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13 de Enero de 2006

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Orden Natural
Bitácora de Juan Fernando Carpio

Información y predicción


En esta anotación realizo una serie de consideraciones sobre la información, la capacidad predictiva y la función de la economía en respuesta a Egócrata. Primero, analizo brevemente los problemas de la información, luego demuestro la imposibilidad de determinar la elección y, por último, afirmo que la economía no puede pretender predecir el futuro, sino describir la realidad de la acción humana.


A raíz del anterior post sobre la teoría de juegos y la acción colectiva se ha abierto otro debate, también muy interesante, que querría concluir antes de iniciar ninguno nuevo: las implicaciones que la ausencia de información completa tienen sobre el desarrollo de la ciencia económica. Las dos posturas que han surgido hasta la fecha son dos: la de Egócrata y la mía.

Para Egócrata la carencia de información por parte de los agentes es un aspecto que puede modelizarse para predecir cómo afectará en su elección. La función de la economía (en realidad una de las funciones de la economía, ya que, al final, lo que pretende justificarse con esta idea de las sociales es la intervención y el control predecible) consecuentemente, es predecir cuál será el estado futuro de la sociedad en un momento dado.

Mi postura, tal y como la he expuesto hasta el momento, puede resumirse en lo siguiente. No puede modelizarse la ausencia de información pues el analista ignora -no tiene información- cuánta información desconoce y, sobre todo, la importancia de esa información para el agente susceptible de descubrirla. Por ello, el objetivo de la ciencia económica no es predecir que ocurrirá en la sociedad, sino describir las implicaciones lógicas y necesarias de la acción humana. Voy a ampliar un poco mi postura.

Información

La información sólo existe en la sociedad en tanto algún individuo la haya creado, voluntaria (experimentación) o involuntariamente (serendipia). Para crear información uno tiene que valorar una realidad externa que, como luego veremos, puede ser visible o no. La valoración supone una acción consciente; sin esa deliberada acción, no aprehendemos ninguna información.

Por supuesto, esto no significa, como me recrimina Egócrata, que los hechos a partir de los cuales se obtiene esa información no preexistan a la acción, sino que la información es un resultado de la acción. Por ejemplo, hasta que alguien no descubrió que la Tierra era redonda esa información no existía, a pesar de que la Tierra fuera redonda. Ahora bien, Egócrata habla de hechos que engendran información, yo hablo de realidad, lo cual es un concepto más amplio.

Tampoco significa mi primera afirmación que la realidad a partir de los cuales nazca la información preexistan en todos los casos o que esa realidad también deba ser fruto de la acción humana. Las instituciones sociales son realidades que no ha creado ningún hombre y de las que, sin embargo, somos capaces de extraer un volumen extraordinario de información. Tampoco he dicho que la acción por la que surge esa información deba tener como propósito extraerla; la serendipia implica que de una acción deliberada podemos alcanzar conclusiones no pretendidas pero que juzgamos útiles para el futuro.

De todas formas, hasta el momento no hemos dicho gran cosa. Recordemos que estos párrafos sólo sirven para indicar cuándo existe una determinada información en la sociedad. Para cada individuo, pues, la información que otros poseen resulta irrelevante (para su acción) hasta que no la descubra. Nuevamente, aquí digo lo que digo, y no otras cosas. No digo que un pobre desarrollo de la ciencia sea inútil para el individuo hasta que no la comprenda, ya que el desarrollo científico puede plasmarse en medios que el individuo, una vez los conoce sí puede incorporar a su acción; digo que la información científica directamente no determinará su acción. Por analogía, tampoco he afirmado que la información ajena no vaya a influir en su acción a través de la coordinación con las acciones informadas otros individuos, sino que, de nuevo, su acción no quedará directamente determinada por esa información que no tiene. Por último, tampoco estoy diciendo que para el individuo carezca de importancia que los demás tengan más o menos información; cuanto más sepan las otras personas, más sencillo me será obtener e incorporar su información por simple mimetismo; lo que he dicho es que, mientras el individuo no obtenga esa información (con mayor o menor dificultad), será irrelevante para su acción.

Dado que el individuo no puede saber lo que no sabe ni cuánto no sabe, su acción no queda condicionada por lo que ignora, sino por lo que conoce. Y de nuevo, esto no significa que si conoce la circunstancia de que ignora algo, su acción no vaya a verse modificada, porque en este caso sí tiene información (que le falta por conocer algún dato).

En conclusión, la información que tiene un individuo es una realidad (o un hecho) para otro individuo que no la posee, apto para ser descubierto e incorporado a su acción. De la misma manera cuando la tierra era redonda y nadie lo sabía, no existía esa información, cuando un individuo desconoce lo que otro sabe, para ese primer individuo no existe tal información. Ahora bien, una situación se diferencian de la otra en que los individuos pueden comunicar esa información de la que disponen a otros individuos, y la tierra no. Esta comunicación puede tener lugar de dos formas: 1º De modo deliberado y 2º de modo inconsciente.

