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12 de Agosto de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

La esencia del Estado: tanto para nada (I)


Manel ha contestado parcialmente al post que empleé para responderle. Habida cuenta de que el suyo es suficientemente largo y de que ya contiene suficientes elementos criticables, paso a fiskearlo.

Por cuestión de claridad las citas de Manel del primer post irán en rojo, las mías del post anterior en azul y las de Manel de su segundo post en verde.

Dónde prosperan las mafias

En su primer post Manel sostuvo que: En un Estado dictatorial, que lo ocupa todo comorojo una hidra y en el que por cada notario hay cien mil policias secretas y por cada subsecretario cincuenta y dos centros de reeducación, episodios como el de los camiones valencianos saboteados no suceden. Prueba superada, que decía aquel. En un Estado democrático, en cambio, con más huecos que las hombreras de Zapatero, sí son factibles, y también en las variedades estatales permisivas que hay entrambos, y es deseable que así sea si se trata de no perder libertad de acción.

Yo le respondí que: Aunque no esté de acuerdo, asumiré que Manel utiliza Estado dictatorial para lo que yo entiendo como Estado grande e intrusivo y Estado democrático como Estado pequeño y ampliamente "limitado". En otras palabras, para Manel el Estado total conseguiría la inexistencia de mafias privadas casi al 100% y el Estado democrático tiene que conformarse con un porcentaje menor.

Y Manel contesta lo siguiente: Pues no, Juan Ramón: cuando digo Estado dictatorial me refiero a una dictadura en el sentido político tradicional, y cuando digo Estado democrático me refiero a una democracia en el sentido político tradicional. Ninguna necesidad de parafrasearme, nada de tamaños ni de traducirme al eaquense. Una dictadura la rige un dictador no sometido al pueblo ni a controles independientes, y una democracia la dirige un político elegido por el pueblo y sometido a él y cuya labor fiscalizan terceros con capacidad bastante para, llegado el caso, obligarle a dimitir.

Interesante pero insuficiente. Si el argumento de Manel es que una dictadura puede acabar con la delincuencia porque En un Estado dictatorial, que lo ocupa todo como una hidra, me está dando la razón en que Manel utiliza Estado dictatorial para lo que yo entiendo como Estado grande e intrusivo. A menos que Manel crea que el dictador está obligado a expandir su poder (¿obligado por quién? ¿quién está por encima del dictador?), lo que califica al Estado supereficaz de Manel no es la forma de gobierno, sino la extensión de su poder. De la misma manera, una democracia puede ser absolutamente intrusiva y restringir las libertades de los ciudadanos en mayor medida que algunas dictaduras. Podemos nombrar a Venezuela o Rusia; aunque claro, eso no son "auténticas" democracias.

Luego Manel me reprocha mi mal uso del condicional. Recordemos, yo dije: En otras palabras, para Manel el Estado total conseguiría la inexistencia de mafias privadas casi al 100% y el Estado democrático tiene que conformarse con un porcentaje menor. Y Manel replica: escribí, y sostengo, que las dictaduras han conseguido (no conseguirían) la inexistencia prácticamente total de mafias privadas. Ejemplos proliferan: URSS y su bloque, Alemania nazi, España franquista, Camboya polpotiana, Cuba castrista...

Aquí hay que matizar varios puntos. Si entendemos mafia como una organización estable dedicada a cometer delitos, entonces si se reducen de manera considerable. En ningún momento dije otra cosa (si bien lo atribuí, como luego repetiremos, a causas distintas): No habrá armas ni medios al alcance; el tiempo de organización será escaso y las posibilidades de evitar ser descubiertos por la policía estatal (por muy torpe que sea), son escasas.

Ahora bien, si entendemos mafia como el desarrollo de un comportamiento delictivo continuado, aun cuando sea de personas individuales, entonces la afirmación de Manel no es en absoluto cierta. El mercado negro en la URSS era enorme; los individuos transgredían continuamente las leyes soviéticas de manera que al final muchos eran apresados -pero muchos otros no. Los objetivos de esta gente, como ya dije en el primer post, eran la provisión de comida y el mercado negro era un ámbito en el que podían mejorar su precario bienestar.

