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26 de Febrero de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Una nueva Ley Seca


Algunos liberales han caído en la trampa de asegurar que el liberalismo es de izquierdas en lo político, y de derechas en lo económico. Según este enfoque, la izquierda, el PSOE, vendría a defender las libertades civiles o políticas y la derecha, el PP, las económicas.

En mi opinión esta definición concede demasiado a la política; el liberalismo no es necesariamente un movimiento político, y mucho menos un movimiento que recoja su inspiración de lo mejor de cada partido político. El PP no es liberal en lo económico; quizá durante un corto período consideró desplazarse hacia semejantes posiciones, pero pronto las desechó. Y el PSOE tampoco es liberal en lo político. Por mucho que algunos crean que la legalización de los matrimonios homosexuales constituye un paso en la dirección correcta hacia la libertad matrimonial, están harto equivocados. Y es que su mera aceptación del Estatuto del Periodista debería servir como prueba de la ausencia absoluta de respeto a la libertad de expresión y, por ende, a las denominadas libertades civiles (otro tema de discusión sería la endiablada manipulación que se esconde detrás de la separación entre libertad civil y libertad económica; cómo si la libertad de prensa pudiera asegurarse con la industria del papel nacionalizada)

Hay, sin embargo, otro asunto en el que la hipocresía "progre" es todavía más evidente: la prohibición y persecución de las mal llamadas drogas. En principio, la izquierda suele mostrarse más favorable con los "excesos" juveniles. Tierno Galván y su "A colocarse y al loro" son ejemplos paradigmáticos. Los drogadictos, asegura la izquierda, no son parias sociales. Y, en efecto, no lo son. En ocasiones se olvida que las drogas son medios para fines dispares; no sólo se usan para la diversión, sino también la meditación, el aletargamiento o la mejora de la percepción. Alguno se sorprendería de la cantidad de preclaras mentes que han llegado a consumir marihuana con regularidad o a esnifabar cocaína en momentos de depresión.

Lo que convierte a alguien en un paria social no es la sustancia en sí, sino la finalidad a la que se dedique. El opio es el mejor tranquilizante conocido. Un uso intenso puede ciertamente causar adicción y tolerancia; sin embargo, nada impide su uso en momentos puntuales (o incluso en bajas cantidades durante la tercera edad) como sustituto de los somníferos u otras drogas legales. La heroína ha sido denigrada como la peor de las drogas existentes, cuando, en su forma no adulterada, sólo constituye un derivado del opio con importantes propiedades analgésicas, mucho mejor que la morfina. ¿Qué tiene, pues, de intrínsecamente malvado e infernal la heroína? Ni siquiera sus niveles de adicción son particularmente elevados; la realidad es que la heroína constituyó en España una droga mortal, tanto fisíca como socialmente, no tanto por la sustancia, sino por el llamado "culto de la aguja" (algunos experimentos con heroinómanos pusieron de manifiesto que la sustitución de la heroína por un placebo retrasaba la aparición del síndrome abstinencial siempre que el sujeto creyera que se trataba de heroína y que la inyectase por vía intravenosa) Los heroinómanos habían adquirido un modus vivendi del que resultaba muy difícil desprenderse; ese modo de vida pasaba por la inyección habitual de heroína en ambientes marginales. No mataba la heroína, sino el fin que con ella se perseguía.

El consumidor de drogas no es, por tanto, un elemento peligroso y corruptor de las sociedades. Los socialistas están en lo cierto en este punto; no obstante, sus acciones no se concilian con las palabras. Uno tiende a pensar que la defensa de los drogadictos no pasa de una campaña de marketing por aparentar "modernidad" y "juventud", más que representar una convicción de fondo; el socialismo es tan primitivo y ensimismado como los conservadores a los que acusa de reaccionarios. ¿Cuántas iniciativas o propuestas ha planteado el PSOE para desilegalizar algo tan inocuo como el cannabis? Y por desilegalizar no me refiero a su venta cuasi clandestina en farmacias. Si la marihuana tiene efectos terapéuticos positivos que nos dejen beneficiarnos a todos.

