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17 de Noviembre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

El socialismo es la catástrofe


Decía Bryan Caplan que las catástrofes políticas llevan a catástrofes económicas y las catástrofes económicas a catástrofes intelectuales. Ernesto de la Serna llegó hace un par de días de una Guatemala asolada por el huracán Stan lo que, en buena medida, ha provocado una catástrofe económica. Pues bien, parece que Ernesto de la Serna no está libre de del canal de transmisión descrito por Caplan, y la visión de un desastre económico le ha llevado a defender ideas desastrosas.

Por lo visto, como sucede siempre tras una crisis natural, los comerciantes guatemaltecos empezaron a vender los productos básicos con precios quintuplicados. Ernesto de la Serna creo que esta forma de especulación resulta intolerable y que, por tanto, el gobierno debe intervenir, asegurando un precio "justo", un precio similar a los que imperaban con anterioridad al huracán; es decir, estamos ante la práctica se conocida como "price gouging". Permítanme, antes de empezar, que vuelva a citar el ejemplo que da Caplan de malas ideas, aunque no sea idéntico, sí tiene un notable parecido: Cuando la gente está desesperada, el sentido común se vuelve menos común de lo habitual. El reciente desabastecimiento de vacunas para la gripe es un buen ejemplo. El sentido común dice que para aliviar el desabastecimiento de una vacuna, deberías hacer más lucrativa la oferta. Pero la reacción del público fue justo la contraria, arremeter contra los avariciosos empresarios por ser incapaces de realizar su trabajo.

El caso del Stan es muy parecido. El propio Ernesto de la Serna, sorprendentemente, nos da la clave: Ante esta situación, hubo muchos comerciantes que optaron por duplicar, triplicar y hasta quintuplicar los precios, aprovechándose de la situación y de la necesidad de miles de personas. La demanda superaba a la oferta, así que con las leyes del mercado en la mano era lo justo y lo correcto.

No mire, con las leyes del mercado y de la física. Si yo tengo 100 manzanas y la gente quiere 150, alguien se quedará sin manzanas. La única manera de evitarlo son dos: desde el punto de vista estático subir el precio, y desde el punto de vista dinámico, subir el precio. Vamos, que había que subir el precio.

Estáticamente la cuestión está clara. Hay que volver más cara el consumo de manzanas para que se racionalice y se ajuste a las verdaderas necesidades. La gente está dispuesta a pagar cantidades inmensas para cubrir sus necesidades básicas, pero no lo está para las superfluas. Fijémonos en la escena que describe Ernesto: Así las cosas, nos encontramos con que los comerciantes, viendo que tenían colas kilométricas a las puertas de sus establecimientos, libremente decidieron establecer precios que alcanzaban hasta el quíntuple del habitual. Y los consumidores, que no tenían más opción que la de aceptar o morirse de hambre o de sed decidieron libremente aceptar el precio y rascarse sus ya de por sí maltrechos bolsillos y pagar lo que se les exigía..

Es decir, los consumidores seguían pagando hasta cinco veces el precio de los productos básicos y, aun así, eran escasos. Volvamos al ejemplo de las manzanas, hay 100 manzanas para vender y los malvados comerciantes no han decidido subir los precios. En esto, llega el primer tío a la tienda y dice: Quiero comprar las 100 manzanas. Todas, claro, pues el precio para una situación de crisis es muy bajo. La gente tiende a acumular pues la incertidumbre es máxima, por tanto, la tendencia de la gente es la contraria a la que debería ser: comprar más productos básicos de los que necesitan, por si acaso. En otras palabras, la oferta se ha reducido por la catástrofe y la demanda se incrementa por la incertidumbre, pero el remedio mágico de algunos es mantener el precio congelado. Magnífico, pero entonces, los demás clientes que vendrán después de éste, ¿de qué comerán?

