14 de Septiembre de 2004

La visita de Chirac y Schröeder a ZP no ha tenido desperdicio. Pero lo más significativo ha estado en las formas, no en el fondo. El análisis profundo se traduce en la necesidad de Zapatero de buscar una foto alternativa a la de Azores, una foto en la que él se haga acompañar de destacados líderes mundiales, destacados enemigos políticos de Estados Unidos que den proyección a su política internacional, cada vez más solitaria, cada vez más dañina. La propia reunión apenas sí ha tenido repercusión en Francia y Alemania pero ha contentado al PSOE y ha desviado la atención de otros problemas, como los disturbios de los trabajadores de Izar. Chirac y Schröeder vinieron a cenar y se fueron cenados y se acabó el asunto, ni fondos de cohesión, alguna palabra sobre la Constitución Europea, y en general, sólo reafirmamiento de una política gastada.

Alguien podía argumentar que es lo mismo que le pasó a Aznar con Estados Unidos y con Gran Bretaña. Ni de lejos, las circunstancias son diferentes y los socios, como el agua y el aceite, no se pueden mezclar. Estados Unidos y Gran Bretaña no necesitaban a España, podían haber cogido cualquier otro socio en la zona. Lo único que unía a los tres era la lucha contra el terrorismo, un gran vínculo común más allá de intereses económicos y políticos que pudieran ser una carga. España era un aliado con una esperanzadora economía en crecimiento, con aspiraciones para convertirse en alguien importante dentro de la UE y alguien que a priori podía comprender qué es esa lacra mundial.

Los socios de ZP no necesitan a España como socio, lo único que requieren de ella es un socio callado, servil que no ejerza de mosca cojonera ni de Pepito Grillo. Incluso los intereses políticos y económicos franceses son contrarios a los españoles, aún dentro de la Unión Europea. ¡Qué buenos socios nos hemos buscado! A uno le queda un telediario antes de que el CDU le quite de en medio, del otro ya veremos como termina, judicialmente hablando y cuando esto pase, ¿quién será socio de España? ¿Marruecos?

Pero como he dicho, lo más sabroso pasó en las formas. A la llegada a Moncloa, ZP decidió usar su ingles macarrónico, para infortunio de su profesor de idioma y chapurreó un diálogo que recogieron las cámaras de Tele 5 en el que malcontaba como la zona en la que andaban estaba plagada de bonsáis en la época González y como este enseñaba a sus invitados tan pintoresco lugar. Cuenta un oyente de La Mañana de FJL que en un momento dado y con toda la vergüenza 'zapateril' perdida se decantó por soltar un "Everybody, bonsáis" que supongo dejó estupefacto a Chirac ya que por lo visto, Schröeder no sabe el inglés (según algún miembro de la tertulia, que yo desconozco este punto).

Pues por una vez en la vida estoy de acuerdo con ZP. Everybody bonsáis. Todos, en la cercanía del presidente son un conjunto de bonsáis: políticos, económicos, humanos que nos han tocado padecer ante la carencia de criterio, de líneas de acción, de mando, de política y de principios de este presidente que padecemos. Tenemos bonsáis en el Gobierno, en el sector masculino y en el femenino; tenemos bonsáis en TVE donde los presentadores se atreven a 'denunciar' el sectarismo pepero sólo cuando pueden salvar el culo; tenemos bonsáis en las autoridades económicas y de seguridad, que no se atreven a hacer frente a este terrorismo de baja intensidad laboral que los trabajadores de Izar nos regalan todos los días; tenemos bonsáis entre los que antes se hartaban de denunciar el 'terrorismo doméstico' y ahora que siguen muriendo un día sí y otro también mujeres, callan; tenemos bonsáis entre las autoridades que controlan la inmigración y que están construyendo ley a ley, medida a medida, una sociedad donde el racismo y el enfrentamiento entre grupos se convertirá en una cruda y desesperante realidad; tenemos bonsáis en la política exterior donde sólo manda la ideología y el antiamericanismo más infantil; tenemos bonsáis en la política interior donde se buscan socios nacionales con intereses nacionalistas a los que se rinde pleitesía y encima se presume de ello. Everybody bonsáis. Totalmente de acuerdo.