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23 de Octubre de 2006

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Libertad de enseñanza

Para mi artículo más reciente en Libertad Digital, Libertad de enseñanza, me he servido de una cita excelsa del Duque de Rivas, que he sacado, como digo al comienzo, de un artículo muy bueno de Alicia Delibes. Dice:
El pensamiento es de suyo lo más libre entre las facultades del hombre; y por lo mismo han tratado algunos gobiernos de esclavizarlo de mil modos; y como ningún medio hay más seguro para conseguirlo que el de apoderarse del origen de donde emana, es decir, de la educación, de aquí sus afanes por dirigirla siempre a su arbitrio, a fin de que los hombres salgan amoldados conforme conviene a sus miras e intereses. Mas si esto puede convenir a los gobiernos opresores, no es de manera alguna lo que exige el bien de la humanidad ni los progresos de la civilización. Para alcanzar estos fines es fuerza que la educación quede emancipada; en una palabra, es fuerza proclamar la libertad de enseñanza.
Sigo, en mi artículo:
La libertad de enseñanza. ¿Existe hoy en España? El dueño de un colegio privado ¿De qué es dueño, aparte de las paredes que contienen las aulas, de las instalaciones, del material escolar? Pues lo que en ellas se enseñe no depende de su criterio, de su vocación educativa o de su deseo de cumplir con los deseos de los padres, sino de un programa oficial. En una sociedad libre, los colegios podrían elegir el suyo propio. Incluso habría programas elaborados por Reales Academias o por otras instituciones, a las que los colegios podrían adherirse, a voluntad. No habría limitaciones para la elección, en competencia, de nuevos y viejos métodos educativos. Los padres recuperarían en la práctica un derecho que solo a ellos pertenece, y es elegir lo que consideran más adecuado para la formación de sus hijos. Lo que entienden que les conviene para desarrollar su persona, para situarle en la sociedad, en el país y la cultura que les ha tocado.
Yo acabaría con la idea de un programa oficial. Al menos, con que fuera obligatorio. ¿Os imagináis varios currícula en competencia? Para cada cual trabajarían las mejores mentes (nada de políticos deseando envenenar las mentes más inmaduras), habría varias propuestas y cada colegio elegiría una u otra. Habría colegios independientes, con su propio curriculum o con variaciones hechas a partir de otros.

En mi artículo sigo exigiendo libertad de enseñanza, como no podía ser menos. Pero ahora me dirijo al que ha publicado Gabriel Calzada. Él, independientemente, ha tratado también el asunto de la libertad educativa en Euzkaldunización y educación pública. Explica que
El Foro Nacional de Debate del País Vasco ha llegado a un acuerdo de mínimos que siente las bases del modelo educativo de un País Vasco independiente y, como era de esperar, socialista. La idea es crear un sistema que sirva para "euskaldunizar a los alumnos" y que de paso ayude a la desaparición del castellano.
Son los sueños totalitarios y de transformación social que le dan vidilla a los serviles. Explica Gabriel que
Desde que en 1717 el estado totalitario prusiano legislara, por voluntad de Federico Guillermo I, la asistencia obligatoria de todos los niños a colegios estatales, el modelo se ha extendido por todo el continente y no ha habido político que se resistiese a la tentación de usar ese fabulosa arma de dominación política. "Educación del Estado, para el Estado y por el Estado"; así definió el modelo de público y obligatorio uno de los más destacados defensores prusianos de este esquema para abducir cerebros juveniles y disciplinarles para mayor gloria de la nación. La imposición del servicio militar obligatorio avanzó de la mano de la educación estatal y sería difícil imaginar que hubiese podido ponerse en práctica de otro modo. La Revolución Francesa es un buen botón de muestra. El caso francés es interesante porque los políticos revolucionarios franceses no sólo establecieron la educación obligatoria en 1793 sino que impusieron la lengua francesa como el único idioma de esa "República, una e indivisible".
Por eso hay que acabar con la educación pública. No basta el cheque escolar. Hay que cerrar las aulas gestionadas por el Estado.

Comentarios

 
Con mucho menos acierto, dado que soy un recién llegado a estos temas, reflexionaba yo sobre el tema en mi blog:

http://unnombrealazar.blogspot.com/2006/10/liberta...

El Estado considera:
a) que puede acertar con los objetivos educativos de los padres al educar a los hijos;
b) que estos objetivos han de ser iguales para todos los padres, negando la variedad de deseos válidos;
c) que él mismo (Estado) es el mejor proveedor de servicios, por lo que ha de privilegiar la educación pública.

La realidad dice que:
a) lo que ofrece el Estado no es, precisamente, lo que quieren los padres;
b) que, en la misma medida que hay modos de vivir distintos, también hay modos de educar distintos y que no todos los padres buscan lo mismo;
c) que los colegios públicos son más caros y consiguen peores resultados académicos.

http://unnombrealazar.blogspot.com/2006/10/ms-bara...
http://unnombrealazar.blogspot.com/2006/10/escuela...

