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12 de Diciembre de 2004

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Orden Natural
Bitácora de Juan Fernando Carpio

Por qué la ética no es un sólo "algo personal"



Cuando se habla de conceptos de ética y moral (en un sentido racional, no ligada a la fe), mucha gente suele insistir en que éstos son asuntos centrados en la actuación individual de cada uno, y que las organizaciones e instituciones nada tienen que ver con la justicia porque son, básicamente, amorales.

Un breve ejercicio de imaginación puede sacarnos de ese peligroso error. Supongamos que ud. vive en la Alemania Nazi en 1940, y es parte del ejército. El comandante de su batallón le ordena identificar a los miembros de cierta raza en particular en su ciudad. Luego ya clasificados serán llevados por otros a un tren con destino desconocido. Usted ha oído rumores de que luego de embarcados estos prisioneros desaparecen para siempre y sus familias no vuelven a saber más de ellos.

En este punto, ud. se plantea la siguiente inquietud: “¿Estoy desapareciendo a esa gente, o solamente estoy haciendo mi parte la cual no es intrínsecamente mala?”. La respuesta tiene muchas sutilezas, pero su raíz es muy clara: no es lo mismo clasificar gente para una reunión social, que para un gobierno totalitario. Ud. puede y debe tomar conciencia de la cadena de acciones y la institución de la que forma parte. No es lo mismo capturar criminales -un policía-, que capturar inocentes --un secuestrador. La técnica en particular puede ser parecida, pero la intención y el resultado son lógicamente, distintos.

Sin embargo sobre los nazis y los secuestradores hay un amplio consenso, por ser casi evidentes. Lo que se ha vuelto borroso tras varias generaciones de propaganda exitosa, ha sido la forma en que otras formas de gobierno pueden ser igualmente injustas y destructivas. Supongamos que usted quiere el nivel de vida que su vecino se ha dado a sí mismo a través de años de trabajo industrial, pero tener que sin esforzarse tanto y en menos tiempo que él. Una forma muy sencilla sería crearse un puesto en el gobierno con un cargo muy importante, y hacerse pagar un muy buen salario. La cuenta por supuesto la pagará el vecino rico, vía impuestos. También la pagarán otros habitantes del territorio, pues ese dinero del vecino iba a expandir su fábrica y generar nuevos empleos. Entonces existe un daño moral y económico a la comunidad, pero ud. salió beneficiado mientras que el industrial piensa que “paga su justa cuota a la sociedad” y los vecinos jamás sabrán que les hubieran generado empleos mejores a los que tienen. Sencillamente son temas éticos y económicos “invisibles”, que sólo un poco de rigor analítico pueden mostrarnos. Pero ese rigor es precisamente lo que se ha perdido gracias a la propaganda gubernamental del siglo XX: “Ud. se debe a los demás y los impuestos son la forma de demostrarlo”, “Hay que devolver lo que hemos tomado de la sociedad”, “El gobierno sabe lo que es mejor para todos”. Son tres o cuatro generaciones de crear cargos de conciencia en los productores y creadores y de crear dependencia en todos los demás. Es hora de decir la verdad: las formas más sutiles de saqueo siguen siendo saqueo, de la misma manera en que las formas más sutiles de colaborar con un régimen totalitario siguen siendo algo inmoral. El grado es un tema secundario, el principio sigue ahí y nada va a cambiarlo.

La razón de que un amante de la libertad sea considerado radical, es que éste no quiere que en la sociedad existan mecanismos para que alguien sea un verdugo o saqueador de los demás sin siquiera saberlo. “Sólo cumplía órdenes” es la excusa más antigua del mundo, y “No tuve más remedio” es la segunda. Es evidente y tradicional que quienes tienen una posición superior de mando tengan responsabilidad intelectual y total sobre hechos así. Pero las acciones masivamente destructivas necesitan de muchos brazos y cabezas con responsabilidad parcial.

Si desmantelamos las instituciones que hacen el “bien” a unos a costa de otros, y privilegiamos exclusivamente las relaciones consensuales, la ética se vuelve un asunto transparente y la sociedad resultante es otra.

Comentarios

 
Se puede decir más alto, más claro no.
Enviado por el día 12 de Diciembre de 2004 a las 23:56 (1)
Si, pero a ver como se come eso la gente de la calle... por que entenderan cualquier otra cosa.

Por que creeis que la propaganda funciona tan bien?, facil, por que la gente no es siquiera consciente de que son "el estado", y "el gobierno", y mucho menos comprenderlo.

Asi que ya podemos ir inventando una formula para explicar a la gente que algo que no entienden tiene que ser cambiado para mejorarlo.

Dificil batalla.

Yo propongo hacerlo a plazos y en cosas concretas que la gente pueda entender. Con semejante cooperativa de ignorantes politicos que esta hecha España, o se le dan las cosas mascadas a la gente o vamos... bueno, fijaos en nuestro gobierno actual...

Enviado por el día 13 de Diciembre de 2004 a las 04:38 (2)

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