El modo deliberado requiere a) tener información sobre la existencia de otro individuo, b) poder formalizarla y c) querer hacerlo. Como vemos, en todos los casos se requiere acción. Si no concurre a), una parte no sabrá a quién trasladar la información. Si no concurre b), no podremos trasladarla (¿cómo explicarle a un ciego cómo es el color rojo?). Si no concurre c), por definición no lo haremos.

El problema es que gran parte de la información es dificilmente articulable, ya que es una información basada en la experiencia (know how). Sabemos hacerlo pero no sabemos explicar cómo hacerlo; lo cual son dos cosas distintas. Lo primero es un conocimiento de tipo práctico, lo segundo de tipo científico. Podemos saber montar en bici, pero no explicar los fundamentos físicos por los que alcanzamos el equilibrio. Podemos saber cómo actuar empresarialmente, pero no tener ni idea de cuáles son los fundamentos económicos que subyacen a esa actuación. Este punto es relevante para nuestra crítica de la economía neoclásica como luego veremos.

El modo inconsciente de transmitir la información no requiere de una acción por parte de quien la posee, sino de quien la adquiere. Un individuo observa una situación de la cual extrae unas conclusiones que interioriza. Por ejemplo, escondo un teroso es el monte y otro me espía. Yo no he transmitido ninguna información de manera deliberada, pero otro sí que la ha adquirido.

Por tanto, sin acción no existe información. Como ya apuntara Hayek, el gran problema de los analistas neoclásicos es que creen disponer de todos los datos de la sociedad, cuando esos datos no están dados para todos sus miembros, ni siquiera para ellos mismos.

Predicción

El cometido de la ciencia económica no puede ser el de determinar la elección de cada ser humano. Como sabemos, toda acción implica una elección de medios y fines. Esa elección dependerá de la utilidad y el valor que, respectivamente, asignemos a unos y a otros.

El valor es una información de carácter individual, privativa y no articulable. Las personas no podemos conocer el valor que una persona atribuye a un fin a menos que nos lo diga, con el riesgo de que nos engañe. Pero aún así, el valor es una realidad (no observable) difícilmente articulable. ¿Cuánto valor atribuyes a este coche? Mucho, poco. Las respuestas son escasas y difusas.

Para hacer una predicción sobre la elección deberíamos, pues, en primer lugar, conocer cuál es el valor que todos los miembros de la sociedad atribuyen a todas y cada una de las realidades de las que tienen información y, además, suponer que esa valoración permanece constante. En otras palabras, tenemos que suponer que: a) podemos formalizar el valor que cada sujeto atribuye a cada realidad, b) que ese valor no se ve influido por la situación (por ejemplo, si no tengo hambre no valoraré mucho un chuletón, pero si estoy cuatro días sin comer le atribuiré un gran valor), c) que ese valor, aun siendo independiente de las circunstancias espaciales, no varía a lo largo del tiempo, d) que el agente nos ha comunicado sus valores reales y e) que no se producirán por parte del actor nuevos descubrimientos de información.

En mi opinión, los puntos cruciales son c) y e). No podemos suponer que las valoraciones del actor no cambiarán (y, por tanto, no podemos suponer la constancia de los datos con los que cuenta el analista) ni tampoco podemos anticipar que no vaya a descubrir o crear nueva información que modificará su acción y sus valoraciones.

Determinar científicamente la elección es simplemente imposible y, por tanto, ninguna ciencia debe pretender hacerlo. Otra cuestión es que la estrategia empresarial tenga en cuenta las expectativas de acción de otros individuos, pero eso no es ciencia, pues no te determina leyes apodícticas.

Los neoclásicos, por supuesto, pretenden determinar la elección a través de funciones de utilidad que, como ya hemos visto, no tienen valor científico alguno. Una función de utilidad es una función matemática que nos dice que la utilidad de un sujeto depende de este bien y de este otro. Si sometemos la función de utilidad al test de la no variabilidad temporal, vemos cómo se derrumba.

Pero el objeto de la discusión con Egócrata lo hemos centrado en el punto e). En su opinión, sí es posible solventar el problema de la ausencia de información, incluyéndola en las restricciones. Sin embargo, como hemos visto, a) la ausencia absoluta de información no influye en la acción humana (la curiosidad supone una información primaria y poco detallada; si yo no sé que existe Urano no tengo curiosidad sobre él), b) el analista económico también carece de la suficiente información como para incluirla en su modelo, c) no conocemos el valor que ese sujeto atribuirá a la nueva información en caso de descubrirla.

Egócrata pone un ejemplo de información asimétrica para demostrar que sí es posible hacer predicciones sobre la elección. Resumiéndolo (mejor que lo lean entero), un mercado de coches de segunda mano tiene el problema de que los precios no transmiten realmente la información: un precio alto debería indicar que el coche es bueno y uno bajo que es malo. Sin embargo, los vendedores pueden tratar de engañar, subiendo los coches en un estado pésimo pero con buena apariencia. Este problema de información asimétrica puede solventarse con garantías de diverso tipo.

