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20 de Febrero de 2006

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Giuliani y las ventanas

Alicia Delibes es una de las pocas voces sensatas en el campo de la educación. Ha escrito un bonito artículo que recuerda la teoría de las ventanas rotas que permitió a Rudi Giuliani mejorar la seguridad de Nueva York, y que ha sido muy celebrada. Dice Alicia Delibes en Giuliani y las ventanas:
Cuando se le preguntaba al que fuera alcalde de Nueva York cuál había sido el secreto de su éxito en la lucha contra el delito, explicaba su táctica utilizando un símil que algún periodista bautizó como el de “las ventanas rotas de Guiliani”. La teoría es muy sencilla: cuando unos gamberros rompen un cristal de un edificio, si no se repone inmediatamente y si nadie es sancionado por ello, la ventana rota se convierte en atractivo irresistible para todas las bandas díscolas del barrio, que matarán su aburrimiento tirando al blanco contra los demás cristales del inmueble.
Propone llevar la teoría a nuestro sistema educativo, donde comienzan a multiplicarse los auténticos actos de abuso, violencia y vandalismo.


Comentarios

 
¿Y el artículo está en?... :-)
Enviado por el día 20 de Febrero de 2006 a las 18:33 (1)
Si no es esto (párrafo cuarto), se le parece mucho.

(Cruzo los dedos para que funcione el enlace)
Enviado por el día 20 de Febrero de 2006 a las 19:16 (2)
Es absolutamente imprescindible hacer eso si se quiere salvar una continuidad mínimamente operativa del sistema educativo pues de lo contrario permanecerá el sustantivo pero del adjetivo no quedarán "ni las raspas".

La situación parece que se agrave de un tiempo a esta parte pero en realidad lo que ocurre es que cada vez obtiene más repercusión mediática. Viene de lejos.
Enviado por el día 20 de Febrero de 2006 a las 19:18 (3)
No, desde luego no es ese el artículo. Pero se ve que la teoría de las ventanas rotas le gusta y que el ex-alcalde Giulani, le cae bien.
Enviado por el día 20 de Febrero de 2006 a las 19:21 (4)
Leñe.
Enviado por el día 20 de Febrero de 2006 a las 20:39 (5)
Lo siento. lo acabo de enlazar. Es

Giuliani y las ventanas
http://www.negocios.com/gaceta/articleview/24689

Enviado por el día 20 de Febrero de 2006 a las 20:43 (6)
No. El enlace lleva a otro sitio. He aquí el artículo:

Rudolph W. Giuliani, alcalde de Nueva York desde 1994 hasta finales del año 2001, logró lo que hasta entonces se había considerado imposible: convertir la ciudad de calles más peligrosas del mundo en una de las más seguras de Norteamérica. Para ello llevó a cabo una política de “tolerancia cero” contra el delito. Por poca gravedad que éste tenga, decía Giuliani, no debe quedar impune porque si se pasan por alto las pequeñas infracciones, éstas se extienden y se convierten en la conducta habitual de ciertas bandas que actúan impunemente creando territorios sin ley.



Cuando se le preguntaba al que fuera alcalde de Nueva York cuál había sido el secreto de su éxito en la lucha contra el delito, explicaba su táctica utilizando un símil que algún periodista bautizó como el de “las ventanas rotas de Guiliani”. La teoría es muy sencilla: cuando unos gamberros rompen un cristal de un edificio, si no se repone inmediatamente y si nadie es sancionado por ello, la ventana rota se convierte en atractivo irresistible para todas las bandas díscolas del barrio, que matarán su aburrimiento tirando al blanco contra los demás cristales del inmueble.



Esta teoría de Giuliani podría aplicarse en nuestros centros de enseñanza donde, en muchos casos, lo que hasta ahora venía siendo simples gamberradas propias de adolescentes, empieza a manifestarse como auténticos actos de abuso, violencia y vandalismo.
Enviado por el día 20 de Febrero de 2006 a las 20:48 (7)
Continúa:


El cristal no reparado de la ventana de Giuliani es como el caso de un profesor insultado que, por no meterse en líos, decide hacerse el sordo, o el del alumno que al ser agredido calla por miedo, o el de ese director que aguanta estoicamente la violencia verbal de un padre que acude airado para reclamar el aprobado no merecido de su hijo. Pequeñas historias escolares que suceden con demasiada frecuencia y en las que el que agrede, insulta o amenaza sale impune, mientras la víctima calla.



Si en todos nuestros centros escolares se dictaran normas claras de comportamiento y cualquier infracción, por pequeña que fuera, tuviera una inmediata respuesta por parte de quien tiene la responsabilidad de ejercer su autoridad, estaríamos en el buen camino para frenar el peligroso deterioro de la convivencia escolar. Pero para ello habría que desterrar esos viejos prejuicios antiautoritarios que todavía imperan en nuestras escuelas y en, general, en toda la sociedad.
Enviado por el día 20 de Febrero de 2006 a las 20:49 (8)

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