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17 de Abril de 2005

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

China y Japón

Encontraría lógico e incluso razonable que se me acuse de exótico cuando trato temas internacionales pero es que creo que en este globalizado mundo en el que vivimos, las distancias no son tanto geodésicas sino de otro tipo más mediático. Sea lo que sea, si el acontecimiento es importante por mucho que los medios pasen por él de puntillas nos terminará afectando. Tal es el caso del conflicto abierto entre China y Japón que ya viene de antiguo y que telediarios y otros medios tratan como si de una riña de parientes lejanos estuviésen comentando. Si nos atenemos a lo audiovisual que es la fuente de información más utilizada por el conjunto de los españoles, este conflicto radica en unos libros que los nipones han editado y donde se ignora con saña y recochineo el pasado imperial japonés, pasado que lleva a su espalda varios cientos de miles de muertos, incluidos unos cuantos chinos.

Si sólo fuera esta la causa de los disturbios que nos comemos y cenamos todos los días, no dejaría de ser una anécdota indigna de salir en ningún telediario generalista. Los manifestante, en tanto en cuanto el ardor guerrero se les fuera pasando, volverían a sus casas y quehaceres. Pero esto no es así ni mucho menos. Cierto es que los japoneses en Asia, como los alemanes en Europa, intentan olvidar, tapar e incluso cambiar su execrable pasado y en ese sentido los chinos pueden estar disgustados con razón, pero entendámonos, los chinos a nivel individual no a nivel colectivo. No es la primera vez que trato este asunto y recuerdo que ese post fue de los más visitados y comentados con fuertes polémicas que no quisiera que se repitieran porque el asunto no pretende recorrer los mismo caminos. China es hoy por hoy una potencia emergente o al menos pretende serlo y sobre todo, pretende dejarlo muy claro. El Enemigo de China es hoy por hoy Estados Unidos pero el enemigo regional de China es Japón. La economía japonesa así como su influencia comercial y política en Asia es el verdadero impedimento para que una China fuerte tenga una mayor influencia. Es, si se me permite el término, una cuestión de honor.

China pretende resucitar en Asia el miedo al japonés porque fue el japonés el que durante buena parte del siglo XX estableció un sistema político-económico que sumió al continente en una era de terror. No es coincidencia que otros países mucho más democráticos de la zona, como lo es Corea del Sur, se unan a las protestas contra los japoneses aunque me extraña que otros como los filipinos o los vietnamitas o cualquiera que hubiera caído bajo el yugo de la bota japonesa, no se haya sumado a las protestas. No es normal que en un país donde las protestas están dirigidas por el propio poder y tan controladas desde lo de Tiananmen, se produzcan espontáneamente y contra un libro que ni el chino más anticomunista se va a molestar en leer ni mucho menos comprar. Vivimos en un país donde las manifestaciones son manipuladas por quién quiere y cómo quiere por lo que quizá nos cuesta percatarnos que estas algaradas y rupturas de cristales no son sinceras.

Una vez resucitado este miedo, el político chino tiene carta blanca para actuar y, bien restableciendo el honor perdido, bien acallando las protestas y bajando los ánimos exacerbados. Ya de largo vengo observando la política de la zancadilla de China hacia Japón allí donde puede hacerle daño. Recientemente en la ONU ha vetado, o vetará, la posibilidad de que Japón adquiera el estatus de miembro permanente del Consejo de Seguridad y tenga el mismo derecho de veto. Una búsqueda más detallada por Internet y por medios internacionales, nos dará seguramente otros encontronazos entre ambos países pero no quiero eternizarme.

Tampoco quiero dejar de recordar el esfuerzo diplomático chino para que la UE levante el embargo de armas que desde 1989 tiene impuesto y que Francia, tan mirado por sus intereses, pretende revocar. Hoy por hoy, las Fuerzas Armadas chino no tiene capacidad para hacer nada a Japón salvo en el plano nuclear pero eso son palabras mayores. La actitud de Francia, en caso de vencer, crearía una situación muy incómoda para Tokio, para Washington y para sus aliados y colegas en la propia OTAN. Los chinos tomarían, como Popeye, unas espinacas cuyos efectos se verían a medio y largo plazo.

