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12 de Julio de 2005

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Guía del tipo marginal único

El Gobierno de George W. Bush se está planteando ir más allá de las temporales y parciales rebajas de los tipos impositivos para hacer una verdadera reforma fiscal. Hay varias propuestas sobre la mesa, como sustituir el actual sistema por un IVA, por ejemplo. Una de ellas es, cómo no, un tipo marginal único (TMU). Según parece hay muy pocas posibilidades de que se lleve a cabo. En cualquier caso, el experto en fiscalidad de la Heritage Foundation, Daniel J. Michel, ha elaborado una concisa guía al tipo único, que expone sus ventajas y sus características.

Como dice Daniel J. Michel,
A diferencia del sistema actual, el tipo único es simple, justo, y bueno para el crecimiento. En lugar de las 893 formularios requeridos para el sistema en vigor, un TMU utilizaría dos formularios del tamaño de una posta: una para los ingresos del trabajo y otra para los ingresos de negocios y del capital.

Y lo que es muy importante,
A diferencia del sistema actual, que discrimina en función del origen, uso y nivel de ingresos, un TMU trata a todos los contribuyentes por igual, cumpliendo así el principio de 'igualdad ante la ley', grabado sobre la entrada principal de la principal entrada al edificio del Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

Más lo que no lo es menos,
Y a diferencia del sistema vigente, que penaliza a la gente por contribuir a la riqueza de la nación, un TMU rebajaría los tipos impositivos y eliminaría el sesgo contra el ahorro y la inversión, asegurando de este modo una ejecutoria económica mejor en una economía global competitiva.

Le ha quedado por decir que, pese a que no hay impuesto neutro, el TMU distorsiona menos el sistema productivo que el actual, que carece de cualquier racionalidad. Todo ello vale para España, como para los Estados Unidos.

Las características principales de todas las propuestas de tipos marginales únicos (por cierto, todas derivadas de la hecha hace años por Robert Hall y Alvin Rabushka), comparten las siguientes características:

1) Un tipo marginal único. La propuesta de Robert Hall y Alvin Rabushka para los Estados Unidos era del 19%. Pedro Schwartz propuso en su momento un 25% para España, aunque probablemente no haría falta un tipo tan alto.

2) La eliminación de desgravaciones y tratamientos preferentes. Ello hará el sistema mucho más sencillo, lo que por cierto desengancharía a una importante y cualificada fuerza de trabajo dedicada en la actualidad a bucear en la maraña legislativa en que tienen que moverse particulares y empresas para cumplir en lo estrictamente exigido con los impuestos. Esa fuerza laboral se dedicaría a producir riqueza, en lugar de dedicarse a minimizar la contribución individual al expolio estatal. Además, como he apuntado antes, un sistema sencillo es más neutral respecto a la dirección de la producción que el actual.

3) No habría doble gravamen de ahorro e inversión. Una de las muchas y graves perversiones del sistema actual.

4) Gravamen territorial. Solo se gravaría la actividad generada en el suelo, en este caso, de los Estados Unidos.

5) Tratamiento de la familia. Dice Mitchell que la mayoría de las propuestas permiten un solo tratamiento distintivo, y es con la familia. Lo que sugiere es que ese tratamiento se pone en práctica en la cantidad del mínimo exento. Esa única diferenciación tiene sentido y no sería dañina para el sistema.

6) Impuesto sobre el consumo. Esta es una de las características más beneficiosas del TMU. Lo que se grava es el consumo, como en el caso de un IVA. La diferencia es que mientras que en el IVA se grava en el momento del gasto, un TMU lo hace en el momento en que se percibe el ingreso.

7) Le ha faltado añadir en su recuento algo que he apuntado en el punto quinto. Y es que las propuestas de TMU cuentan con un mínimo exento que, en realidad, hace que el sistema sea progresivo.

Dadas estas características, Daniel J. Michel observa las siguientes ventajas sobre el sistema actual:

A) Mayor crecimiento económico. Como explica el premio Nobel de economía Edward C. Prescott (aunque no hay que alcanzar esas alturas para llegar a la misma conclusión), una menor fiscalidad sobre el trabajo, al aumentar el ingreso por hora trabajada, penaliza menos el empleo. Por otro lado, al no imponer el doble gravamen sobre ahorro e inversión, o al desgravar toda inversión realizada (como ocurre en el caso de la propuesta de Robert Hall y Alvin Rabushka), se penaliza menos la inversión. Y digo se penaliza menos, porque generalmente se habla de sistemas impositivos que favorecen la creación de riqueza, lo que es un absurdo. Todos penalizan y la diferencia es de grado.

B) Creación instantánea de riqueza. Al rebajar la fiscalidad sobre las rentas generadas por los activos, la renta después de impuestos aumenta y su actualización supone un aumento instantáneo del valor de la riqueza. Un economista ha calculado que, para el caso de los Estados Undios, este aumento de la riqueza sería de 5 billones de dólares.

C) Simplicidad. En dicho país, según recuerda el autor, se calcula que la complejidad del sistema tiene un coste aproximado de 0,1 billones de dólares.

D) Justicia. Un sistema así sería proporcional (en función, eso sí, de que tenga o no mínimo exento y de la cuantía de éste). Aunque no hay impuesto justo, un sistema proporcional sería menos injusto que el actual. Además, no pensemos que son los ricos quienes más pagan. Recordemos el caso de Kerry frente a Bush, o frente al ciudadano medio.