De la misma manera, en los términos del Estado cubano, la producción de balsas para escapar de la isla supone un delito y, sin embargo, el Estado dictatorial no ha sido capaz de evitar que millones de cubanos hayan huido de la isla-cárcel.

No había asociaciones entre los distintos traficantes o entre los balseros, pero a efectos de probar la ineficiencia estatal basta. La URSS o Cuba no fueron capaces de combatir eficientemente lo que ellas calificaron como crimen; esto ilustra las lagunas de seguridad de sus Estados, de manera que si no se cometen o cometieron actos terroristas, como también dije, no ha sido debido a la magnífica seguridad comunista, sino a la falta de interesados autores.

Aparte, como ejemplo de Estado dictatorial incapaz de terminar con las mafias sólo tenemos que recurrir al primer post de Manel: La iniciativa privada de las tribus domina extensiones de Pakistán tan grandes como España, a las que el Estado paquistaní debe acercarse como quien entra en territorio apache: con la caballería por delante disparando a todo lo que se mueve.

Mafias e iniciativa privada

En mi post comenté: Ejemplos de Estados dictatoriales con terrorismo los encontramos en la España de Franco; ejemplos de Estados democráticos intrusivos con terrorismo lo tenemos en la Rusia de Putin. Incluso en una dictadura totalitaria como la URSS encontramos frecuentes actos de terrorismo y sabotaje.

Y Manel pregunta: ¿Ejemplos de qué, Juan Ramón? ¿De que el Estado es ineficaz o de que el terrorismo es una forma superior de iniciativa privada? Obviamente, ejemplos de Estados que no pueden combatir la delincuencia, a pesar de ser dictaduras. Por supuesto el terrorismo no es una forma superior de iniciativa privada; por dos motivos. Uno porque aun cuando la iniciativa del terrorismo sea privada, como ya dije, no reconoce la privacidad ajena y, por tanto, atenta contra la iniciativa privada (de manera similar al Estado: La mafia utiliza su propiedad privada para atacar otra propiedad privada: desarrolla un comportamiento típicamente estatal. Su iniciativa privada no se basa en las relaciones voluntarias y en LA propiedad privada). Y segundo, porque en todo caso se trataría de una forma inferior de iniciativa privada: Las mafias integran demasiadas funciones (empresario de defensa y empresario de contrabando) y basan parte de su financiación en expoliar a quienes dicen defender (a través de contribuciones coactivas). Esto significa que: a) en buena medida su crecimiento, vía competencia, se estanca, b) las mafias no aprovechan la división del trabajo y la riqueza de la población.

Claro que, habiendo dejado claro que las mafias son, de la misma manera que el Estado, un enemigo de la propiedad privada, Manel persevera en el error: Fíjate, donde tú aprecias ineficacia estatal y por tanto, en plan maximalista, te sientes animado a rechazar la propia existencia del Estado, otros pueden ver que la iniciativa privada es perversa per se y en consecuencia, en plan maximalista, se sientan animados a reducirla al mínimo microbiano.

Y donde yo aprecio una relación voluntaria empresario-trabajador otros aprecian explotación. La cuestión es cuál de las dos apreciaciones es correcta, no cuántas disparatadas visiones pueden llegar a tenerse de un mismo hecho. La afirmación de que la iniciativa privada es perversa per se no se sostiene de ningún modo. Primero, porque como también dije en el anterior post, si englobamos en una misma categoría la "iniciativa privada" de las mafias y la de las empresas, entonces las actuaciones del Estado serían iniciativa privada (de los representantes del poder constituyente-propietario), todo sería privado en tanto "el público" sólo actúa a través de órganos y esos órganos son al fin y al cabo personas individuales. Y segundo, porque estamos ante un nuevo non sequitur: que exista el mal no implica que sólo exista el mal.

El anterior comentario lo utiliza Manel para exponer una interesante analogía: Lo que a ti te resulta palmario (si el Estado no puede con el terrorismo, eliminemos el Estado), a otros es lo contrario lo que les resulta manifiesto (si con este tipo de Estado no podemos con el terrorismo, endurezcamos la legislación y/o la represión). Bienvenido al ambiguo gris de la vida humana. Últimamente, viz Reino Unido, los segundos ganan.