En otras palabras, los precios máximos sustituyen la "capacidad de pago" por la "capacidad de correr". No compra los productos quien más esté dispuesto a pagar por ellos, sino quien llegue antes a la tienda. Las colas de las que habla Ernesto son el ejemplo más claro: no había suficiente para todos a los precios anteriores al huracán, por tanto, los que primero hubieran llegado a las tiendas serían los que primero se quedarían con los productos.

Le doy una vuelta de tuerca al ejemplo. Imaginemos que el tío que llega primero a la tienda es un fabricante de sidra que acude a buscar su provisión semanal. Dado que los precios están congelados, adquiera las cien manzanas para seguir fabricando sidra. ¿Todos contentos?

Al subir el precio estos casos se evitan: los comerciantes de manzanas saben que la gente está dispuesta a pagar mucho más que el empresario de sidra por las manzanas. Por tanto, se negarán a vendérselas a un precio tan reducido. Obviamente, al productor de sidra poco le interesa que la materia prima con la que suele operar sea cinco veces más cara. Sin embargo, los consumidores, aun siendo cinco veces más cara, salen beneficiados (en caso contrario no las comprarían). Por otro lado, con los precios altos, la demanda aumentada por la incertidumbre se reduce: si con los precios bajos sale rentable atesorar (por si acaso), ahora sale rentable no hacerlo en exceso (no sea que vuelvan a bajar los precios).

En ausencia de precios libres, el gobierno no sólo tiene que fijar los precios de manera arbitraria, sino que tiene que racionar y distribuir los productos. Metemos, pues, al gobierno de comerciante, como en la URSS. Son los políticos los que deciden quién puede comprar: no es necesario que diga los enormes incentivos a la corrupción que existen en este caso. La fijación de precios lleva aparejada la fijación de cantidades y de clientes al arbitrio del Estado.

Y, así, llegamos a la perspectiva dinámica. Los altos precios en los productos básicos otorgan a estos empresarios ingresos suculentos que pueden dedicar a ampliar la producción en sus sectores. De hecho, al aumentar la rentabilidad en ese sector, aun cuando sea muy a corto plazo, el capital más líquido se trasladará a esos productos que, en pocos días (por ejemplo vía importación), incrementarán su cantidad. ¿Qué incentivos tendría un comerciante en, por ejemplo, comprar manzanas al extranjero si el gobierno fija el precio y, además, vende por él mismo sus productos?

Los precios máximos sólo generan desabastecimiento. También durante una catástrofe o, especialmente, durante una catástrofe. Por fortuna, el gobierno guatemálteco no llegó a congelar los precios, aunque tiene la posibilidad de hacerlo en cualquier momento. Nadie querráa invertir suficientemente o comprar al exterior productos cuya rentabilidad es una incógnita, quizá por ello la hambruna aparezca con una terrible probabilidad.

Eso sí, es mucho más bonito apelar al Estado para que "tuerza" las leyes económicas, para que el precio no se corresponda con la oferta y la demanda o para acabar con los especuladores, a pesar de que todos lo seamos (¿o es que acaso el guatemalteco que quiere comprar más alimentos básicos de lo necesario tras la crisis, no está especulando?). Como decía Bastiat, lo que distingue a un buen de un mal economista es la capacidad para ver más allá de los efectos inmediatos, tanto temporal como espacialmente. Algunos siguen apelando al socialismo en temas concretos, aun cuando sus efectos suponga una catástrofe adicional para Guatemala.

Comentarios

 
En el caso de una catástrofe, más que el aumento de la producción cuenta el desvío de la producción allí donde es más necesaria. En lugar de vender las manzanas en otros mercados donde no se puede subir 5 veces el precio, se vende donde ha tenido lugar la catástrofe porque resulta más lucrativo, lo que lleva a abastecerla mejor y termina bajando los precios.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 12:10 (1)
Eso es lo que pretendía ilustrar con el ejemplo de la sidra.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 12:13 (2)
Lo de los precios máximos es una de las cosas más elementales en economía. Quien no entiende eso no entiende nada. No me extraña que a partir de esa ignorancia se caiga en el socialismo.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 14:35 (3)
Es verdad que lo de los precios máximos es una de las cosas más elementales en economía. Pero lamentablemente es una de las prácticas demagógicas más populares en todos lados.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 15:38 (4)
Veo en tu post que el frío cálculo de las leyes económicas (y al respecto me quedo con aquella frase que dice que el economista es el experto que te explica hoy por qué fallaron sus predicciones de ayer) deja de lado la cruda realidad que supone una tragedia humanitaria que deja a miles de familias sin hogar, sin cultivos y sin nada que llevarse a la boca: éso lo que yo vi y lo que me llevó a lamentar la situación que describí y de la que te haces eco.

