8 de Abril de 2004
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Bitácora de José Carlos Rodríguez
Una Propuesta Fiscal
Dado que mi compañero Daniel ha hecho una propuesta de propuesta de política, yo no voy a ser menos, aunque en mi caso me inclino por la cosa fiscal. Voy a proponer unas ideas, no totalmente nuevas, para mejorar el sistema fiscal haciéndolo más sencillo, aumentando su eficacia y reduciendo el gasto.
En primer lugar, la Ley Fiscal tendría un cierto carácter automático, lo que es importante por lo que luego veremos. Consistiría en una imposición con dos fuentes, una directa y otra indirecta. La directa sería un tipo marginal único que alcanzaría a IRPF e Impuesto de Sociedades. La indirecta sería el IVA. El resto de imposiciones (transmisiones, herencia, etc serían del tipo marginal óptimo, que como sabemos es el 0%).
En segundo lugar habría una relación invariable entre los tipos directo e indirecto de dos a uno. De modo que si el tipo directo fuera del 30%, el indirecto sería del 15%, o respectivamente del 40%-20% o del 24%-12%, por poner unos ejemplos. Esto evitaría que se propusieran tipos directos muy altos (aunque a mí cualquiera superior al 10% me parece confiscatorio). Quizás se podría proponer otras razones fijas entre ambos tipos, de 1,5 a uno o incluso de uno a uno. El BBVA cree que con un tipo marginal único del 27% sería suficiente para las necesidades fiscales actuales.
Dadas esas características de la Ley, la propuesta pasaría por dos sesiones, no una de presupuestos. Una que estudiara el nivel de impuestos y otra los destinos de ese gasto. Las dos sesiones estarían separadas por seis meses, de forma que al fijar la fecha de la primera sesión quedaría automáticamente fijada la de la segunda, medio año más tarde. Dado el carácter automático de la Ley fiscal, al fijar el nivel de gasto se fijaría también las dos únicas decisiones que se podrían tomar en materia de impuestos: el nivel del mínimo exento y los dos tipos impositivos, el directo y el indirecto, que dado que guardan una relación predeterminada, sería una única decisión.
La discusión de aumentar o no el gasto estaría especialmente ligada a las tasas impositivas, a las que estaría ligada por el Déficit Cero (aunque éste no es necesario para la propuesta), y menos a las "necesidades" concretas de gasto, dado que las mismas no se decidirán hasta seis meses más tarde.
Pasado ese período tendría lugar la otra sesión en la que, decidido el nivel de gasto total, la discusión versaría sobre las prioridades del mismo. Si se aumenta una partida se tiene que hacer a costa de otra, y no a costa del sufrido contribuyente, cuyo nivel de saqueo se habría decidido con anterioridad.
Esta propuesta tiene dos fallos, uno no muy importante y otro prácticamente insalvable. El primero se refiere al nivel de impuestos y el déficit cero. Fijados los gastos quedan automáticamente fijados los ingresos, cono ocurriría en cualquier administración que buscara la estabilidad presupuestaria. Pero no se pueden conocer los ingresos de antemano más que de forma aproximada, ya que dependen en parte de circunstancias que no han tenido lugar o de las que no conocemos su comportamiento totalmente, por ser futuras. Pero eso pasa actualmente y no crea un problema excesivo. Además en la actualidad tenemos un sistema con tipos progresivos, que hacen que crezca mucho la recaudación en época de bonanza económica y baje mucho durante la recesión. Un tipo marginal único haría la recaudación más estable y por tanto más predecible. Su sencillez, la falta de deducciones y el hecho de que no cambiara año a año, con lo que la experiencia acumulada valdría para hacer futuras predicciones, también lo facilitaría.
El segundo fallo es que resta discrecionalidad a las decisiones políticas, resta posibilidades de compra de votos y pone un límite práctico a los niveles de gasto e impuestos. Razones todas ellas por las que los políticos no la adoptarían jamás.
En primer lugar, la Ley Fiscal tendría un cierto carácter automático, lo que es importante por lo que luego veremos. Consistiría en una imposición con dos fuentes, una directa y otra indirecta. La directa sería un tipo marginal único que alcanzaría a IRPF e Impuesto de Sociedades. La indirecta sería el IVA. El resto de imposiciones (transmisiones, herencia, etc serían del tipo marginal óptimo, que como sabemos es el 0%).
En segundo lugar habría una relación invariable entre los tipos directo e indirecto de dos a uno. De modo que si el tipo directo fuera del 30%, el indirecto sería del 15%, o respectivamente del 40%-20% o del 24%-12%, por poner unos ejemplos. Esto evitaría que se propusieran tipos directos muy altos (aunque a mí cualquiera superior al 10% me parece confiscatorio). Quizás se podría proponer otras razones fijas entre ambos tipos, de 1,5 a uno o incluso de uno a uno. El BBVA cree que con un tipo marginal único del 27% sería suficiente para las necesidades fiscales actuales.
