14 de Febrero de 2008
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Buffett, ¿el salvador?
Decía Warren Buffett que no tenía la intención de saltar vallas de siete metros si podía pisotear las de uno y que para lograr beneficios extraordinarios no era necesario adoptar riesgos extraordinarios.
Por ese motivo muchos, incluyéndome, nos sorprendimos de que Buffett comprara los pasivos de las monoline hace dos días.
Básicamente, las monoline son unas empresas que afianzan a los emisores de deuda el repago del principal y del interés. En otras palabras, si compro un bono de Campofrío y no me paga, la monoline lo cubre. Gracias a la garantía de la monoline, las empresas pueden ofrecer bonos a un tipo de interés más bajo (en principio son menos arriesgados, por lo que los inversores exigen una menor compensación).
Recientemente, las monoline se han quedado pilladas porque han afianzado las emisiones de multitud de CDOs (productos estructurados que incorporan grandes cantidades de deuda hipotecaria subprime; para saber más sobre la influencia de los CDO en la crisis, tenéis este capítulo del boletín), con lo que a principios de año fueron degradadas en su calificación crediticia por S&P por primera vez en su historia.
La cantidad de deuda que han afianzado es demasiado grande como para que puedan devolverla (en especial cuando comiencen nuevos defaults) por lo que se encuentran en un estado crítico.
En este que el martes llega Warren Buffett y dice que va a comprarles la deuda que, en principio, todos creían que no podrían pagar. Dicho de otro modo, Buffett rescata a las monoline de la quiebra y además manda una señal de que las cosas no están tan mal. Si el mejor inversor del mundo se fía de los CDOs, ¿quiénes somos los demás para dudar de ello?
No tan rápido, hay que leer la letra pequeña. Buffett no ha comprado toda la deuda de las monoline, sino únicamente aquella relacionada con emisiones municipales de deuda. Este fue el negocio genuino de las monoline en sus orígenes: afianzaban a deudores con mucha solvencia y liquidez. Sin embargo, Buffett no ha comprado ni un gramo de deuda hipotecaria.
Dicho de otro modo, les ha dejado a las monoline toda la basura de deuda y se ha quedado con la de mejor calidad... a un importante descuento, claro. ¿Por qué las monoline han aceptado el trato? Porque necesitan liquidez como sea, y si no le venden a Buffett (una vaca de liquidez), ¿a quién lo harán?
De hecho, basta con ver cómo han evolucionado las dos monoline más importantes (MBIA y Ambac) desde que, según la interpretación mayoritaria, Buffett las salvó.
La primera cae de 13 a 11,5 (más de un 10%) y la segunda de 10,8 a 9,3 (casi un 14%). Curioso rescate.
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