3 de Septiembre de 2007

Mucho debe haber escamado la encuesta de El Mundo sobre intención de voto al Grupo PRISA y allegados, es decir, al PSOE, porque les veo muy activos en eso de la contrapropaganda. El empate técnico en intención de voto no es algo nuevo desde luego, pero a seis meses de las elecciones generales es demasiado preocupante, sobre todo con el otoño caliente que algunos preparan al Gobierno de Zapatero. Si a eso le unimos que  en las últimas elecciones municipales (toda una señora encuesta, sin sesgo ni apasionamiento), la ventaja era ligeramente favorable al partido de Mariano Rajoy, se entienden los nervios. Y todo ello, en el fondo no debería dejar de sorprender porque el PP, lo que es hacer en este verano, ha hecho poquito y de puntillas, que no es cuestión de parar unas vacaciones tan merecidas.

Elpais.com lleva todo el día en portada con la noticia de las preferencias de los militantes del PP, frente al liderazgo de Mariano Rajoy. Ayer mismo Zapatero no podía dejar de recordar lo mucho que les preocupa el número dos de la lista de Madrid y hoy mismo, el mismísimo Pepiño Blanco ha protagonizado un intento de desviar la atención de los problemas internos de su propio partido en torno a los apoyos de los socialistas navarros al gobierno de UPN en Navarra. Muy mal deben estar las cosas para que se tenga que justificar una decisión de partido tantas veces en tan poco tiempo.

De todas formas, la contrapropaganda del diario de PRISA es una deuda que tiene con su ahijado en la derecha, Alberto Ruiz Gallardón, que no ha dudado en ofrecerse tantas veces a su jefe de filas durante le verano de forma tan vehemente, que lógicamente ha mosqueado una barbaridad. Si a eso le unimos, que su padre político, don Manuel Fraga Iribarne, ilustre bañista en Palomares y en cualquier otro charco que tenga por delante aunque nadie le haya llamado a hacerlo, la oportunidad para PRISA ha sido más que jugosa, ha sido irrenunciable. Tampoco han podido olvidar que Rodrigo Rato esta de vuelta tras su aventura socialdemócrata e intervencionista frente al FMI, por asuntos familiares por supuesto. Como donde cabe uno, caben dos, el titular está de lo más completito.

El juego de dividir al adversario debe estar en la página dos del manual del político primerizo, pero hay que reconocer que tiene una utilidad tremenda. El País juega de presentar un PP dividido y un PSOE más o menos cohesionado. Sin embargo, se me ocurre que esto podría cambiar si los socialistas no se ponen definitivamente de su parte en la “guerra del fútbol” que enfrenta a PRISA, (Sogecable) y a la no menos progresista La Sexta (Mediaporo). Porque una cosa es que se apoye a tal o cual candidato o a tal o cual partido, y otra muy diferente que le arrebaten las habichuelas que tanto les ha costado ganar con el monopolio de la televisión digital. A estas alturas de la película, no van a comenzar a competir en el mercado libre. Al fin y al cabo, PRISA ha sobrevivido a ocho años de gobierno de Aznar, ¿qué no podrá hacer en el de Rajoy, incluso sin don Jesús poniendo firmes a los ministros? ¿O no?