25 de Noviembre de 2005
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Bitácora de José Carlos Rodríguez
¡Un uno por ciento, por el amor de Dios!
Bill Gates ha pasado de ser un informático más a ser el hombre más rico del mundo. Él ha creado esa riqueza, ha dado con una fórmula que es elegida por millones de personas y que cruza prácticamente todos los procesos productivos en casi toda la geografía humana. Gates dedica una parte significativa de su fortuna a obras de caridad. El producto de su riqueza por el porcentaje arroja unas cifras enormes, que han hecho de él la persona que más aporta individualmente a la caridad en el mundo.
El Adam Smith Institute se ha dado cuenta de que hay quien se ha puesto manos a la obra para que el títuo "mayor contribuyente a la caridad de Estados Unidos" no sea Gates. Para ello necesita el concepto de relativamente generoso. Es decir: cuál es el porcentaje de la renta que se dedica a la caridad. Con ello pueden desbancar a Gates, para situar por delante Gordon and Betty Moore.
Es un concepto extraño, este de la generosidad relativa. En primer lugar, estoy seguro de que hay más de un estadounidense que hace contribuciones relativamente mayores que los Moore. Si los eligen a ellos es porque solo consideran a las primeras fortunas. Pero entonces ¿cuál es el criterio? ¿La cantidad o el cociente?
En segundo lugar, es un criterio irreal. Que se centra en los ricos y no en los pobres. El pordiosero no va por las calles pidiendo porcentajes. Lo que quiere es dinero contante y sonante. El porcentaje le interesa, en todo caso, al rico y al fisco por la parte que le toque. Bill Gates ha donado 28.000 millones de dólares y son ellos, no el cálculo sobre lo que Gates ha generado, lo que le ha servido de ayuda a quienes los han recibido.
Y en tercer lugar, como decía al comienzo, la riqueza o la renta que destinan estos empresarios a la caridad hay que crearla en primer lugar. Desviar el foco a un porcentaje y al extraño concepto de generosidad relativa (que sugiere la comparación intrapersonal de la utilidad marginal, que es un error) y no a la riqueza primero creada y luego destinada a proyectos caritativos y sociales es desvirtuar el proceso social.
El Adam Smith Institute se ha dado cuenta de que hay quien se ha puesto manos a la obra para que el títuo "mayor contribuyente a la caridad de Estados Unidos" no sea Gates. Para ello necesita el concepto de relativamente generoso. Es decir: cuál es el porcentaje de la renta que se dedica a la caridad. Con ello pueden desbancar a Gates, para situar por delante Gordon and Betty Moore.
Es un concepto extraño, este de la generosidad relativa. En primer lugar, estoy seguro de que hay más de un estadounidense que hace contribuciones relativamente mayores que los Moore. Si los eligen a ellos es porque solo consideran a las primeras fortunas. Pero entonces ¿cuál es el criterio? ¿La cantidad o el cociente?
En segundo lugar, es un criterio irreal. Que se centra en los ricos y no en los pobres. El pordiosero no va por las calles pidiendo porcentajes. Lo que quiere es dinero contante y sonante. El porcentaje le interesa, en todo caso, al rico y al fisco por la parte que le toque. Bill Gates ha donado 28.000 millones de dólares y son ellos, no el cálculo sobre lo que Gates ha generado, lo que le ha servido de ayuda a quienes los han recibido.
Y en tercer lugar, como decía al comienzo, la riqueza o la renta que destinan estos empresarios a la caridad hay que crearla en primer lugar. Desviar el foco a un porcentaje y al extraño concepto de generosidad relativa (que sugiere la comparación intrapersonal de la utilidad marginal, que es un error) y no a la riqueza primero creada y luego destinada a proyectos caritativos y sociales es desvirtuar el proceso social.
Comentarios
Si esperas que la izquierda agradezca algo a quines voluntariamente ceden parte de su patrimonio a los demás, puedes esperar sentado, pero eso ya lo sabes.
Esto es parecido por cierto cuando comparan los porcentajes de ayuda internacional que dan los EEUU y los países europeos, siempre se dice que EEUU ayuda menos porque el porcentaje es menor.
Por cierto, ya que tocan el tema de Bill Gates, me gustaría que algún día se refirieran al tema del software libre desde la perspectiva del libre mercado y el liberalismo.
Por cierto, ya que tocan el tema de Bill Gates, me gustaría que algún día se refirieran al tema del software libre desde la perspectiva del libre mercado y el liberalismo.
Hay un pasaje bíblico en el que Jesús alaba a una viuda que deja en el "cepillo" de la sinagoga todo lo que tenía para vivir. La generosidad no se mide por el total.
De todas formas, estoy de acuerdo contigo en que esa curiosa fórmula para desbancar a Bill Gates es impresentable.
De todas formas, estoy de acuerdo contigo en que esa curiosa fórmula para desbancar a Bill Gates es impresentable.
Claro, Euribe. Pero lo que tú dices es a los ojos de Dios y de la propia conciencia. El punto de vista de Business Week es el del público, no el de la conciencia propia. Y desde el punto de vista público entiendo que lo importante es la ayuda real a los necesitados y no un porcentaje sobre unos ingresos generados tan grandes.
De acuerdo con José Carlos, aunque el matiz que habéis apuntado ahora con respecto al pasaje bíblico también sea importante desde un punto de vista personal. Pero enfoquémoslo de este modo (ya sugerido por JC): ¿por qué es más “generoso” el que produce 100 para dar los 100 que el que produce 10.000 para dar 1.000? ¿El hecho de ser el primero menos productivo le hace más generoso?
Un saludo
Un saludo
Veo en este asunto dos puntos sobre los que poder enfocar esta cuestión, con percepciones diferentes según se haga: Una si se hace sobre el que da y otra distinta de hacerse sobre el que recibe.
En el primer caso podría aplicarse lo que se dice en el pasaje bíblico que se ha mencionado: la viuda pobre tiene más mérito a los ojos de Dios (y a los de los progres que se apropian de esos textos cuando les conviene) que el rico Bill Gates. Si por el contrario enfocamos el asunto bajo el punto de vista de quien recibe, y en mi opinión así es como debe hacerse respecto a lo que motiva el hilo, la donación del rico americano es muchísimo más importante que lo que pudieran dar todas las virtuosas viudas de este mundo; y no menos laudable por más que haya quines consideran que el capitalista no dona sino que devuelve
En el primer caso podría aplicarse lo que se dice en el pasaje bíblico que se ha mencionado: la viuda pobre tiene más mérito a los ojos de Dios (y a los de los progres que se apropian de esos textos cuando les conviene) que el rico Bill Gates. Si por el contrario enfocamos el asunto bajo el punto de vista de quien recibe, y en mi opinión así es como debe hacerse respecto a lo que motiva el hilo, la donación del rico americano es muchísimo más importante que lo que pudieran dar todas las virtuosas viudas de este mundo; y no menos laudable por más que haya quines consideran que el capitalista no dona sino que devuelve
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