21 de Julio de 2004
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Bitácora de José Carlos Rodríguez
¿Irremediablemente instalados en el socialismo?
Fernando Álvarez-Uría sociólogo de la Complutense, ha tenido la honradez intelectual de acercarse al Teorema de la Imposibilidad del Socialismo de la Escuela Austríaca. La honradez, porque es más fácil simplemente obviarla, ya que la mayoría de la gente simplemente la desconoce. Dado que el teorema es absolutamente cierto, y que jamás ha sido criticado con eficacia (aparte de la comprobación histórica tras el fracaso histórico del socialismo), lo que interesa desde el punto de vista austríaco es que se debata. Y Álvarez-Uría lo ha hecho nada menos que en El País, en un artículo titulado ¿Irremediablemente instalados en el capitalismo?. Nosotros (hablo en plural porque siempre cuento con los lectores) haremos un estudio del artículo.
Ya empieza mal, porque lo mete en un saco con las teorías acerca de la imposibilidad del socialismo, que son tan viejas como las propias propuestas societarias. Pero lo peor es cómo la presenta:
Los socialistas pretenden la cuadratura del círculo, decían, pues tratan por una parte de planificar la economía y de disciplinar al mercado, pero no cabe un conocimiento de los precios, ni un mapa del desarrollo económico, más que en un régimen de libertad económica plena. Dicho en otros términos, la dinámica económica de un país únicamente se expresa a través de la libre elección de productores y de consumidores en el marco de una sociedad de mercado que el proyecto socialdemócrata pretende absurdamente combatir.
El argumento no es que no quepa un conocimiento de los precios, sino que sin mercado no hay precios. Y los precios recogen y transmiten la información práctica, subjetiva, tácita, cambiante y que está dispersa entre todos los participantes en el mercado. No es una fijación con los precios, sino una cuestión esencial relacionada con el conocimiento. El que manejan los ciudadanos en sus decisiones personales. Lo que permiten los precios es recoger esa información, trasmitirla de forma barata y sencilla y permitir así una coordinación social. El resto del artículo ya no vale, dado que el objeto del mismo está mal entendido, peor expresado. Pero sigamos.
La retórica dogmática de los austriacos no ha cesado de prodigarse hasta convertirse en nuestros días en una especie de cantinela que suena en los recintos universitarios, en los consejos de administración de las multinacionales, en la prensa económica y hasta en los programas de la telebasura. ¿A qué me suena esto? La retórica dogmática de los austríacos consiste en que siguen diciendo que tienen razón. La actitud no dogmática de los socialistas consiste en seguir diciento que ellos son los que tienen razón y que los que no piensen como ellos son dogmáticos. Es así siempre con los socialistas. Pero el autor nos ha desvelado lo importante. ¿Desvelar la verdad sobre las intrincadas cuestiones sociales? No, que las ideas más peligrosas comienzan a extenderse. De ahí el artículo.
Friedrich Hayek, en Camino de servidumbre, intentó proporcionar una lógica a la vieja racionalidad económica liberal que ha llegado a monopolizar la ciencia económica para terminar por convertirla en una economía sin sociedad. Persuadido de que Fenando Álvarez-Uría es un hombre inteligente, solo me queda recurrir a que un profundo sentimiento o un pavor insuperable por tratar los asuntos tal como son es lo que explica esta frase. Una economía sin sociedad. ¡Y se lo dice a Hayek, nada menos! Supongo que una economía con sociedad para Fenando Álvarez-Uría es una economía en la que la sociedad esté sometida al Estado.
Al grito de “fuera del mercado no hay salvación”, tecnócratas con la piel curtida por el humo de cien batallas entabladas contra los intereses del trabajo han emprendido una cruzada contra el Estado social que en términos generales se resume en una sola propuesta: liberalizar. A excepción de un artículo en el que Hayek defiende la independencia de Transilvania y alguna cosa más, me he leído toda la obra de Hayek. Jamás ha dicho nada parecido a fuera del mercado no hay salvación. Ni el apodíctico Mises. Ni Rothbard o Kirzner. Ni Huerta de Soto. En realidad tonterías como esa sólo se le puede oír a un socialista. Más. Tecnócratas. ¿Los economistas son tecnócratas, Fernando? Bien, acepto esa tergiversación. Pero decir eso de los economistas austríacos es demasiado. Aunque sólo sea porque han criticado sistemáticamente a los tecnócratas, algo que Fernando ignora. Pero qué mas da, ¿verdad, Fernando? Más: contra los intereses del trabajo. Quienes defienden a los trabajadores son los socialistas, como ya sabemos. Lo de la cruzada contra el Estado es cierto. En mi caso a mucha honra. Y lo de liberalizar es una simplificación.
