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26 de Febrero de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Ayudas culpables


Dos meses después de una de las mayores catástrofes que ha conocido nuestra reciente historia se impone, si queremos minimizar los daños de eventuales nuevos tsunamis, reflexionar, aún brevemente, sobre la nociva actuación de los Estados y los movimientos izquierdistas.

Las dos fenómenos culpable del magno desastre sucedido en el sureste asiático -más de trescientos mil muertos- son, por un lado, el terremoto y consecuente Tsunami, y la pobreza extrema en la que viven los países implicados.

Y si bien el Tsunami es un fenómeno natural contra el que poco puede hacer el hombre, la pobreza es una lacra social que hay que denunciar desde cualquier foro. Si la ola gigante asoló casas y edificios enteros fue debido a su precaria construcción; los hoteles a primera línea de playa no sólo resistieron el envite, sino que incluso actuaron como pantalla protectora, reduciendo la fuerza destructora del Tsunami.

Así, pues, una primera conclusión se impone: si el sureste asiático hubiera gozado de un nivel de vida occidental, la tragedia hubiese sido prácticamente nula. ¿Qué necesita, por tanto, el sureste asiático para blindarse ante futuros rugidos naturales? Más prosperidad, lo que equivale a decir mayor libertad y mayor respeto a la propiedad privada, esto es, más capitalismo.

La retórica altermundista que pretende conseguir un "comercio justo", manipulando arbitrariamente los términos de las transacciones y aplicando políticas proteccionistas, en una suerte de institucionalización del neomercantilismo, sólo contribuye a empobrecernos a todos. Una vez más, hay que recordar que Free Trade is Fair Trade. Sobran restricciones políticas a la voluntad de los individuos, se exprese donde se exprese. El altermundismo, la antiglobalización, es la primera ideología culpable del subdesarrollo asiático y, por ende, de lo acaecido tras el Tsunami.

Tampoco la doctrina ecologista sale bien pertrechada. Preocupados por un falaz y lejano cambio climático, sus ultraintervencionistas recetas, como el infame Protocolo de Kyoto, sólo sirven para restringir la producción y la creación de riqueza en aras de un "desarrollo sostenible" (un revival de algunas teorías económicas de los años 70 que propugnaban un "crecimiento 0"). El terremoto que ocasionó el Tsunami nada tenía que ver con el fantasioso cambio climático; hubiera ocurrido con o sin Kyoto. La diferencia es que con Kyoto la gente será más pobre y estará más expuesta a los avatares naturales y sin Kyoto dispondrá de mayores medios (casas más resistentes, mejores coches, ciencia más avanzada...) para afrontarlos. Por tanto, el ecologismo resulta ser nuestra segunda ideología culpable.

Por último, nos encontramos con el intervencionismo económico que irrumpió en la escena después del Tsunami. En teoría, los Estados occidentales debían conceder ayudar a los países afectados por el desastre natural, ya que la caridad constituye un bien público de imposible provisión por el mercado. En otras palabras, si el Estado no obligaba a la gente a ayudar a los surasiáticos mediante transferencias de impuestos, nadie lo hubiera hecho.

De hecho, incluso pudimos contemplar como los noticiarios españoles confeccionaban rankings de "países solidarios". Parecía una competición por ver qué gobierno occidental esquilmaba más a sus ciudadanos. España, se dijo, colaboró casi tanto como el riquísimo y egoísta EEUU. La realidad es que España concedió 68 millones de dólares en concepto de créditos (es decir, el ojizarco ZP no donó 68 millones, sino que endeudó a los surasiáticos), mientras que EEUU donó 350 millones. Pero esto es indiferente para que el rojerío tache a Bush de malvado y a ZP de altruista.

En cualquier caso, ¿por qué los gobiernos deben robar dinero a sus ciudadanos a través de los impuestos y entregarlo forzosamente a terceras personas, en este caso los surasiáticos? ¿Es que acaso los individuos no son capaces de darlos por ellos mismos, en un acto de generosa caridad?

La izquierda, refugiada en sus cavernícolas fabulaciones sobre los bienes públicos, responderá que no, que nadie dará dinero "suficiente para la caridad". Sin embargo, la realidad desmiente una y otra vez a los socialistas. Cruz Roja y Médicos sin Fronteras, asociaciones privadas, concluyeron hace justamente un mes su solicitud de ayudas para el Tsunami porque ya tienen "bastantes fondos para planificar nuestra respuesta y cumplir los programas de los próximos diez años"

Es falso que los ciudadanos no puedan ayudar a sus semejantes; rotundamente falso. De hecho, Cruz Roja ya ha recaudado aportaciones privadas por más de 930 millones de dólares, esto es, casi tanto como todos los gobiernos del mundo juntos. Baste este dato para refutar, de una vez por todas, la mitología del "bien público" que impregna de socialismo todas las facultades de Economía.

