más sano que requiere un control caótico de la eeeeh... política de alcantarilla al más alto nivel. Y me llevo una.

La política de ZP & Company es lo más parecido que tenemos a un circo permanente en España y no sabemos si han crecido los enanos o los leones son ahora los domadores. Pasen y vean.