Pero es que aquí se acaba la referencia a la teoría de la imposibilidad del socialismo. Con lo que el artículo se queda como sigue: Hay una teoría de los malos que estoy oyendo, y eso no lo podemos permitir. La ridiculizo, la mancho con la tinta de calamar, que para eso soy un intelectual de izquierdas (1), y a partir de ahí hago dos cosas. Criticar al liberalismo, recordar lo que tenemos (el Estado de Bienestar) y señalar el peligro.
Vamos con lo primero. Los liberales nos basamos en una ficción, según Fernando, que se basa en Polanyi (Karl, claro). Nos la explica: la ficción que hace de la tierra, de los seres humanos y del dinero meras mercancías susceptibles de ser compradas y vendidas libremente en el mercado. Nueva vuelta de tuerca a la honradez intelectual (sigo sin pensar que es tonto o inculto). El liberalismo se basa en la comercialización de los seres humanos. Pues no señor, se basa en la idea de los derechos inalienables del individuo y en su libertad. Lo de comerciar es una cosa que hacemos libremente (cuando usted y los suyos nos dejan). Qué le vamos a hacer, Fernando. La gente no se pliega voluntariamente a sus deseos, es así de perversa.
Pero Fernando sigue: En contrapartida, la fuerza de la socialdemocracia radica precisamente en que frente a esa mercantilización de lo que no debería ser cosificado ha hecho de un derecho de humanidad la fuerza y la palanca para pensar y construir una sociedad alternativa. La fuerza sabemos cuál es. La prohibición, el robo, la imposición...
El resto del artículo es lo que ya he apuntado. Con las inevitables falacias. Dice que el Estado Providencia surge de la derrota del fascismo y del nacional-socialismo (se permite el descojono), como para que vengan ahora los liberales a quitárnoslo. El Estado Providencia, un patrimonio colectivo destinado a proteger a la sociedad de la voracidad y la insolidaridad del mercado autorregulado. La voracidad viene, que lo sepáis, no de los impuestos, que te quitan parte de tu renta y de tu riqueza de forma coactiva, sin que tú puedas hacer objeción de conciencia, sino del mercado, que es una red de acuerdos voluntarios. La lógica no me negarán que es innegable.
En conclusión. Algo pasa, porque están nerviosos. Estoy esperando el artículo de Jesús Huerta de Soto en El País (que seguramente publicará), contestando al bueno de Fernando. Y vuestros comentarios, claro.
Y con respecto del autor, yo le recomendaría que leyera. No quiero fastidiarle un verano caluroso y que invita más al ocio que a la pesada tarea de leer libros y enterarse de las cosas (especialmente antes de escribir sobre ellas). Es más, Fernando, es peligroso. Muy peligroso. Mire a Hayek, Mises, Röpke y otros tecnócratas. Eran socialistas, estatistas, gente normal, que quiere imponer a la sociedad su visión de las cosas. Y leyendo leyendo se convirtieron en peligrosos liberales que quieren corregir o desmantelar la mayor parte del organismo de coacción que es el Estado y decirle a la gente que tiene el derecho a ser libre. Su vida cambiaría a peor, desde luego. Pero por si es aficionado a las sensaciones fuertes, le recomiendo una serie de lecturas.
Mises, Ludwig von. La Acción Humana. Tratado de Economía. Unión Editorial. Con calma, que hay mucho pensamiento.
Mises, Ludwig von. Socialismo. Un Estudio Económico y Sociológico. Unión Editorial. Eadem.
Kirzner, Israel. Competencia y Empresarialidad. Unión Editorial.
Hasta ahora autores judíos, para colmo de males. Por cierto, como le veo preocupado con el nacional-socialismo le recomiendo de Mises Gobierno Omnipotente. Unión Editorial.
Ahora uno de familia católica. Pero no se apure, porque era agnóstico.
