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28 de Noviembre de 2004

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Pepiño no pregona la igualdad

Parece un contrasentido pero la igualdad no es una de las virtudes que pregone y apoye el PSOE. No es que la igualdad sea una virtud desde un punto de vista absoluto sino que la igualdad es una de las "virtudes" que la izquierda imperante convierte en mandamiento de esta nueva, pero a la vez vieja, religión que se llama izquierda.

Dice Pepiño, al respecto de la polémica existente entre el Gobierno socialista y determinados colectivos, entre ellos la Iglesia Católica, que no hay que "caer en la tentación de la agitación preventiva". El no caer significa realmente que es impensable que un colectivo tan conservador y tan carca como los católicos, use modos y formas que son propias de la izquierda progre, plural y tolerante. El ir detrás de la pancarta es tan de izquierdas como "bajar los impuestos", ZP dixit. La izquierda ha sobrevivido durante todos estos años fagocitando, cual ameba, lo que le interesaba para sobrevivir. Más que la izquierda, me refiero a ciertas élites que poco a poco bien en lo teórico, bien en le práctico, han añadido conceptos, valores y cuanto se les ha antojado para sobrevivir; y los acólitos han asentido, desmemoriados durante décadas.

Pero la izquierda no es partidaria de la igualdad, lo que niega a la Iglesia Católica, se lo permite a otros colectivos que tienen menos representatividad social pero se les consiente un grito más estentóreo. Un grupo de organizaciones han convocado una manifestación a favor de la III República. Entre ellos la escindida de IU, Corriente Roja que propone que "tras más de un cuarto de siglo de farsa parlamentaria, resulta más evidente que nunca que no es posible avanzar sin (...) superar un régimen monárquico que a lo largo de todos estos años ha resultado ser el principal obstáculo para romper definitivamente con el Franquismo". Sus reivindicaciones: derogación de la Constitución Española, la salida de la OTAN, el reconocimiento del derecho a la autodeterminación de los pueblos de España y de la laicidad del Estado y la oposición a la Constitución Europea.

Todo ello con un cierto tufillo totalitario, pero no seré yo el que les niegue su derecho a manifestarse aunque sus reivindicaciones, salvo por el "No a la Constitución Europea", son mucho más peligrosas para la integridad de España que las que puedan manifestarse, hoy por hoy, en una marcha católica. Esto es muy propio de las izquierdas revolucionarias, que no dudan en crear caos para pescar en río revuelto, es decir destruir todo para crear un utópico estado ideal, generalmente lleno de muerte y destrucción, cuando no cambiar el rol de depredador en presa, como en la Alemania nazi.

Seamos sensatos, el mal gobierno de "Los Doce del Patíbulo" (The Dirty Dozen de 1967 de Robert Aldrich) que ZP tiene por ministros, le hace buscar enemigos externos en los que hacer recaer su propia incompetencia y las huestes conservadoras y "filofranquistas" son colectivos tan buenos como lo podrían haber sido los ingenieros agrónomos o los oficinistas rubios y de ojos azules. Ombliguismo puro y deseo de perpetuarse en el poder. El problema es que el poder será menos importante en tanto España se vaya haciendo más pequeña. Y ya veremos cuando desaparezca.

Comentarios

 
Y con mas de la mitad de España mirando para otro lado...
Enviado por el día 29 de Noviembre de 2004 a las 04:25 (1)

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