Un par de apuntes: hablas de sustituir la "capacidad de correr" por la "capacidad de pago". Problema: ésta, ya de por sí escasa en el guatemalteco medio, estaba por los suelos en esos momentos. Mucha gente había perdido todo, o en el menos malo de los casos, se había quedado con lo puesto. No trataría de correr. Ni se molestaría en hacer cola, porque no le llegaría el dinero. Y ya no sería el primero de la cola sino el que dispone de dinero el que tranquilamente se haría con las 100 manzanas.

El problema no se soluciona subiendo precios. Se agrava. Porque además de haber poco, encima es prohibitivo.

La solución que aportó el gobierno guatemalteco (que sí intervino, por cierto: tu link es a un periódico salvadoreño, no guatemalteco) fue establecer un control de los precios (con un teléfono en el que denunciar abusos y multando a los comerciantes que especulaban), y un límite a la cantidad que cada uno podía comprar. El productor de sidra que dices, o el que quería acaparar por lo que pudiera venir, se encontraban con que sólo les vendían 5 manzanas. El Gobierno aseguraba de esta manera que hubiera manzanas a precios normales para la mayor cantidad de gente posible.

Yo sigo pensando que, en una situación así, el intervencionismo estatal es necesario. Evidentemente, mientras dure la crisis. Una vez que se normalizó el suministro de bienes básicos al occidente guatemalteco, las medidas restrictivas fueron desapareciendo, por cuanto ya no eran necesarias.

Saludos y gracias por tu comentario.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 16:50 (5)
¿Y cómo o con qué parámetros se fijaba el límite a la cantidad que se podía comprar? Digo, supongo que deben haber familias más numerosas que otras, por lo que la necesidad de los bienes podría ser distinto de persona a persona. Otros posiblemente les quedaba más difícil transportarse para comprar a poquitos día a día, por lo que les queda mejor comprar de una vez que se yo, la provisión de una semana.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 17:07 (6)
El imponer un límite a la cantidad que uno puede comprar empeora el problema. Un precio alto es una señal en el mercado que dice "¡Traigan más!" Si entonces limitamos la cantidad que la gente quisiera consumir, los comerciantes que quieran distribuir productos en las zonas afectadas por el huracán ya no lo harán con tanta ansiedad porque la gente está comprando "menos" de lo que quisiera. Además, ¿quién se cree el gobierno para decidir qué necesita mi hijo o mi familia o en qué cantidad? Es imposible creer que un grupo de políticos puedan acertar, de manera arbitraria, las necesidades de milllones de personas y familias.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 17:31 (7)
Veo lógicas vuestras apreciaciones para una situación de "normalidad" (hablamos de un país en vías de desarrollo), pero la alternativa que proponéis es, en una situación de emergencia, la condena a muerte para miles de personas. Así de sencillo. Las leyes de la economía no entienden de humanismo. El ser humano, sí.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 17:41 (8)
Tienes razón en lo del enlace. Ya me extrañaba a mí que se preocuparan por el desabastecimiento en el futuro si no habían impuesto precios máximos. Siempre que uno oye hablar de desabastecimiento conviene que busque un precio máximo y lo encontrará.

