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Contra la propiedad intelectual

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Traducido por Mariano Bas Uribe

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Resumen de la Ley de Propiedad Intelectual

Tipos de propiedad intelectual

La propiedad intelectual es un concepto amplio, que incluye varios tipos de derechos reconocidos legalmente y que surgen de algunas formas de creatividad intelectual.[1] Los derechos de propiedad intelectual son derechos sobre bienes intangibles[2] -sobre ideas, expresamente (derechos de autor) o incluidas en una implantación práctica (patentes). Tom Palmer lo expresa de esta manera: “Los derechos de propiedad intelectual son derechos sobre objetos ideales, que se reconocen por el soporte material en el cual se sustancian”.[3] En los sistemas legales de hoy en día, la propiedad intelectual normalmente incluye como mínimo derechos de autor, marcas registradas, patentes y secreto industrial.[4]

Derechos de autor

Los derechos de autor son derechos otorgados a autores de “trabajos originales”, como libros, artículos, películas y programas de ordenador. El derecho de autor da un derecho exclusivo para reproducir el trabajo, realizar trabajos derivados de éste o presentarlos o representarlos públicamente.[5] Los derechos de autor sólo protegen la forma o la expresión de las ideas, no las propias ideas subyacentes.[6]

Aunque un derecho de autor puede registrarse para tener ventajas legales, no tiene que registrarse para existir. Por el contrario, un derecho de autor viene a existir automáticamente en el momento en que la obra se “fija” en “un medio de expresión tangible” y dura toda la vida del autor más setenta años o noventa y cinco años en caso de que una empresa tenga el derecho.[7]

Patentes

Una patente es un derecho sobre inventos, es decir, dispositivos o procesos que realizan funciones “útiles”.[8] Un ejemplo del tipo de dispositivo que puede patentarse sería una ratonera nueva o mejorada. En la práctica, una patente ofrece al inventor un monopolio limitado de la fabricación, utilización o venta del invento. Sin embargo, la patente en realidad sólo le da un derecho de exclusión (esto es, prohíbe a otros aprovechar la invención patentada); en realidad no le garantiza el derecho a utilizar la invención patentada.[9]

No es patentable cualquier innovación o descubrimiento. La Corte Suprema de EEUU, pro ejemplo, ha identificado tres categorías de sujetos no patentables, que son “leyes de la naturaleza, fenómenos naturales e ideas abstractas[10]”. Sin embargo, reducir ideas abstractas a cierto tipo de “aplicación práctica”, es decir, a “un resultado útil, concreto y tangible”[11] es patentable. Las patentes en EEU, desde el 8 de junio de 1995, duran desde el día de la concesión hasta veinte años de la fecha de solicitud original de la patente[12] (el plazo anterior era de diecisiete años desde la fecha de concesión).

Secreto industrial

El secreto industrial consiste en cualquier fórmula confidencial, dispositivo o parte de información que otorga a su poseedor una ventaja competitiva mientras se mantenga en secreto.[13] Un ejemplo sería la formula de la Coca-Cola®. Los secretos industriales pueden incluir información que no sea completamente novedosa como para estar sujeta a protección de patente, o no tan original como para ser protegida por derechos de autor (por ejemplo, una base de datos sísmicos o listas de clientes). Las leyes de secreto industrial se utilizan para evitar “apropiaciones injustas” de éstos o para compensar los daños que puedan producir esas apropiaciones.[14] Los secretos industriales están protegidos por las leyes estatales, aunque recientemente se ha dictado una ley federal para evitar el robo de secretos industriales.[15]

La protección del secreto industrial se obtiene declarando que los detalles de cierto sujeto son secretos. El secreto industrial teóricamente puede durar indefinidamente, aunque la divulgación, ingeniería inversa o las invenciones independientes pueden destruirlo. Los secretos industriales pueden proteger información y procesos, es decir, compilaciones de datos y mapas no protegibles por derechos de autor, y también puede usarse para proteger código fuente de software no publicado y que no puede protegerse mediante patente. Una desventaja de confiarse a la protección del secreto industrial es que un competidor que invente independientemente aquello que está sujeto al secreto de otros puede obtener una patente del dispositivo o proceso e impedir de hecho que el inventor original (quien posee el derecho sobre el secreto industrial) pueda utilizar la invención.