Este ejemplo, no obstante, no siirve para predecir la elección de cada individuo. Primero, porque como el mismo Egócrata reconoce: los potenciales compradores, si piensan un poco, empezaran a darse cuenta que la mayoría de vendedores tratan de dar gato por liebre, y empezarán a sospechar. Como vemos, para obtener información hay que actuar y esa información es lo que, a su vez, determinará el rumbo de la acción. En este caso, los consumidores han llegado a la conclusión de que los precios pueden no ser indicativos de la calidad y, por ello, exigen otro tipo de garantías. Pero, como ya hemos dicho, en este caso, el consumidor sí sabe lo que desconoce, es decir, sí tiene información.

Por tanto, ya de entrada, los consumidores que no hayan llegado a esa conclusión y que tradicionalmente se hayan guiado por los precios como reflejo de la calidad, no exigirán garantías. Segundo, aun teniendo esa información, el consumidor puede desecharla y considerar que el coche tiene "buen aspecto". Tercero, el consumidor puede descubrir nueva información (por ejemplo, si el vendedor le deja probar el coche o si se ha fijado por casualidad en un detalle en mal estado del automóvil) de la que no disponía al principio pero que condicionará su acción.

En los tres casos, la elección contraria es posible a la que describe Egócrata (las garantías). De hecho, no todos los automóviles de segunda mano se venden con garantías o, en otros casos, se elimina la garantía a cambio de una reducción del precio o un incremento en los complemetos.

El analista no conoce ni el valor que atribuye el individuo al coche, ni la información que éste puede llegar a descubrir (bien porque ni siquiera se haya creado o porque no pueden determinar si la aprehenderán). Por tanto, todas sus predicciones sobre la elección serán hipotéticas, pero no apodícticas. Y esto no es una ciencia.

La función de la economía

Como ya hemos comentado, existen realidades visibles y no visibles. El elemento principal de la ciencia económica es el valor, pero el valor ex ante, anterior a la acción. Por tanto, el valor no es observable, sólo podemos contemplar la acción guiada por los valores del agente, pero desconocemos cuáles son esos valores o si ya han cambiado.

En ese sentido, la labor de la economía consiste en relacionar realidades no observables (el valor) con otras observables (la acción). Dado que el fundamento no puede observarse, no caben hacer predicciones sobre la acción concreta; sólo podemos aproximarnos a las restricciones objetivas en las que tiene lugar la acción. Por ejemplo y de manera paradigmática, la utilidad marginal decreciente: la unidad marginal de un stock de bienes considerados idénticos por parte del actor, tendrá un valor inferior a las anteriores.

Con todo, esta ley económica depende, en el caso concreto, de una realidad no observable y es "la idéntica consideración por parte del actor". Cuanto podemos afirmar es que si esa circunstancia concurre, entonces la consecuencia, necesariamente, será la descrita.

La economía no predice el estado futuro de las cosas, sino las implicaciones lógicas de la acción. Sabemos que un incremento de la demanda de un bien incrementa su precio, pero ¿realmente se incrementará en la realidad? ¿Es esto una ley? Desde luego, si la cantidad de ese bien se dobla, es probable que no se incremente el precio, incluso que disminuya. Sin embargo, lo cierto es que un aumento de la demada sí incrementa el precio por encima del que hubiera alcanzado; o en el caso descrito, el precio es menos bajo de lo que hubiera sido.

La economía, por tanto, establece relaciones entre hechos y contrahechos. Entre lo que ha ocurrido y lo que hubiera ocurrido. En este sentido, sí son posibles ciertas pattern predictions o predicciones cualitativas, que decía Hayek, pero se trata de predicciones no necesariamente observables. Podemos predecir que, en caso de que la demanda haya aumentado (y ésta es otra información de difícil observación) el precio será más alto de lo que hubiera sido en otro caso.

Las leyes son leyes aun cuando no sepamos si todos sus presupuestos concurren en un momento dado. Si X, dado Y, entonces Z. El analista económico, que pretende utilizar la economía como herramienta predictiva tiene dos grandes problemas: tiene que verificar cuando se da X (por ejemplo, aumentos de demanda) y, sobre todo, tiene que controlar Y.

El problema es que Y NO está dado, varía y se modifica. Y son los valores, las informaciones y los distintos cursos de acción posibles. El analista, como ya hemos visto, no dispone de Y, y aun cuando dispusiera de ella, tendría que asumir que permanece constante, lo cual en el mundo de la acción es demasiado suponer. Es más, el propio analista es un actor que carece de toda la información; el analista no sólo debe ser consciente de que los datos de los que dispone no están disponibles para los individuos analizados, sino que la información que puede crearse no está disponible ni siquiera para él. ¿Cómo puede tenerla en cuenta y, por tanto, introducirla en el modelo? ¿Cómo puede conocer el valor que asignará el agente a esa información que nadie conoce, si ese valor todavía no existe?

Los problemas son evidentes e irresolubles. La economía neoclásica y sus métodos económetricos están viciados por este error de origen. Eso no es ciencia, son incapaces de predecir con seguridad (esto no significa que las conclusiones no deban revisarse, sino que la única conclusión a la que su método puede llegar es que no hay conclusión segura). Los resultados econométricos pueden ser útiles para los empresarios o los historiadores, pero no para la economía.

Y es que la ciencia económica debe reconocer su humildad, no puede pretender explicarlo todo y eliminar el componente irreductible de libertad que queda en la elección humana. No puede ser una ciencia totalitaria que lo explique todo. Su cometido es mucho más reducido, salvo para aquellos que pretenden utilizarla como instrumento de ingeniería social.

