liberalismo.org
Portada » Bitácoras » Todo un hombre de Estado » Competencia desigual y otras patochadas

22 de Enero de 2005

« Galbraith en la campaña | Principal | Excelente noticia »

Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Competencia desigual y otras patochadas


Dice Mercedes Sampietro que el cine español ha perdido espectadores respecto al estadounidense no dado su peor calidad, sino porque se trata de una competencia desigual.

Ciertamente, la calidad de las películas es algo tan subjetivo que pretender opinar sobre ello para justificar el éxito o el fracaso ante las demás personas ya supone una cierta demostración de arrogancia insuperable. Me soprende que Sampietro se arroge el monopolio del jucio sobre la calidad del cine; conclusiones más pruedentes llevarían a sentenciar que, en principio, para los ciudadanos, el cine español ha bajado de calidad este año.

Pero Sampietro considera tener el patrón objetivo de la calidad y asegura que nuestro cine es tan bueno o mejor que el extranjero. Dado que la derivación lógica de esta proposición es que los españoles o son unos ignorantes o unos incultos, la presidenta de la academia no tarda en matizar que todo se trata de una campaña de marketing. Los españoles no tienen mal gusto, pero sí son fácilmente manipulables; es una competencia desleal.

Existen determinadas etiquetas que la izquierda, como buena maestra de la propaganda que es, debería dejar de usar. Una de ellas es ésta de la competencia desleal. Sowell decía que siempre que oía hablar de escasez, pensaba inmediatamente en control de precios. De la misma manera, siempre que alguien pronuncia las palabras "competencia desleal", deberíamos pensar en ineptitud y torpeza.

Me da incluso vergüenza dedicar más de cuatro líneas al argumento más manido en estos casos, como es el marketing, la publicidad. Una cosa debería quedar clara para estos intervencionistas de medio pelo que siguen quejándose de la inexistencia de competencia perfecta: para la persona, aquello que no conoce, no existe. Por tanto, tan importantes como los esfuerzos por producir un bien, son los destindos a difundir la existencia de ese bien. Si un empresario no da a conecer esa circunstancia, si no la oferta de una manera inteligible y que sepa captar la atención de las personas, ya puede creer que tiene "objetivamente" el mejor producto del mundo, pero la gente no podrá considerarlo en sus decisiones. Encontrar la piedra filosofal y enterrarla cinco metros bajo tierra, de poco sirve.

Por tanto, cuando alguien protesta de que es incapaz de competir con otro, está reconociendo su inferioridad. Este hecho no es particularmente en muchas instancias; las personas somos desiguales, destacamos en algunas tareas y somos nefastos en otras. Sin embargo, en el mercado ser ineficiente resulta pecaminoso; de ahí que, afortunadamente, contemos con el mecanismo de la bancarrota.

Si ofrezco un producto en el mercado y nadie me lo compra puede ser por dos motivos: o no interesa o prefieren comprárselo a otro. En cualquier caso, no tiene sentido que yo persevere en vender ese bien; no olvidemos que por el hecho de que yo esté empleando recursos en ofrecer algo que nadie quiere, muchas otras personas no pueden aprovechar esos mismos factores productivos para fabricar otros productos más deseados por los consumidores.

De ahí que el mecanismo de precios y costes condene a esos torpes empresarios a la quiebra. Por supuesto ha habido competencia y ha sido desigual; los empresarios exitosos sirven desigualmente mejor al consumidor que los empresarios ineptos; son desigualmente más competentes.

Esto no implica ninguna suerte de extinción física de los emprendedores fracasados; pueden dedicarse a trabajar por cuenta ajena o bien probar fortuna en otra ocasión. En todo caso, queda claro que en tanto sigan siendo igualmente incompetentes la quiebra es el único resultado que debiera esperarles.

Y digo debiera, porque con las patochadas y milongas de la competencia desigual, el Estado ha articulado una serie de prebendas y redistribuciones del todo absurdas, cuyo único objetivo es crear una casta privilegiada de productores ineficientes. Otra forma de denostable coacción rentista; la gente inhábil en un determinado oficio (como el cine) que no quiere trabajar de otra cosa, clama porque el Estado le traspase puntualmente una subvención obtenida de impuestos a los consumidores y a los empresarios eficientes.

El resultado es que la población alimenta a este ganado holgazán, que sin oficio pero con mucho beneficio, va engordando a nuestra costa. Podemos adquirir menor cantidad de los productos que deseamos y los buenos empresarios son obligados a invertir menos dinero en satisfacer nuestras necesidades. Todo ello para mantener a los afectos al régimen.