Por partes:

Veo en tu post que el frío cálculo de las leyes económicas (y al respecto me quedo con aquella frase que dice que el economista es el experto que te explica hoy por qué fallaron sus predicciones de ayer) deja de lado la cruda realidad que supone una tragedia humanitaria que deja a miles de familias sin hogar, sin cultivos y sin nada que llevarse a la boca

Al revés, las leyes de la economía son las que son; pretender torcerlas sólo hundirá más en la miseria a esa gente. Han sufrido una tragedia, bien, ayudémosles, pero no con inventos tremendamente dañinos. ¿Algún interés en agravar la tragedia? No lo creo.

ésta, ya de por sí escasa en el guatemalteco medio, estaba por los suelos en esos momentos. Mucha gente había perdido todo, o en el menos malo de los casos, se había quedado con lo puesto. No trataría de correr. Ni se molestaría en hacer cola, porque no le llegaría el dinero. Y ya no sería el primero de la cola sino el que dispone de dinero el que tranquilamente se haría con las 100 manzanas

Aprecio una marcada incoherencia, habida cuenta de que tu describes la existencia de largas colas con precios quintuplicados. Mira, si alguien está dispuesto a pagar -y puede hacerlo- mil millones de dólares por una manzana, mañana tienes a todas las multinacionales del mundo inundando Guatemala de manzanas. La cuestión es que fijar precios máximos no restituye la producción, ni coloca los incentivos para que ello suceda.

El problema no se soluciona subiendo precios. Se agrava. Porque además de haber poco, encima es prohibitivo.

Si es prohibitivo los venderores no venderán. Nadie es tan tonto de vender más allá del precio al que puede hacerlo.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 18:16 (9)
Yo sigo pensando que, en una situación así, el intervencionismo estatal es necesario. Evidentemente, mientras dure la crisis. Una vez que se normalizó el suministro de bienes básicos al occidente guatemalteco, las medidas restrictivas fueron desapareciendo, por cuanto ya no eran necesarias.

El problema es que se prevé la carestía de alimentos en un breve plazo. Por tanto, las medidas del gobierno no han solucionado la crisis. Si un huracán destroza la mitad de la producción del país no puedes actuar como si nada hubiera cambiado. Esto es de cajón: no se pueden vender las cosas al precio de cuando había el doble. No has hecho rentable el sector agrícola a través de los precios y por tanto la estructura de la producción no se ha redistribuido. Las manzanas que con el dinero extra se debería haber producido, no lo han hecho. ¿Cómo llenas el vacío de unos pozos que se han quedado sin agua?

Racionando la economía no has hecho las actividades económicas suficientemente remunerativas como para emprender una mayor inversión en el sector, causa por la cual, la carestía de alimentos será mucho mayor de lo que hubiera sido.

la alternativa que proponéis es, en una situación de emergencia, la condena a muerte para miles de personas. Así de sencillo. Las leyes de la economía no entienden de humanismo. El ser humano, sí.

No, la alternativa que proponemos es una racionalización del consumo (que no racionamiento político) que permita la rentabilidad de los negocios para llevar a cabo la inversión necesaria que solucione la carestía que se ha producido en la sociedad y que a través de precios intervenidos artificialmente bajos no queréis reconocer. El ajuste se va a producir, se tiene que producir. Puedes hacerlo con una transición dura pero con consecuencias aceptables, o con una transición aun más dura y consecuencias lamentables.

Pero ah, querer torcer las leyes de la economía es humanitario. Caiga quien caiga.
Enviado por el día 17 de Noviembre de 2005 a las 18:23 (10)
Rallo, ni te imaginas lo feliz que me haces con artículos como este.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 00:37 (11)
Con lo que dices, la conclusión será que los que tienen medios económicos capearán la crisis sin problemas, y los que no, tendrán que alimentarse del aire (eso si no se privatiza).

Está muy bien eso de apelar a las leyes de la economía para explicar todo, pero la economía no es como la física, no es una ciencia exacta sino social. Por eso sus leyes pueden, y deben, revisarse dependiendo de la situación social que se esté viviendo. Porque deben estar al servicio de la gente y no al revés.