Y luego está el tema económico, al ya comentado de los mercados asiáticos, los chinos suman la cuestión energética. Como potencia en alza (ya veremos hasta cuando), China necesita petróleo o gas y los actuales precios del crudo en el intervenido mercado que los genera, no son los adecuados para un país en vías de desarrollo. El descubrimiento de reservas de gas en zonas reclamadas por más de un país en pleno Pacífico, revela otro punto de conflicto entre estos dos países necesitados de materias primas, Japón por necesidad pura y dura, China por imprevisión. Si no recuerdo mal, llevamos meses con noticias que nos informan de continuos incidentes relacionados con islas e islotes que llevan décadas en tierras de nadie y que más o menos, llevan a mal traer a los países de la zona: Rusia, China, Vietnam, Taiwán, Filipinas.

La vistita de diplomáticos nipones a Pekín para suavizar la situación supone una labor ardua en tanto, las verdaderas razones no tengan ninguna solución a corto plazo y en tanto sigan existiendo conflictos potenciales en la zona (Corea del Norte, Taiwán, peticiones territoriales, etc.) que puedan servir de excusa para reiniciar un nuevo conflicto cuando la situación y el PCCh. lo requiera. El mundo puede asistir sin quererlo a otra crisis asiática sino lo está haciendo ahora y por motivos causales que poco tienen que ver con capitalismo ni grandes multinacionales. Las grandes potencias, es decir Rusia por proximidad, Estados Unidos por universalidad y la UE y sus países por interés, deberían presionar para que todo volviera a su cauce pero algo me dice que el interés de algunos va a dejar hacer sin fijarse en las consecuencias. Ahora es el momento de la diplomacia y la inteligencia.

Comentarios

 
Excelente artículo. Pero ocurre que las guerras entre los Estados suceden aunque uno de los bandos no lo quiera. EEUU viene "rodeando" a la potencia "emergente" ( China) desde hace varios años. Japón necesita también ese petróleo y gas. China quiere el Gran Ýrea que en su tiempo tenía Japón. Francia, que lidera la UE, se enfrenta a EEUU -por ahora-. Rusia tiene que "decantarse". La guerra puede darse en cualquier momento, pero no se sabe. Es el momento, sin embargo, de detener esos planes de guerra.
Enviado por el día 17 de Abril de 2005 a las 20:04 (1)
Pues creo que en Vietnam no les gusta enredarse mucho con los proyectos de China.
Y obviamente es importantisima una omision de la masacre de Nanjing, donde calculan que fueron arrasadas 300,000 personas. Japon usa sobre si mismos muchas artimañas para "pasar piola" su imperialismo agresivo del pasado, pero hay que ser un poco caradura para negar semejante destruccion.
Enviado por el día 18 de Abril de 2005 a las 00:50 (2)
en extremo oriente no se le tiene un odio o rencor particular hacia Japón. Ni Filipinas, ni Malasia, ni Indonesia. Es curioso porque en japón te llaman filipino cuando quieren insultarte, pero es así.

Lo que sí hay es un odio visceral, inmenso en Corea del Sur y en China. Pero por motivos puramente políticos. China tiene muchas razones: geoestratégicas, de consumo interno (la culpa de todo es de japón) y económicas, por algo se están peleando por 3 islitas bajo las cuales hay Gas Natural. Pero todas las manifestaciones las promueve y controla el gobierno.

En Corea del Sur es más grave si cabe, porque con Francia seguramente sea el país más antiamericano del mundo. Tienen un complejo rariiiiiisimo respecto a todo lo superior a ellos, que, en fin, no se puede calificar más que de miserable. Llevan 20 años apaciguando al norte por motivos económicos, eso lo dice todo.
Enviado por el día 18 de Abril de 2005 a las 00:54 (3)
Supongo que en los libros de texto de China no se dirá nada de las matanzas de la Revolución Cultural, El Gran Salto adelante etc que han sido bastante superiores.
El problema es que probablemente Japón inicie un rearme tremendo ya que además tiene el dinero, los medios y..probablemente las ganas.
Enviado por el día 18 de Abril de 2005 a las 10:49 (4)

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