liberalismo.org
Portada » Bitácoras » Todo un hombre de Estado » Socialismo de calle por Carlos R. Molina

1 de Septiembre de 2003

« Hijos del Estado | Principal | Artículos de Carlos Rodríguez Molina »

Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Socialismo de calle por Carlos R. Molina

      El socialismo, corriente que antepone los intereses de una sociedad a los de un individuo y que apoya la coacción del Estado como medio para llevar a cabo esos intereses arbitrariamente decididos (ya sea por una mayoría, en el caso de una democracia, o una minoría en el caso de una dictadura) puede considerarse la gran vencedora ideológica del pasado siglo XX y del XXI que ahora despunta. Sus parámetros políticos y filosóficos básicos están totalmente arraigados entre la población civil y son aceptados como lógicos: conceptos como la plusvalía, la explotación del empresario al obrero, el contrato social etc; otros, de cariz más político, como el Estado del Bienestar, los impuestos o la seguridad social también lo están.

      En el fondo, el socialismo marxista sigue viéndose con simpatía como un intento noble y solidario de arreglar el mundo que, desgraciadamente, no es viable políticamente porque restringe "demasiado" la libertad de las personas. La gente no se da cuenta que cualquier intento de arreglar el mundo va a fracasar porque supone obligar a todas las personas a realizar ciertas actividades por ser consideradas beneficiosas para el mundo, la sociedad o la nación. Se continúa creyendo que existe una manera de hacer que todo lo malo del mundo desaparezca, véase el hambre, el paro, la muerte, las catástrofes naturales, etc. Es el atractivo (pero imprudente) deseo humano de crear un paraíso en la tierra.

      Evidentemente, con estas expectativas, cualquier propuesta de dar más libertad a las personas reduciendo todo lo posible las competencias estatales es tratada como una conducta insolidaria, como un rechazo a la felicidad y la paz, ya que dejando que las personas se relacionen en libertad solo puede llegarse al caos. Esto hace replantearse la expresión que aparece en algunos libros de historia, aquella de que el socialismo parte de la "bondad natural" del hombre y por eso falla. No. Lo cierto es que el socialismo parte de que el hombre es malo por naturaleza ( o al menos inútil) y pretende resolver esa maldad mediante la intrusión estatal. Y por eso falla.

      También se argumenta, con total seriedad entre la gente de la calle, que rechazar los impuestos es una muestra de egoísmo enorme así como una negación del llamado "contrato social". Yo les respondo, ¿Qué contrato es ese en el que las personas son obligadas a firmar, que no vence jamás y que se fundamenta en "yo te robo y tu no haces nada al respecto"? Muy pocos se quedan impasibles al oír decir que el impuesto es un robo como cualquier otro, y te replican, escandalizados, el típico "pero se hace para ayudar a los demás y crear un equilibrio en la sociedad!". Entonces, según ese esquema, si mi familia y yo no tenemos nada que comer y, en un acto de necesidad, asaltamos, matamos y nos comemos a un viandante ¿Tampoco se considerará un asesinato? "Es que estábamos hambrientos..."

      Muchos cabos faltan por atar en la mente de las personas, pues siguen pensando que si la gente fuera totalmente libre revelaría sus más profundos instintos malévolos y se dedicaría a quemar bosques, exterminar razas de animales y (lo que más les molesta) a enriquecerse. El odio al lucro, heredado de las ideas católicas más fieles, es un determinante en el pensamiento ingenuo-socialista; a las personas les molesta que alguien se haga rico mediante contratos voluntarios con las personas. La avaricia puede ser un don reprochable, pero ¿hay por ello que prohibirla? Lo mismo podría pasar con la pereza, la gula, la lujuria(en este caso ya existen regulaciones, con nefastas consecuencias), la cobardía, etc. Si eso ocurriera, seríamos todos como androides, programados desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, todos iguales, exactamente ¿Es eso, lo que yo considero la más aberrante pesadilla existente, lo que desean para el mundo? Supongo que no, no lo desean, pero no, tampoco habrán vivido en la Rusia soviética, con sus experimentos sobre el homo sovieticus o en la Alemania Nazi, con los programas de exterminio de judíos, un lastre en su búsqueda de una Alemania perfecta, una sociedad poblada por arios puros, todos idénticos, que trabajaran incansablemente por la grandeza de su nación.

      Este fenómeno ha cautivado a un sector del mundo artístico y se ha revelado mayoritariamente en forma de ciencia-ficción. Fue visto fantásticamente por G. Orwell en su libro 1984 o recientemente en la taquillera Matrix. El miedo al poder absoluto y la apuesta por la libertad de las personas también fue expresado por la maravillosa obra épica de J.R.R. Tolkien El señor de los anillos en los años 70, siendo ahora objeto de una trilogía cinematográfica. Pero tampoco estos acercamientos a la audiencia de masas han producido en ésta replanteamientos ni tan siquiera de alguno de los temas que se critican desde las órbitas libertarias como son el crecimiento constante de competencias del Estado o las virtudes de la globalización capitalista (no la otra, que, realmente, nadie sabe cual es). Pero, en fin, habrá que esperar. Ya se les aparecerá la Virgen..... esperemos.

Comentarios

 

No se admiten ya más comentarios.