Ahora bien, a mí me sigue quedando una duda, que me gustaría compartir con vosotros: imaginando libertad absoluta, ¿qué hacer si un padre decide no dar ninguna enseñanza 'académica' a sus hijos y, por contra, se los lleva a arar desde que tienen seis años? ¿La libertad llega hasta acá?
Enviado por el día 23 de Octubre de 2006 a las 11:31 (1)
Sí. Es imaginable que se den esos casos, como es posible que en un entorno de libertad un grupo de padres lleven a sus hijos a un colegio comunis-nacionalista con pedagogía voluntaria, en el que los alumnos enseñan a los profesores y por religión se enseña la cienciología.

Con todo, prefiero la libertad absoluta. ¿Qué considerarías tú?
Enviado por el día 23 de Octubre de 2006 a las 12:35 (2)
Por cierto, topo, un saludo.
Enviado por el día 23 de Octubre de 2006 a las 12:36 (3)
No me parece nada complicado el problema. ¿Qué se hace con los padres maltratadores? primero que están mal vistos y en casos graves la cárcel, pasando por la pérdida de la patria potestad. El esquema, salvando la diferencia de gravedad de conductas, puede ser el mismo para los padres que no escolarizan a sus hijos. Puede ser un perjucio para ellos o no. Por ejemplo, mantenerlos analfabetos podría considerarse un delito dado que quien no sabe leer tiene muchos problemas.

Los juristas no me parece que tuvieran mayores problemas con la libertad de escuela que con la libertad de los padres para elegir una manera adecuada de llevar a sus hijos.
Enviado por el día 23 de Octubre de 2006 a las 13:09 (4)
En esencia si un padre decide que está mejor el niño arando que siendo educado en un colegio no veo porqué los demás debamos interferir en su decisión. Tiene derecho a pensar que su trabajo es mas beneficioso para su familia, a la que el niño está adscrito, que el que se eduque en materias que sólo para su futuro pueden tener algún valor. De todas formas, un hijo no tiene porqué estar ligado eternamente a sus padres y en una sociedad libre acabará tomando sus decisiones libremente en el momento en el que tenga el valor de asumir sus consecuencias, de ser responsable. Yo conozco un caso en el que un niño que no hizo mas que la obligatoria y a regañadientes, las necesidades de la casa era grandes, al crecer decidió estudiar por las noches, se sacó la carrera de económicas por la UNED y no hace mucho ha llegado al nivel más alto de la escala de funcionarios superando unas complicadas oposiciones.

La moraleja de este ejemplo es que el deseo hace más efectivo el estudio que la obligación.

Y esa es una de las razones del fracaso escolar, la obligatoriedad del mismo. Nos encontramos con que muchos chicos no tienen ningún interés por estudiar y se dedican a fastidiar en clase interrumpiendo el ritmo cuando no siendo agresivos, ofensivos y cuasidelincuentes con compañeros y profesores. No sólo eso, sino que muchos padres cumplen con la “obligación” de llevar a sus hijos al colegio sobre todo cuando a ellos les quitan un trabajo de encima como sería el educarlos y el estar pendientes de que la educación que reciben sea la adecuada. Es decir, la educación pública fomenta la abulia y el desentendimiento de la labor de los padres sobre el proceso educativo. Eso cuando no lo que implica que según están puestas la leyes actuales se crean en el derecho de reclamar la negociación de las notas de sus hijos independientemente de la verdadera capacidad de su hijo.

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Enviado por el día 23 de Octubre de 2006 a las 14:36 (5)
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Con esto ultimo me gustaría hacer una puntualización. ¿No es precisamente ese aspecto de “facilitar” el trabajo a los padres el verdadero atractivo de la educación pública? Es decir, ¿nos podemos imaginar a la mayoría de los padres escrutando el currículo de los colegios para asegurar el éxito de su esfuerzo? Por otro lado, el hecho de que sea … por así decirlo… igualitaria la escuela pública no se está vendiendo la idea de que como todos son igualmente … mal educados, nadie sobresaldrá y así mi dejadez no tendrá consecuencias?

Los males de le educación pública no están sólo en lo que hace con los hijos sino en lo que fomenta de malo en los padres y en la sociedad en general.
Enviado por el día 23 de Octubre de 2006 a las 14:40 (6)
Reconozco que tengo dudas respecto a los límites en la libertad de los padres con respecto a la educación de sus hijos. Está claro que la libertad sus ventajas, pero también su precio. En general, las ventajas superan al costo. Y, en todo caso, que cada cual apechugue con las consecuencias de sus actos.

Ahora bien, en este caso estamos hablando de hijos que paguen lo que sus padres hicieron. ¿Dónde está el límite? Yo no me refiero a maltratadores, porque esos violan el derecho del niño a la integridad de su propio cuerpo. Castigar el maltrato es algo que no plantea dudas. Pero, ¿habría que castigar o impedir la pedagogía estrambótica, esa que cerrará muchas puertas a un niño cuando se haga mayor? Imaginad a un padre que opta por no hablar a su hijo durante los primeros años de su vida, con el argumento de que ya decidirá el chaval cuando sea adulto el idioma que quiere como propio. Si hace eso, lo está condenando a no poder adquirir el habla nunca. (Sí, sé que el ejemplo es extremo). ¿Es esto tolerable? ¿Estos casos infrecuentes son un precio que vale la pena pagar para garantizar la libertad de los padres? Dudo, dudo.

Enviado por el día 26 de Octubre de 2006 a las 20:50 (7)

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