Marcas registradas

Una marca registrada es una palabra, frase, símbolo o diseño utilizado para identificar el origen de bienes o servicios en venta y distinguirlos de los de otros. Por ejemplo, la marca y el diseño de Coca-cola® que aparecen en sus latas de refresco les identifican como productos de esa compañía, distinguiéndoles de competidores como Pepsi®. La ley de marcas registradas principalmente impide a los competidores “infringir” las marcas registradas, es decir, utilizar marcas “confusamente similares” para identificar sus propios bienes o servicios. Al contrario que los derechos de autor o las patentes, los derechos sobre marcas registradas pueden duran indefinidamente si el propietario continúa utilizando la marca. El plazo de registro de una marca registrada es de diez años, con plazos de renovación de diez años.[16]

Otros derechos relacionados con la protección de marcas registradas incluyen derechos contra el uso de marcas registradas similares[17], contra ciertas formas de cyberokupas[18] y diversas reclamaciones de “competencia desleal”. La propiedad intelectual también incluye recientes innovaciones legales, como la protección de trabajos enmascarados disponible para diseños de circuitos integrados de semiconductores,[19] la protección sui generis, similar al derecho de autor para diseños de cascos de barcos[20] y el propuesto derecho sui generis sobre bases de datos o repositorios de información.[21]

En Estados Unidos los derechos de autor y las patentes se rigen casi exclusivamente por leyes federales, ya que la Constitución otorga al Congreso el poder de “promover el progreso de la ciencia y las artes útiles”.[22] A pesar del origen federal de patentes y derechos de autor, algunos aspectos relacionados, como la propiedad de las patentes, se basan en leyes estatales, aunque éstas tienden a ser bastante uniformes de estado en estado.[23] Las marcas federales registradas, por el contrario, al no estar explícitamente autorizadas en la Constitución, se basan en la cláusula de comercio interestatal y por lo tanto sólo se aplica a marcas de bienes y servicios en el comercio interestatal.[24] Todavía existen marcas registradas estatales, ya que no han sido completamente abolidas por la ley federal, pero las marcas federales tienden a ser más importantes y poderosas comercialmente hablando. Los secretos industriales, generalmente, se protegen mediante leyes estatales y no federales.[25]

Muchos hombres de leyes, incluyendo libertarios, tienen una defectuosa comprensión de los conceptos y leyes de propiedad intelectual y a menudo confunden derechos de autor, marcas registradas y patentes. Generalmente, e incorrectamente, se cree que en el sistema estadounidense, el inventor que antes solicita la patente en la oficina correspondiente tiene prioridad frente a posteriores solicitantes. Sin embargo, el sistema estadounidense es en realidad un sistema de “el primero que inventa”, al contrario que otros países, que tienen un sistema de prioridad de “el primero que solicita”.[26]

Los derechos de propiedad intelectual y su relación con la propiedad tangible

Como se apuntó más arriba, los derechos de propiedad intelectual, al menos en lo que se refiere a patentes y derechos de autor, pueden considerarse como derechos sobre objetos ideales. Es importante apuntar que la propiedad de una idea, o de un objeto ideal, da de hecho a los propietarios de propiedad intelectual un derecho de propiedad sobre cada elemento físico que contenga ese trabajo o invención. Consideremos un libro protegido por derechos de autor. El poseedor del derecho de autor A tiene derecho sobre el objeto ideal subyacente, del cual el libro no es más que un ejemplo. El sistema de derechos de autor da a A el derecho sobre el patrón de palabras en el libro; por tanto, en consecuencia, A tiene un derecho sobre toda expresión o reflejo tangible a partir del libro (es decir, un derecho sobre cada versión física del libro o, al menos, de cada libro dentro de la jurisdicción del sistema legal que reconoce ese derecho de autor).