Primero, no creo que haya contradicción entre ambas interpretaciones. Que yo crea que el Estado es ineficaz no significa que no crea que un Estado menos torpe es posible, como ya dije: ciertamente más Estado no es bueno; y "mejor" es menos malo. Sin embargo, a mi modo de ver, mejor Estado no es aquel que endurece la legislación y/o la represión, incluso para combatir el terrorismo. Segundo, yo no he derivado la incapacidad del Estado para combatir el terrorismo del hecho de que "algunos" Estados no puedan hacerlo. Lo he fundamentado en la teoría de la imposibilidad del socialismo y de la planificación centralizada de las sociedades. Aunque Manel ya haya pasado por este párrafo, conviene recordarlo: El problema de este planteamiento es que pasa por encima del problema de la ineficiencia estatal. Un Estado total no consigue una "sanidad perfecta" o una "producción de alimentos completa"; de la misma manera -y por la misma razón- no sería capaz de eliminar la delincuencia "casi al 100%".


Pobreza y delincuencia

Como he señalado más arriba, las mafias han prosperado menos en sociedades totalitarias pero por razones distintas a las que apunta Manel: Las sociedades donde sus Estados se convierten en regímenes cercanos al totalitarismo, llevan aparejada la pobreza material de la gente. No hay respeto por la propiedad privada y los planes privados no llegan a materializarse.

Las sociedades más ricas pueden alcanzar niveles de sofisticación en todos los ámbitos (comunicación, armamento, dirección...) que facilitan la organización de mafias. Pues bien, la conclusión que extrae Manel de estas palabras es que la culpa de que haya que lamentar la ineficacia del Estado frente a la iniciativa privada del terrorismo la atribuyes a la pobreza material de la gente. Guau.

Felicidades, he dicho todo lo contrario: que el terrorismo interno sea casi inexistente en las sociedades con Estados se debe, no a su ineficacia como proveedor de seguridad, sino a su eficacia como destructor de riqueza. No hay que lamentar ninguna ineficacia del Estado porque, a pesar de su torpeza, las mafias no llegan a prosperar (Aun así no estoy negando que los actos terroristas sean menos frecuentes en regímenes totalitarios que en democracias). Que el Estado no sea víctima continua del terrorismo interno en esos países lo atribuyo a la pobreza material de la gente, no sólo por falta de "medios" adecuados, sino por dislocación de los incentivos. Guau.

Me sorprende que, diciendo exactamente lo contrario que ZP (esto es, que la pobreza no sólo no es causa del terrorismo, sino que es un freno), Manel concluya que nuestras ideas son similares: ¿Original? No mucho: puro catecismo apaciguador, si se me permite la observación. De ahí que enseguidita, y caído de las nubes allende el arcoiris, saques a colación a ZP para desmarcarte de él, pero con muy escaso ingenio y con ideas que te perseguirán bastante tiempo cual fantasma inglés a turista crédulo.

Y tal interpretación sorprende porque, inmediatamente después, Manel pasa a refutar mi auténtico argumento (¿a qué venía entonces endosarme la idea de que la culpa de que haya que lamentar la ineficacia del Estado frente a la iniciativa privada del terrorismo la atribuyes a la pobreza material de la gente?): Primero la pobreza material de la gente impide a nadie conseguir un litro de gasolina con el que hacer un cóctel molotov o les impide arramblar con unas balas para el pistolón del abuelo, de hecho la gente en una dictadura es tan pobre tan pobre que carece hasta de planes que materializar. Después sueltas impávido que eso es un argumento contra el terrorismo. Y por último que su pobreza es tanta que ni tiempo tienen de pensar en otra cosa que no sea conseguir comida, arrebatándosela al vecino de chabola si es preciso, y por ello, de puro precipitados que viven, la policía -estatal o anestatal*- nunca tendría dificultades en atraparles

Primero, un país donde no existe agricultura difícilmente va a desarrollar una industria armamentística de manera privada. La cuestión es simple: durante todo el tiempo que están fabricando las armas, ¿qué comerán los trabajadores? Si no hablamos de recurrentes hambrunas, planes imposibles y pobreza universal, no estamos hablando de totalitarismo. Todo ello tendrá que venir de fuera, financiado por individuos suficientemente ricos como para desear que en el interior de un país totalitario surja el terrorismo.

