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19 de Junio de 2005

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Crónicas de Perpiñán. Capitulo II

Los incautos, los convencidos, los ideólogos del talante estarán contentos. ETA ha publicado un comunicado en su habitual herramienta de comunicación, el diario Gara, en el que se compromete a no realizar atentados contra "los electos de los partidos políticos de España y, por tanto, cesar en sus acciones armadas contra ese colectivo". Puro veneno que en manos de personas inadecuadas puede convertirse en una auténtica bomba.

La banda terrorista ETA no ha hecho otra cosa que escribir el guión del segundo capítulo de las Crónicas de Perpiñán que empezó cuando a ojos de Carod-Rovira se comprometió a no atentar en territorio catalán. Gesto que a pesar de su crueldad, arbitrariedad y repugnancia, no ha impedido a los PSOE's de ZP y Maragall pactar con los que pactaron con los asesinos. Dicen que la cabra siempre tira al monte y Terra Lliure ha demostrado ser tan buena cabra como las que vivían en Perejil.

Pero qué es lo que ha dicho ETA. Los terroristas lo que han dicho es que van a seguir atentando contra policías, guardias civiles, militares, políticos no electos, catedráticos, escritores, periodistas, carteros, albañiles, oficinistas, secretarias, amas de casa, parados, funcionarios, maestros, alumnos y cualquiera que se ponga por medio. ETA no ha dicho otra cosa que eso.

No nos engañemos, el Gobierno ya se ha apresurado a catalogar de insuficiente el gesto y ha instado a la banda a que abandone la violencia, pero eso es de cara al público. Se me antoja creíble que en las cocinas donde se cuecen los pactos y los diálogos, los convencidos del talante vean una ocasión 'inesperada y prometedora para caminar por la vía del diálogo hasta la resolución'. Pero lo que realmente percibo es que ETA se está comportando como el matón del patio que a cambio de pegarte menos te quita la merienda, o el marido maltratador que promete resolver la situación reduciendo el número de palizas o a ese Hitler que en los años 30 hablaba palabras de paz y entendimiento mientras que sus ejércitos absorbían un país tras otro.

Debería acogotar a ZP el hecho de que la banda terrorista se felicite por el final del Pacto Antiterrorista. Debería ZP preocuparse de que los aplausos vengan de aquellos a los que se supone que tiene que perseguir y no de aquellos que se supone que debe proteger y amparar. La politización de las víctimas, uno de sus más lamentables logros, con Pilar Manjón como herramienta oportuna y un poco díscola, habrá sido otro de los pasos que ha tenido en cuenta la banda para su anuncio. ZP está debilitando y desuniendo su bando y reforzando el contrario. ETA ha dicho que va a seguir matando, nada más, ni nada menos.

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