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16 de Enero de 2006

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Precio, valor y necios

David Bravo ha escrito un par de valientes anotaciones sobre el problema del precio, el valor, y el mercado. Valientes porque no tiene ni remota idea, lo cual no le impide jugarse aquello de la honrilla, o el pudor, como quiera llamarse. Se lo ha jugado y ha perdido. No es que tenga demasiada importancia, tonterías las decimos todos a diario. Su error no es ese, sino intentar dar una lección desde el tópico. El primer error, se entiende. Luego vienen los demás.

Es de necios confundir valor y precio, dijo Antonio Machado, el hermano del poeta según Borges. La frase de Machado es un claro ejemplo de la enorme elocuencia del español para expresar de manera sencilla y eufónica verdades como puños, tesoros del sentido común y del menos común.

Pero la frase tiene un problema, y es que seguramente si preguntáramos a Machado porqué no son lo mismo precio y valor, solo diría necedades. Algo parecido le ocurre a David Bravo. Sus dos anotaciones no van exactamente de eso, sino que hace una crítica destructiva y certera a Jorge Fló, Director de Cadenas Musicales de la Cadena SER. Luego iremos con eso, pero vamos primero con el cuezo. Dice David Bravo:

La lógica de mercado pone precio a todo y te enseña que es el precio la medida exacta del valor. El valor, es decir, las cualidades de algo o de alguien, también se miden con dinero. Una cosa tiene el valor de lo que cuesta y una persona tiene el valor de su salario. No es poca la gente que conozco a la que se les infla el pecho cada vez que le suben el sueldo porque piensan que eso habla de sus cualidades personales y son muchos los que para que aprecies la calidad de lo que se han comprado te subrayan, antes de nada, su precio. El hecho de que tus zapatillas de deporte te hayan costado 200 euros significa que son las mejores y no que te hayan timado. Lo bueno, si caro, dos veces bueno.

Vamos por partes. Dice:

La lógica de mercado pone precio a todo y te enseña que es el precio la medida exacta del valor.

El valor es la significación subjetiva que tiene para el actor los fines que persigue. Ese valor lo proyecta sobre los medios que considera adecuado para conseguirlos, de modo que también podemos hablar de un valor que otorga el actor a los medios, sin entrar en este momento en más sutilezas. Puesto que los bienes son medios para conseguir, de forma directa o indirecta, ciertos fines, nosotros le otorgamos un valor, siempre de carácter subjetivo, contingente y cambiante, a los bienes.

El precio es una relación de intercambio. No voy a contar aquí cómo se determinan los precios, pero bastará con analizar un intercambio. Por ejemplo, la compra de un CD de música.

1)      El comprador entrega una cantidad de dinero (pongamos 20 euros) por el CD. El comprador, en consecuencia, valora menos los 20 euros (el precio del bien) que el CD de música que adquiere. Por tanto no solo el precio no es lo mismo que el valor del bien, sino que para el comprador es mayor el valor del bien que el precio que tiene que pagar por él.

2)      El vendedor valora menos el CD que va a vender que el precio que recibe por él. Luego para él la situación es exactamente la contraria: el valor del bien es menor que el valor del dinero por el que lo intercambia.

Estas observaciones nos llevan a pensar que valor y precio, es cierto, no son lo mismo. No voy a desaprovechar la ocasión para explicar que hay un aspecto apuntado en esta sencilla explicación, pero no explicado, de la diferencia entre el valor y el precio.

El valor pertenece al mundo íntimo de las ideas. Es una pulsión interna, que ordena en prioridades los distintos fines que se plantea el hombre. Es motor y condición del actuar de la persona, por lo que tiene un reflejo en las acciones concretas. Pero no es ni puede ser una manifestación de esas acciones. Pertenece al mundo de las ideas, al del mundo interior de cada uno.

Un precio es algo distinto. El precio es un hecho humano. Un hecho histórico. Es el rastro del encuentro de dos o más personas en un intercambio. Es el resultado de la acción de estas personas, en las circunstancias en que actuaron, y movidas por el valor que le otorgan a distintos fines y medios. El precio es un fenómeno externo, observable. Como dice Mises en una certera expresión, el precio es el puente entre el mundo interno de las ideas y valores y el mundo externo, observable, de los resultados y consecuencias de las acciones humanas.

¿Y el mercado? El mercado es el proceso de libre interacción entre los individuos. En su libre actuar, de acuerdo con el crisol de múltiples y cambiantes valores y con las condiciones circunstanciales de la acción, los individuos crean precios en lo que se llama mercado libre. Puesto que la lógica del mercado es la de la acción libre y hemos visto que valor y precio son dos aspectos diferentes (uno interno y subjetivo, el otro externo y observable) de la libre acción, es claro que la lógica del mercado es que el precio no es la medida del valor, y menos la medida exacta. 

