31 de Mayo de 2005
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Justo Serna
Bien, pues Justo Serna me ha respondido en un comentario a esa anotación con estas palabras:
Menos hieratismo, amigo Rodríguez. Yo creo pasarlo bien con lo que escribo: procuro divertirme, asenderear a quienes dicen gansadas y no tomarme gravemente. Usted, por lo que veo, hace lo contrario y sufre mucho. Y no digo más: ¡me da tanta pereza! Además, tengo ahora otra ocupación más entrenida que la de agostarme el alma con una erudición seca. Permítame despedirme, sin embargo, con una recomendación del viejo Stuart. Le hará bien:
“En un carácter, es un defecto inmenso el que carezca de sentido del humor. Un carácter que está por completo privado de humor no puede suscitar respeto ni simpatía. La seriedad debe ser el ‘fondo’ de todos los caracteres de que merece hablarse. Pero una cierta infusión de filósofo jocoso, incluso en su forma menos popular; un estar abierto a esa visión de las cosas que, al mostrarlas por su lado cómico, hace que cualquier preocupación exagerada acerca de ellas parezca infantil y ridícula, es una ayuda prodigiosa para soportar los males de la vida, y pienso que ha salvado a más de una persona de volverse loca. También [el sentido del humor] es hasta necesario para que se dé un intelecto completo (...). Siempre parece haber algo de atrofia en el intelecto de aquellos que carecen de humor, por muy delicados y entusiastas que sean, y aunque sean personas altamente cultivadas, como suele ser el caso” John Stuart Mill, ‘Diario’, 16 de enero de 1854.
A lo que le respondo lo que sigue:
Siento parecerle hierático, aburrido y grave. Pero lo grave, Justo, es su actitud.
Engaña a sus lectores. Yo puedo parecerle serio y créame que lo soy, en mis anotaciones (con alguna clara excepción), como en mis artículos.
Lo soy porque sé que hay gente que tiene la paciencia y el interés de leerme. Y no puedo cachondearme de ellos, Justo Serna. No puedo hacerles tragar un fraude, Justo Serna. Le parecerá aburrido y sorprendente, pero tomarse en serio a los lectores y no reise de ellos es una actitud bastante razonable. Endosarles una maldad y una burla a la lógica envueltos en una seca erudición; la que ahora orilla a favor de otras actividades más entretenidas, es un fraude. Y que lo reconozca aquí, una demostración de cinismo.
Desde luego que disfruto escribiendo. Y sufro cuando veo que no tengo tiempo para hacerlo. Desde que he llegado a España tengo menos tiempo para mi bitácora, y es eso, y no el escribir en ella, lo que me inquieta. Pero todo esto le da igual. Así que no finja un interés por mis aficiones que no tiene. Eso también tiene nombre.
Y sobre si tengo o dejo de tener sentido del humor en mi vida privada, créame no le daré ocasión para saberlo, aunque tampoco le importa.
Por último, ha reaccionado como un auténtico héroe. Echando tinta sobre mí pero huyendo por la puerta falsa de la defensa de su fraude.No ha podido retratarse mejor.
Comentarios
De todas maneras, en efecto, menudo retrato, le pillas en pelota y el tío se pone el traje de la soberbia: "soy un inútil pero me río más que tú". Pues vale, caradura e ignorante. Lo cierto es que ya le hemos visto hasta el píloro.
Yo es que con los superinteligentes es que no puedo. A lo mejor es que soy de letras.
Quiero decir que a lo mejor es porque soy de ciencias.
En fin, la pena es dedicarle tiempo a esos personajillos que se creen simpaticones y graciosetes.
http://justoserna.bitacoras.com/archivos/2005/06/0...
Nos lo estamos pasando muy bien, la verdad. Con humor.
Escribes pestiños infumables en esa cosa que llamas bitácora y que, naturalmente, no lee nadie. Además de eso, que ya es suficiente para que tu mujer te abandonase en el acto, eres un j.odido pedante afectado y un cursi redomado que cree que sabe escribir. Olvídalo, dedícate a lo tuyo, a lo único que sabes hacer; a vivir del cuento a costa de los que pagamos impuestos y a hurgarte la nariz en el despacho de la facultad. A todo esto chupatintas, no pienso llamarte de usted porque no te lo mereces, porque te mantengo, mantengo tu estulticia, tu nevera y las pelis porno que alquilas en el Blockbuster.
¿A qué nadie te lo había dicho así de claro mentecato? Ahora puedes llamarme lo que quieras porque seguirás siendo lo que eres: un FUNCIONARIO que vive de los demás, un mediocre, un majadero, un i.mbécil con ínfulas de intelectual, un débil mental, un vividor, un incapaz que todo lo que espera es el cheque del Estado. Abreviando, un i.diota sin más... y dame las gracias por pagarte el cotarro pedazo de golfo.
Por cierto, creo que ese hábito de llamar "amigo" a los contertulios, con ese tono es de bastante mala educación
http://justoserna.bitacoras.com/archivos/2004/10/1...
Paganni, antes de despedirme de usted para siempre, le recomiendo que aprenda a puntuar cuando escriba: entre "anónimo" y "retrasado" debe poner una coma, y al final de "chupasangre" no olvide poner sólo tres puntos suspensivos. Desde luego, a usted le hace sucede como a aquel personaje de Eduardo Mendoza: le hace falta que le pongan las comas.
Soy funcionario, sí: profesor, para su dolencia e inquina. Si usted fuera alumno mío y cometiera esas faltas tan clamorosas, tenga por seguro estaría... suspens(iv)o.
Paganini: Koniec, adieu, goodbye, ciao, adeu.
No puntúo, cierto es, pero no lo hago por
No te digo adiós, te digo hasta la próxima porque pienso seguir machacándote. Y no vayas tan seguro dando por seguro que no soy tu alumno porque quizá lo sea...o lo haya sido....o lo vaya a ser.
Afectuosos recuerdos a tu esposa. Ya que tu no la satisfaces hemos de hacerlo otros, impotente. Por cierto, cambia de colchón, es demasiado blando para mi gusto.
Jo, jo, pegan le replican y la última estrategia progre, hacerse la víctima ¡insultando!
Repito porque es que sois calcaditos: hacerse la víctima insultando es el último recurso del progre. Sois de arrabal con florituras o sin ellas. Y es que no lo podéis evitar, os mola.
Por cierto, es una generalización a la que he visto pocas, poquicas excepciones: arrabaleros con título a lo más.
Esto lo tendrás que demostrar. Yo no me lo creo ni harto de vino. Y es que nos conocemos el percal que hay en la universidad, desde dentro, desde medio dentro y desde abajo.
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