Hayek, Friedrich A. Individualism and Economic Order. University of Chicago Press. 1948.
Hayek, Friedrich A. Collectivist Economic Planning. Critical Studies on the Possibilities of Socialism. George Routledge & Sons, 1935.
Uno más.
Huerta de Soto, Jesús. Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial. Unión Editorial. Si tiene que elegir uno solo, le recomiendo este. Pero tiene más sugerencias.
En definitiva, el autor siente miedo y el miedo le ha llevado a escribir el artículo. Pero el miedo no es buen consejero en estos casos. Antes de escribir sobre algo hay que informarse, hay que leer. No es que el autor, con el que he sido quizás excesivamente duro no lo sepa. Es que en esta ocasión no lo habrá considerado necesario. Pero eso, siento decirlo, no es honrado intelectualmente.
(1) Es decir, típico, no es que todos sean así. Hay muchos que sí se toman la honrada molestia de criticar adecuadamente las ideas que no son como las suyas. Y esta actitud no es patrimonio exclusivo de los socialistas.
Ya empieza mal, porque lo mete en un saco con las teorías acerca de la imposibilidad del socialismo, que son tan viejas como las propias propuestas societarias. Pero lo peor es cómo la presenta:
Los socialistas pretenden la cuadratura del círculo, decían, pues tratan por una parte de planificar la economía y de disciplinar al mercado, pero no cabe un conocimiento de los precios, ni un mapa del desarrollo económico, más que en un régimen de libertad económica plena. Dicho en otros términos, la dinámica económica de un país únicamente se expresa a través de la libre elección de productores y de consumidores en el marco de una sociedad de mercado que el proyecto socialdemócrata pretende absurdamente combatir.
El argumento no es que no quepa un conocimiento de los precios, sino que sin mercado no hay precios. Y los precios recogen y transmiten la información práctica, subjetiva, tácita, cambiante y que está dispersa entre todos los participantes en el mercado. No es una fijación con los precios, sino una cuestión esencial relacionada con el conocimiento. El que manejan los ciudadanos en sus decisiones personales. Lo que permiten los precios es recoger esa información, trasmitirla de forma barata y sencilla y permitir así una coordinación social. El resto del artículo ya no vale, dado que el objeto del mismo está mal entendido, peor expresado. Pero sigamos.
La retórica dogmática de los austriacos no ha cesado de prodigarse hasta convertirse en nuestros días en una especie de cantinela que suena en los recintos universitarios, en los consejos de administración de las multinacionales, en la prensa económica y hasta en los programas de la telebasura. ¿A qué me suena esto? La retórica dogmática de los austríacos consiste en que siguen diciendo que tienen razón. La actitud no dogmática de los socialistas consiste en seguir diciento que ellos son los que tienen razón y que los que no piensen como ellos son dogmáticos. Es así siempre con los socialistas. Pero el autor nos ha desvelado lo importante. ¿Desvelar la verdad sobre las intrincadas cuestiones sociales? No, que las ideas más peligrosas comienzan a extenderse. De ahí el artículo.
Friedrich Hayek, en Camino de servidumbre, intentó proporcionar una lógica a la vieja racionalidad económica liberal que ha llegado a monopolizar la ciencia económica para terminar por convertirla en una economía sin sociedad. Persuadido de que Fenando Álvarez-Uría es un hombre inteligente, solo me queda recurrir a que un profundo sentimiento o un pavor insuperable por tratar los asuntos tal como son es lo que explica esta frase. Una economía sin sociedad. ¡Y se lo dice a Hayek, nada menos! Supongo que una economía con sociedad para Fenando Álvarez-Uría es una economía en la que la sociedad esté sometida al Estado.
Al grito de “fuera del mercado no hay salvación”, tecnócratas con la piel curtida por el humo de cien batallas entabladas contra los intereses del trabajo han emprendido una cruzada contra el Estado social que en términos generales se resume en una sola propuesta: liberalizar. A excepción de un artículo en el que Hayek defiende la independencia de Transilvania y alguna cosa más, me he leído toda la obra de Hayek. Jamás ha dicho nada parecido a fuera del mercado no hay salvación. Ni el apodíctico Mises. Ni Rothbard o Kirzner. Ni Huerta de Soto. En realidad tonterías como esa sólo se le puede oír a un socialista. Más. Tecnócratas. ¿Los economistas son tecnócratas, Fernando? Bien, acepto esa tergiversación. Pero decir eso de los economistas austríacos es demasiado. Aunque sólo sea porque han criticado sistemáticamente a los tecnócratas, algo que Fernando ignora. Pero qué mas da, ¿verdad, Fernando? Más: contra los intereses del trabajo. Quienes defienden a los trabajadores son los socialistas, como ya sabemos. Lo de la cruzada contra el Estado es cierto. En mi caso a mucha honra. Y lo de liberalizar es una simplificación.
