10 de Agosto de 2004

En abril de 2002, los israelíes, dentro sus inevitables acciones antiterroristas, se enfrentaron a los palestinos en la localidad de Yenin. En dicho combate murieron entre los dos bandos algo así como un centenar de soldados, civiles y terroristas a la vez que varias casas y otras instalaciones e infraestructuras eran destruidas en el fragor de los combates. Las huestes mediáticas, antisionistas y antijudías por defecto, convirtieron lo que fue una acción militar con un número de bajas, muertos y heridos, normal para la escala de los combates en un 'genocidio' del ejército israelí contra el 'indefenso pueblo palestino'. Aún hoy, cuando la verdad de las cifras se ha hecho pública desmintiendo la exageración inicial, muchas gentes recuerdan el primer mensaje e ignoran los hechos.

Nayaf, en Irak, se está convirtiendo en un segundo Yenin por el mismo arte que convirtió una acción militar antiterrorista en un genocidio en toda regla. Los vocingleros y asesinos militantes de gatillo fácil de la banda de Muqtada al Sader están preparando a sí mismos y a la población, y no me extrañaría que obligada a quedarse bajo pena de tiro en la cabeza, para aguantar el ataque de los angloamericanos. Estados Unidos ha pedido a la población civil que abandone la ciudad y es que hasta ahora no han usado ni mucho menos toda la fuerza que disponen. Pero no dudemos que pase lo que pase, cada muerto iraquí, cada niño abatido, cada vivienda destruida será blanco de las mismas cámaras que contaron lo que 'pasó' en Yenin. Cambian los contendientes pero se mantendrán los métodos. Los asesinatos de los seguidores de al Sader se obviarán, se ignorarán y se taparan para que esto apeste a antiamericanismo barato. La población servirá a estos 'valientes' como escudo y ello servirá a sus intereses y a los de los medios que cubran la acción.

Claro que todo esto es sólo mi opinión.