3 de Junio de 2007

Mucho se ha especulado tras los resultados de las elecciones autonómicas sobre la posibilidad de que José Luis Rodríguez Zapatero pueda adelantar las elecciones generales y sobre la posibilidad de que siga claramente o intente levemente disimular su política pro-batasuna, uno de los pilares básicos de su estrategia política, o mejor de su permanencia en el poder, junto a su furibunda política antioccidental y antiderechista, en lo respecto a Navarra y su asociación-fagocitación a la Euskadi nacionalista. He aquí mi humilde opinión.

En primer lugar si alguien piensa que ETA-batasuna va a colaborar con Zapatero y va a enmudecer, a apaciguar a sus gudaris, a acallar a sus cachorros está muy equivocado. ETA sabe que en virtud de pactos, conversaciones y resultados autonómicos tiene una situación muy positiva, optima si se compara con lo que tenía en la primavera de 2003. Este hecho real y contrastable se une a la fatal arrogancia (fatal para nosotros) que impera en una organización totalitaria y violenta, donde La Razón es sólo un periódico fascista y no una facultad de discurrir o un argumento a favor de sus tesis políticas (si es que tienen alguna). Silenciar ahora sus reivindicaciones cuando están en una posición clara de poder, supone no avanzar en sus objetivos y sobre todo, que de celebrarse unas elecciones generales, éstas puedan cambiar el signo del Gobierno, en una supuesta victoria del PP en los comicios y que los nuevos gobiernos cambien el panorama de lucha contra los terroristas, es decir la vuelta a la política que casi acaba con los terroristas. ETA debe presionar y ya sabemos en que consiste la presión de los terroristas: impuesto revolucionario, terrorismo callejero y algún que otro aviso en forma de bomba cuando las cosas no funcionan como quieren. Es verdad que todo esto va en contra de la imagen de un Zapatero, su más útil aliado, cada vez más desenmascarado, pero ese es un argumento válido para alguien razonable.

Por otra parte, Zapatero no puede apostar por UPN-PP en Navarra, pero no porque los pactos existentes le impidan un compromiso con los populares, sino porque la ideología de ZP anula cualquier tipo de asociación con la oposición, con la única oposición, en aspectos esenciales de su política. Navarra caerá del lado nacionalista de Nafarroa-Bai en breve y de paso, lo hará el ayuntamiento de Pamplona donde votarán a favor de la lista nacioanalista igual que lo van a hacer los etarras de la ANV. Luego la progresía y sus medios afines se encargarán de asegurar que el socialista ha votado a la opción que más defiende a los intereses de los navarros y que el voto de ANV coincide pero no se comparte y se recordará como algunas veces los etarras y el PP han coincidido en el voto en el parlamento vasco. Es sólo cuestión de propaganda y en esto el socialista lleva años luz de distancia al popular.

Cabe preguntarse también qué se puede esperar de un adelanto electoral para el próximo otoño. Solbes se ha apresurado a desmentir que él se lo propusiera a Zapatero, aunque no es ninguna tontería pensar que las muchas peticiones presupuestarias de los diferentes grupos nacionalistas, regionalistas e izquierdistas que apoyan a los socialistas generen una situación insostenible. En el supuesto de que este se produjera, la victoria en votos del PP en las municipales invita a pensar que este se podría llevar la victoria en los comicios, pero ese es una previsión demasiado optimista desde mi punto de vista. El espectacular resultado de Madrid oculta los problemas de los populares en Cataluña, Andalucía, Extremadura y otras regiones donde el voto popular se ha desmovilizado. Las apuestas regionalistas y nacionalistas de algunos líderes populares locales ha hecho que la derecha se pase al lado oscuro de la abstención o incluso de la apuesta por otras opciones menos tibias. Si el PP no consigue recuperar este electorado y “elimina” Piqués y Feijós, por poner dos ejemplos de deslizamiento nacionalista, el PSOE, pese a su política destructiva y su zapaterismo de medio pelo, volvería a ganar, bien en minoría, bien recuperando los pactos existentes y se podría renovar el gobierno socialista. Y esto es el escenario que me temo que va a ocurrir.