Pero es que aquí se acaba la referencia a la teoría de la imposibilidad del socialismo. Con lo que el artículo se queda como sigue: Hay una teoría de los malos que estoy oyendo, y eso no lo podemos permitir. La ridiculizo, la mancho con la tinta de calamar, que para eso soy un intelectual de izquierdas (1), y a partir de ahí hago dos cosas. Criticar al liberalismo, recordar lo que tenemos (el Estado de Bienestar) y señalar el peligro.
Vamos con lo primero. Los liberales nos basamos en una ficción, según Fernando, que se basa en Polanyi (Karl, claro). Nos la explica: la ficción que hace de la tierra, de los seres humanos y del dinero meras mercancías susceptibles de ser compradas y vendidas libremente en el mercado. Nueva vuelta de tuerca a la honradez intelectual (sigo sin pensar que es tonto o inculto). El liberalismo se basa en la comercialización de los seres humanos. Pues no señor, se basa en la idea de los derechos inalienables del individuo y en su libertad. Lo de comerciar es una cosa que hacemos libremente (cuando usted y los suyos nos dejan). Qué le vamos a hacer, Fernando. La gente no se pliega voluntariamente a sus deseos, es así de perversa.
Pero Fernando sigue: En contrapartida, la fuerza de la socialdemocracia radica precisamente en que frente a esa mercantilización de lo que no debería ser cosificado ha hecho de un derecho de humanidad la fuerza y la palanca para pensar y construir una sociedad alternativa. La fuerza sabemos cuál es. La prohibición, el robo, la imposición...
El resto del artículo es lo que ya he apuntado. Con las inevitables falacias. Dice que el Estado Providencia surge de la derrota del fascismo y del nacional-socialismo (se permite el descojono), como para que vengan ahora los liberales a quitárnoslo. El Estado Providencia, un patrimonio colectivo destinado a proteger a la sociedad de la voracidad y la insolidaridad del mercado autorregulado. La voracidad viene, que lo sepáis, no de los impuestos, que te quitan parte de tu renta y de tu riqueza de forma coactiva, sin que tú puedas hacer objeción de conciencia, sino del mercado, que es una red de acuerdos voluntarios. La lógica no me negarán que es innegable.
En conclusión. Algo pasa, porque están nerviosos. Estoy esperando el artículo de Jesús Huerta de Soto en El País (que seguramente publicará), contestando al bueno de Fernando. Y vuestros comentarios, claro.
Y con respecto del autor, yo le recomendaría que leyera. No quiero fastidiarle un verano caluroso y que invita más al ocio que a la pesada tarea de leer libros y enterarse de las cosas (especialmente antes de escribir sobre ellas). Es más, Fernando, es peligroso. Muy peligroso. Mire a Hayek, Mises, Röpke y otros tecnócratas. Eran socialistas, estatistas, gente normal, que quiere imponer a la sociedad su visión de las cosas. Y leyendo leyendo se convirtieron en peligrosos liberales que quieren corregir o desmantelar la mayor parte del organismo de coacción que es el Estado y decirle a la gente que tiene el derecho a ser libre. Su vida cambiaría a peor, desde luego. Pero por si es aficionado a las sensaciones fuertes, le recomiendo una serie de lecturas.
Mises, Ludwig von. La Acción Humana. Tratado de Economía. Unión Editorial. Con calma, que hay mucho pensamiento.
Mises, Ludwig von. Socialismo. Un Estudio Económico y Sociológico. Unión Editorial. Eadem.
Kirzner, Israel. Competencia y Empresarialidad. Unión Editorial.
Hasta ahora autores judíos, para colmo de males. Por cierto, como le veo preocupado con el nacional-socialismo le recomiendo de Mises Gobierno Omnipotente. Unión Editorial.