No sólo eso, la Ministra de Sanidad no ha perdido el tiempo en apelar a la prevención como eje fundamental de la política de drogas. Es curioso cómo los socialistas han terminado abrazando la doctrina de la acción preventiva, pero nada que no estuviera ya latente en su ideología.

La última propuesta en esta "prevención", consiste en la restauración de la Ley Seca a partir de las nueve de la noche. En palabras de Francisco Vázquez, el socialista presidente de la FEMP: pedimos al Gobierno central que la nueva ley antibotellón impida que se comercialice alcohol a partir de las nueve de la noche como método para erradicar el consumo callejero. Uno todavía recuerdas cómo los socialistas criticaron al PP por pretender prohibir el botellón "sin ofrecer ninguna alternativa a los jóvenes" ¿Qué alternativa les ofrecen ustedes?, cabría preguntar (si bien, mejor no hacerlo, no sea que se impliquen en absurdos proyectos de promoción de actividades "alternativas")

Las medidas provocan un fuerte sonrojo. Primero, porque el PSOE, nuevamente, pretende moralizar a la sociedad mediante la coacción; segundo, porque restringe la libertad de todos los ciudadanos. Y tercero, por su absoluta ineficacia propia de las planificaciones políticas.

No queda claro en la propuesta si los bares podrán vender alcohol, en cuyo caso asistiríamos ante un traslado de rentas desde los supermercados a estos últimos. En caso contrario, bastaría con adquirir el alcohol antes de las nueve de la noche para saltarse cualquier restricción legal. Y es aquí donde encontramos el epicentro del error de esta planificación.

Si pretende ser efectiva, la ley deberá ampliarse. Ello supondrá extender la prohibición más allá de las nueve de la noche y, por supuesto, multiplicar los controles sobre los establecimientos. Pero es que,los efectos no intencionados de la ley van mucho más allá. Algo parece comprender Francisco Váquez cuando, a reglón seguido, señala: Y, es más, también habrá que pedir que se vigile la venta de agua mineral, porque muchos jóvenes la van a comprar en grandes cantidades para luego consumir éxtasis. ¡Controlar el agua! La famosa cita de Trostky en Camino de Servidumbre empieza a materializarse y hacerse posible: El antiguo principio "quien no trabaja no come", es reemplazado por este otro: "Quien no obedezca no come". ¿Alguien calcula los riesgos que un control sobre la venta de agua podría tener sobre nuestras libertades?

Y es que, precisamente, el intervencionismo destapa una serie de consecuencias imprevistas por su ignorancia sobre los procesos sociales. Dificultar el acceso al alcohol estimulará el consumo de otras drogas. Si se ilegaliza el alcohol los riesgos y la dificultad para adquirirlo serán similares a los de comprar marihuana, la cocaína, el éxtasis o los hongos alucinógenos; ante esa disyuntiva, puede que los jóvenes decidan sustituirlo por cualquiera de esas otras drogas. No sólo eso, ¿alguien ha pensado que algunas de las sustancias que se venden en farmacias sin recetas médicas también son susceptibles de ser usadas para obtener un buen "colocón"? O se controlan todas las sutancias (incluida el agua), o la prohibición sólo provocará un efecto substitutivo. El alcohol actúa hoy como una válvula de escape para todos aquellos jóvenes que no quieren introducirse, por los motivos que sean, en el mercado negro; su ilegalización de facto supondrá un empujón adicional para que entren, y una vez que se entra en un mercado, se elige entre todas las drogas que haya en ese mercado.

Por tanto, esta medida intervencionista, como todas, ocasionará nuevos problemas que, seguramente, los políticos juzgarán más graves que las anteriores (a no ser que me sorprendan diciendo que la proliferación del consumo de marihuana o de sustancias alucinógenas es preferible a la del alcohol). Estos nuevos problemas podrán permanecer como tales o, previsiblemente, querrán ser solucionados por el político (por ejemplo intensificando la vigilancia policial, prohibiendo totalmente el alcohol, o expidiendo carnés para adquirir sustancias de las que puedan derivarse drogas químicas) lo cual, a su vez, provocará nuevos conflictos y problemas (como el contrabando o las mafias y grupos terroristas que surgen para garantizar esa necesaria provisión y que luego pretenden subrogarse en la posición del Estado). Al final, o el político renuncia a intervenir o habremos adoptado de pleno el socialismo.