Comentarios

 
Pregúntale a egocrata qué opina del acierto o desacierto de la síntesis neodarwinista (vulgo "teoría de la evolución"). No es aventurado creer que te dirá algo parecido a que es la mejor teoría que tenemos sobre las especies animales.

Lo interesante dialécticamente para ti de esto que te propongo es el hecho de que esta EXITOSA teoría se enfrenta casi exactamente a lo mismo que el planteamiento (yo lo llamaría teoría, pero parece que os resistís a esa denominación no sé exactamente por qué) de la Acción Humana en economía: No es un marco teórico donde sean posibles predicciones sobre detalles fundamentales de las especies. En la mismísima base de esta teoría biológica está la idea de "variación al azar" en el patrimonio genético de los individuos de una especie. Esto significa que estamos obligados a renunciar DE PARTIDA a la misma posibiliad de predicciones precisas.

Se le puede preguntar luego a egocrata por qué admite sin problemas la teoría de la evolución sin achacarle la falta de cualidades predictivas que sí que achaca al ¿axioma? (¿?¿ :-D)de la Acción Humana. Por qué lo que es una objeción, por decirlo así, "a priori" en un caso no lo es en otro. Si en un caso hay razones puramente epistemológicas para objetar ¿por qué no las hay en el otro?
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 12:00 (1)
Magnífico Rallo. Que prosiga el ataque intelectual contra los cuantofrénicos. La fatal arrogancia de estos cientistas puede llevarnos a mal destino si no desmitificamos su panoplia de falacias.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 12:04 (2)
Por cierto, sobre el proceso heurístico no está mal el "Creatividad, Capitalismo y Justicia distributiva" de Israel Kirzner. Por si alguien le echa un vistacillo.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 12:10 (3)
Perdona que abunde en la cuestión, pero es que la situación gnoseológica de las dos teorías ("evolución" y "acción humana") es extraordinariamente semejante. Mira:

"En este sentido, sí son posibles ciertas pattern predictions o predicciones cualitativas, que decía Hayek, pero se trata de predicciones no necesariamente observables."

Esto es lo que vienen diciendo, "mutatis mutandis", del darwinismo (y de las diversas mejoras de la teoría de Darwin hasta la modera Síntesis Neodarwinista) los biólogos desde el siglo XIX.

Por ejemplo, "algo parecido" a una predicción es lo que ocurre en la paleontología, donde es imposible saber de antemano qué especies animales (diciendo, por ejemplo, qué características anatómicas DEBE o DEBERÝA tener esa "nueva especie") encontraremos en un determinado estrato que se está excavando en estos momentos, PERO sí es posible establecer que NO se encontrarán especies de determinadas características. NO podemos encontrar en estratos del Cámbrico ni un sólo vertebrado, por ejemplo. Y esto no sólo por la simple extrapolación empírica de la realidad de que nunca se han encontrado vertebrados en estratos del Cámbrico, sino por una argumento sólidamente fundamentado en el mecanismo de transmisión de los caracteres físicos entre endividuos de una especie: en la genética: Las características de los vertebrados aparecen por evolución de alguna especie animal que vivió en el Cámbrico MUCHO MÝS TARDE.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 12:12 (4)
Uf, corrijo la frase:

"Las características de los vertebrados aparecen por evolución de alguna especie animal que vivió en el Cámbrico MUCHO MÝS TARDE."

Mejor así:

"Las características de los vertebrados en las especies aparecen MUCHO MÝS TARDE por evolución de alguna especie animal (¡identificada en el registro fósil!)que vivió en el Cámbrico."
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 12:16 (5)
Te he contestado en mi bitácora. Te invito a que lo veas. http://elrinconclandestino.blogspot.com
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 12:59 (6)
¿Pero de verdad has entendido algo de lo que ha explicado Rallo? Vamos, lo de que denota un gran desconocimiento de la microeconomía me ha llegado al alma. Qué atrevida es la ignorancia, por Dios. Rallo únicamente ha atacado la fatal arrogancia de los cuantobobos y econometras que pretenden descubrir verdades apodícticas en aquello que no es más que acción del individuo, con valores que únicamente da el mismo a diferentes bienes,y nadie más puede conocer. Y ese individuo tampoco es capaz de dar una medida a esa utilidad, sólo puede establecer esos valores en clave ordinal (es decir qué importancia tiene para él un bien en relación a otras cosas), nunca cardinal o cuantitativamente. Leer necesitan muchos, sí, y decir menos tonterías también.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 13:17 (7)
Y por cierto, al final el ataque a estos neoclásicos es el mismo de siempre: ¿Por qué se empeñan en dirigir la vida de millones de personas si no disponen de información necesaria para ello? Si ni siquiera disponen de poder para predecir las consecuencias de sus propios actos, ¿por qué contumazmente se esmeran en hacerlo con el entero del conjunto de relaciones entre millones de individuos? Algo sin duda imposible, sólo un Dios sería capaz de ello, y no me cabe la menor duda de que los politicastros y demás tiranófilos distan sobremanera de serlo. Juegos de ingenieria social, los que deseen, pero en su ático o laboratorio, no con mi vida.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 13:33 (8)
Y es que la ciencia económica debe reconocer su humildad, no puede pretender explicarlo todo y eliminar el componente irreductible de libertad que queda en la elección humana. No puede ser una ciencia totalitaria que lo explique todo. Su cometido es mucho más reducido, salvo para aquellos que pretenden utilizarla como instrumento de ingeniería social.

