24 de Julio de 2006
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Bitácora de Alberto Illán Oviedo
Greenpeace. Lección 1: la costa es lo que yo te diga
Siempre he admirado, y seguiré admirando mientras dure, la capacidad que tienen los grupos ecologistas para mentir, engañar y manipular, sin ningún tipo de remordimiento ni vergüenza cuando los pillan. Más me sorprende la capacidad de los medios de comunicación y de la sociedad en particular de seguir dándoles credibilidad.
Llegado el verano, con los turistas viniendo o desplazándose por España en tropel, los grupos ambientalistas tienen la tendencia de aguar la fiesta al más concienciado con informes que son una copia descarada, al menos en el espíritu, no sé si en los datos, de los de otros años y que versan sobre las muchas barrabasadas que el ser humano, en su egoísta búsqueda de la felicidad y el ocio, hace a la Madre Tierra. En la Comunidad Valenciana, como en buena parte de España, el mal viene en forma de ladrillo y cemento y la víctima, el litoral de aguas cristalinas que todas los veranos se llena se sombrillas, crema para el sol, tangas minúsculos y rollos rápidos de verano.
Este año, el ecologista convencido ha puesto demasiado celo en su labor. Según nos cuenta ABC, dentro de los efectos del "urbanismo salvaje" que afecta a esta Comunidad y a la costa en particular, se incluyen puntos negros como las localidades de Elda, a 40 kilómetros de la misma, Benaguacil, a 30, Manises, a 12 km, Ribarroja, a 24 km y Betxí a 14 km. Todo un modelo a seguir y un informe, "La Destrucción de la Costa", que es una lección de la nueva geografía. A ver si va a ser verdad que Madrid tiene playa.
Llegado el verano, con los turistas viniendo o desplazándose por España en tropel, los grupos ambientalistas tienen la tendencia de aguar la fiesta al más concienciado con informes que son una copia descarada, al menos en el espíritu, no sé si en los datos, de los de otros años y que versan sobre las muchas barrabasadas que el ser humano, en su egoísta búsqueda de la felicidad y el ocio, hace a la Madre Tierra. En la Comunidad Valenciana, como en buena parte de España, el mal viene en forma de ladrillo y cemento y la víctima, el litoral de aguas cristalinas que todas los veranos se llena se sombrillas, crema para el sol, tangas minúsculos y rollos rápidos de verano.
Este año, el ecologista convencido ha puesto demasiado celo en su labor. Según nos cuenta ABC, dentro de los efectos del "urbanismo salvaje" que afecta a esta Comunidad y a la costa en particular, se incluyen puntos negros como las localidades de Elda, a 40 kilómetros de la misma, Benaguacil, a 30, Manises, a 12 km, Ribarroja, a 24 km y Betxí a 14 km. Todo un modelo a seguir y un informe, "La Destrucción de la Costa", que es una lección de la nueva geografía. A ver si va a ser verdad que Madrid tiene playa.
Comentarios
Además, se indignan y se enfadan si no les sigues en su adoctrinamiento. Te llaman analfabeto insolidario. Y es que la gente cuando se la deja en libertad es mala, mala, mala.
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/07/25/ciencia/1...
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