El pecado original de este cúmulo de despropósitos hacia el socialismo es la prohibición de ciertas sustancias, la guerra contra las drogas y los drogadictos. El PSOE se ha situado a la vanguardia de esta guerra. Su retórica prodrogas se desvanece, si es que alguna vez estuvo en pie. Si cabe su iluminismo estatalista los convierte, en este asunto, en más peligrosos que el conservador PP. Cierto que para muchos simpatizantes del Partido Popular los "drogadictos" son unos apestados y que en la ideología del Partido, hoy por hoy, se encuentra la moralización de la sociedad y la completa erradicación de las drogas.

Sin embargo, esta situación no difere mucho del PSOE, y a éste partido se le añade la fe absoluta en el intervencionismo, así como una peculiar aversión al empresariado y a la responsabilidad individual. Sólo así podemos entender las aseveraciones de Vázquez: Ahora no se puede impedir consumir en la calle y muchos supermercados, hipermercados e hipercores, a los que no puedes negarles la licencia, hacen su agosto vendiendo botellas a los grupos de jóvenes, siempre, eso sí, con bolsas blancas o de papel, sin los logos de la empresa. La culpa del consumo de drogas no la tienen los jóvenes, ¡sino los que se la venden! Uno que siempre había creído en que la decisión de beber alcohol era anterior y posterior al hecho de comprarlo. Pero parece que los adolescentes sean víctimas del ánimo de lucro del malvado empresario que les obliga a drogarse.

Es este mesianismo antiempresarial el que me resulta particularmente peligroso e inquietante. Cierto que este análisis puede extenderse para cualquier otra actividad humana; pero que el socialismo abniegue de la responsabilidad individual cuando es el punto de partida del consumo de drogas, sólo me lleve a augurar un crecimiento del mismo, y, lo que es preocupante, entre personas irresponsables que no sepan valorar el alcance de su decisión. Si se desresponsabiliza el consumo de drogas, si se culpa al empresario, si se vacía de contenido moral el consumo, el resultado será que los jóvenes delegarán la responsabilidad moral en los empresarios, mientras ellos querrán quedarse con las consecuencias favorables del consumo. La analogía equivaldría a pretender endosar a otro la resaca de una borrachera, quedándose con la exitación alcohólica.

La diferencia es que ese traslado de la responsabilidad es sólo ficticio, con lo que los jóvenes sufrirán unas consecuencias imprevistas. Todo ello en un ambiente de represión creciente tanto hacia el empresario cuanto, previsiblemente, hacia los consumidores irresponsables. Una bomba de relojería cuya única solución se encontrará en más Estado y mayor coacción.

En estos temas es donde se comprueba de manera más sangrante las nefastas consecuencias del anticapitalismo, el intervencionismo, la carrera hacia la irresponsabilidad, la partitocracia antiliberal en la que se ha convertido el Estado español y la soledad en la que nos encontramos los liberales. Soledad frente a los moralizadores y a los estatalistas, frente a los progres laicistas y a los políticos confesionales. El odio a la libertad que destilan unos y otros se deja entrever, cada vez más, en todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida. Por eso, la oposición al poder del Leviatán no puede delegarse absolutamente en ningún político; la defensa de la libertad es nuestra primera responsabilidad.