Dadas esas características de la Ley, la propuesta pasaría por dos sesiones, no una de presupuestos. Una que estudiara el nivel de impuestos y otra los destinos de ese gasto. Las dos sesiones estarían separadas por seis meses, de forma que al fijar la fecha de la primera sesión quedaría automáticamente fijada la de la segunda, medio año más tarde. Dado el carácter automático de la Ley fiscal, al fijar el nivel de gasto se fijaría también las dos únicas decisiones que se podrían tomar en materia de impuestos: el nivel del mínimo exento y los dos tipos impositivos, el directo y el indirecto, que dado que guardan una relación predeterminada, sería una única decisión.
La discusión de aumentar o no el gasto estaría especialmente ligada a las tasas impositivas, a las que estaría ligada por el Déficit Cero (aunque éste no es necesario para la propuesta), y menos a las "necesidades" concretas de gasto, dado que las mismas no se decidirán hasta seis meses más tarde.
Pasado ese período tendría lugar la otra sesión en la que, decidido el nivel de gasto total, la discusión versaría sobre las prioridades del mismo. Si se aumenta una partida se tiene que hacer a costa de otra, y no a costa del sufrido contribuyente, cuyo nivel de saqueo se habría decidido con anterioridad.
Esta propuesta tiene dos fallos, uno no muy importante y otro prácticamente insalvable. El primero se refiere al nivel de impuestos y el déficit cero. Fijados los gastos quedan automáticamente fijados los ingresos, cono ocurriría en cualquier administración que buscara la estabilidad presupuestaria. Pero no se pueden conocer los ingresos de antemano más que de forma aproximada, ya que dependen en parte de circunstancias que no han tenido lugar o de las que no conocemos su comportamiento totalmente, por ser futuras. Pero eso pasa actualmente y no crea un problema excesivo. Además en la actualidad tenemos un sistema con tipos progresivos, que hacen que crezca mucho la recaudación en época de bonanza económica y baje mucho durante la recesión. Un tipo marginal único haría la recaudación más estable y por tanto más predecible. Su sencillez, la falta de deducciones y el hecho de que no cambiara año a año, con lo que la experiencia acumulada valdría para hacer futuras predicciones, también lo facilitaría.
El segundo fallo es que resta discrecionalidad a las decisiones políticas, resta posibilidades de compra de votos y pone un límite práctico a los niveles de gasto e impuestos. Razones todas ellas por las que los políticos no la adoptarían jamás.
Comentarios
¡Y además que el sistema fuera obligatorio en todas las provincias y municipios! :-D
No, en serio, ¿cómo se encauzaría este sistema con la división "vertical" de poder? ¿Cada administración tendría potestad para cobrar IRPF+Sociedades e IVA respetando la relación invariable? Creo que es importante que cada político se encargue de cobrar además de gastar.
No, en serio, ¿cómo se encauzaría este sistema con la división "vertical" de poder? ¿Cada administración tendría potestad para cobrar IRPF+Sociedades e IVA respetando la relación invariable? Creo que es importante que cada político se encargue de cobrar además de gastar.
Creo que ya resolví el primer problema (el fácil) hace un tiempo, ahora disponible en http://yoz.redliberal.com/000442.html
Consiste en que la cantidad a gastar no puede superar la recaudación del último año conocido, más la cantidad remanente en caja. De esta forma la costumbre sería gastar sobre los ingresos ya obtenidos.
Incluso los defensores de Keynes puede que lo encuentren anticíclico y todo, ya que es posible que los gastos lleguen a superar los ingresos en un año de crisis.
Un apunte: Como la gente cambia hoy en día no hubiera incluido la posibilidad de incrementar el gasto, salvo ataque exterior.
Consiste en que la cantidad a gastar no puede superar la recaudación del último año conocido, más la cantidad remanente en caja. De esta forma la costumbre sería gastar sobre los ingresos ya obtenidos.
Incluso los defensores de Keynes puede que lo encuentren anticíclico y todo, ya que es posible que los gastos lleguen a superar los ingresos en un año de crisis.
Un apunte: Como la gente cambia hoy en día no hubiera incluido la posibilidad de incrementar el gasto, salvo ataque exterior.
Tienes razón. No he bajado a ese detalle. Pero desde luego, cada administración autonómica sumaría su propio tipo impositivo, con la misma relación entre impuestos directos e indirectos. No sé si esto es viable (diferentes impuestos indirectos).
Lo que nunca he resuelto es la financiación de los ayuntamientos. No creo que se pudiera aplicar el mismo sistema.
Lo que nunca he resuelto es la financiación de los ayuntamientos. No creo que se pudiera aplicar el mismo sistema.