Por tanto, si A escribe una novela, tiene derecho de autor sobre este “trabajo”. Si vende una copia física de la novela en forma de libro a B, éste sólo es propietario de una copia física de la novela; B no es propietario de la “novela” y no tiene derecho a hacer una copia de la novela, ni aunque use su propio papel y tinta. Así que, aunque B sea propietario de papel y una imprenta, no puede usar su propiedad para crear otra copia del libro de A. Sólo A tiene el derecho de copia del libro (de aquí la palabra inglesa copyright),

De la misma forma la propiedad de A de una patente le da derecho a impedir que un tercero utilice o ponga en práctica la invención patentada, incluso aunque ese tercero sólo utilice su propiedad. De esta manera, la propiedad de A de derechos ideales le da cierto grado de control (propiedad) sobre la propiedad tangible de muchos otros. Las patentes y derechos de autor transfieren invariablemente la propiedad parcial de bienes tangibles a sus propietarios naturales a innovadores, inventores y artistas.



[1] En algunos países europeos, se usa el término “propiedad industrial” en lugar de “propiedad intelectual”.

[2] De La Vergne Refrigerating Mach. Co. contra Featherstone, 147 U.S. 209, 222, 13 Corte Suprema. 283, 285 (1893).

[3] Tom G. Palmer, “Are Patents and Copyrights Morally Justified? The Philosophyof Property Rights and Ideal Objects,” en “Symposium: Intellectual Property,” Harvard Journal of Law & Public Policy 13, nº. 3 (Verano 1990), p. 818. Como ha advertido un comentarista, “la propiedad intelectual puede definirse abarcando derechos sobre nuevas ideas contenidas en productos tangibles mediante un esfuerzo cognitivo”. Dale A. Nance, “Foreword: Owning Ideas,” in “Symposium: Intellectual Property,” Harvard Journal of Law & Public Policy 13, nº 3 (Verano 1990), p. 757.

[4] Una introducción útil puede encontrarse en Arthur R. Miller y Michael H. Davis, Intellectual Property: Patents, Trademarks, and Copyrights in a Nutshell, 2ª ed. (St. Paul, Minn.: West Publishing, 1990); ver también “Patent, Trademark, and Trade Secret,” http://profs.lp.findlaw.com/patents/index.html. Para una buena introducción a la Ley de Patentes, ver Ronald B. Hildreth, Patent Law: A Practitioner’s Guide, 3ª ed. (New York: Practising Law Institute, 1998). Tratados más profundos con más información acerca de las leyes de propiedad intellectual son Donald S. Chisum, Chisum on Patents (New York: Matthew Bender, 2000); Melville B. Nimmer y David Nimmer, Nimmer on Copyright (New York: Matthew Bender, 2000); Paul Goldstein, Copyright: Principles, Law, and Practice (Boston: Little, Brown, 1989); J. Thomas McCarthy, McCarthy on Trademarks and Unfair Competition, 4ª ed. (St. Paul, Minn.: West Group, 1996) y Roger M. Milgrim, Milgrim on Trade Secrets (New York: Matthew Bender, 2000). Información útil y folletos disponibles en la Oficina de Derechos de Autor de EEUU, en http://lcweb.loc.gov/copyright, en la oficina de Patentes y Marcas del Departamento de Comercio, en http://www.uspto.gov. Otros sitios útiles aparecen en los apéndices y la bibliografía de este artículo.

[5] Código de EEUU, Título 17 artículos 101 y 106 y siguientes.

[6] La ley moderna de derechos de autor ha suplantado y en buena medida se ha impuesto a “ley civil de derechos de autor”, que se dirigía automáticamente al momento de la creación de la obra y que esencialmente sólo daba un derecho a la primera publicación. Goldstein, Copyright, capítulo 15.4 y siguientes.

[7] Código de EEUU, Título 17 artículo 302. Debido a legislación reciente, estos plazos son 20 años mayores que los establecidos en la norma anterior. Ver Ley 2589 del Congreso, la Sonny Bono Copyright Term Extension Act/Fairness in Music Licensing Act of 1998.

[8] Código de EEUU, Título 35 artículos 1 y siguientes; Código de Regulaciones Federales, Título 37, Parte 1.