El tema de la voluntariedad de las donaciones privadas, como las de Cruz Roja, frente a las coactivas redistribuciones estatales no es banal. Mientras las primeras serán destinadas a proyectos que aliviarán la precaria situación de los afectados, las segundas servirán para corromper gobiernos y emprender proyectos inútiles. Los gobiernos no necesitan gastar su dinero de forma eficiente porque para obtenerlo sólo tienen que recurrir a la fuerza policial (impuestos). Si la Cruz Roja u otra organización privada despilfarra los recursos obtenidos de manera voluntaria, nunca más volverá a ser acreedor de la confianza de la gente; ergo, desaparecerá. Este cruento intervencionismo estatal es la tercera ideología culpable.(y no deja de resultar irónico que como culpable último del subdesarrollo de esas regiones, se sienta obligado a donar los restos y despojos de su presupuesto a esos países: los fallos del intervencinosmo engendran nuevas necesidades a ser tuteladas)

Ahora bien, insisto, la mayor ayuda y solidaridad que pueden recibir los países pobres no proviene de las voluntariosas donaciones de los ricos occidentales, sino de permitirles comerciar sin aranceles (eliminando nuestra asesina Política Agraria Común) y de consolidar instituciones que respeten su libertad y su propiedad privada.

Para ello resulta apremiante refutar y criticar el altermundismo, el ecologismo y el intervencionismo; detrás de su demagógica retórica de igualdad y solidaridad sólo esconden violencia estatal y generación de pobreza. Y esto es, precisamente, lo que el sureste asiático -o cualquier otra zona del mundo- no necesita. Esta vez han sido trescientos mil muertos; pero, si el capitalismo no medra, ¿cuántos serán la próxima vez?

Comentarios

 
Hace poco le dediqué un post a María Esperanza Sanchez. Esta periodista pedía la creación de un nuevo impuesto para ayudar a las víctimas del maremoto (entre otras muchas tonterías). Buscando por las noticias, me encontré con lo del terremoto de Bam, en Irán (que destrozó toda la ciudad y causó miles de muertos) una reclamación de la ONU de 33 millones de dólares, mientras que los Gobiernos Occidentales sólo dieron 17 (habían prometido 115 MILLONES). Y la gente sigue confiando en la intervención estatal para la beneficencia...
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 15:30 (1)
Franco tenía como enemigos a rojos, ateos y masones, tú a altermundistas, ecologistas e intervencionistas. xDD
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 15:52 (2)
Si bueno, entiendo que deplores mi enemistad con los intervencionistas, dado que el propio Franco podría ser considerado uno de mis enemigos.

Y en todo caso, más que míos, esos tres grupos son los enemigos del tercer mundo.
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 16:14 (3)
¿Y este hooligan sociata tiene algo que decir a los datos?

Les pones cifras y te hacen chistes malos "ad hominem" ¿Tanto estropea las neuronas la ideología al progre?
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 16:20 (4)
Totalmente de acuerdo, Juan Ramón. saludos
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 16:32 (5)
Esos tres grupos son enemigos de la humanidad, como dice eaco. Los ateos y masones en cambio son gente muy simpática...
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 16:35 (6)
Carpio, yo diría que son ideologías centradas erróneamente en las intenciones.
Eso conduce a dos problemas:
1) no examinan las consecuencias (lógicas o empíricas) de sus políticas, ya que lo interesante es que "la intención sea buena"
2) para diferenciarse de otras ideologías, necesitan atribuirles "malas intenciones". De este modo, se evitan el examen crítico de posibles soluciones a un mismo problema (la pobreza, por ejemplo).
saludos
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 17:26 (7)
La empresa humanitaria y filantrópica es creación de la iniciativa privada.
http://www.jesushuertadesoto.com/madre2.htm
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 17:52 (8)
D. Jesús Huerta de Soto habla de la madre Teresa de Calcuta y su empresa filantrópica en la Entrevista de 2003.
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 17:55 (9)
Pues yo no he visto que Juan Ramón aporte dato alguno. Como de costumbre.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 00:27 (10)
Pero se te han escapado todos sus razonamientos, manutc...
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 02:06 (11)
Antes era evidente que eras incapaz de razonar, ahora ya ni leer Manu.
El montante de ayuda privada que barre a la pública (incluidos los créditos de ZP) se carga las hipótesis de los bienes públicos y de la necesidad de intervención del Estado ante catástrofes.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 11:12 (12)
No aceptar tus razonamientos austríacos no es ser "inzapaz de razonar". ;)
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 12:25 (13)
Evidentemente no lo es, el problema es cuando niegas la validez de cualquier razonamiento. Sustituye los míos por otros mejores; si te niegas, como te has venido negando, evidentemente serás incapaz de razonar. Pero bueno, ya que aseguras tener tanta capacidad de razocinio, espero que señales los fallos lógicos del post.