Los términos se dislocan; el trabajo de los cineastas, consolidados en su privilegiada posición rentista, no está destinado a servir a los consumidores, sino a obtener, a través de la ficción laboral, un oneroso sustento monetario. La producción no se destina al consumo, sino a la mera producción. Lo importante no es que su actividad sirva para hacer feliz a la gente, sino que parezca que hacen algo. Si tan desleal es la competencia del cine americano, estoy seguro de que Sampietro y los cineastas españoles se esforzarán en hacerla menos desigual, elevando la calidad -para los consumidores- de sus películas. Eso sí, sin dinero expoliado del resto de españoles con el que no cuenta el cine americano; porque eso, más allá de competencia desleal y desigual para con los yankees, es un robo.

Comentarios

 
Si dedicaran su creatividad a hacer buenas películas en vez de a buscar excusas otro gallo cantaría.

Me estoy leyendo liberalismo de mises y me encanta.
Enviado por el día 22 de Enero de 2005 a las 01:52 (1)
Sí seneca, pero de no usarla se desgasta.
Enviado por el día 22 de Enero de 2005 a las 02:14 (2)
Sensacional argumentación , Rallo. Si muchos de los que claman por las subvenciones al "mundo de la cultura" tuvieran acceso a este tipo de argumentaciones, quizás cambiaran su forma de pensar.

Séneca, si te refieres a "sobre liberalismo y capitalismo" de Mises, yo lo leí no hace mucho y lo pasé en grande leyéndolo.

Saludos.
Enviado por el día 22 de Enero de 2005 a las 02:46 (3)
yo reclamo como ciudadano de un estado laico, que el mecanismo de financiacion del "cine nacional" sea como minimo identico a la de la Iglesia catolica, y su regimen fiscal y legal sea igual que el que padecen el resto de las industrias y empresas. qué cinismo el de esos "progresistas comprometidos" que aspiran a un status superior, basado en la explotacion fiscal de la plusvalia y el privilegio, al de las clases populares y trabajadoras. todos somos iguales, pero unos son mas iguales que otros
Enviado por el día 22 de Enero de 2005 a las 10:10 (4)
Xavier, el libro se titula sólo liberalismo, no sé si será el mismo, mises es muy clarito, el de anthony de jassay es un poco más denso, por cierto rallo, el que escribe con el nick de jassay me dijo que encontró una página web con libros de jassay on-line, creo que gratis, si estás interesado mándame un correo neo-liberal.
Enviado por el día 22 de Enero de 2005 a las 10:45 (5)
Off topic: ¿habéis visto en qué ha quedado el asunto FG? Mirad este editorial de El País:
"Manuel Conthe -dice El País- ya dejó tras de sí un rastro de considerable controversia como alto ejecutivo del Banco Mundial entre 1999 y 2001. Esta manera de pretender quitarse de encima el caso FG -no sabemos si por presiones o temores políticos-, echando la culpa a otros, no habla en favor de su manera de proceder al frente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. De modo que el caso FG amenaza con convertirse, además, en el caso CNMV y en el caso Conthe".
¡Los pobres! A ver qué tal ahora el Popular, que con eso de que es del Opus... en fin...
Enviado por el día 22 de Enero de 2005 a las 11:43 (6)
A ver si lo entienden de una vez. Una película como la Guerra de las Galaxias lleva promocionándose en los cines un mes y quedan todavía cinco meses para su estreno. Los americanos hacen pases previos de la película y observan la reacción de las gentes y si no gusta, cambian la peli hasta que se convierta en un éxito. Todo lo pagan con su dinero. ¿Alguien conoce en España una película que se visione antes de su estreno por un público objetivo y en función de sus valoraciones la modifiquen?. Claro que no, ellos son artistas por encima del bien y del mal, que buscan la excepcionalidad cultural porque cuando en la taquilla no son seguidos los culpables son eses pobres ciudadanos descerebrados e incultos incapaces de percibir cuanto arte atesoran.

Son un coñazo carísimo. Siempre dando la vara
Enviado por el día 22 de Enero de 2005 a las 12:35 (7)
Ay... anda que no hay maravillas por ahí de bajísimo presupuesto.
No es dinero lo que necesitan estos mequetrefes.
Enviado por el día 22 de Enero de 2005 a las 19:45 (8)

No se admiten ya más comentarios.