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12 de Diciembre de 2003

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Esperanza Aguirre y el transporte público

Acabo de escuchar en la radio que Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, va a subir las tarifas del transporte público madrileño solamente el IPC.

Todo un ejemplo para su predecesor y actual alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón que en los años 2002 y 2003 había subido este concepto un 8% y 7% respectivamente. El edil madrileño, en su línea recaudatoria, ha incrementado el número de multas puestas a conductores y viandantes.

Recaudar menos y gastar mejor es el camino de la prosperidad. Aunque ya puestos, y como consumidor, lo ideal hubiera sido que no se hubiera subido ni el IPC, pero eso ya es pedir mucho

Comentarios

 
¿Y cómo se pagan los transportes públicos? ¿con impuestos?? ¿con déficit encubierto como hace Gallardón con el metrosur??? No es contradictorio con otras tesis "liberales", autopistas de peaje y demás, "que pague el que las usa"...

¿O consideramos la tarifa del transporte público un impuesto?? Estoy de acuerdo con una subida del IPC, pero es un tema a debatir...

Saludos...
Enviado por el día 12 de Diciembre de 2003 a las 09:50 (1)
Si, es un tema a debatir. El transporte público es una red de monopolios concedidos a empresas públicas y privadas cuya ineficiencia tenemos que sufragar con impuestos.

Pero sospecho que para lo poco que lleva no puede ser más revolucionaria que lo que está demostrando hasta ahora. Ya anuncia privatizaciones, bajadas de impuestos, modificaciones en las VPO, liberalización de suelo.... ¡y no lleva un mes! ;-)
Enviado por el día 12 de Diciembre de 2003 a las 11:45 (2)

Lo que se paga en el autobús, (si la empresa que lo presta en Madrid es púbilca, cosa que desconozco) no es tecnicamente un impuesto, es lo que se denomina un precio público, Este invento creado por la C.A. Andaluza en 1998 sirve justamente para poder cobrar por encima del coste, o modificarlo sin las limitaciones de la reserva de ley.
(Pildorillas de Derecho ;-))
Enviado por el día 12 de Diciembre de 2003 a las 16:59 (3)
¡Sólo faltaría que fuera un impuesto, vamos! La de Madrid Capital creo que es pública, pero las de los interurbanos son privadas, pero con la misma ineficiencia; y es que se nota la falta de competencia en muchos trayectos. No sé cómo estará estructurado, pero un abono transporte vale para todas las líneas de cualquiera de esas empresas.
Enviado por el día 12 de Diciembre de 2003 a las 17:50 (4)
Vayamos por partes. Hasta donde yo sé, y si cometo algún fallo lo siento, el transporte público madrileño es una concesión de la Administración. Lo hay de gestión pública y lo hay de gestión privada. En el primero estaría la EMT (autobuses urbanos de Madrid) y El Metro y en los de gestión privada estarían los interurbanos (La Blasa Llorente, etc...) y algunos urbanos de otros municipios.

Ninguno de los dos sistemas, ni de gestión pública ni de gestión privada, cobran al viajero el precio que le supondría siquiera cubrir costes. Es decir que si alguien cree que esos grandes televisores de plasma del metro o sus nuevas líneas (construcción y mantenimiento) los pagan los viajeros se equivocan. El consorcio de Transportes es un organismo público dependiente, por lo menos hasta ahora, de Ayuntamientos y Comunidad que recibe un presupuesto vía presupuestos regionales y que junto a lo recaudado en los billetes, abonos, y metrobuses se paga el total del transporte de Madrid. Para el caso de las líneas interurbanas, estamos pagando con dinero recaudado a gestores privados.

Este es el sistema elegido, mixto, aquí en Madrid y supongo que en otras provincias porque, y entramos en polémica, se supone que manteniendo un precio unificado hay líneas que no serían rentables económicamente pues los costes supondrían unos precios excesivamente altos. Esto es discutible, pero de eso hablaré más abajo. El caso es que el precio del billete del transporte público no es un impuesto en sí pero el precio real del viaje se sufraga de las dos maneras. Como se comenta es un ‘precio público’ y aclarando que no tengo formación fiscal y desconozco sus tecnicismos, ¿no sería un impuesto o tasa o canon (¿alguien me puede aclarar la diferencia?) recaudado por otra vía?

