16 de Abril de 2008
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El derecho humano de no lavarse las manos
Lo peor que ha hecho jamás el establishment progre de los "derechos humanos" en Canadá ha sido estudiar una demanda contra la revista McLeans por publicar extractos del último libro de Mark Steyn. Desde entonces se ha hecho lo que jamás se había hecho antes: fiscalizar a estos burócratas liberticidas. Y por más que al final no se hayan atrevido a continuar con el proceso contra McLeans, no parece que los periodistas canadienses, y menos aún Steyn, vayan a dejar de hacerlo.
Uno de las últimos hallazgos de dichos tribunales lo destaca el propio Steyn en The Corner: el derecho a trabajar en un restaurante sin lavarse las manos. Resulta que una empleada de McDonalds desarrolló una enfermedad de la piel que le impedía lavarse las manos; su propio médico le dijo que no podía trabajar en un restaurante. Pese a lo cual, el tribunal ha considerado que el despido es improcedente, entre otras cosas, porque "no hay evidencias de la relación entre la contaminación de la comida y el lavado de manos". Espero que, en consonancia con este fallo, cierren todos los departamentos de inspección de sanidad de dichos locales...
Esto no es más que la consecuencia inevitable, a largo plazo, de otorgar mayor importancia a los derechos positivos que a los negativos, es decir, a las libertades. Al final, se inventan derechos como es de "no lavarse las manos" u otros que ha denunciado Steyn, como el de "fumar marihuana en la puerta de un establecimiento público", a los que se concede más importancia que a los derechos a la vida, la libertad y la propiedad.
Comentarios
Lo peor, blogueros, es que la gente sigue cayendo en estos trucos fáciles y siempre acaba votando a quien le "promete" mas o quien le "protege" mas.
Todo esto es consecuencia de que los liberales nunca, y en ningún lado, hemos sabido manejar bien la propaganda.
O más relevantemente, de fumar marihuana en una propiedad privada ajena contra la voluntad del dueño. (¿Y si el porro fuese de tabaco solo, me pregunto? ¿Y el tabaco que lleva? ¿O la maría absuelve de sus pecados a la nicotiana y la purifica?)
Tranquilocomp, ¿ahora también llamamos "gringos" a los canadienses? Hablar raro sí hablan, pero ¿no se reservaba para los estadounidenses?
Como te decía en el comment anterior, todo es una cuestión de marketing político. Los liberales nunca hemos sabido "hacer buena propaganda" y la progresía sabe que, tanto en los EEUU como en cualquier parte de Occidente, "defender" derechos positivos, inventarlos, da mayores réditos que proteger los verdaderos derechos que abarcan a todos los individuos.
Como en estos días, donde un "derecho" que está en boga es el del islam "de no ser ofendido ni molestado": en mi blog, Anclaos, hace poco tratamos el tema de como la autocensura puso en jaque al consagrado derecho a la libertad de expresión con la polémica de Fitna, donde la clase política europea reaccionó de forma políticamente correcta, haciendo pesar el reclamo de la minoria como en los casos que cita Steyn.
Y creo que es el comienzo. Hasta que la ciudadania, un día, acepte que los derechos negativos son los únicos que pueden llevar a una sociedad a prosperar.
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