23 de Noviembre de 2004

No nos lo podemos permitir, a un Ministro de Exteriores no se le puede calentar la boca en un programa de televisión. Miguel Ángel Moratinos debería estar dimitido y castigado en el cuarto oscuro de la diplomacia, inmolado políticamente hablando. Si en un programa de televisión frente a unos cuantos políticos no más formados que él y unos cuantos periodistas, a Curro se le va la cabeza y acusa a Aznar de haber apoyado el Golpe de Estado de 2002 contra Chávez, qué no hará en una reunión de diplomáticos de carrera que se reúnen para tratar importantes cuestiones que influirán en el devenir de España. A Moratinos se lo zampan en el catering de la entrada. Condoleezza Rice se lo enrolla como una croquetilla y lo ingiere sin apenas notarlo. Muy gordo parece pero por dentro, nada de nada. Y con el palillo se limpia la dentadura.

No podemos tener un párvulo como máximo diplomático con su bobalicona sonrisa que disfraza su ineptitud. Si lo que dice es verdad, debería ser un secreto de Estado. Ese tipo de decisiones que una vez tomadas deberían clasificarse y conocerse 50 años después. No es tan raro, actualmente aún hay papeles clasificados de la Segunda Guerra Mundial, incluso anteriores. Ese tipo de cosas que no dependen del partido gobernante sino que son políticas que afectan al Estado y que son difíciles de justificar. Todos los países las tienen y por mucho que no gusten, las seguirán teniendo. Si lo que dice es mentira, este personajillo debe presentar la dimisión por no saber desenvolverse en su profesión. El PP debería presentar una querella inmediatamente y mostrarse muchísimo más duro de lo que lo ha hecho hasta este momento.

Es lamentable que tengamos un gobierno que permite la entrada en España de un individuo que, además de su siniestro pasado, se permite insultar y manipular sin que nadie le pida que se retracte de su actitud. No puede venir, como Presidente de Venezuela e insultar a nadie, sea Aznar o sea Zapatero. No puede venir y manipular los medios de comunicación, despreciar a los ciudadanos y crear falsas manifestaciones.

Pero más lamentable aún es que el Gobierno que tenemos no sólo no hace nada sino que lo promueve, deja a sus "perros de la guerra" particulares para echar más madera al asunto y se permite insultar a todo aquel que se opone a su política. Dentro de nada formaremos parte del "eje del mal". Hemos pasado del eje Washington - Londres - Madrid - Roma al eje La Habana - Caracas - Madrid - Teherán.