24 de Marzo de 2004

Poco saldrá en los medios que un niño de 8 años ha sido detenido por soldados israelíes portando un cinturón con explosivos como poco se dijo cuando se detuvo otro de 12 años en parecida circunstancia. Se justificará, se dirá que es la desesperación, se dirá que es la lucha de un pueblo, actores y títeres seguirán rodando sus películas pues esa no es su guerra, periodistas, intelectuales y políticos comprometidos mirarán hacia otra parte, que el PP ya ha salido del Gobierno.

No veremos a Amnistía Internacional, más preocupada de denunciar los desmanes en occidente que los crímenes en el tercer mundo; es comprensible, es más fácil. Poco veremos las movilizaciones vía SMS de los últimos días, a lo más alguna apoyando al terrorista Arafat, pero ni eso. Gusta más cuando sobre lo que se protesta son los judíos o los americanos. No veremos a Tele5 preocupado por cómo educan los palestinos a su infancia, en el odio más profundo.

Y el vencedor de todo esto, de esta cobardía moral y física es el terrorismo, nacional e internacional, que lo queremos lejos pero no extinto. Un pacto a lo Carod, y sin mentar a la bicha que trae mala suerte. Un niño puede portar una bomba pero no puede coser una balón de Nike. Un niño puede portar una bomba en Israel pero no un rifle en Costa de Marfil. Doble moral de las izquierdas y de bastantes derechas. Antisemitismo puro que nos nubla la razón y aplasta la inteligencia. Me da asco.