21 de Febrero de 2006

Como el hombre de las mil caras, nuestro ínclito presidente de Gobierno, el accidental Zapatero, se nos ha puesto el disfraz españolista y no le mola nada que una empresa alemana se pueda hacer con Endesa, empresa que hasta hoy a las siete de la mañana, SER dixit, era esa adolescente virginal que iba a ser inmolada a los dioses del nacionalismo.

Resulta cansino ver como una vez sí y otra también, el gobierno es capaz de invertir su mensaje simplemente porque no consigue lo que quiere. Toda ética y moral desaparece a su paso, sus principios son cambiantes y se adaptan al entorno como esa sepia del documental que tornaba la mitad del cuerpo de un color amenazante ante otro macho que se acercaba por uno de sus lados, mientras que con la otra mitad hacia la corte a una hembra con otros colores más sensuales.

Fernando Moraleda, ex agricultor, ex sindicalista agrario y camaleón profesional, nos asegura que conviene a España tener una empresa nacional en el estratégico sector de la energía. Es decir, que no hay que disimular el ramalazo intervencionista ni la mala leche que te queda cuando alguien va y te deshace el chiringuito. Hipocresía en estado puro y digo hipocresía porque cuando el BBVA rondaba la italiana BNL y las autoridades italianas con el mandamás del Banco de Italia, el no menos ínclito Antonio Fazio, maniobró para que la aseguradora Unipol le fastidiara la OPA, desde nuestro gobierno se criticó una de las razones de los italianos, la de salvar su carácter italiano. Eso del libre mercado, suena un poco neoliberal y eso no está bien así que lo usamos cuando no nos perjudica.

Por lo demás no dejemos de olvidar que el sector eléctrico es un sector fuertemente intervenido, con E.ON y sin E.ON, que los precios de la electricidad los sigue poniendo el Gobierno, como los del gas natural, que la alemana tiene capital público en su accionariado y que fue Merkel la que telefoneó a Rodríguez para comunicarle la noticia. Si alguien espera más competencia en esta maniobra se equivoca. Si alguien esperaba menos competencia con la de Gas Natural, acertaba de pleno. E.ON, salvo que el Gobierno ejecute la acción de oro o aparezca otro caballo blanco, nos permite decir eso de ¡¡virgencita, virgencita, que me quede como estoy!!