20 de Diciembre de 2008
« "No atacamos el castellano, defendemos el catalán" | Principal | Propalestino a fuer de proisraelí »
El asesor científico de Obama y Julian Simon
John Holdren será el director de la Agencia de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca y co-presidente del Consejo de Asesores del Presidente en Ciencia y Tecnología. Entre lo muy poco que se ha dicho de él se han pasado dos datos importantes que destaca John Tierney (vía Instapundit) y que remiten a dos historias bien conocidas por los lectores de este blog y de Liberalismo.org. La primera es la famosa apuesta de Julian Simon y Paul Ehrlich, que relataba así Toni Mascaró:
El lugar fue Social Science Quarterly, donde Simon desafió a Ehrlich con una apuesta. El arma de Simon fue "una oferta pública a tomar 10,000 dólares [...] en mi creencia de que el coste de las materias primas no controladas por el gobierno (incluyendo grano y petróleo) no aumentará a largo plazo." Se trataba de elegir alguna materia prima que uno pensara que tuviese los días contados - cobre, estaño, cadmio, lo que sea- y señalar una fecha cualquiera en el futuro, "cualquier fecha más allá de un año," y Simon apostaría a que el precio de la materia prima iba a ser inferior del que era en el momento de hacer la apuesta.
Es decir, Simon sostenía que, cualquiera que fuese la materia prima elegida, esta se haría más abundante en el futuro y por tanto su precio tendería a abaratarse. Por ello, si alguien apostaba las reservas disponibles de alguna materia prima iban a menguar y, por lo tanto a encarecerse, y así sucedía, Simon se comprometía a pagar el aumento del precio.
Paul Ehrlich se presentó con su esposa y sus colegas John Holden y John Harte para aceptar la sorprendente oferta de Simon "antes de que otra gente avariciosa se apunte." Escogieron cinco metales que a su parecer sufrirían grandes aumentos en sus precios: cromo, cobre, níquel, estaño y tungsteno. Luego, sobre el papel, compraron doscientos dólares de cada uno, para una apuesta total de mil dólares, tomando como índice los precios del veintinueve de septiembre de 1980 y estableciendo un periodo de diez años.
Y se sentaron a esperar durante una década. A esperar hasta el día veintinueve de septiembre de 1990.
El resultado es conocido: los ecologistas apocalípticos pagaron silenciosamente a Simon y siguieron defendiendo sus tesis... a pesar de que la realidad les había desmentido. Sí, Holden continuó pensando lo mismo. Tanto es así que fue uno de los responsables de la ridícula respuesta del Scientific American al libro de Lomborg El ecologista escéptico.
En definitiva, Obama no ha reclutado a Ehrlich, el asesor "científico" de Al Gore, pero es lo más cerca que podría haber estado de hacerlo sin que las alarmas sonaran inmediatamente. Malas noticias para la ciencia, pero excelentes para la politización de la misma.
Comentarios
Por cierto, es Holdren, no Holden. : -)
Koldo
No se admiten ya más comentarios.