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31 de Octubre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Fascismo, por Sheldon Richman


El mejor ejemplo de una economía fascista es el régimen del dictador italiano Benito Mussolini. Tras sostener que el liberalismo (por el cual entendía la libertad y los mercados libres) había alcanzado el final de su función histórica, Mussolini escribió: Para el fascismo el mundo no es este mundo material, tal como aparece en la superfecie, y donde el hombre es un individuo separado de todos los demás y dejado a sus propios medios... El fascismo afirma el estado como la auténtica realidad del individuo.

Este colectivismo es capturado en la palabra fascismo, que procede del latín fasces, que significa haz de varas con un hacha en ella. En economía, el fascismo fue visto como una tercera vía entre el no intervencionismo del capitalismo y el comunismo. El pensamiento fascista reconocía los roles de la propiedad privada y la motivación de los beneficios como incentivos legítimos para la productividad, siempre que no entraran en conflicto con los intereses del estado.

El fascismo en italia creció a partir de otros dos movimientos: el sindicalismo y el nacionalismo. Los sindicalistas creían que la vida económica debería estar gobernada por grupos que representaran a los trabajadores en las distintas industrias y oficios. Los nacionalistas, irritados por el trato dado a Italia después de la Primera Guerra Mundial, combinaron la idea de la lucha de clases con la de la lucha nacionalista. Italia eran una nación proletaria, decían, y para conseguir una mayor cuota de la riqueza del mundo, todas las clases italianas tenían que unirse. Mussolini fue un sindicalista que se volvió nacionalista durante la Primera Guerra Mundial.

De 1922 a 1925, el régimen de Mussolini persiguió una política de no invertencionismo económico bajo el ministro e finanzas liberal Alberto de Stefani. De Stefani redujo los impuestos, las disposiciones y las restricciones económicas y permitió que las empresas compitieran entre sí. pero su oposición al proteccionismo y a los subsidios económicos le alienó a algunos líderes industriales, y De Stefani se vio finalmente obligado a dimitir. Después de que Mussolini consolidara su dictadura en 1925, Italia entró en una nueva fase. Mussolini, con muchos líderes de su época, creía que la economía no podía actuar constructivamente sin supervisión del gobierno. Presagiando los acontecimientos en la Alemania nazi, y en cierta medida en la Norteamérica del New Deal, Mussolini inició un programa de enormes gastos financiados sobre el déficit presupuestario en obras públicas y, finalmente, militarismo.

El fascismo de Mussolini dio otro paso por aquella época con el advenimiento del Estado Corporativo, un arreglo supuestamente pragmático bajo el cual las decisiones económicas eran efectuadas por los consejos compuestos por trabajadores y patronos que representaban gremios e industrias. mediante este dispositivo tenía que resolverse la presunta rivalidad económica entre patronos y obreros, impidiendo que la lucha de clases minara la lucha nacionalista. En el Estado Corporativo, por ejemplo, las huelgas eran ilegales y las disputas laborales eran mediadas por una agencia estatal.

Teóricamente, la economía fascista tenía que ser guiada por una compleja red de empleados, trabajadores y organizaciones dirigidas conjuntamente que representaban a las industrias y los oficios a nivel local, provincial y nacional. En el punto más alto de esta red estaba el Consejo Nacional de Empresas. Pero aunque sindicalismo y corporativismo tenían un lugar en la ideología fascista y eran críticos a cimentar un consenso en apoyo del régimen, el consejo hizo poco por dirigir la economía. Las auténticas decisiones eran tomadas por agencias estatales como el Instituto para la Reconstrucción Industrial (el instituto per la Riconsstruzione Industriale, o IRI), que mediaba entre los grupos de interés.

Desde 1929, y como preparativo para conseguir las "glorias" de la guerra, el gobierno italiano utilizó medidas proteccionistas para dar a la economía un giro hacia la autarquía, o autosuficiencia económica. las políticas autárquicas se intensificaron durante los años siguientes debido tanto a la depresión como a las sanciones económicas que impusieron otros países a Italia después de que ésta invadiera Etiopía. Mussolini decretó que las oficinas gubernamentales debían comprar solamente productos italianos, e incrementó los aranceles a todas las importaciones en 1931. Las sanciones que siguieron a la invasión de Etiopía espolearon en 1935 a Italia a incrementar de nuevo los aranceles, estableciendo rígidas cuotas de importación, y endurecer el embargo sobre productos industriales.

Mussolini eliminó también la capacidad de las empresas para tomar decisiones independientes: el gobierno controlaba todos los precios y salarios, y las firmas que componían cualquier industria podían verse obligadas a formar un cártel donde la mayoría votaba por ellas. Las bien relacionadas cabezas de los grandes negocios participaban en la elaboración de la política, pero la mayoría de los pequeños hombres de negocios se veían reducidos a todos los efectos a empleados del estado que tenían que enfrentarse a burocracias corruptas. Lo aceptaban, con la esperanza de que las restricciones fueran temporales. Puesto que la tierra era algo fundamental para la nación, el estado fascista reglamentó la agricultura aún mas pleamente, dictando qué cosechas debían cultivarse, fragmentando granjas y amenazando con la expropiación para hacer cumplir sus órdenes.