Que fue de la "ciencia de la acción humana" ?XD
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 13:42 (9)
Queda donde estaba. A la ciencia económica, a la praxeología, nunca le ha correspondido determinar ex ante el rumbo futuro de la acción humana. Para anticiparla del mejor modo posible ya está la función empresarial, que utiliza un conocimiento de tipo práctico para servir al consumidor.

La acción humana estudia las implicaciones necesarias de la acción, pero como analistas carecemos de toda la información sobre otras posibles acciones, cuyos efectos pueden contrarrestar a los de las primeras.

Todo el tratado de Mises de la Acción Humana es ciencia, pero en ningún momento pretende predecir el futuro.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 14:45 (10)
Bajo tus supuestos, la ciencia es absolutamente imposible, sea en ciencias sociales o sea en experimentales. Básicamente, porque es imposible mantener la Y constante en ningún caso. La misma observación en física cuántica influye en lo observado; según tú, no es ciencia.

Los economistas, por cierto, tienen un buen cúmulo de predicciones acertadas en su haber. La crisis de Argentina y su "patrón dólar" se veía venir desde hacía siglos. Si un país pone los tipos de interés al 30% la recesión es segura. La hiperinflación sigue a imprimir moneda como un poseso.

De todos modos, las predicciones de la economía no son deterministas, por el mismo problema de la recolección de datos. Los economistas tienen una idea razonable de qué es veneno para una economía, pero nunca pueden controlar todas las variables.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 16:47 (11)
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 16:49 (12)
De todos modos, comparto con Isidoro el hecho que la ciencia no tiene como objetivo predecir, sino explicar. Los economistas pueden extrapolar de manera razonable, pero son muy conscientes de los problemas que tiene no tener todas las variables.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 16:50 (13)
Por cierto, no me explicado bien en lo de "predecir el futuro". Me refería más a que una teoría científica debe dar hipótesis testables empíricamente.

Si por ejemplo yo digo que "un partido político pierde votos si la economía va mal" ya que mi teoría es que los votantes se guían por eso, puedo comprobarlo con datos. Si los datos lo corroboran, puedo decir que es probable que un país con un crecimiento de -1% tenga un cambio de gobierno. ¿Puedo hacerlo con 100% de seguridad? No, ya que estoy excluyendo variables. Pero puedo decir que cada 0,1 de crecimiento negativo disminuye la probabilidad de victoria de un gobierno en un 5%, por ejemplo.

¿Lo acertaré todo? No, porque mi teoría es burda y excluye variables. Pero puedo predecir con más criterio que alguien que tira un dado y dice que ganan lo buenos si saca pares.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 17:00 (14)
Cuando se trata de relativizar la capacidad predictiva de la ciencia económica se corre un peligro enorme en la dialéctica de las ideas, a saber, que se considere que el socialismo en economía es aceptable frente al capitalismo, dado que ambos son opciones políticas, de política económica, que tienen como base a una economía en la cual no se puede predecir. en realidad sí se puede predecir que es desde el capitalismo desde lo único a lo que podemos llegar a un saber al que llamar ciencia económica, y que, además, puede reducir la pobreza , por ejemplo
http://liberalismo.org/articulo/355/
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 17:03 (15)
Yo estoy bastante de acuerdo con la última intervención de Egócrata. Las predicciones no son la Panacea pero sí pueden ser un instrumento útil para el economista, empresario o científico social a la hora de adoptar una decisión o sacar una conclusión.
No te dan la seguridad absoluta pero sí pueden indicarte un camino o una conclusión. Son una herrarmienta más a tener en cuenta.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 19:43 (16)
El texto de Juan Ramon representa la gloria y la miseria de la escuela austriaca:

La gloria, porque todas esas objeciones epistemológicas son relevantes y porque los economistas neoclásicos y los económetras a veces nos olvidamos del contenido real de nuestra ciencia y de la naturaleza última de los datos con los que trabajamos.

La miseria, porque la cuestión es incluir esas objeciones dentro de nuestros modelos, e intepretar los resultados a su luz. El nihilismo austroliberal es el motivo de su caida en desgracia. Por eso, las ideas de Hayek solo se han formalizado gracias a Buchanan y las de Mises en buena parte gracias a la critica de Lucas.


Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 23:00 (17)
De hecho la economía austríaca ocupa un lugar en el conocimiento económico parecido al de la Teoria Darwiniana antes de la Genética de Poblaciones, es decir cuando ya se conocía el mecanismo lógico de la Ley de Selección Natural pero todavía se ignoraba la estructura matemática profunda del equilibrio genético:

http://kantor-blog.blogspot.com/2006/01/falsabilid...
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 23:04 (18)
Egocrata, bajo mis supuestos es la ciencia realmente posible. Lo otro no es ciencia, a menos que queramos llamar a cualquier cosa ciencia. Los juicios empresariales, donde también se asignan probabilidades sobre el estado futuro de la sociedad, no son ciencia. Los juicios de analistas económicos, que parten de la errónea creencia de tener más información de la que en realidad tienen, tampoco lo son.

