23 de Junio de 2004

Diez grupos terroristas palestinos se han opuesto a que el ejercito egipcio se despliegue en la franja de Gaza cuando los israelíes se retiren. Esta noticia, de la que informa la prensa hoy, puede extrañar en una primera aproximación pero bien pensada tiene mucha lógica. Arafat es un terrorista con la piel de un político y no es estúpido, sólo un déspota. Israel es la fuente de riqueza de los palestinos y los planes de Sharon de separar físicamente mediante un muro las zonas palestinas de las judías va a hacer mucho daño a su causa, si se le puede llamar así, y a la ciudadanía a la que mal gobierna.

El ejército israelí por mucho que se le machaque es infinitamente más suave que los ejércitos de los 'hermanos' musulmanes. Durante el Septiembre Negro en 1970 los amigos jordanos mataron a miles de palestinos en los campamentos de refugiados en este país. La OLP se tuvo que retirar al Líbano y ya sabemos cómo la Suiza del Oriente se convirtió en la ruina del Oriente. Egipto no puede permitir eso y la fuerza se usará sin misericordia, un acto terrorista contra su policía puede ser contestado con mucho menos tacto que hasta ahora. Además, las acciones de los egipcios aún cruentas y brutales, no serán aireadas ni en la centésima parte de lo que son las israelíes. Arafat lo sabe pero no le queda más remedio que aceptarla, Hamás lo sabe, la Yihad Islámica lo sabe y por lo que se ve, lo temen porque el terrorismo es su forma de vida y han condenado a millones de personas a compartirla.