La banca también fue sometida a un extraordinario control. A medida que el sistema industrial y bancario de Italia se hundían bajo el peso de la depresión y la reglamentación, a medida que aumentaba el paro, el gobierno estableció programas de obras públicas y tomó el control sobre decisiones de construcción y ampliación de fábricas. El gobierno creó en 1931 el Istituto Mobiliare para controlar el crédito, y más tarde el IRI adquirió todas las acciones en poder de los bancos de empresas industriales, agrícolas e inmobiliarias.

La imagen de un líder fuerte haciéndose cargo directamente de la economía durante una época difícil fascinó a los obseradores extranjeros. Italia fue uno de los lugares hacia los que dirigió su mirada Franflin Roosevelt en busca de ideas en 1933. La Ley Nacional de Recuperación (NRA) intentó cartelizar la economía norteamericana del mismo modo que Mussolini había cartelizado la de Italia. Bajo la NRA, Roosevelt estableció consejos industriales globales con el poder de establecer y hacer cumplir precios, salarios y otros términos de empleo, producción y distribución para todas las compañías de una industria. Mediante la Ley de Ajuste Agrícola, el gobierno ejerció un control similar sobre los granjeros. Resulta interesante constatar que Mussolini consideró el New Deal de Roosevelt como audaz..., intervencionista en el campo de la economía. El nazismo de Hitler compartió también muchos rasgos con el fascismo italiano, entre ellos el frente sindicalista. El nazismo destacaba también por el completo control del gobierno sobre la industria, la agricultura, las finanzas y las inversiones.

A medida que se acercaba la Segunda Guerra Mundial, los signos del fracaso del fascismo en Italia empezaron a ser palpables: el consumo privado per cápita había caído por debajo de los niveles de 1929, y la producción industrial italiana entre 1929 y 1939 se había incrementado tan sólo en un 15%, menos que los índices de otros países europeos. La productividad laboral era baja, y los costes de producción no competitivos. El fallo residía en el cambio de la toma de decisiones económicas de los empresarios a los burócratas del gobierno, y en la distribución de recursos por decreto antes que por mercados libres. Mussolini diseñó su sistema para abastecer las necesidades del estado, no de los consumidores. Al final, no sirvió a ninguno de los dos.

[Extraído de la Enciclopedia Fortune de Economía]

Comentarios

 
El balance de la economía en la Italia de los años 20-30 fue mejor de como expone la Enciclopedia Fortune. Lee este artículo: http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www....
Enviado por el día 1 de Noviembre de 2005 a las 00:47 (1)
¿? Aquí una breve descripción de los “logros” del período, bajo el epígrafe “Italian fascism”. Permíteme apuntar que las implicaciones de tu comentario (y del artículo que citas) son algo inquietantes.

Un saludo
Enviado por el día 1 de Noviembre de 2005 a las 01:22 (2)
Un poco suave con el fascismo el artículo en esta parte: "El pensamiento fascista reconocía los roles de la propiedad privada y la motivación de los beneficios como incentivos legítimos para la productividad, siempre que no entraran en conflicto con los intereses del estado."

Nunca me creí esa historia. Temporalmente lo reconocía, quizás, como cuando Mussolini toleró a ese ministro liberal; seguro es que Mussolini nunca dejó de considerarse un socialista (fue miembro del partido socialista).

Por supuesto, en esa época, los sindicalistas y los nacionalistas estaban imbuidos de socialismo. Mussolini era literalmente un ídolo para Hitler (según el historiador Ian Kershaw y otros), imaginénse cuán nacional socialista habrá sido el italiano para que Hitler lo idolatre, y tiene razón albert_esplugas en lo de las implicaciones inquietantes. La mayoría de lo que hacía Mussolini, es, de una o de otra manera, parte del plan de gobierno de la mayoría de los partidos del mundo de hoy.

El republicano Richard Nixon tenía alguna política económica de Mussolini y el socialista Hugo Chávez de Venezuela se parece muchísimo a Benito Mussolini en sus políticas de gobierno - en su "nuevo socialismo" con expropiaciones y todo (incluso hasta de cara se le parece) -.

Y ahora me entero que "uncle Joe Stalin" Roosevelt emuló directamente al dictador italiano. Por razón la gente cada vez abriga mayores sospechas sobre los políticos. No cambian, no mejoran, insisten con la misma cantaleta.
Enviado por el día 2 de Noviembre de 2005 a las 01:29 (3)
Es que, a fin de cuentas, nada inquieta más a los políticos que individuos sobre los que no pueden ejercer el control que les asegura mantenerse en el poder y medrar de ese parasitismo de por vida dándose la gran vida
Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 00:11 (4)

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