La ciencia económica no necesita conocer ex ante cuál será el resultado de la elección. De eso se encarga la función empresarial, no los economistas.

Las restricciones de la acción humana sí son constantes, ese es el motivo de nuestra investigación. Y de esa investigación obtenemos el "escaso" poder predictivo y comprensivo de la ciencia.

De otro modo, tendríais que explicar cómo obtener el valor subjetivo de las personas y cómo constatar que éste no se verá modificado por información nueva. Por cierto, esta restricción, que invalida vuestro análisis, no puede ser retirada de ningún modo, en tanto no podéis conocer cuál será el estado futuro de vuestro conocimiento y, por tanto, no podéis introducir ninguna variable que permita modelizar esa circunstancia.

Los economistas, por cierto, tienen un buen cúmulo de predicciones acertadas en su haber. La crisis de Argentina y su "patrón dólar" se veía venir desde hacía siglos.

No he sido yo el que ha dicho que ninguna predicción sea posible. He dicho que sólo son posibles predicciones cualitativas y que en ocasiones esas predicciones cualitativas no se plasman en hechos observables. Lo que citas son ejemplos de situaciones anticipables por la economía (si bien no en cuanto al momento, el lugar y la magnitud), pero que podrían haber ocurrido de otro modo menos evidente, casi imperceptible.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 23:12 (19)
Eaco está en lo cierto y creo que coincide con el presente artículo
http://www.columbia.edu/~xs23/catala/articles/2006...
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 23:23 (20)
Si un país pone los tipos de interés al 30% la recesión es segura. La hiperinflación sigue a imprimir moneda como un poseso

Ese ejemplo no es válido. En ese caso estás aplicando la ley económica de que un tipo de interés superior a la rentabilidad empresarial provoca su abandono(a no ser que obtenga otro tipo de financiación).

Tu puedes llegar a la conclusión casi segura de que mañana se producirá una crisis, porque todos sabemos que la mayoría de las inversiones en este país tienen una rentabilidad inferior al 30%. Pero ese es un conocimiento fraccionario y que podría verse contrarrestado por otro fenómeno (una entrada brutal y simultánea de ahorro extranjero).

De todos modos, las predicciones de la economía no son deterministas, por el mismo problema de la recolección de datos

Gracias por darme la razón. No sólo es un problema de recolección, sino de inexistencia.

Lo acertaré todo? No, porque mi teoría es burda y excluye variables

Entonces no estamos ante leyes, sino ante intuiciones para las que utilizamos nuestro conocimiento práctico (información no articulable) y científico (conocimiento de la ciencia económica). No hay que confundirlos; yo no he negado que no pueda realizarse ninguna predicción, sino que las predicciones no apodícticas sean ciencia.

Fais, poniendo de relieve el carácter no omnisciente de la economía no se abre el paso al socialismo, sino que se le cierra. Ese es uno de los motivos por los que el socialismo no es posible, que los economistas no pueden predecir el futuro y conocer el alma del ser humano. (Por supuesto, existen otros relacionados con la imposibilidad de cálculo en ausencia de relaciones marginales).
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 23:32 (21)
Siempre me ha parecido más una cuestión de free-riding...

Sobre predicción, la física puede predecir dónde estará la luna en 100 años de manera razonable. Los economistas y politólogos... bueno, no tienen el lujo de hablar de cuerpos con relativamente pocas variables que se mueven en el vacio :-). Podemos decir con cierta confianza que la mayoría de paises que más de la mitad de sus exportaciones son petroleo no serán democracias de aquí 10 años. No somos tan precisos pq nuestras explicaciones son peores, pero vamos, entendemos la realidad de un modo parecido.
Enviado por el día 14 de Enero de 2006 a las 01:02 (22)
Entonces y por resumir a ver si me he enterado de algo:

"La economía es la ciencia de tratar de explicar lo que ha pasado con la esperanza de que no se repitan errores en el futuro y afianzar los aciertos pasados, y sabiendo que el promover políticas totalistas para lo segundo más puede llevar a lo primero."

Eso me parece entender.

Enviado por el día 14 de Enero de 2006 a las 09:49 (23)
La economía puede predecir y predice lo que sucederá acertadamente, pero poner porcentajes a la inflación en precios, de crecimiento económico, de desempleo, etc., es realmente jugar a las adivinanzas, como todos ustedes bien saben. Por eso los econometristas gozan de una mala reputación (pero ayudan a vender periódicos).

El conocimiento avanza hasta donde puede avanzar. El que no entiende esos límites no entiende nada.
Enviado por el día 14 de Enero de 2006 a las 11:15 (24)
Desde el año 2000, el gobierno de EE.UU. ha acumulado más deuda que toda la deuda acumulada, hasta el año 2000, por todos los anteriores gobiernos estadounidenses juntos!