Por otro lado, la incapacidad de leer articulos y encontrar datos, la mantengo.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 12:52 (14)
Buen post, Rallo. Es curioso el tema de la caridad: virtualmente todos los intervencionistas alegarán que de forma voluntaria no pueden recaudarse suficientes fondos, pero lo cierto es que para ello bastaría con que la preocupación de una fracción de aquellos intervencionistas fuera sincera y se materializara. En otras palabras, el estatista cree que “todos” excepto él serán free-rindings, luego si todos los estatistas fueran sinceros no habría free-rinding. Lo que tenemos en realidad es a la mayoría de socialistas defendiendo la usurpación pública porque no confían en el espíritu solidario de sus compañeros. Curioso, ya digo.

Una consideración adicional: aluden al fenómeno del free-rinding cuando tachan de precaria la caridad privada, obviando que en un contexto de redistribución pública los individuos pueden pensar que el Estado ya se encarga del problema y desentenderse, dejando de aportar una ayuda que de otro modo hubieran ofrecido.

Un saludo
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 13:36 (15)
Efectivamente, ya traté el efecto crodwing out aquí: http://www.liberalismo.org/bitacoras/1/2141/
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 13:48 (16)
"Lo que tenemos en realidad es a la mayoría de socialistas defendiendo la usurpación pública porque no confían en el espíritu solidario de sus compañeros. Curioso, ya digo."

En relidad no: basta que no confien en el espiriru generoso de las clases capitalistas que poseen la mayor parte del dinero.

En todo caso os propongo un experimento: tomad los USA y sumad la "redistribucion publica" mas "caridad privada" (estos datos estan en la cuenta de distribucion secundaria de rentas de la contabilidad nacional). Repetid la cuenta con Suecia.

Vereis que el nivel de redistribucion es obviamente mayor en Suecia. Os propongo algo mas:
Sumad "Redistribucion publica"+"Caridad privada" en diferentes paises y ponedla en un grafico contra la "redistribucion publica" en solitario.

Si vuestra hipotesis de que el Gobierno inhibe la "solidaridad total" es cierta, entonces la pendiente deberia ser negativa: es decir cuanta mas "redistribucion publica" MENOS "redistribucion total".

Obviamente esto no es así (haced la prueba: es un bonito ejercicio de contabilidad nacional) y os quedará claro que el Estado es capaz de aumentar el total de las rentas para solidaridad.(Otro tema es que el Estado administre mas o menos bien esas rentas: pero aquí se ha dicho algo más fuerte: que el intervencionismo reduce el gasto en solidaridad: y eso es ridiculo en terminos logicos y empiricos).

Datos y razonamientos...ok



Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 16:00 (17)
No, kantor, aquí se dice que en los países donde el Estado da más dinero a la solidaridad los ciudadanos dan menos, no que la suma total sea mayor en el segundo caso que en el primero.
(Por no hablar de que cuanto mas libre y próspero sea un país más generoso podrá ser)

Obviamente el Estado puede transferir y redistribuir mucho más de lo que lo hacen los agentes privados. Pero ni eso es solidaridad (ya que no ha concurrido la voluntad del propietario) ni es indicativo de nada.

¿Qué la caridad voluntaria es menor que la transferencia coactiva? ¿Y qué? ¿Demuestra ello que la caridad voluntaria es un bien público? Más bien que el Estado está sobredimensionando las necesidades de la caridad. Es como señalar que el Estado puede producir coactivamente más pasta de dientes o más sillas de las que hoy produce el mercado. Sí, ¿y qué? Precisamente lo que buscamos es una coordinación entre los distintos sectores productivos de manera que unos no estén hipetrofiados a costa de otros.

Por otro lado, en el caso del tsunami el 82% ha sido caridad privada. ¿Hubiera sido así en caso de que la ONU, o un conjunto de Estados hubiese declarado solemnemente que "La situación está controlada; tenemos suficiente dinero para atender a las víctimas del tsunami"? Lo dudo mucho.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 16:34 (18)
kantor: ”En relidad no: basta que no confien en el espiriru generoso de las clases capitalistas que poseen la mayor parte del dinero.

