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25 de Noviembre de 2005

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Opening economies succeed

El Deutsche Bank ha sacado un estudio sobre la globalización llamado Opening economies succeed. More trade boosts growth (PDF). El título es significativo, porque recoge la principal conclusión: la apertura al exterior favorece el crecimiento económico.

Después de un repaso a algunos argumentos (Smith-Ricardo y otros) que explicarían que el intercambio y la inversión directa favorecen el crecimiento, el autor, Marco Neuhaus, hace una breve historia de la globalización desde 1870 a nuestros días.

La Belle Epoque, el período que corre desde 1871, por precisar un año, a 1914, es la época en que el liberalismo llegó a su mayor esplendor político, aunque coincide con un agotamiento del ideal liberal en la discusión intelectual. Ese triunfo del liberalismo se manifiesta en una integración económica creciente, antecedente de la actual, y que entonces fue más lejos que la actual. En esos años el porcentaje del comercio global y las transferencias globales de capital sobre el PIB, dos indicadores de la integración económica, crecieron en esos años. Es una época de grandes migraciones y en la que los viajes se multiplicaron a un ritmo inopinado. Tenía entonces menos restricciones legales que hoy.

La Gran Guerra, el derrumbe del liberalismo, que recibió la puntilla con la Gran Depresión, el abandono del Patrón Oro y el New Deal, y los éxitos indudables de socialismo y nacionalismo hicieron que la libertad comercial se resintiera y se apostara de nuevo por el nacionalismo también monetario y comercial. Una regresión intelectual, moral y en última instancia económica. El punto álgido de esa evolución fue la II GM. Tras ésta se produce una gradual recuperación de la economía global, siempre condicionada por Bretton Woods y sus infaustas instituciones. De hecho, Marco Neuhaus dice que la fuerza principal tras el drástico incremento en los flujos de capital de los 30 últimos años ha sido el colapso de Bretton Woods.

Por lo que se refiere a los últimos 25 años, las economías en desarrollo siguen siendo más cerradas que las más ricas, pero son las que más han avanzado en apertura e incorporación al capitalismo global. Esta es la razón principal, entiende el autor, de que el crecimiento en estas naciones más pobres haya sido más rápida. Con dos estrellas por lo que se refiere a grado de cambio hacia la incorporación al comercio mundial: Méjico y Turquía. El tercer país que más rápido se ha abierto es Corea del Sur. Entre los países desarrollados los más destacados son España e Irlanda. Nuestro país es el cuarto del mundo en avance en la integración en el comercio entre 1980 y 2005, mientras que India ocupa el quinto lugar y China el 24.

Por lo que se refiere a grado de apertura en 2005, según la definición del Deutsche Bank, los países más abiertos son, por orden, Bélgica, Alemania, Holanda, Corea del Sur, Malasia, Francia, Australia, Irlanda, Tailandia y China. España ocupa el lugar número 12, después de Suiza y por delante de Japón.

Dedica dos breves epígrafes a España e Irlanda. Del nuestro dice que el secreto del éxito económico en los últimos años es la integración en la Unión Europea. En Irlanda la clave ha sido más bien la inversión directa, atraída por una fiscalidad menos agresiva que en otros países.

España sigue teniendo un papel destacado en la última parte de su estudio, en el que hace proyecciones hasta el 2020 en torno a la apertura de las principales economías del mundo. Marco Neuhaus cree que las economías se van a seguir integrando. Corea del Sur, China (atención), Turquía, Méjico y Alemania, considera el estudio, son los países que dentro de quince años más abiertos serán al comercio mundial.

En definitiva, una proyección algo optimista, aunque probablemente acertada. En estos momentos se ven más oportunidades para la creciente integración en la malla mundial de intercambios que de regresión.

Las últimas palabras del estudio:
Hace unos 150 años Marx y Engels predijeron que en lugar de la vieja reclusión local y nacional y de la autosuficiencia, tendremos interacciones en todas las direcciones, una interdependencia universal de las naciones. Han demostrado estar en lo cierto; desde la segunda mitad del siglo XX al menos la tendencia hacia la globalización no se ha roto. Y también en el futuro las naciones más industrializadas y las que están en desarrollo se abrirán más al comercio internacional.
Amén.

Comentarios

 
La Belle Epoque ¿no empezaría en 1871 y no en 1971?
Enviado por el día 28 de Noviembre de 2005 a las 09:31 (1)
Más bien.
Enviado por el día 28 de Noviembre de 2005 a las 14:01 (2)

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