Segundo, por eso mismo, la distinción que hace Manel entre terrorismo en dictaduras y terrorismo en democracias es irrelevante. Una democracia que sea intrusiva (que lo ocupa todo como una hidra) será una democracia pobre (abundantes ejemplos tenemos) y a menos que importe materiales y terroristas, no se desarrollará ningún tipo de actividad mafiosa a gran escala. Una dictadura no intrusiva (donde el dictador se autolimite) será una sociedad rica, donde el terrorismo podrá encontrar medios para reproducirse. Y a medio camino entre ambas situaciones, tenemos casi el mundo entero, es decir, Estados no lo suficientemente represivos como para causar hambrunas y eliminar la creación de riqueza, y donde el terrorismo prosperará en mayor medida. Es decir, en las sociedades donde el Estado es muy poderoso no es que el Estado se vuelva efectivo cuando crezca -más bien todo lo contrario-, sino que los individuos se vuelven torpes -se les priva de los medios que podrían ser usados para cometer terrorismo. Lo que en otras palabras viene a decir: un Estado liberal que monopolice la provisión de seguridad permitirá una gran creación de riqueza que alentará el terrorismo, y dada su torpeza e ineficacia, cada vez le será más difícil combatirlo. Vamos, que sin desarrollo de la industria aeronáutica no hay 11-S.

Tercero, como consecuencia de todo ello, en sociedades pobres haya menos atentados terroristas que en las ricas (a no ser, claro está, que se importen medios materiales y humanos). Sí habría ciertas formas de crimen privado muy poco desarrollado (desde la perspectiva del déspota, por ejemplo, el mercado negro, como ya hemos dicho), pero no ataques continuos de envergadura. También hay que sacar a colación otro punto que creo no haberlo comentado. Que las sociedades ricas permitan un mayor nivel de terrorismo no significa que este vaya a materializarse. Más allá del Estado, existen una serie de instituciones más o menos comunes a las sociedades ricas; entre ellas un generalizado grado de respeto por la vida y por ciertas manifestaciones de la propiedad privada.

Manel, frente a esto, se sorprende: No diré que no es genial, aunque me queda la curiosidad de saber en qué cuento, o en qué siglo, viven esos pobres tan pobres que no tienen ni siquiera planes.

No hace falta acudir a un cuento o a otro siglo, basta con observar el caso de los países socialistas -de los que también hemos estado hablando-, donde la planificación individual está sometida a la arbitrariedad de la planificación central.

Y en este punto es donde Manel pierde completamente el hilo: Quicir, por no salirnos del estrellato dictatorial y no descender a los subalternos, a lo largo de la Historia ha habido atentados contra Lenin, Stalin, Mussolini, Hitler, Franco, Castro, Saddam Hussein..., ergo tus pobres deben vivir en otro lado que las más famosas dictaduras conocidas, acaso en una dimensión paralela repleta de tiranías sauronianas.

Las contradicciones saltan a la vista. ¿No eran los Estados totalitarios los mejor preparados para conseguir la inexistencia de mafias privadas casi al 100%? ¿Entonces como es posible que Hitler sufriera veintitantos atentados? ¿Acaso la omnímoda seguridad de las dictaduras deja de serlo para el dictador? ¿Acaso no fracasa el Estado TOTAL incluso allí donde la seguridad es especialmente extrema?

Pero, cosas de la vida, quien incurre en contradicciones soy yo: dado que tú mismo, arriba, alegabas la existencia de terrorismo privado en unas selectas dictaduras, ergo te desmentías antes de hora, me siento tentado a pensar que estos dos parrafitos se te han colado inadvertidamente por no releer lo escrito.

No sé quién debería releer lo escrito. Voy a facilitar la tarea: Aun así no estoy negando que los actos terroristas sean menos frecuentes en regímenes totalitarios que en democracias.