Ahora uno de familia católica. Pero no se apure, porque era agnóstico.
Hayek, Friedrich A. Individualism and Economic Order. University of Chicago Press. 1948.
Hayek, Friedrich A. Collectivist Economic Planning. Critical Studies on the Possibilities of Socialism. George Routledge & Sons, 1935.
Uno más.
Huerta de Soto, Jesús. Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial. Unión Editorial. Si tiene que elegir uno solo, le recomiendo este. Pero tiene más sugerencias.
En definitiva, el autor siente miedo y el miedo le ha llevado a escribir el artículo. Pero el miedo no es buen consejero en estos casos. Antes de escribir sobre algo hay que informarse, hay que leer. No es que el autor, con el que he sido quizás excesivamente duro no lo sepa. Es que en esta ocasión no lo habrá considerado necesario. Pero eso, siento decirlo, no es honrado intelectualmente.
(1) Es decir, típico, no es que todos sean así. Hay muchos que sí se toman la honrada molestia de criticar adecuadamente las ideas que no son como las suyas. Y esta actitud no es patrimonio exclusivo de los socialistas.
Comentarios
Excelente anotación. Ya se quisiera uno que lo austriaco fuera de mayor difusión, en especial para la academia y los medios.
Jose Carlos
En el telediario de telecinco de al mediodia de hoy han sacado un buen pedazo de la cancioncita de "This land is your land...". Quién sabe de donde han sacado el link... A lo mejor tienes más influencia de la que crees... y los periodistas de telecinco vigilan de cerca las anomalias ideologicas e informativas como esta ...
(jejejejeje) ;-DDDD
En el telediario de telecinco de al mediodia de hoy han sacado un buen pedazo de la cancioncita de "This land is your land...". Quién sabe de donde han sacado el link... A lo mejor tienes más influencia de la que crees... y los periodistas de telecinco vigilan de cerca las anomalias ideologicas e informativas como esta ...
(jejejejeje) ;-DDDD
La verdad es que el pobre hombre comete una colección de errores, pero ha debido de oír campanas. De todos modos, que un sociólogo, de la Complutense (mi Universidad, aunque no tengo el gusto de conocer a este señor), siquiera se refiera a los economistas austríacos es todo un "éxito de público".
Bueh...
La cosa que perpetra esta persona es un argumento tipo "straw man" de manual. Hace poco he visto por ahí que hay quien lo traduce al castellano como "el pelele", un acierto pues es tan descriptivo en castellano como "straw man" es en inglés. O sea, te montas un verdadero pelele con los argumentos del contrario y, claro está, lo destrozas con elegantes fintas (es un decir, pues, como pones de manifiesto, estos no torean bien ni delante del espejo, qué cosa tan zafia)
Pero hay algo siniestro de la afición a los peleles, a los torpes peleles, desde los más "sesudos" de El País en forma de artículo de opinión a los verdaderos que queman los antiglobalización en sus manis, pasando por las caricaturas que tantas veces no caricaturizan de los muñecos del guiñol de Canal más. A ver. Es tan, tan torpe la cosa que comentas que me estoy preguntando yo si no es que le da al tío bastante igual, que se trata de que se vea que "están ahí", que la cosa es luchar, aunque sea contra la evidencia. O sea, que la torpeza no es deliberada "que se note" porque lo que dijo Hayek importa un pito, que la cosa es que la gente sepa que habrá burlas e insultos si se intenta defender lo que dijo. Piénsese que la torpeza deliberada e insultante, insultantemente deliberada, es un recurso zafio pero efectivo de quien quiere, sobre todo, amedrentar.
milton, es lo que me insinuaba yo. Más claramente ¿alguien sabe qué difusión ha tenido la paginita? ¿quién la ha "enlazado"? He pasado por Alexa y era una cosa bastante marginal hasta que "colgaron" la animación.