Insisto en una cosa, que es la que me preocupa: las sacrosantas leyes de la economía entraron en vigor en Guatemala tras el Stan, y trajeron como resultado que mucha gente se quedó apaleada además de cornuda. La intervención del Gobierno permitió que muchas de estas personas pudieran acceder a bienes básicos de consumo. Obviamente, si tienes que comer y te piden 100 quetzales donde antes te pedían 20, te buscarás la vida para conseguir esa cantidad (robando o como sea).

Tú ves el problema desde el punto de vista de la macroeconomía y del empresario. Yo lo ví desde la gente de la calle. Y con los precios en la dinámica alcista en la que estaban, se hubieran muerto de hambre. Así de crudo. ¿Qué dicen tus leyes de la Economía ante eso?
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 13:57 (12)
Yo pensé algo parecido cuando las grandes colas en la plaza de San Pedro cuando murió Juan Pablo II. La gente se escandalizaba porque las botellas de agua se cobraban a no sé cuantos euros.
Un precio alto es una alarma y todo el mundo agudiza su ingenio dentro de sus posibilidades para sacar el máximo partido de sus recursos.
Así que pensé: si yo hubiera ido a Roma habría comprado el agua antes de ir a San Pedro, si fuera de una ONG, habría corrido a llevar agua a los más necesitados, si fuera un romano ocioso, habría comprado un montón de botellas y las vendería en la Plaza y si hubiera pagado un pastón por un botellín de agua hubiera tenido muchísimo cuidado en no malgastarla.
Todo ello ejemplos de cómo las decisiones individuales, por el propio interés, acaban reduciendo la demanda y aumentando la oferta.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 14:28 (13)
la conclusión será que los que tienen medios económicos capearán la crisis sin problemas, y los que no, tendrán que alimentarse del aire (eso si no se privatiza)

Lo que digo, repito, es que estamos ante una crisis económica y a través de los medios económicos tiene que resolverse. Apelar a los medios políticos no te resolverá el problema del desabastecimiento. No quieres reconocer una falta de bienes para satisfacer la antigua demanda y, para ello, evitas variar el precio. Perfecto, pero si no rentabilizas el negocio a través de los medios económicos, el desabastecimiento perdurará y sólo agravarás el problema al haber eliminado cualquier transición. Media barra de pan para hoy y tremenda hambruna para mañana.

Está muy bien eso de apelar a las leyes de la economía para explicar todo, pero la economía no es como la física, no es una ciencia exacta sino social. Por eso sus leyes pueden, y deben, revisarse dependiendo de la situación social que se esté viviendo

Eso no tiene sentido. Las leyes económicas son exactas: un precio máximo por debajo del de mercado provoca siempre un desabastecimiento. Puedes pretender torcer esa ley decretando un racionamiento del consumo, pero entonces estarás racionando también la producción. Se me hace difícil imaginar que propongas que el gobierno controle la distribución pero no haga lo mismo con la producción. ¿Qué sentido tiene desligarlos? Puedes obviar las leyes de la economía e inventártelas a tu gusto: la escasez no existe, los precios pueden fijarse libremente, el gobierno tiene información suficiente para redistribuir, no es necesario que los negocios sean rentables... Puedes hacerlo, pero créeme sólo fracasarás y harás fracasar a todos los que se sometan a tus mandatos.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 14:39 (14)
Obviamente, si tienes que comer y te piden 100 quetzales donde antes te pedían 20, te buscarás la vida para conseguir esa cantidad (robando o como sea).

Al revés, si te piden 100 y deprimes de una manera tan brutal la demanda, entonces ningún vendedor colocará un precio de 100. La demanda no es sólo el deseo de comprar, sino la capacidad para hacerlo. ¿Quién pondría precios más allá de la capacidad de sus vendedores? Y ahora la cuestión importante, ¿qué empresarios abandonarán sus inversiones presentes para movilizar productos con los que producir bienes básicos si estos no son especialmente rentables? Y si no lo son, ¿acaso esperas que la producción de mañana, habiéndose reducido las cantidades de alimentos actuales, sea igual que si no hubiera existido el Stan? Me sorprende que, como dice Caplan, durante una tragedia ya no sean válidos los principios económicos más fundamentales: que si hay escasez de oferta, es conveniente que el precio suba para atraer factores productivos y aumentar las cantidades de bienes.

