27 de Septiembre de 2005

Cuenta hoy la COPE que corría el año 2002 cuando el avión Boeing 707 que llevaba al entonces presidente Aznar a la Cumbre Iberoamericana sufrió un percance técnico en el sistema hidráulico de forma que los frenos del tren de aterrizaje se fueron a hacer gárgaras. Supongo yo que esos segundos fueron eternos para el presidente y su séquito hasta el punto que testículos y bigote ocuparían una posición cercana, geográficamente hablando. El avión que actualmente cuenta con 30 años a su espalda ha seguido en servicio activo durante todo este tiempo en el Ala 47 del Ejército del Aire y ha sido usado por algunos de los efectivos que se han trasladado hasta Afganistán, a misiones humanitarias por supuesto. El caso es que el artefacto volador es objeto de los mosqueos más o menos razonables de nuestros militares porque el presupuesto en arreglos se ha disparado más que el del PSOE en tierras catalanas.

No sólo es este avión, es que cuentan que otros de la misma quinta tienen problemas parecidos y el mantenimiento es mayor incluso que el del hijo progre de un padre protector. Zapatero que es más listo que los ratones ''coloraos'' ha decidido predicar con el ejemplo. A él solo se le caen los helicópteros en misión de paz, se le incendian los bosques, se le mueren los retenes, se le secan los campos, se le ''salmonela'' media España y se le pone gallito ETA y los nacionalistas pero no se le cae una avión de transporte de tropas como el Yakolev ni en sueños. Y que mejor manera que meter en él a toda la Junta de Estado Mayor y a los periodistas para trasladarlos a Zaragoza.

Hay que predicar con el ejemplo. Bueno, con el ejemplo de otros que el presidente, que es más listo que los ratones coloraos, se ha ido en un Falcom para su uso personal. No vaya a ser que al final se descuajaringue y los testículos se pongan otra vez a la altura de la corbata. Ya tuvo suficiente con una lesión jugando al baloncesto.