Naturalmente me refiero a los “socialistas de todos los partidos”. Las “clases capitalistas” (¿qué clases son ésas?) por lo general no reniegan en absoluto de la asistencia pública. En cualquier caso bastaría con la generosidad de las “clases no-capitalistas”. Insisto: no es que todos los intervencionistas deban ser sinceros porque es necesario eliminar el efecto free-riding, sino que a menudo las labores caritativas requieren sólo de la sinceridad de una cuantos. No es preciso que seamos todos donantes de sangre para que los hospitales dispongan siempre de las existencias suficientes.

Un saludo
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 17:41 (19)
"Por otro lado, en el caso del tsunami el 82% ha sido caridad privada. ¿Hubiera sido así en caso de que la ONU, o un conjunto de Estados hubiese declarado solemnemente que "La situación está controlada; tenemos suficiente dinero para atender a las víctimas del tsunami"? Lo dudo mucho"

Por supuesto que no...pero lo que cuenta es que los Estados hubiesen sido capaces de poner más pasta sobre la mesa.Si uno descalifica por definicion el dinero publico resulta facil descalificar el dinero publico.(!)

Esta frase:
"Pero ni eso es solidaridad (ya que no ha concurrido la voluntad del propietario) "

Lo importante es el producto de la solidaridad NO SUS CAUSAS. Quiero decir, la solidaridad es un MEDIO para lograr el bienestar de la gente: lo importante es ese bienestar.

Hay dos formas de criticar la solidaridad publica:

1) Considerala contraria a unas normas morales absolutas. Pero las normas moerales en si o bien tienen una base teologica O BIEN lo son por su capacidad para garantizar "el mayor bienestar para la mayor parte" y en tal caso pueden ser revocadas si no cumplen estos fines(Virginia 1776).

2) Demostrar su ineficiencia para aumentar el binestar. Ciertas formas de solidaridad estatal son un fracaso, pero otras muchas NO.

El Estado "sobreproduce" (siempre) solidaridad si la mision de la solidaridad es proporcionar bienestar a quienes la ejercen PERO no es necesariamente asi la mision de la solidariad es aumentar el bienestar de quienes la RECIBEN.

(Creo que aqui hemos llegado a un punto axiomatico donde no hay debate posible: la moral como fin para lograr la virtud o la moral como MEDIO para lograr el BIENESTAR).

Los socialistas de todos los partidos (incluyendo socialistas liberales) votamos por esta opcion.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 21:48 (20)
El Estado "sobreproduce" (siempre) solidaridad si la mision de la solidaridad es proporcionar bienestar a quienes la ejercen PERO no es necesariamente asi si la mision de la solidariad es aumentar el bienestar de quienes la RECIBEN.

(faltaba un si)
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 21:53 (21)
"Una buena frase puede detener el curso del pensamiento humano por 50 años. Una frase excelente lo puede detener para siempre"

La frase de arriba es de esas.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 22:00 (22)
pero kantor:

una cosa es que sea más o menos defendible que el Estado reparta el dinero que ha recibido mediante impuestos y otra es que llamemos a eso "solidaridad". Creo que es aceptable tu uso del término para entendernos y de hecho, mucha gente lo comparte contigo, pero estrictamente, tiene razón eaco.

En cuanto al fin del bienestar, Suecia y EEUU. Como bien has dicho, el fin es el bienestar. Por eso, no tiene sentido medir un medio (la redistribución). Y al incluir sólo la redistribución pública y la caridad privada, te olvidas de los ingresos derivados del comercio libre de bienes o servicios. Es decir, da la impresión de que para su bienestar, los desfavorecidos suecos no tienen más que regalos públicos o privados y no pueden hacer nada por ganarse la vida.

saludos
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 22:53 (23)
Estoy de acuerdo: redistribucion y solidaridad no son lo mismo. Pero el post de Juan Ramon afirma que NUNCA pueden ser lo mismo.

Yo creo que ciertas formas de redistribucion: en forma de educacion y sanidad gratuitas (no necesaria y prefireblemente publicas) o algunas formas de renta basica para situaciones dificiles SON REDISTRIBUCION EFICIENTE.

Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 23:08 (24)
Yo nunca he dudado de que los Estados hubiesen sido capaces de poner más dinero encima de la mesa. Es más, por poder podría haber vuelto a las prácticas de emitir billetes a mansalva y llenar el sureste asiático de papeles euro.
Yo descalifico “por definición” el origen del dinero (porque no lo ha producido él) y el mal uso que se hace de él.
La cuestión es, pues, qué sentido tiene la provisión coactiva de ayudas a los afectados por una catástrofe. Aún considerando que éste es un fin que debe ser satisfecho (cosa muy discutible), esa misma provisión se ha producido en el libre mercado en su cuantía suficiente. Y digo suficiente porque la Cruz Roja y Médicos sin Fronteras detuvieron la recaudación de fondos al mes de haberlos iniciado. No sólo eso, sino que los fondos que obtuvieron eran suficientes para realizar proyectos durante diez años.
Y aquí nos encontramos con el problema del Estado. La cuantía que dieron era claramente insuficiente. ¿Podrían haber proporcionado más? Cierto, ¿pero cuánta más? ¿Qué parámetro utilizan para saber cuánta ayuda es necesaria? Imagínate que el Estado se decide a dar diez veces más de lo que han obtenido las asociaciones privadas, ¿tendría sentido dotar a la India con proyectos durante 100 años? Que yo sepa la ayuda se refería al tsunami del 26 de diciembre del 2004, no del 2104.
Otro asunto, viene referido al destino de esos fondos. ¿Qué harán los Estados con ellos? En principio se me ocurren tres posibilidades: a) Montar sociedades públicas en esos países que se ocupen de su gestión, b) Darlos a los gobiernos implicados, c) Darlos a las asociaciones privadas.
Para el caso a) es perfectamente aplicable cualquier critica de manual a la producción socialista de cualquier bien (por no hablar del caso b), que ya supone una pretensión escandalosa) La única vía aparentemente razonable es la c), sin embargo, hay varias objeciones previas. ¿Con criterio a qué selecciona el Estado las mejores asociaciones para gestionar los fondos?

Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 23:44 (25)
Y una vez seleccionadas, ¿qué incentivos tendrán las distintas asociaciones de actuar diligentemente si su provisión de fondos se ha basado en la coacción y no en el juicio crítico de sus propietarios? ¿Quién será el encargado de evaluar sus resultados? ¿Cómo podrá el burócrata desarrollar un juicio crítico si el coste que soporta por el dinero entregado es prácticamente nulo? (Al no ser el propietario)

Por otro lado, no entiendo que lo importante para tildar a una acción de solidaridad no son sus causas, sino de si se trata o no de un medio para el bienestar. La solidaridad y la caridad son actos morales de la persona; doy dinero voluntariamente para que mejores tu situación. Si yo doy el dinero de otro no estoy siendo solidario (ni el otro tampoco, porque no toma parte en la decisión)

El criterio finalista para tildar una acción de solidaria no resulta aceptable. Un ladrón puede apoderarse de las joyas de una familia desprevenida. Tras el robo, su bienestar aumentará notablemente, ¿será la familia solidaria con el ladrón?

Por tanto el Estado no produce solidaridad, producirá “en todo caso” bienestar. Si bien, volvemos a lo de arriba, ¿cuánto bienestar? Y, en todo caso, ¿qué patrón utilizará un burócrata para medir la creación de bienestar? El propietario es capaz de juzgar si el fruto de su donación ha compensado la reducción de bienestar propio derivado de la donación, pero ¿y el Estado? ¿Podría extender la miseria moral en una sociedad sin que los resultados de su actividad hayan supuesto ningún provecho considerable y todo ello sin percibirlo? Sí, podría, de hecho lo hace continuamente, por las razones ya expuestas.

Y ésta es, pues, la cuestión previa. No se trata de “sobreproducir” bienestar a costa de infraproducirlo en otro lugar; y mucho menos la producción de bienestar puede dejarse del lado del Estado (pues la riqueza no es suya, y nada impediría una dación total) ni del receptor (porque toda transferencia es potencialmente insuficiente)
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 23:45 (26)
Por último, no creo haber dicho que redistribución y solidaridad no sean lo mismo. Desde luego sí lo sostengo en el caso de la redistribución coactiva, pero no en el de la redistribución general. De hecho, la caridad es un tipo de redistribución solidaria; los seguros, mayormente, un tipo de redistribución no solidaria. El tema no esta tanto en si hay redistribución (pues, repito, toda acción solidaria es intrínsicamente redistributiva) cuanto si concurre o no la voluntad de quien la ejecuta.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 23:47 (27)
Sobre Suecia, este es un muy buen artículo:

http://www.jorgevalin.com/weblog/2004/07/el-tercer...
«Suecia: más pobre de lo que crees», por William Anderson (economista, PhD, escuela austriaca)
Enviado por el día 28 de Febrero de 2005 a las 01:14 (28)
kantor, ante todo llamemos a las cosas por su nombre: la redistribución pública es un acto de usurpación, confiscación, expoliación, coacción, coerción... no un ejercicio de solidaridad. No es solidario el que es pródigo con el dinero ajeno, por favor. ¿Quieres argumentar en favor de la asistencia pública? De acuerdo, pero hazlo sin subterfugios, sin pervertir el significado de las palabras. Del mismo modo que aquél que pretende justificar los impuestos lo que debe hacer es argüir por qué es justo / útil un determinado volumen de exacción en vez de alegar que los impuestos no son un acto de coacción.

”Lo importante es el producto de la solidaridad NO SUS CAUSAS. Quiero decir, la solidaridad es un MEDIO para lograr el bienestar de la gente: lo importante es ese bienestar.

Punto uno: las utilidades son de carácter subjetivo y ordinal. La elección sólo revela que una alternativa es preferible a otra, no que la primera tiene una utilidad de X y la segunda de Y, y además que X es mayor que la X1 de otro individuo. No puedes ir ponderando, sumando y restando las utilidades de los confiscados y de los receptores de la redistribución pública como si pudieran ser conocidas, y eso es lo que haces tú incesantemente (”El Estado "sobreproduce" (siempre) solidaridad si la mision de la solidaridad es proporcionar bienestar a quienes la ejercen PERO no es necesariamente asi la mision de la solidariad es aumentar el bienestar de quienes la RECIBEN.”). Punto dos: ¿te parecería lícito sacrificar a un individuo si ello satisficiera al mayor número? ¿Se trataría simplemente de calcular (algo imposible) si el beneficio obtenido por los más es superior al valor que el ejecutado daba a su vida? En el caso de prescindir de toda norma ética, así deberías considerarlo.


Enviado por el día 28 de Febrero de 2005 a las 16:04 (29)
Punto tres: ¿Cómo defines un fin social al margen de las valoraciones de los individuos? ¿Por qué es el bienestar de los receptores más importante que el de los confiscados? ¿No conlleva eso ya una carga ética? ¿Por qué tenemos que someternos los demás a los fines sociales que tú has definido?

”1) Considerala contraria a unas normas morales absolutas. Pero las normas moerales en si o bien tienen una base teologica O BIEN lo son por su capacidad para garantizar "el mayor bienestar para la mayor parte"(...)

¿Cómo?¿Y qué pasa con la tradición iusnaturalista?

Un saludo, kantor
Enviado por el día 28 de Febrero de 2005 a las 16:06 (30)
"¿te parecería lícito sacrificar a un individuo si ello satisficiera al mayor número?"

Como dijo el Sumo Sacerdote, a veces conviene que muera un hombre por el pueblo.

En cuanto al iusnaturalismo... el unico derecho que reconoce la naturaleza es la fuerza.


Enviado por el día 1 de Marzo de 2005 a las 00:05 (31)
Ahora vamos a hablar de economia:

"la producción de bienestar(...)no puede dejarse en manos del receptor (porque toda transferencia es potencialmente insuficiente)"

Estoy de acuerdo y esa frase refuta la "dictadura del proletariado", mientras que esta:

"El Estado "sobreproduce" (siempre) solidaridad si la mision de la solidaridad es proporcionar bienestar a quienes la ejercen PERO no es necesariamente asi si la mision de la solidariad es aumentar el bienestar de quienes la RECIBEN."

refuta el liberalismo puro.

Esta CLARO que la caridad privada infraproduce solidaridad (pues los poseedores de la renta tienen a los "demas" en su funcion de utilidad de una forma muy descontada) tanto como la dictadura proletaria la "sobreproduce" en forma de coacción masiva.

Estos dos casos extremos indican que existe un optimo intermedio. (Muy inteligente Albert: es verdad que el problema de la agregacion de la utilidad es espinoso: le dedicare un post en su momento)

Desde luego aun reconociendo la existencia de ese optimo intermedio, queda un problema dificil de "Public Choice Theory": Encontrar un mecanismo "constitucional" que implemente el optimo redistributivo.

En mi opinion un sistema liberal parlamentario y moderadamente federal, bajo ciertas restricciones es capaz de implementar esa optimalidad redistributiva (ojo: solo redistributiva: el socialismo productivo es en general ineficiente como demostro Hayek)
Enviado por el día 1 de Marzo de 2005 a las 00:45 (32)
Y por ultimo esto:

"Otro asunto, viene referido al destino de esos fondos. ¿Qué harán los Estados con ellos? En principio se me ocurren tres posibilidades: a) Montar sociedades públicas en esos países que se ocupen de su gestión, b) Darlos a los gobiernos implicados, c) Darlos a las asociaciones privadas."