Machado ignoraba todo esto. David Bravo parece ignorarlo también. Dice en otro punto del párrafo señalado que el valor son las cualidades de algo o de alguien. No. Es la significación que tienen esas cualidades para el actor, en función de la relevancia que tengan para su plan de acción, en la consecución de sus fines.

Más adelante dice que

No es poca la gente que conozco a la que se les infla el pecho cada vez que le suben el sueldo porque piensan que eso habla de sus cualidades personales

Si a una persona el empresario le sube el sueldo es porque, en su negociación con el trabajador, ha llegado a un acuerdo en el que sigue valorando más lo que recibe por el trabajador (su valor descontado de su utilidad marginal) que lo que le entrega (el sueldo). En la medida en que su productividad sea fruto de sus cualidades personales, no es necesariamente un error ver un aumento del sueldo con un aumento de la valoración de sus cualidades personales. Pero es una relación indirecta y no necesaria.

También se queja de que

Son muchos los que para que aprecies la calidad de lo que se han comprado te subrayan, antes de nada, su precio. El hecho de que tus zapatillas de deporte te hayan costado 200 euros significa que son las mejores y no que te hayan timado. Lo bueno, si caro, dos veces bueno.

Lo cual, es cierto, es una memez. Es como aquello de las pelis americanas, en las que un chico le hace un regalo a su novia y acto seguido le dice “me ha costado 300 dólares”. Si compras unas zapatillas por 200 euros lo único que puedes decir es que las valoraste más que el dinero con la que las compraste. Punto.

Lo cual no le resta eficacia a su crítica, recordémoslo, a Jorge Fló, Director de Cadenas Musicales de la Cadena SER. Le critica con acierto porque, como he expuesto, y siguiendo la lógica del mercado, no son lo mismo valor y precio. Pero Jorge Fló responde a una pregunta:

¿Hay alguna manera de revalorizar la música de cara al público?

Ahora mismo, no. Ahora mismo, el valor de la música percibido por la gente es cero. No puede ser de otra forma ya que es gratis. ¿Tienes el disco de Bisbal? Dentro de diez minutos te lo bajo. ¿Cómo vas a valorar algo que aunque no es gratis puedes obtener de forma gratuita?

Pero Bravo parece no darse cuenta de un error de Jorge Fló. Y es que no es el mismo bien un mp3 con las canciones de Bisbal que el CD. Es como una tónica en un bar cualquiera de carretera o en un local de moda. La botella es igual, pero el bien no tiene porqué ser el mismo. De modo que bajarse una canción de Internet puede ser gratis, pero ello no quiere decir

1)      Que el valor de la canción sea cero. Si el usuario se baja la canción es porque valora más el fichero de mp3 en su ordenador que el coste de adquirirlo (el tiempo dedicado a hacerlo, por ejemplo)

2)      Que no haya otros bienes aparentemente iguales, pero que son distintos. Un fan de Bisbal puede considerar que, aunque tenga los ficheros en su ordenador, lo que quiere son los rizos de Bisbal en una torre de DCs para poder ponerlos en su reproductor.

El final de su segunda anotación es brutalmente certero. Pero David Bravo, que escribe un blog inteligente e interesante, no debió sugerir que Fló es un necio. Simplemente se equivoca, como él mismo.


Comentarios

 
Para que ambos lo entiendan y aprendan un poco más acerca del libre mercado, el valor de un bien es mi apreciación subjetiva de a qué otros fines estoy dispuesta yo a renunciar para tenerlo. Y ese valor, obviamente, puede variar por otros muchos factores que nada tienen que ver con el precio. Por ejemplo, yo personalmente antes me compraba todos los CD de Joaquín Sabina y no me parecían caros, porque valoraba menos los veinte euros que la posibilidad de tener el CD original. Sin embargo, desde que Sabina se dedicó a hacer campaña por el no a la guerra, de repente han empezado a parecerme carísimos y prefiero gastarme los veinte euros en cualquier otra cosa. Vamos, que aunque me los regalara la abuela de Fló encontraría formas mejores de invertirlos.
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 21:43 (1)
:)
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 21:57 (2)
Magnífica anotación, Jose Carlos. Me ha gustado mucho. Sobre todo cuando aclaras que la persona que intercambia valora más aquello que va a recibir que lo que da. Si no sería indiferente al intercambio. Es un concepo básico. ¿dónde se desarrolla al completo?, ¿La acción humana?

Un saludo
Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 22:37 (3)
Gracias, Milton. En los Principios de Menger y en La Acción Humana de Mises.

Enviado por el día 16 de Enero de 2006 a las 22:52 (4)
De acuerdo contigo amagi ¿Pero por que la tomas también con Machado? Sus prosas son de lo más recomendable y su personaje Mairena es genial.
Enviado por el día 20 de Enero de 2006 a las 04:31 (5)
Con mucho retraso. No la tomo con Machado, que a mí me encanta.

La referencia a la frase genial y malintencionada de Borges era por divertirme.
Enviado por el día 1 de Febrero de 2006 a las 19:53 (6)

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