En otras palabras, la "menor frecuencia" se traduce en inexistencia. No me cabe duda de que allí donde la gente literalmente se está muriendo de hambre, ningún acto terrorista podrán cometer. Pero incluso en la URSS ésta no era la situación en todo momento (entre otras cosas por el mercado negro). Por tanto, y dados los agujeros de ese Estado, sí era posible delinquir contra sus leyes.

Así pues, la pobreza restringe el terrorismo por: a) insuficiencia de medios para atentar, b) insuficiencia de medios para dedicarse exclusivamente a la mafia, c) insuficiencia de tiempo para organizar los delitos. Pero en ningún caso lo elimina completamente. No era yo quien sostenía eso, ¿recuerdas? hay que responder que el Estado puede garantizar la inexistencia de mafias privadas casi al 100% (en todo lo humano hay décimas de error e/o incertidumbre). A cambio, y simétricamente, los ciudadanos pierden libertad de acción o antes que conceder que la eficacia de cualquier dictadura contra la delincuencia es evidente y que se encuentra ampliamente confirmada por la Historia (¿realmente ZP ha sufrido veintitantos atentados? Será cierto que no sigo muy de cerca la actualidad o de que los periódicos llegan con milenios de retraso a tu mullida torre de marfil).

El Estado y la torpeza

Después de poner de manifiesto la superioridad de las dictaduras intrusivas sobre las democracias abiertas para, por ejemplo, defender al jefe de gobierno, Manel se recrea en un argumento realmente gracioso. Mi argumento, como ya he expuesto en diversas ocasiones, es que No es que el Estado se vuelva efectivo cuando crezca -más bien todo lo contrario-, sino que los individuos se vuelven torpes -se les priva de los medios que podrían ser usados para cometer terrorismo. Manel se sorprende de la apelación a una enigmática torpeza individual sobrevenida paralelamente al crecimiento del Estado, torpeza que hay que añadir a la universal pobreza de solemnidad.

¿Enigmática torpeza sobrevenida? Creía que para Manel no sería tan enigmática pues le suponía un mayor conocimiento de economía. El crecimiento del Estado restringe la labor y la creatividad empresarial, la reduce a ciertos ámbitos y empequeñece la cantidad de medios con los que cuenta la sociedad. Una sociedad menos emprendedora es una sociedad más torpe; una sociedad con menores y peores medios es una sociedad donde los individuos tienen una menor capacidad para perseguir sus fines (y el terrorismo, por desgracia, puede ser un fin).

El terrorismo requiere de tiempo y medios; su reducción implica un terrorismo más torpe y, por tanto, más ineficaz frente al Estado.

Como ejemplo de mi argumento sostuve que La URSS, a pesar de su monumental policía, no podía evitar el espionaje interno estadounidense y Manel se exclama: la prueba, para ti, de que existe esa torpeza individual pareja al crecimiento del Estado la encuentras en el hecho de que los servicios de espionaje de la primera potencia mundial podían hacer cosas que el pobrecito soviético de a pie no. ¿No es estupendo?

Primero, no se cuándo he dicho que ese ejemplo sea la prueba, como mucho será una ilustración de que el socialismo estatal bloquea la empresarialidad, pero no su prueba. Segundo, se trata simplemente de una ilustración de cómo el comunismo no es infalible al crimen y de cómo no lo hubiera sido ante una organización privada que contara con los mismos medios (no cuantitativamente, claro) que el espionaje de la "primera potencia mundial". De nuevo, no era la eficacia de la URSS, sino la insuficiencia de su población. No es necesario que toda la población se convirtiera en espía, las mafias no funcionan así; no hablamos de soviéticos de a pie, sino de soviéticos incapaces de conseguir los suficientes medios para convertirse en mafiosos.

Luego, ante mis hipótesis del estilo ¿alguien cree que si Al Qaeda quisiera atentar en un Imperio Soviético regentado por un Stalin o un Hitler no lo conseguiría?, Manel vuelve a recriminarme que me refugio en la historia-ficción para probar la solidez de mi pensamiento. Las cursivas son suyas. No voy a repetir que la historia no prueba -y menos la historia ficción. En este caso los ejemplos ni probaban ni ilustraban, venían a ser reconstrucciones de una argumentación previa. Y ciertamente, no me parecen hipótesis nada desdeñables. ¿Cuántos atentados terroristas ha sufrido Bush? ¿Veintitantos? Ah no, ése era Hitler. Pues si Al-Qaeda ha conseguido atentar en un país donde un no muy querido presidente aún no ha sufrido ningún atentado, ¿qué no conseguiría en uno donde se atentó contra Hitler veintitantas veces? Pero bueno, no es necesario centrar las disputas en la accesoriedad de los argumentos accesorios, aunque Manel tenga una curiosa preferencia por ellos.

