13 de Agosto de 2006

He de reconocer que algunas noticias sobre el medio ambiente me siguen sorprendiendo. Los logros de sus defensores y partidarios logran rozar la extravagancia y en este caso además , me apostaría que cuanto menos la arbitrariedad judicial. Resulta que en el municipio de Jaén, como supongo que en la mayoría de municipios españoles, se han construido una serie de edificios en zonas no urbanizables. Con la excusa de que se dedican a labores propias de la explotación agropecuaria o forestal de la zona, los dueños de las fincas se construyen unos chalecitos que para sí quisieran algunos constructores. Quede claro que desde el punto de vista liberal, cada uno se podría construir en su parcela lo que buenamente quiera, de hecho hay gente que incluso se está construyendo una catedral y con bastante éxito. Pero como el Estado vela por nuestros intereses, el Estado nos da y el Estado nos quita, y no todo el mundo puede tener un retiro adecuado, al menos legalmente. Al menos pido un poco de coherencia.

Ya sabemos que la legalidad nunca ha sido una razón necesaria para no dejar de hacer algo. En algunas partes se hace la vista gorda, sobre todo si el del chalecito es un mandamás de la zona o quién sabe, hasta del mismísimo alcalde. En otros casos es una lotería y como se le meta al vecino envidioso entre ceja y ceja o el grupo ecologista de la zona se le ocurra visitar tu parcela, la denuncia puede estar al cabo del día. Esto es exactamente lo que le ha pasado a un chalet en "La Mella" paraje situado en el municipio jiennense y que alguien ha denunciado por estar ubicado en terreno no urbanizable.

Hasta aquí una historia que debe ser el pan nuestro de cada día en casi toda España, pero con una diferencia. La razón última que ha decidido al juez por decantarse en contra del dueño para que tire la edificación y además corra con todos los gastos, es que una pareja de águilas perdiceras han decidido anidar en las cercanías del edificio, y al ser un ave protegida, que digo protegidísima, al juez le ha salido la vena ecologista y ha mandado los buldózer contra el edificio. Lo que también le ha salido es el aire arbitrario y eso en un juez, más que una virtud es un vicio. Así que ya sabe amigo lector, a usted le pueden acusar de delinquir con nocturnidad, alevosía y en presencia de águilas perdiceras o quien sabe, algunas avutardas o cigüeñas negras o incluso algún lince despistado.

Y digo arbitrariedad porque según se especifica en la información, en la zona hay muchas más construcciones levantadas en zonas no urbanizables pero contra ellas no han levantado ninguna denuncia:

"El juez reconoce que en este paraje hay otras edificaciones construidas en suelo no urbanizable, ya que es un área de interés forestal recreativo, pero "ninguna de estas otras construcciones está tan cercana a este punto que merece una especial protección, además de la que le corresponde por la normativa urbanística, por el peligro y grave riesgo de una especie protegida y amenazada"".

José María Cañada Cle, titular del Juzgado número 2 de los penal en Jaén, que es así como se llama el susodicho, ya es conocido y reconocido entre los grupos ecologistas, de hecho le llaman el juez ambiental y según aseguran, en algunas decisiones les ha apoyado en su lucha contra urbanizaciones ilegales, además de en otros asuntos con carga medioambiental. Que cada uno saque sus propias consecuencias.