Hay una opcion d) ...por ejemplo los gobiernos podrian eximir a la region de impuestos o subvencionar la inversión durante algunos años.

No digo reducir el Estado, sino usar el dinero del contribuyente de aqui para pagar los bienes publicos de allí.

O hacer un sistema de transferencias directas a los ciudadanos, u ofrecer cheques escolares o sanitarios (pero no hacer escuelas públicas)

Es decir el Gobierno puede utilizar las transferencias redistributivas para darselas al ciudadano, aplicando el Segundo Teorema del Bienestar para alterar la distribucion secundaria de rentas dejando al mercado la produccion de bienes y servicios...

Esto es el "socialismo redistributivo" en oposicion al socialismo productivo: el Estado canaliza el dinero PERO NO LO TOCA.

Por supuesto, al alterar la "distribucion secundaria" el Estado afecta los incentivos de los que pagariamos los impuestos aquí: yo, en lugar de comprarme un jersey Paul&Shark tendria que conformarme con un Lacoste, y ante tal desincentivo igual me volvería vago y nihilista.

Pero como ya soy un poco vago y bastante nihilista, tampoco se iba a notar mucho.

Enviado por el día 1 de Marzo de 2005 a las 00:59 (33)
Volvemos al argumento del bien público en la caridad. ¿En qué te basas para decir que la propiedad privada infraproduce solidaridad? Que yo sepa, repito, la Cruz Roja y demás organizaciones caritativas han tenido que suspender la búsqueda de fondos porque YA tenían suficientes (no sólo para ahora, sino durante diez años) La “producción” de caridad no ha sido sólo la adecuada para los receptores, sino también para quienes la entregaron.

No deja de sorprenderme que creas conocer la jerarquía de valores de la gente como para asegurar que “los demás” están muy atrás. Por no hablar, claro está, de que no nos enfrentados a una supuesta “función de producción” fija, sino que la escala se conforma cada vez que el hombre elige y actúa, es decir, cada vez que percibe un cambio en las circunstancias. Aunque puedas creer que “en abstracto” la gente tiene a “los demás” en muy poca consideración, el objeto a tener en cuenta es la circunstancia concreta que podría llevarlos a otorgar caridad cuando se encuentran ante la penosa situación de “los demás”. Ahora mismo puedo tener pocas ganas de dar dinero a los pobres, pero si voy paseando por la calle y me encuentro a uno –aunque sosegadamente y en abstracto sea un mal samaritano- con bastante probabilidad se la daré. Del mismo modo, cuando el ser humano percibe una tragedia externa y se encuentra en la disyuntiva, las preferencias simplemente son distintas a las que podría sugerir un análisis genérico sobre sus preferencias.

Por ello, no puedo defender en ningún caso el “óptimo intermedio”. No sólo por lo expuesto hasta ahora, sino porque adolece de la peor estaticidad paretiana.

Sobre la opción d), no es realmente una opción. Yo hablaba de qué podían hacer los Estados extranjeros con SU ayuda pública. En tanto no tienen capacidad impositiva sobre territorios extranjeros, ni exención de impuestos ni subvenciones.
Enviado por el día 1 de Marzo de 2005 a las 01:24 (34)
En todo caso, financiar a ese Estado para que pueda llevar a cabo tu propuesta (si bien, como podrás ver, ello nos reconduce a la opción b) )

Y sí, resulta obvio que, particularmente las exenciones, desarrollarán las regiones afectadas; el problema es que estarás lastrando inútilmente otras al tener que mantener la recaudación previa para financiar un sector público que no ha menguado. En este sentido, se produce un ataque indiscriminado a fuertes y débiles en las regiones sobrecargadas fiscalmente. Mientras que en la caridad voluntaria “da quien pueda dar” y “hasta dónde puede dar”, en la obligatoria y coactivamente redistribuidora se carga de manera indiscriminada contra todos (de manera que muchos empresarios se quedarán en el camino)

La pretendida solución –cargar especialmente a los ricos- tampoco es satisfactoria por razones de sobre conocidas. Se trata de premiar indirectamente al ineficiente y, lo que es peor, de detraer recursos que hubieran podido engrosar el volumen de ahorro capitalista y, por ende, la creación de capital (todo ello a diferencia de la caridad privada, que suele provenir de restricciones de los planes de consumo y no de ahorro)