Comentarios

 
Perdona por la autocita, pero si quieres ver lo que ha pasado en Murcia, pasate por http://murcialiberal.blogia.com y verás que el post que puse ayer tiene mucho que ver con lo que has escrito.
Enviado por el día 26 de Febrero de 2005 a las 20:52 (1)
magnífico post, Rallo

Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 13:55 (2)
Aplausos.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 17:36 (3)
Genial Rallo. Das en la diana de nuevo. A ver si los de siempre dejan de soltar las sandeces de turno: "con la derecha en lo económico y con la izquierda en lo social". Ni con unos ni con otros, pues se limitan a usar el Estado para moralizar mediante la coacción, como muy bien señalas.
Esa manifestaciones de Paco Vázquez son netamente totalitarias.
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 17:46 (4)
Hablando de prohibicionismo, hoy me he topado con este artículo en defensa de la legalización de la marihuana que fue publicado en el conservador National Review. Ethan Nadelmann, fundador de la Drug Policy Alliance, menciona algunos argumentos análogos a los de Rallo, como por ejemplo éste:

”Is marijuana a gateway drug? Yes, insofar as most Americans try marijuana before they try other illicit drugs. But no, insofar as the vast majority of Americans who have tried marijuana have never gone on to try other illegal drugs, much less get in trouble with them, and most have never even gone on to become regular or problem marijuana users. Trying to reduce heroin addiction by preventing marijuana use, it's been said, is like trying to reduce motorcycle fatalities by cracking down on bicycle riding. If marijuana did not exist, there's little reason to believe that there would be less drug abuse in the U.S.; indeed, its role would most likely be filled by a more dangerous substance.”

Un saludo
Enviado por el día 27 de Febrero de 2005 a las 19:26 (5)
excelente articulo del rallo que no cesa en dar luz ;-).
hay que insistir machaconamente que la prohibicion es la culpable de que consumidores y compradores de drogas que nada tienen que ver en sus efectos ni en sus connotaciones culturales y sicologicas se vean obligadas a compartir los mismos circuitos de venta y distribucion, con todos los incentivos perversos que la marginalidad forzada genera. el unico exito que la escalada prohibicionista obtendra sera el del aumento del gigantismo burocratico el reglamentismo y las molestias opresivas en la cida de muchos ciudadanos, incluidos aquellos que no son consumidores. pero de que el deseo humano de consumir sustancias de todo tipp para todo tipo de fines desaparezca o se frustre, puede estar seguro el ingeniero social que en absoluto! la inteligencia empresarial humana buscará nuevos recovecos por donde satisfacer esa necesidad, y muchos de los riesgos y daños que surjan inevitablemente de un consumo cada vez mas acorralado y desesperado podran ser cargados a la cuenta del moralismo estatista. por ejemplo, el alto grado de prohibicion existente en estados unidos esta tras el aumento de uso y abuso alternativo de ciertos medicamentos cotidianos y venta libre en farmacias. jarabes para la tos con dxm, codeina o efedrina como principios activos se estan convirtiendo en el refugio de muchos adolescentes curiosos y malinformados por la politica del ocultamiento. particulamente arriesgado resulta el uso ludico de jarabes con dxm (dextrometorfano), puesto que requiere del respeto a una serie de reglas de calculo y administracion para obtener los efectos alucinogenos buscados evitando daños cerebrales. nada ha poido evitar que el uso ludico de estos jarabes se haya disparado entre la juventud americana. la alarma ha saltado en los organismos estatales y la DEA y la FDA ya se plantea la prohibicion de estos medicamentos. la reglamentacion de su venta ya aumentado...
Enviado por el día 28 de Febrero de 2005 a las 12:44 (6)
las consecuencias de esta nueva expansion del intervencionismo???? molestias sobrevenidas para millones de usuarios "inocentes" de un producto necesario y plenamnete integrado en su vida cotidiana... explosion de metodos caseros en internet para la obtencion de dxm a partir de medicamentos y producots todavia no regulados, con lo que ello conlleva de nuevos riesgos sobre las calidades de tales destilados. esta historia prueba el absurdo de la persecucion del libre consumo humano , y la escalada sin fin de accion-reaccion donde toda la sociedad pierde por el aumento exponencial de riesgos, daños, perjuicios a terceros y respuestas privadas cada vez mas sofisticadas y complicadas en contextos mas acosados: fatal arrogancia, por inutil y contraproducente.
debe tenerse en cuenta ademas que muchos productos de consumo cotidiano, tanto farmaceutico como no, contienen principios activos o pueden ser usados omo base para obtenerlos. muchos de ellos son de venta libre en farmacias, precisamnete por lo inocuo del consumo normal y por el hecho d que forman parte de la vida cotidiana de millones d efamilias. en españa tenemos los jarabes antitusivos Bisolvon y Romilar, usados universalmente de forma indistinta para todo tipo de personas.son de venta sin receta. pues bien, ya existe un uso alternativo de estos jarabes en ciertos ambientes siconauticos y underground (y tabien en vulgare ambientes fumetas sin mas):el bisolvon contiene codeina y efedrina y a altas dosis hace sinergia con el acohol o la marihuana... el romilar contiene el deseado y peligroso dxm-. por ahora el consumo alternativo es minoritario, pero es inevitable que escaladas como las defendidas por paquito vazquez terminen aumentado el nivel de consumo alternativo...acabaran reglamentando tambien estos jarabes? y vuelta a empezar...como acabara todo, nacionalizando todas la produccion y distribucion de bienes?
este mes comienza la temporada de cultivo de marihuana.esperamos una buena cosecha aqui en galicia
Enviado por el día 28 de Febrero de 2005 a las 13:11 (7)
mal que les pese a los antiliberales, toda una red de pequeños propietarios de huertas y fincas esta ya germinando sus semillas adquiridas en el mercado libre de internet (la luna llena de febrero,ese es el momento para iniciar el cultivo "biologico"). sea cultivo outdoor, o de interior para aquellos que se ven obligados a esconder lo que plantan dentro de su propiedad, la cosecha obtenida sera consumida a la salud del antiliberalismo, el intervencionismo, el socialismo de todos los partidos
una cosa: la cuestion de dodne se consuman las sutanciuas es harina de otro costal. mientra exista espacios publicos, toda reglamentacion sobre el uso de estos espacios que goce del acuedo de la mayoria de los copropietarios (forzosos) es legitima. la prohibicion del botellon en lugares publicos, a menores de edad no viola en principo restricciones libertarias. el caso es que las medidas reseñadas por rallo, como bienclaro queda, operan sobre el proceso mismo de venta. tambie debe denunciarse la graveviolacion de los derechos de propiedad privada y empresa cometida por la politica antitabaco eurocrata, que no respeta la distincion entre espacios publicos y privados ni la autonomia de los propietarios de estos ultimos.
en fin, espero y deseo, poder "brindar" con mi futura cosecha, en compañia de ciertos liberales que frecuentan estas paginas. por supuesto a la salud del estatismo