E) El final del politiqueo fiscal. El sistema actual está pensado por y para políticos. El complejo sistema de agujeros, exenciones, desgravaciones, impuestos especiales, créditos fiscales, etc, les da poder para otorgar beneficios a grupos especiales y conseguir con ello poder, influencia y, por supuesto, dinero.

F) Mejora de las libertades civiles. Daniel J. Michel no es claro en este tema, pero es cierto que, como dice, al ser más sencillo, el sistema reduce los conflictos entre el Estado y sus víctimas. Un conflicto en el que, a diferencia de los verdaderos delitos, el ciudadano es considerado culpable hasta que no se demuestre lo contrario.

G) Competitividad global. Afortunadamente el mundo es cada vez más grande y más abierto. Hay toda una revolución fiscal inseparable de la globalización, con efectos muy positivos.

Es una pena que el PSOE renunciara al único punto de su programa realmente bueno, el tipo marginal único.

Comentarios

 
Punto de especial relevancia, por cierto. Me extrañaba que un partido como el PSOE proponiese algo así. A ver si cae esa breva y Bush elige bien.
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 16:05 (1)
Y ya puestos, yo sigo con mi tema, no es mejor abandonar los impuestos sobre la renta y quedarse sólo con el IVA, que aumenta la simplicidad y transparencia?
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 18:36 (2)
drosophyllum, yo no estoy convencido, pero quizás sea una buena opción. El problema con un IVA es que la gente no tendría mucha idea de lo que paga de impuestos. No ocurre así con un TMU.

Es bueno que sepan cuánto se paga, para que tengan conciencia de ello.
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 19:45 (3)
"7) Le ha faltado añadir en su recuento algo que he apuntado en el punto quinto. Y es que las propuestas de TMU cuentan con un mínimo exento que, en realidad, hace que el sistema sea progresivo."

je, je, je.

Te ha faltado poner lo de "bonito arco de hipérbola", pero ya lo pongo yo.

En efecto, es que se olvidan de esto de la progresividad ¿por qué será, seráaa?
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 19:53 (4)
¿Que la gente no tiene conciencia de cuanto se paga de IVA? Claro, por eso nadie te pide que es igual, que no le des factura o nadie te pregunta, cuando vas a pagar algo, aquello tan romántico de ¿Quiere factura? ¿Tú en qué mundo vives? y conste que nada de esto me parece mal a priori sólo es lucha contra la doble imposición.
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 21:13 (5)
La pérdida de conciencia de pago es lo que ocurre más bien con las retenciones en nómina, que son celebradas en el momento de las devoluciones impositivas, y así se publicitan al inicio de la campaña de renta hasta en el telediario
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 21:15 (6)
date de alta en autónomos, ya verás cuanta "conciencia de pago" crías
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 21:16 (7)
Ya, si no estaba pensando en un autónomo.

Lo que tenía en mente es un trabajador por cuenta ajena. Imagino que le sería complicado hacer un cálculo de cuánto paga de impuestos indirectos. Pero por otro lado creo que uno aproximado sí se puede hacer.
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 21:32 (8)
Hacer un cálculo es bien fácil: desglosas por tipos diferenciados el gasto total y súmas las cantidades resultantes. De todos modos en las facturas el IVA viene desglosado por ley y muchos comercios detallistas lo desglosan también en sus tickets; así que sólo es necesario saber sumar.
Enviado por el día 12 de Julio de 2005 a las 22:05 (9)
Aquí una sintética crítica de Jim Cox a la “Fair Tax” (impuesto único sobre el consumo). Sobre las reformas fiscales recomiendo este artículo de Lew Rockwell.

Un saludo
Enviado por el día 13 de Julio de 2005 a las 09:28 (10)
Conocía la crítica de Jim Cox, pero se me ha escapado el artículo de Rockwell.

Drosophyllum, ¿Cuáles son las ventajas del IVA sobre el TMU, en tu opinión?

Gracias a ambos.
Enviado por el día 13 de Julio de 2005 a las 11:33 (11)
Vamos por partes:
1. Mi argumentación no es aplicable solamente en el caso de un autónomo, cualquier persona ha solicitado o le han sido ofrecidos servicios sin factura, es decir sin IVA, Sin declarar, en negro o como le quieras llamar.
2. La crítica de Jim Cox, por lo que colijo, no va dirigida tanto al "Fair Tax" como tal, sinó a su introducción previa a la supresión de la enmienda 16 y a su coexistencia con un preexistente impuesto de ventas que no es IVA.
3. Las ventajas del IVA ya las expliqué en un anterior post tuyo que puedes revisar, y se pueden resumir en:
-Facilidad y simplicidad de contabilización y recaudación, con lo cual podemos reducir el "esfuerzo de recaudación" aumentando los rendimientos. Concomitante reducción del número de funcionarios y contrataciones de campaña. Reducción de la necesidad de asesores fiscales.
-Eliminación de un impuesto sobre el trabajo, dejando en su lugar un impuesto sobre el gasto
-El impuesto como tal ya existe, y contra lo que dice mucha gente también es progresivo; si se elimina el IRPF, se pueden aumentar los tipos en número o importe y existen ya artículos exentos; si, según tú los pobres gastan una mayor proporción de sus ingresos en comida, están pagando menos IVA que el que tiene otro patrón de gasto.
Enviado por el día 13 de Julio de 2005 a las 20:24 (12)

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