Tu propuesta me sugiere otra:
Se fija un determinado tipo impositivo en las condiciones que he expuesto, con un mínimo exento. Aunque este último podría revisarse de forma automática, quizás indexándolo, el tipo quedaría fijo durante un número de años. Pongamos ocho como ejemplo.
Siguiendo tu propuesta, el Estado estaría interesado en fomentar el crecimiento económico, ya que cuanto mayor sea, mayor serán sus ingresos. Como no lo puede hacer por la vía de aumento del gasto, tendría que hacerlo por la vía de la liberalización
(Qué bonito es soñar)
Se fija un determinado tipo impositivo en las condiciones que he expuesto, con un mínimo exento. Aunque este último podría revisarse de forma automática, quizás indexándolo, el tipo quedaría fijo durante un número de años. Pongamos ocho como ejemplo.
Siguiendo tu propuesta, el Estado estaría interesado en fomentar el crecimiento económico, ya que cuanto mayor sea, mayor serán sus ingresos. Como no lo puede hacer por la vía de aumento del gasto, tendría que hacerlo por la vía de la liberalización
(Qué bonito es soñar)
También habría que evitar problemas como la doble tributación por el mismo fenómeno. Me explico con un ejemplo, puesto que el impuesto sobre sociedades grava tanto el beneficio reinvertido como el repartido entre sus accionistas (por lo menos en España, aunque creo que existen países como Alemania en que no se grava el segundo), no sería lógico que sufriese una segunda tributación. Sin embargo los dividendos son gravados por el IRPF (aunque también es cierto que se le aplican determinados mecanismos para minorar en parte esa tributación).
También este fenómeno se repite con Patrimonio, Sucesiones y Donaciones si se combina con IRPF. Pero bueno, como dice José Carlos a Patrimonio y Sucesiones y Donaciones lo ideal sería aplicarle el tipo marginal óptimo.
Y con respecto al desfase entre el presupuesto de ingresos y la realidad no le veo mayor problema, en el presupuesto del siguiente computaría como pago la deuda generada en el año anterior (o reduciría la carga impositiva del siguiente año en caso de que se hubiese generado un remanente).
También este fenómeno se repite con Patrimonio, Sucesiones y Donaciones si se combina con IRPF. Pero bueno, como dice José Carlos a Patrimonio y Sucesiones y Donaciones lo ideal sería aplicarle el tipo marginal óptimo.
Y con respecto al desfase entre el presupuesto de ingresos y la realidad no le veo mayor problema, en el presupuesto del siguiente computaría como pago la deuda generada en el año anterior (o reduciría la carga impositiva del siguiente año en caso de que se hubiese generado un remanente).
Me haré de nuevo publicidad :-)
http://yoz.redliberal.com/000445.html
Sobre la recaudación de impuestos es evidente que cada impuesto debería recaudarlo quien fuera a hacer uso de él, lo que pasa es que los impuestos sobre los beneficios que se pueden obtener ofreciendo productos en varias comunidades (como el de la renta o los impuestos al consumo) son imposibles de aplicar a menor escala que el Estado sin complicar hasta el absurdo su recaudación.
Una posible solución sería llegar a un consenso sobre el reparto que cada comunidad y ayuntamiento merece en función de parámetros como territorio y población y mantenerlo hasta sus últimas consecuencias, pero a día de hoy parece imposible llegar a un sistema independiente de la voluntad del político de turno.
Una solución parcial podrían ser las tasas, pero esto llevaría a una presión continua por obtener nuevos monopolios y así tener acceso a más recaudación.
Lo único cierto es que la financiación actual de los ayuntamientos es muy injusta.
http://yoz.redliberal.com/000445.html
Sobre la recaudación de impuestos es evidente que cada impuesto debería recaudarlo quien fuera a hacer uso de él, lo que pasa es que los impuestos sobre los beneficios que se pueden obtener ofreciendo productos en varias comunidades (como el de la renta o los impuestos al consumo) son imposibles de aplicar a menor escala que el Estado sin complicar hasta el absurdo su recaudación.
Una posible solución sería llegar a un consenso sobre el reparto que cada comunidad y ayuntamiento merece en función de parámetros como territorio y población y mantenerlo hasta sus últimas consecuencias, pero a día de hoy parece imposible llegar a un sistema independiente de la voluntad del político de turno.
Una solución parcial podrían ser las tasas, pero esto llevaría a una presión continua por obtener nuevos monopolios y así tener acceso a más recaudación.
Lo único cierto es que la financiación actual de los ayuntamientos es muy injusta.
Respecto a la cuestión propuesta, parece irresoluble a día de hoy. La decisión de modificar los impuestos debería estar limitada, ya que un gobierno puede tratar de utilizar el sistema para boicotear al siguiente bajandolos.