contra la prohibicion, plantacion
Enviado por el día 28 de Febrero de 2005 a las 13:51 (8)
Yo creo que los políticos se equivocan otra vez. El problema del botellón no es que se consuma alcohol, sino que un grupo de jóvenes moleste a los vecinos y deje todo hecho un asco.
De acuerdo que con el alcohol la gente se vuelve más alborotadora, pero uno puede beber agua y ser igualmente molesto.
Lo que habría que sancionar es el alboroto y la suciedad.
Y, por supuesto, nadie se acuerda de la responsabilidad de los jóvenes ni de sus padres. Es más fácil culpar al "capitalista", aunque sea a costa de fastidiar a los que queremos comprar alcohol a partir de las nueve para bebérnoslo tranquilamente sin molestar a nadie.
Enviado por el día 28 de Febrero de 2005 a las 18:04 (9)
El asunto del prohibicionismo es desde luego uno de los más mentados temas liberales. Para nada un liberal puede aceptar que se coarte la libertad individual en aspectos que sólo tienen que ver con su comportamiento, su salud, su santa voluntad en lo que es intrínsecamente privado.

Todo ello porque cualquier intervención en algo que la sociedad, o mejor, que un numero importante de personas desea siempre acaba por tener efectos mas perniciosos que los que se pretendía evitar con la prohibición. Por ejemplo, y me sorprende que así haya sido, no se ha mencionado el hecho de que mucha culpa de la mala salud de muchos drogadictos se debe a la mala calidad de las drogas debido a las múltiples adulteraciones que sufren para obtener un máximo beneficio. Algo de lo que acusan a los capitalistas pero no parece que los traficantes de drogas sean considerados como tales. No se si el hecho de estar fuera de la ley les confiere un halo de legalismo izquierdoso que "les ponga", y no caigan en esa realidad.