Lo que cuesta no aceptar a la escuela austriaca de economía! Evidentemente, un Estado muy, muy pequeño es lo que se necesita para estos casos. Y quizás semejante bestia - ¿es que cómo se le ocurre a un Estado acumular tanta deuda en 5 años? - debería, como indican los anarcocapitalistas, desaparecer. Voto por que desaparezcan.
Enviado por el día 14 de Enero de 2006 a las 12:09 (25)
Enviado por el día 14 de Enero de 2006 a las 12:11 (26)
Ni los austriacos han podido predecir semejante deuda! ¿O sí?
Enviado por el día 14 de Enero de 2006 a las 12:23 (27)
Un niño de tres años podría:
Bajada de impuestos + incremento de gasto = deuda.

No hace falta ni ser economista.
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 15:06 (28)
No hay que entender la realidad social como si se tratara de un grupo de átomos o de cuerpos sin capacidad de decisión. Precisamente eso es lo que echa por tierra todos vuestros análisis positivistas. El cientismo hayekiano.
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 18:41 (29)
Yo me referí a la deuda más grande de todos los tiempos, egocrata, a su nueva escala. La deuda en sí viene creciendo desde los años 30. (Pareces liberal a ratos.)

¿Será que los demócratas van a poder sacar algún provecho de esta situación? No creo, pero seguro que es una buena hora para un tercer partido.
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 19:00 (30)
Estoy en desacuerdo con el enfoque de tu artículo, querido eaco. La ley praxeológica es un descubrimiento con implicaciones más grandes que las que concedes en este artículo. Se trata, según Mises, de la “tercer ley del universo”, añadida a la ley física y a la ley fisiológica. Por supuesto que, con semejante ley, se pueden y se deben hacer predicciones categóricas sobre el futuro, sobretodo cuando el hombre actúa en contra de ella, particularmente en la rama de la economía, independientemente de la información que se tenga o no se tenga, por ser leyes universales que describen a la mente misma y a su acción (aquello que iorov piensa que todavía el hombre no conoce). Como indica el gran maestro de la economía, Ludwig von Mises (cito a continuación según mi recuerdo de esa lectura), el hombre aprendió con “estupefacción” que hay una “regularidad en la concatenación y secuencia de fenómenos”, una ley que sobrepasa consideraciones sobre el bien y el mal y, según deduzco de lo que recuerdo, consideraciones sobre la poca o mucha información disponible. Se descubre, con esa tercer ley del universo, una estructura de la realidad humana, la ley, llamada praxeológica, que siempre ha regido a la acción humana y a la cual sólo se ignora, en esta era moderna, con grandes poblaciones e industrias, bajo el riesgo de perder la civilización misma. Ya hemos presenciado el fracaso total detrás del muro de Berlín y podemos presenciar atónitos el daño que el enorme Estado estadounidense está por lograr. Ludwig von Mises describe en detalle a esta tercer ley del universo, en lo que a economía se refiere.

Resulta que hay que eliminar el “welfare state” y la intromisión del estado en el campo del dinero. Es una ley impopular de la cual mucha gente no quiere ni saber. “Qué ley ni que ley" o "la ley la hacemos nosotros", dicen.
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 21:37 (31)
Para citar un ejemplo, no importa qué precios se quieren controlar (mediante legislación) o en qué medida se los quiere controlar. La economía dirá que todo control de precios es malo.
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 21:52 (32)
Tu formula, egocrata (28), está nomás buena, che. Verdad que hasta un niño puede enseñarnos a ser responsables.
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 21:54 (33)
Tranquilocomp, no son posibles predicciones apodícticas sobre los hechos que sucederán en el futuro, simplemente porque muchos de esos hechos no son observables o son contrarrestados por otros hechos.

Sabemos que un precio máximo provoca desabastecimiento, pero el precio máximo se define como aquel por debajo del que habría prevalecido en el mercado. No sabemos cuál habría prevalecido (no seamos socialistas), por tanto no podemos afirmar que un precio es máximo o no lo es.

Sabemos que si lo es generará carestía y que si no lo es, resultará irrelevante. Pero aun así, si se establece un precio por debajo del que hubiera prevalecido en el mercado, es posible que otras circunstancias contrarresten la carestía observable (por ejemplo, que el gobierno de EEUU inunde ese país con productos de los que escasean). En ese caso podremos decir que el desabastecimiento será mayor de lo que hubiese sido sin precio máximo, pero no observaremos ningún desabastecimiento.

¿Refutaría eso la relación entre precio máximo y carestía? Obviamente no, porque los análisis teóricos no pretenden conocer todos los datos de la realidad, sino solamente los que sirven para ligar dos fenómenos.

Mises describe extensamente la praxeología, pero la praxeología no necesita observarse; es más, en muchos casos no se observará. Pero ello no le resta ni un ápice de veracidad.
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 22:25 (34)
Bueno, eaco, me has hecho sacar mi Biblia de la economía (Human Action, primera edición, 1949) para ver si mi memoria anda mal y a punto de hacer peligrar mi liberal status ;). Veo que no tanto.