¿Que hay de malo en ello? En principio nada, claro, excepto que los sistemas deben ser estables para poder prolongarse en el tiempo, y estamos pensando en un sistema con pocos gastos superfluos.
¿Que hay de malo en ello? En principio nada, claro, excepto que los sistemas deben ser estables para poder prolongarse en el tiempo, y estamos pensando en un sistema con pocos gastos superfluos.
Respecto a lo de obligar constitucionelmente al déficit cero, me temo que llega a ser hasta cierto punto un disparate económico. Y a ésto me agarro al socorrido Xavier Sala-i-Martín que en el artículo "ni se llama panoramix" indica:
El segundo factor preocupante es esa obsesión que parece seguir teniendo el gobierno por aquello del “déficit cero”. Es de todos conocido que cuando hay una crisis, automáticamente, la recaudación fiscal baja y el gasto público sube. Si el gobierno insiste en mantener el déficit cero, deberá o bien subir los tipos impositivos o bien reducir el gasto público. No hay alternativa. El problema es que ambas estrategias tienden a empeorar la situación económica. La imposición de la estabilidad presupuestaria en época de crisis es, pues, una extravagante insensatez. Y eso lo dicen todos los macroeconomistas del mundo: keynesianos, clásicos, liberales, minesotos, socialistas y lunáticos de diversa índole. ¡Todos!´
Reflexionemos...
El segundo factor preocupante es esa obsesión que parece seguir teniendo el gobierno por aquello del “déficit cero”. Es de todos conocido que cuando hay una crisis, automáticamente, la recaudación fiscal baja y el gasto público sube. Si el gobierno insiste en mantener el déficit cero, deberá o bien subir los tipos impositivos o bien reducir el gasto público. No hay alternativa. El problema es que ambas estrategias tienden a empeorar la situación económica. La imposición de la estabilidad presupuestaria en época de crisis es, pues, una extravagante insensatez. Y eso lo dicen todos los macroeconomistas del mundo: keynesianos, clásicos, liberales, minesotos, socialistas y lunáticos de diversa índole. ¡Todos!´
Reflexionemos...
No, Séneca, no era un lord.
Veamos. Su abuelo fue Lord John Winston Spencer-Churchill, séptimo Duque de Marlborough. Su padre fue Lord Randolph Henry Spencer Churchill, tercer hijo del séptimo duque, y por tanto no duque. Ahora bien, todos los hijos de un título con el tratamiento de Lord heredan el tratamiento; pero los hijos de un Lord sin título son simplemente Honorables.
De modo que Winston fue, creo, "the Right Honourable Winston Leonard Spencer Churchill", o simplemente Mr. Winston Churchill en ocasiones menos formales, hasta que fue nombrado caballero en 1953 y pasó a ser "the Right Honourable Sir Winston Leonard Spencer Churchill".
Veamos. Su abuelo fue Lord John Winston Spencer-Churchill, séptimo Duque de Marlborough. Su padre fue Lord Randolph Henry Spencer Churchill, tercer hijo del séptimo duque, y por tanto no duque. Ahora bien, todos los hijos de un título con el tratamiento de Lord heredan el tratamiento; pero los hijos de un Lord sin título son simplemente Honorables.
De modo que Winston fue, creo, "the Right Honourable Winston Leonard Spencer Churchill", o simplemente Mr. Winston Churchill en ocasiones menos formales, hasta que fue nombrado caballero en 1953 y pasó a ser "the Right Honourable Sir Winston Leonard Spencer Churchill".
Aclaración a toda prisa que me voy a cenar con mi novia:
Lo de Sir es porque al registrarme, Winston Churchill no cabía y wchurchill resultaba horrible.
Por otra parte, tal y como aclara Marzo, Winston era un "Caballero" de la reina, no un "Señor" Lord, titulo que obtuvo por méritos propios (como Beckam, imagino...)
Todo empezo en 1650, con John Churchill, que murió Duque de Malborough en 1722.
Es acertado lo que indica Marzo (por lo que se)
Por lo demás señalar que la arsiticracia tiene unas normas de títulos, herencia... distintas de las continentales. Si interesa, en otra ocasión puedo comentar algo... ta,mpoco mucho
Lo de Sir es porque al registrarme, Winston Churchill no cabía y wchurchill resultaba horrible.
Por otra parte, tal y como aclara Marzo, Winston era un "Caballero" de la reina, no un "Señor" Lord, titulo que obtuvo por méritos propios (como Beckam, imagino...)
Todo empezo en 1650, con John Churchill, que murió Duque de Malborough en 1722.
Es acertado lo que indica Marzo (por lo que se)
Por lo demás señalar que la arsiticracia tiene unas normas de títulos, herencia... distintas de las continentales. Si interesa, en otra ocasión puedo comentar algo... ta,mpoco mucho
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