Pero en todo esto hay un aspecto que hay que recalcar: Es un comportamiento individual sobre el que no hay que interferir, salvo... salvo cuando interfiere en el comportamiento de los demás.

Me resulta demasiado doloroso el escuchar a liberales hablar de las drogas en sentido positivo, con sus facultades de "abrir la mente", como somnífero, que si propiedades para mejorar la calidad de vida para los enfermos terminales de Sida y otras enfermedades de una considerable mala prensa para los ciudadanos. Pero si a la vez no se hace un hincapié mayor en sus aspectos negativos, si no se considera la lacra social que puede suponer para el individuo que por estar sometido a la dictadura de sustancias alucinógenas y peligrosamente adictivas puede tener para su trabajo, para su economía posteriormente, y sobre todo para su salud, estaríamos haciendo un daño aún más irreparable a la sociedad de libertades que queremos formar.
Enviado por el día 2 de Marzo de 2005 a las 21:47 (10)
Y es que, salvo que obtuviéramos una perfecta sociedad anarcocapitalista en el cual cada uno fuera absolutamente responsable de sus actos y se viera abocado a acudir a sociedades caritativas formadas por ciudadanos comprometidos con los demás, mientras eso no suceda, la irresponsabilidad de esos individuos que en uso de su libertad acaban presos de las drogas y de todas las lacras que ello conlleva las hemos de pagar los demás ciudadanos.

¿Se imaginan Uds. una sociedad dónde no existiera sanidad pública de ningún tipo y que sólo fuéramos atendidos por seguros médicos privados? Hoy en día, en los Estados Unidos, un seguro médico te pide más dinero si eres fumador que si no lo eres. ¿Y si fueses drogadicto? Ocurriría que se firmarían contratos de asistencia en el que si queda demostrada la drogodependencia, la compañía puede rescindir dicho contrato.

Indiscutiblemente, el individuo es responsable, pero hagámosle ver todas las consecuencias de sus actos. Todas. No caigamos en la crítica fácil de llamar moralista a aquellos que responsablemente hacen esa labor porque un también es un liberal responsable es el que cuida de sus semejantes.
Enviado por el día 2 de Marzo de 2005 a las 21:54 (11)
Otro asunto muy distinto es el tema inicial del artículo del Sr. Rallo. El Sr. Alcalde de La Coruña hace como siempre hacen todos los populistas de medio pelo, como que busca soluciones pero en realidad no ataca la raíz del problema.

Y el problema es el típico que suele poner en un brete a los liberales, cuando los derechos de unos chocan con los de otros. Zuppi lo plantea aunque no profundiza en el asunto. Todos tenemos derecho a beber, a emborracharnos incluso, pero ¿eso se puede hacer a altas horas de la noche, en la calle, con alboroto, con destrozos de mobiliario urbano, de vehículos, ensuciando las calles y, sobre todo perturbando el sueño de los vecinos que han tenido la desgracia de ver cómo el lugar dónde han vivido toda una vida se convierte en una zona de copas?

Particularmente creo que no.

¿Cuál es el derecho a proteger por parte del alcalde? ¿El de los chicos a beber o el de los ciudadanos a poder descansar en sus casas? Supongo que quiere defender lo segundo, pero para ello ataca a quién menos daño político le puede hacer como sería el mandar a la policía a vigilar que no se está en la calle bebiendo y haciendo ruido. Y es que parece ser que sólo los ciudadanos que viven en esos sitios son verdaderamente conscientes de los que significa semejante follón, y pretende de esa manera atenuar sus efectos dando así la impresión de que se preocupa por los jóvenes. Falso de toda ley, como muy bien han razonado algunos de los escritos anteriores, pero sobre todo, contraproducente. Pero además, cobarde.
Enviado por el día 2 de Marzo de 2005 a las 22:05 (12)

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