[9] Supongamos que A inventa y patenta una ratonera mejor, que tenga un muelle de Nitinol (metal con memoria) para facilitar la capacidad de cerrarse de golpe. Supongamos ahora que B inventa una ratonera en la que el muelle de Nitinol se cubre con una capa antiadherente, para facilitar quitar el ratón atrapado al tiempo que mantiene la capacidad del Nitinol de cerrarse de golpe. B tiene que tener una ratonera con un muelle de Nitinol para utilizar su invento, pero esto infringiría la patente de A. Igualmente, A no puede añadir la capa antiadherente a su invento sin infringir la patente mejorada de B. En esas situaciones, los dos titulares de patentes pueden autorizarse entre sí, para que A pueda implantar la mejora de B en la ratonera y también B pueda usar su invento.

[10] Diamon contra Dier, 450 US 175, 185 (1981); ver también Código de EEUU, Título 35 artículo 101.

[11] In re Alappat, 33 F3d 1526, 1544, 31 USPQ2d 1545, 1557 (Fed Cir 1994) (in banc). Ver también State Street Bank & Trust Co. contra Signature Financial Group, 149 F3d 1368 (Fed Cir 1998).

[12] Código de EEUU, Título 35 artículo 154(a)(2).

[13] Ver, por ejemplo, R. Mark Halligan, esq., “Restatement of the Third Law—Unfair Competition: A Brief Summary,” §§ 39–45, http://execpc.com/~mhallign/unfair.html; ver también Uniform Trade Secrets Act (UTSA), http://nsi.org/Library/Espionage/usta.htm.

[14] Ver Uniform Trade Secrets Act (UTSA).

[15] Economic Espionage Act de 1996; Código de EEUU, Título 18, artículos 1831-1839.

[16] Código de EEUU, Título 15, artículos 1501 y siguientes; Código de Regulaciones Federales, Título 37, Parte 2.

[17] Código de EEUU, Título 15, artículos 1125(c) y 1127.

[18] Código de EEUU, Título 15, artículo 1125(d); Anticybersquatting Consumer Protection Act, PL 106–113 (1999); HR 3194, S1948.

[19] Ver Código de EEUU, Título 17, artículos 901 y siguientes.

[20] Ver Código de EEUU, Título 17, artículos 1301 y siguientes

[21] Ver, por ejemplo, HR 354 (presentado el 19/10/1999), Collections of Information Antipiracy Act. Ver también Jane C. Ginsburg, “Copyright, Common Law, and Sui Generis Protection of Databases in the United States and Abroad,” University of Cincinnati Law Review 66 (1997), p. 151.

[22] Constitución de los EEU, Artículo 1, Sección 8; Kewanee Oil Co. contra Bicron Corp., 415 US 470, 479, 94 S.Ct. 1879, 1885 (1974).

[23] Ver Paul C. van Slyke y Mark M. Friedman, “Employer’s Rights to Inventions and Patents of Its Officers, Directors, and Employees,” AIPLA Quarterly Journal 18 (1990), p. 127; y Chisum on Patents, § 22.03; Código de EEUU, Título 17, artículos 101 y 201.

[24] Constitución de los EEU, Artículo 1, Sección 8, Cláusula 3; Wickard contra Filburn., 317 US

111, 63 S. Ct. 82 (1942).

[25] Sin embrago, véase la ley federal Economic Espionage Act of 1996, Código de EEUU, Título 18, artículos 1831-1839.

[26] Ayn Rand supone erróneamente que el primero que hace la solicitud tiene prioridad (y por tanto le cuesta defender ese sistema). Ver Ayn Rand, “Patents and Copyrights,” en Capitalism: The Unknown Ideal (New York: New American Library, 1967), p. 133. También ataca confusamente el estricto escrutinio antitrust a los poseedores de patentes. Sin embargo, puesto que las patentes son monopolios otorgados por el Gobierno, no es injusto utilizar una ley antimonopolio para limitar la capacidad de un poseedor de patente de extender su monopolio más allá de los límites establecidos por el estatuto de patentes. El problema de las leyes antitrust es su aplicación a negocios normales y no conflictivos, no el limitar los monopolios reales (es decir, otorgados por el Gobierno). Algo parecido podría decirse en relación con Bill Gates, cuya fortuna se ha construido en buena medida en el monopolio inherente al derecho de autor otorgado por el gobierno. Más aún, como Bill Gates no es un libertario, y sin duda no se opone a la legitimidad de las leyes antitrust, difícilmente puede uno apenarse porque tenga que acostarse en la cama que él mismo ayudó a construir.