La cosa que perpetra esta persona es un argumento tipo "straw man" de manual. Hace poco he visto por ahí que hay quien lo traduce al castellano como "el pelele", un acierto pues es tan descriptivo en castellano como "straw man" es en inglés. O sea, te montas un verdadero pelele con los argumentos del contrario y, claro está, lo destrozas con elegantes fintas (es un decir, pues, como pones de manifiesto, estos no torean bien ni delante del espejo, qué cosa tan zafia)
Pero hay algo siniestro de la afición a los peleles, a los torpes peleles, desde los más "sesudos" de El País en forma de artículo de opinión a los verdaderos que queman los antiglobalización en sus manis, pasando por las caricaturas que tantas veces no caricaturizan de los muñecos del guiñol de Canal más. A ver. Es tan, tan torpe la cosa que comentas que me estoy preguntando yo si no es que le da al tío bastante igual, que se trata de que se vea que "están ahí", que la cosa es luchar, aunque sea contra la evidencia. O sea, que la torpeza no es deliberada "que se note" porque lo que dijo Hayek importa un pito, que la cosa es que la gente sepa que habrá burlas e insultos si se intenta defender lo que dijo. Piénsese que la torpeza deliberada e insultante, insultantemente deliberada, es un recurso zafio pero efectivo de quien quiere, sobre todo, amedrentar.
milton, es lo que me insinuaba yo. Más claramente ¿alguien sabe qué difusión ha tenido la paginita? ¿quién la ha "enlazado"? He pasado por Alexa y era una cosa bastante marginal hasta que "colgaron" la animación.
Uno de los puntos más atacables en las teorías marxistas y en la economía clásica es el referido a la teoría objetiva de los precios. Creo que un punto esencial en la perspectiva liberal austriaca es el no aceptar ningún precio como "justo". El mercado orienta sobre la situación de la oferta y la demanda, pero cada transacción fijará un precio concreto. Creo que la idea de precio objetivo les permite a los socialistas de todo pelaje afirmar que hay quien gana y quien pierde en el mercado. Y eso, como sabemos los que pasamos por esta web, no es cierto. Habría que insistir dialécticamente (vaya palabrita) en este aspecto de nuestro ideario.
También puede recomendarse a D. Fernando "Una introducción al razonamiento económico", de David Gordon, gratis y en esta misma web. A ver si aprende algo...
También puede recomendarse a D. Fernando "Una introducción al razonamiento económico", de David Gordon, gratis y en esta misma web. A ver si aprende algo...
Es cierto. Es cierto. Me sabía olvidao y pido perdón.
Gracias, Wonka, por el artículo, y Daniel por enviarlo a la lista.
Gracias, Wonka, por el artículo, y Daniel por enviarlo a la lista.
De nada, a mi me lo ha pasado el perpetrador de Malaprensa (perdón por insistir, pero su página es: http://personales.ya.com/josumezo/malaprensa/). Disculpad la publicidad.
Hummm ingenuos,anque les demuestres matematicamente o incluso les pongas ejemplos reales de que el mercado es mejor que el socialismo diran aquello de los "fallos del mercado" y si me apuras comenzaran a distinguir entre "eficacia y equidad",aduciendo que aunque el mercado sea eficaz no es justo.
Vamos chavales ,ni que fuera la primera vez.
Ya puestos Fernando Alvarez Uria podria hablar de sus teorias y aplicarlas al precio de la universidad publica en la Comunidad de Madrid comparandolo con lasuniversidades privadas o con publicas de otros paises.Beneficios economicos para el universitario,para la sociedad que ha pagado etc.
O mejor aun ¿Como se fija su sueldo de funcionario en ausencia de mercado?
Vamos chavales ,ni que fuera la primera vez.
Ya puestos Fernando Alvarez Uria podria hablar de sus teorias y aplicarlas al precio de la universidad publica en la Comunidad de Madrid comparandolo con lasuniversidades privadas o con publicas de otros paises.Beneficios economicos para el universitario,para la sociedad que ha pagado etc.
O mejor aun ¿Como se fija su sueldo de funcionario en ausencia de mercado?
Excelente post. Sigue así José Carlos. No quiero que te ruborices pero cada día, cuando me pongo ante el pc pienso en qué habrás puesto hy en tu bitácora.
Un saludo a todos.
Un saludo a todos.
Vaya, veo que no me hacéis mucho caso. Resumo: es muy posible que Fernando Ýlvarez-Uría crea que Hayek tenía razón y que el socialismo es una porquería. Es algo que merece la pena ser considerado.
dlluis, el sociiiiiiiii eehhhh, ¿Cómo terminaba la palabra? Eeehhhh sociiiiial... No. Sociólogo. El sociólogo, digo tiene un libro que demuestra que la privatización, agarraros a la silla, es un robo.