Vayamos a mi supuesto colofón: Tu colofón es que, a diferencia de lo que yo opino y en la Historia universal se constata, la seguridad inherente a las dictaduras es mero producto de la casualidad (en el caso de amenazas exteriores) y de la pobreza de solemnidad (interiores).

Sin duda la casualidad sobre el terrorismo internacional es tan grande que ha evitado que Marruecos o Arabia Saudí sean más seguras que España, ¿o no? Yo no veo hoy ninguna dictadura con seguridad inherente en el mundo, salvo que financie o muestre sus simpatías con el terrorismo internacional. Si para Manel la Historia universal constata, quizá tengamos que concluir que la mejor manera de evitar el terrorismo sea adoptar el modelo suizo o canadiense; si bien ni democracias ni dictaduras están libres del azote terrorista.

Los problemas de la libertad

Seguidamente, apunto: El problema de las naciones democráticas -libres en mi opinión- es que permiten la formación de un terrorismo interno mientras que, debido a su deficiente provisión de la seguridad, son pasto del terrorismo internacional.

Y Manel se lanza a una piscina sin agua: Así es, afortunadamente. Eso que tú llamas problema -"permitir"- es lo que los demócratas normales conocemos como presunción de inocencia. Si hemos de renunciar a eso, mejor nos rendimos y hágase la santa voluntad del terrorismo internacional. Si hemos de violar los principios y leyes constitucionales, Osama mátanos. Si hemos de ser estatalmente aislacionistas pero privadamente cazarrecompensas viajeros, apaga y van monos. ¿Me explico?

Sí, quien no debí explicarme fui yo a la vista del resultado. Pero vamos, siguiendo los argumentos de Manel, sólo puedo concluir que le encanta la inseguridad. Repasemos su inicial argumentación: hay que responder que el Estado puede garantizar la inexistencia de mafias privadas casi al 100% (en todo lo humano hay décimas de error e/o incertidumbre). A cambio, y simétricamente, los ciudadanos pierden libertad de acción.

Si para Manel existe un conflicto entre libertad de acción y seguridad, y dice que afortunadamente la presunción de inocencia permite la formación del terrorismo, entonces hay que concluir que se siente afortunado por la falta de seguridad inherente a la democracia. Yo no creo que la supuesta incompatibilidad entre libertad y seguridad frente al terrorismo sea afortunada.

En todo caso, dispuestos a tergiversar, ¿qué mejor que sugerir que uno en el fondo está a favor de violar los principios y leyes constitucionales, incluso para pretender abolir la presunción de inocencia?

Lástima que uno piense que a más libertad más seguridad en todos los campos. No hace falta recurrir a dictaduras para ser más seguros.

Comentarios

 
"Enigmática torpeza sobrevenida? Creía que para Manel no sería tan enigmática pues le suponía un mayor conocimiento de economía. El crecimiento del Estado restringe la labor y la creatividad empresarial, la reduce a ciertos ámbitos y empequeñece la cantidad de medios con los que cuenta la sociedad. Una sociedad menos emprendedora es una sociedad más torpe; una sociedad con menores y peores medios es una sociedad donde los individuos tienen una menor capacidad para perseguir sus fines (y el terrorismo, por desgracia, puede ser un fin)." ----> el terrorismo es un medio.

Para centrar un poco el asunto os propongo que debatais un caso concreto, a ver que opinais de lo sucedido en Iraq, q ante la desaparicion del Estado se ha visto envuelto en un caos de seguridad. Podiais intentar centrar vuestras teorias en ese ejemplo.

Un saludo.
Enviado por el día 12 de Agosto de 2005 a las 14:20 (1)

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