El sistema de bonos y cheques me parece, por otro lado, ampliamente insatisfactorio. Sólo hay que observar el MedicAid o Medicare estadounidenses. Lo que consigue en realidad es un mercado virtual controlado completamente por el Estado; se trata de un mercado conseguido a través de medios socialistas de redistribución.
Enviado por el día 1 de Marzo de 2005 a las 01:25 (35)
Por no hablar, claro está, de que no nos enfrentados a una supuesta “función de producción” fija, sino que la escala se conforma cada vez que el hombre elige y actúa, es decir, cada vez que percibe un cambio en las circunstancias--> Obviamente, quería decir "función de utilidad"
Enviado por el día 1 de Marzo de 2005 a las 01:27 (36)
"Ahora mismo puedo tener pocas ganas de dar dinero a los pobres, pero si voy paseando por la calle y me encuentro a uno –aunque sosegadamente y en abstracto sea un mal samaritano- con bastante probabilidad se la daré"

Como ejemplo (estadisticamente verificable) de porque la caridad privada no funciona me vale el anterior:dado que la mayor parte de los pobres viven en paises de pobres y la mayor parte de los ricos viven en paises ricos...
...los pobres y los ricos no pasean por las mismas calles.

Resulta así que la caridad privada esta fuertemente nacionalizada (pero ¡ay de mi! tambien la publica) mientras que la mayor parte de las diferencias de riqueza son internacionales.

Así que el dinero que se da en caridad suele acabr en los menos pobres entre los pobres: los pobres de los paises ricos.

Por que? Porque la caridad privada es un objeto de consumo para los ricos y responde a las necesidades de los ricos.
Enviado por el día 1 de Marzo de 2005 a las 23:07 (37)
Responde acaso la caridad publica a las necesidades de los pobres? El subsidio directo por definicion si.

Otras formas responden a la necesidad de los pobres combinada con nuestra necesidad de que dejen de serlo...(por ejemplo la educacion publica)

Enviado por el día 1 de Marzo de 2005 a las 23:16 (38)
No hombre kantor, yo no hablaba de que tuvieras que tener el pobre al lado para ser caritativo, sino de que intentar crear una escala de preferencias estable al margen de cada decisión y acción concreta es un error. Mucho más intentar conocer cuál es la escala de cada persona, como hacías la indicar que la caridad estaba muy por debajo.

Precisamente, esa sugerencia "estadisticamente verificable" queda refutada por el caso del Tsunami. Hay cientos de medios de marketing para conseguir caridad.

Ahora bien, cuando dices que la caridad privada está fuertamente nacionalizada, no te falta razón. No digo que no pueda internacionalizarse (de hecho ya está ocurriendo), sin embargo la labor de la caridad no es subsanarse la miseria de todo un continente. Toda la población de Ýfrica no es pobre porque sí, sino por el cruento intervencionismo nacional e internacional. Los fallos estructurales que empobrecen a toda la población, alejándola del proceso globalizador, no debieran ser los objetos de la caridad, más que nada porque es un parche que no aportaría gran cosa. Para solucionar las carencias de Ýfrica hace falta más capitalismo, no caridad.

La función de la caridad es remediar circunstancias transitorias de los miembros de una comunidad. Casos en los que a la gente le pueda costar readaptarse (o casos escasísimos de vida vegetal sin familiares)

Sobre la caridad pública hace rato que vengo planteando una pregunta, ¿cuál es el límite? ¿cuál es el patrón que utilizas para conocer su necesidad? No dudo que el subsidio, cuanto más generoso sea, pueda responder a las necesidades de los pobres. Pero también lo haría la transferencia de toda la renta del país a un solo pobre.

Con todo, el subsidio no enriquece a nadie; traslada el consumo de unos bienes DADOS de unos ciudadanos a otros. Es más, es muy posible que la transferencia afecte a los ahorros de las personas, de manera que el efecto neto de la transferencia sería un consumo de capital.
Enviado por el día 2 de Marzo de 2005 a las 00:28 (39)
La cuestión, por tanto, es evitar las barreras sociales que estructuralmente causan pobres, abolir las transferencias públicas (pues extraen los fondos de las partidas de ahorro y no de las de consumo al no representar, como tú mismo dices, parte de los planes de consumo de los "ricos") y permitir el florecimiento de una industria de caridad privada, más eficiente en la ayuda a los pobres y en seguir incrementando la riqueza de la sociedad. Una vez más, no les des los peces de otro, sino permíteles pescar.
Enviado por el día 2 de Marzo de 2005 a las 00:31 (40)

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