Mises:
“Praxeological knowledge makes it possible to predict with apodictic certainty the outcome of various modes of action [me hubiera gustado leer una línea así en tu comentario]. But, of course, such prediction can never imply anything regarding quantitative matters. Quantitative problems are in the field of human action open to no other elucidation than that by understanding.” (pág. 117)

Es lo que, en esencia, afirmé en mi comentario. Hay verdad en lo que dices pero veo un exceso de cautela, ¿quizás provocado por los lobos socialistas que te acechan?, y me parece notar un orden inverso. Primero viene esta verdad central a la que apunta Mises en la cita - enfatizo que no creo que pueda ser de otra manera, tratándose de la tercer ley del universo -, luego vienen, lógicamente, todas las notas de cautela que sean apropiadas añadir.

Mises, al fin y al cabo, salvó a la economía de Austria de un colapso total, en más de una oportunidad, porque sabía cómo viene la mano y adónde va, y predijo acertadamente las graves crisis económicas que agobiaron al siglo 20. (Se conoce que sufrió al saber lo que pasaría sin poder evitarlo, cómo no.) Recordemos que escribió "La Teoría del Dinero y del Crédito" en 1912 y "Socialismo" en 1922, y con que aplomo!
Enviado por el día 17 de Enero de 2006 a las 03:25 (35)
The predictions of praxeology are, within the range of their applicability, absolutely certain. But they do not tell us anything about these value judgements of the acting individuals and the way they will determine their actions. All we can know about these value judgments has the categorical character of the specific undestanding of the historial sciences of human action. Whether our anticipations of -our own or other peoples'- future value judgments and of the means that will be resorted to for adjusting action to these value judgments will be correct or not cannot be known in advance.

This uncertanty of the future is one of the mail marks of the human condition. It taints all manifestations of life and action.
(...)
Man and his works are always exposed to the impact of unforeseen and uncontrollable events.
(The Ultimate Foundation of Economic Science, 66-67).

Even the valuations of individuals are causally determined. We also understand how they come about. That we are unable to foretell their concrete configuration is due to the fact that we here come up against a boundary beyond which all sientific cognition is dineid to us. Whoever wants to predict valuations and volitions would have to know the relationship of the world within us to the world outside us. Laplace was unmindful of this when he dreamed of his cosmic formula (Epistemological Problems of Economics, 129).

No creo haberme apartado ni un ápice de estas opiniones, aun cuando el método de Mises, en ciertos puntos, sea mejorable (ver: http://www.mises.org/journals/jls/17_1/17_1_3.pdf).
Enviado por el día 17 de Enero de 2006 a las 09:26 (36)
Eaco,
Pero nota que en la cita que me das (36), Mises actúa precisamente como yo comento en (35), es decir con su verdad central por delante y todas las condiciones limitantes después. Insisto en que no se debe subestimar de ninguna manera la enorme capacidad predictiva que proporciona un conocimiento de la economía como ciencia. ¿Qué otra cosa sino eso pueden significar estas dos frases, que citamos acá?

“Praxeological knowledge makes it possible to predict with apodictic certainty the outcome of various modes of action.”

“The predictions of praxeology are, within the range of their applicability, absolutely certain.”

Pues esta capacidad predictiva a la que alude es una herramienta enorme: no existía antes de la economía y no puede existir aún para los que rechazan las enseñanzas de la economía (cuidado que nos pasemos de la raya). Recuerdo, por ejemplo, esto que decía el presidente Boliviano, Carlos Mesa, cuando aún era presidente: “eso de la mano invisible de Adam Smith no se la cree nadie” (luego propuso un estado “más protagonista”, sin visualizar que es Evo Morales el que se encarga de eso).

La historia de los adivinos, econometristas, “self-styled economists”, etc., es algo así como “harina de otro costal”. Para que nadie se confunda, Mises indicó que esa gente no es economista. Era Hayek el que elogiaba a los no economistas como si fueran economistas (con su absurda diplomacia).


Enviado por el día 17 de Enero de 2006 a las 11:47 (37)
Más que “condiciones limitantes” de la praxeología (como dije), se trataría del elemento de la incertidumbre que el hombre como hombre o empresario, necesariamente tiene que confrontar en cada acción que toma - parte del tema en sí -, pero eso no quita la capacidad predictiva de la ciencia. Si hay una “concatenación y regularidad” en las acciones humanas, que antes no se conocía, entonces se pueden predecir muchas cosas de gran importancia con total certeza (actuando ya como economistas).
Enviado por el día 17 de Enero de 2006 a las 12:27 (38)
Yo no he negado que la economía permita adquirir un conocimiento apodíctico sobre las implicaciones lógicas de la acción.

Pero, en tanto el hombre tiene que elegir, y la praxeología no puede determinar el resultado de esa elección (But they do not tell us anything about these value judgements of the acting individuals and the way they will determine their actions), NO es posible predecir el futuro. Repito, podemos saber que instaurar un precio máximo inferior al de mercado provocará una mayor carestía de la que hubiera habido, pero como el conjunto de hechos y elecciones nos resultan desconocidas, no podemos saber si el precio máximo se materializará en una carestía observable.
Enviado por el día 17 de Enero de 2006 a las 19:04 (39)
El futuro de las malas políticas económicas.
Enviado por el día 19 de Enero de 2006 a las 12:48 (40)

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