Amagi, eso no demuestra que lo que sugiere Dodgson sea erróneo. Lo que dice, si le entiendo bien, es que mienten como bellacos si hace falta por la Causa (que no ha de ser necesariamente la que dicen que es), y que no importa que se note: cuanto más descarada la mentira, más sensación de fuerza dan. La diatriba sería una herramienta de intimidación mas que de convicción; como el sacar tropecientos millones de personas a la calle contra la guerra, y si arden cosas mejor (¿a quién le leí comentar la sorpresa progre cuando eso no funcionó para intimidar a los USA? ¿Al Instapundit tal vez?)
Yo creo que más que admirar la mentira es que carecen del concepto, excepto como "algo de que se ha de acusar al enemigo". "Mentir" es "faltar a la verdad a sabiendas", y para ellos la verdad es otra cosa, no sé qué, pero que no tiene que ver mucho con la realidad.
Yo creo que más que admirar la mentira es que carecen del concepto, excepto como "algo de que se ha de acusar al enemigo". "Mentir" es "faltar a la verdad a sabiendas", y para ellos la verdad es otra cosa, no sé qué, pero que no tiene que ver mucho con la realidad.
Algo anda mal en España, al menos en Madrid. Primero, lo del éxito de los austríacos. Y esta misma mañana he compartido asiento en Metrosur con una jovencita que iba leyendo "We The Living", de Ayn Rand (y en inglés).
marzo, sí, es eso, exactamente eso, la sensación de fuerza. La arbitrariedad de una acción da sensación de fuerza, de determinación. El artículo ese es una pura arbitrariedad. Yo ya no me pregunto si el artículo es correcto, me hago la pregunta exactamente desde el punto de partida opuesto ¿hasta quién o hasta cuántos han llegado las ideas de los liberales para que se vean en la necesidad de "avisar a quien corresponda"? ¿no nos están marcando un terreno a los que simpatizamos con esas ideas, como diciendo que si te metes va a haber tortas? ¿qué entenderá un lector convencido de El País sino una invitación a la descalificación cada vez que aparezca Hayek en la conversación? Lo hemos visto muchas veces: ese cátedro está pasando consignas, tanto más evidente cuanto está hablando por boca de ganso, ya que no es economista sino sociólogo para "que se note" que la lección "va al dictado" desde su origen.
En fin, la verdad en este caso es muy modesta o, más bien, limitada: lo que comprenden bien, muy bien, es la máquina de propaganda en la que están instalados. Y esa es verdad, vaya si lo es.
En fin, la verdad en este caso es muy modesta o, más bien, limitada: lo que comprenden bien, muy bien, es la máquina de propaganda en la que están instalados. Y esa es verdad, vaya si lo es.
Como no había nada nuevo en las palabras de este sociólogo que nos contaba José Carlos (por cierto, excelente anotación) he buscado el artículo completo (lo tenéis en http://www.almendron.com/librillo.htm ) y he buscado el mantra repetido una y mil veces en todas las críticas al capitalismo (y a la libertad misma) desde siempre: el egoísmo. Y aparece la palabra dos veces en el texto de este preclaro sociólogo. La mejor de todas, en la última frase del artículo: "La solidaridad, basada en la razón, en la ilustración y en siglos de luchas protagonizadas por héroes sin nombre avanzará frente a la religión del egoísmo para evitar que el fundamentalismo capitalista nos conduzca una vez más al borde de la barbarie."
Lerdo e ignorante sociólogo: lo que nos situó al borde de la barbarie en el pasado siglo XX no fueron los principios liberales, sino todo lo contrario: el olvido de los mismos. Y para no recomendar la lectura de un dogmático austríaco, le recomiendo que lea con atención las memorias de Stefan Zweig.
Lerdo e ignorante sociólogo: lo que nos situó al borde de la barbarie en el pasado siglo XX no fueron los principios liberales, sino todo lo contrario: el olvido de los mismos. Y para no recomendar la lectura de un dogmático austríaco, le recomiendo que lea con atención las memorias de Stefan Zweig.
Donde dice, en mi anterior comentario " lo que nos situó al borde de la barbarie", debe decir " lo que nos llevó a la barbarie".
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