Esperanza Aguirre ha anunciado que en lo que está en su mano reducirá impuestos, (ya veremos si lo hace), ahora dice que no va a subir más del IPC, de momento son intenciones pero está alejada de la política de Gallardón que necesitaba subir el precio de los billetes y mantener impuestos elevados en otros sectores para poder sufragar estas costosas ( y discutibles) obras.

Para finalizar, si alguien ha leído “Estados Unidos. La Historia” de Paul Jonson, autor británico, descubrirá con estupor que en este país no ha habido en ningún momento de su historia ninguna línea ferroviaria pública. Todas eran privadas, algunas tuvieron más suerte que otras, algunas desaparecieron y otras prosperaron. El tren ha sido especialmente importante para el desarrollo económico de Estados Unidos. Las líneas son rentables si se pagan los precios adecuados. No es lo mimo ir de Sol a Vallecas que ir de Sol a Guadarrama, los costes y por tanto los precios serán diferentes. Si las empresas, públicas y privadas, gestoras de estas líneas se acostumbran a recibir un dinero y cumplir los mínimos exigidos, los transporte públicos seguirán siendo ineficientes. (Amiguismos, corruptelas, falta de competencia)

No voy a pedir la privatización inmediata de las líneas pero sí sería interesante que nos vayamos acostumbrando a pagar lo que realmente vale el viaje. Por ejemplo, empezaríamos evitando que los conductores de autobuses estén quemados como colillas.
Enviado por el día 12 de Diciembre de 2003 a las 20:26 (5)
Las líneas ferroviarias en España también eran privadas, hasta que Franco las nacionalizó tras la guerra.
Enviado por el día 12 de Diciembre de 2003 a las 23:46 (6)
Una aclaración primero: el ferrocarril fue privado, efectivamente. Pero siempre bajo sistema concesional, es decir, bajo intervención administrativa. (Barcelona-Mataró, inaugurada en 1848, fue la primera línea de la España no colonial). Previamente, funcionó la diligencia, bajo similares modos.

Pero centrándose en el transporte de viajeros por carretera (que es el que yo conozco bien), ha de decirse que está fuertemente intervenido por "nuestra amiga" la Administración. Así pues, cuando hablamos del transporte privado, ha de matizarse convenientemente, pues nos referimos puramente a la gestión, como bien comentábais.

Para empezar, goza del status de "servicio de interés público o servicio de interés para el público" (sic), pero no es un servicio público en sentido estricto, pues el Estado no es titular de las empresas (me refiero a las privadas, claro está) pero están sometidas a tales controles (concesiones, autorizaciones y demás contingentes) que hacen que nos encontremos ante un sector peculiar cuando menos. Obviamente, no es necesario mencionar la competencia desleal que el propio ferrocarril le supone al transporte por carretera.

No es el sitio para hablar de todos esos controles administrativos, (en infraestructuras, vehículos, empresas o el propio funcionamiento del mercado del sector). Echarle un vistazo a la LOTT y el ROTT, que regula todo esto, produce fiebres similares a las de un ensayo keynesiano.

Pero es en los costes dónde alcanzamos límites delirantes. En aquellos servicios con tarifas obligatorias o controladas, es la Administración la responsable de admitir los aumentos tarifarios, quien ha utilizado a los transportes como elemento de lucha contra la inflación, lo que ha hecho que, durante los últimos años, la subida de los precios de los principales modos de transporte hayan estado por debajo de la inflación media de la economía.

Por otra parte, la reducción de los beneficios empresariales o el aumento de las pérdidas ha restado capacidad financiera a las empresas para favorecer los procesos de integración, o bien el dimensionamiento a escalas más competitivas, lo cual ha colaborado decisivamente a la escasa competitividad del transporte español frente a mercados europeos.

Acabo con algo llamativo. En las empresas de transporte de viajeros y especialmente en las líneas regulares, existe el consenso de tratar el beneficio como un coste más, ya que éste viene fijado reglamentariamente como un porcentaje de la tarifa. Este precepto reglamentario es el que favorece que se siga tratando como coste este beneficio ordinario, reservando el concepto de superbeneficio o beneficio extraordinario a las cantidades que pudieran exceder de aquél.

¡¡Saludos liberales!! (Y perdón por el rollo)
Enviado por el día 13 de Diciembre de 2003 a las 15:32 (7)
Por Dios.... rollos informativos como éste sueltalos cuando quieras.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2003 a las 15:08 (8)

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