Tú ves el problema desde el punto de vista de la macroeconomía y del empresario. Yo lo ví desde la gente de la calle.

a) Los austriacos no creemos en la distinción entre macro y micro, b) Aun así, la macroeconomía no tiene nada que ver con los empresarios. Las decisiones de los empresarios, en teoría neoclásica, son las de asignación eficiente de recursos; las decisiones macroeconómicas generalmente las adoptan los políticos y tienen que ver con estabilizaciones de "niveles generales de precios", "tasas de desempleo", "el tipo de interés", "el producto interior bruto"... No confundamos la macroeconomía con la economía de los ricos y la microeconomía con la del pueblo llano, porque no tiene nada que ver. Ni en la realidad, ni en la corrupta ciencia neoclásica.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 14:45 (15)
Y con los precios en la dinámica alcista en la que estaban, se hubieran muerto de hambre. Así de crudo. ¿Qué dicen tus leyes de la Economía ante eso?

Eso de dinámica alcista es una etiqueta sin demasiado sentido. Los precios no suben porque sí, sino porque hay escasez (o se prevé que la haya). Los empresarios no explotan a los consumidores, sino que intentan ofrecerles los precios más asequibles. La cuestión es que a los antiguos precios no se podía servir TODAS las necesidades de TODOS los consumidores y, por tanto, hay que elevar el coste de adquirir unos productos más escasos para discriminar entre los usos más valorados.

De todas formas tu argumento me resulta gracioso. Supongamos que el huracán destroza el 98% de las disponibilidades de alimentos de Guatemala. Los precios, desde luego, se disparán. ¿Cómo solucionas eso a través del gobierno? ¿Repartiendo el 2% de alimentos entre toda la población? Simplemente el gobierno no puede solucionarlo de ninguna manera; si un desastre natural destruye los medios para la supervivencia es como si hubiera matado a miles de personas.

En ese caso, los guatemaltecos tendrían que acogerse a la caridad exterior. No tendrían otro remedio. Pero conjuntamente con la caridad exterior deberían no entorpecer la recuperación interna de la producción, con leyes absolutamente disparatadas como la fijación de precios máximos.

No digo que éste sea el caso, pero la disyuntiva entre: o interviene el gobierno o se mueren de hambre, es artificiosa. De hecho, no en vano hay temor de hambrunas generalizadas durante los próximos meses.

¿Razón? Están consumiendo de un granero que se está agotando y que nadie lo está volviendo a llenar. ¿Y por qué no se vuelve a llenar? Precisamente por esa falta de rentabilidad impuesta por los precios máximos.

Eso sí, yo soy el frío economista y los políticos los calurosos humanistas. Se ve que cometer disparates concede el certificado de buenismo incondicional.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 14:52 (16)
Y según tú, ¿cómo se da solución al problema de las miles de personas que se quedan sin nada y encima se encuentran que el precio del maíz y del agua potable se ha quintuplicado? ¿Les explicamos que las leyes económicas son así y que es lo que hay?

Es a eso a lo que me refiero cuando digo que, de cara a los factores económicos y a los empresarios, tus explicaciones seguramente son impecables, pero de cara a la realidad cotidiana de la gente de la calle, no les dan ninguna solución.

Por eso permíteme reiterar la pregunta, ¿qué hacemos con la gente de a pie? ¿Cómo evitamos que se mueran de hambre? ¿Crees realmente que dejar que el mercado funcione por sí solo conforme a sus propias leyes bastará para solucionar el problema?

Yo lo dudo.

Pd.- No quisiera pasar por alto la oportunidad de agradecerte que estemos debatiendo sin insultos ni faltas de respeto. Muchos correligionarios tuyos (y probablemente míos) deberían aprender del ejemplo.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 15:57 (17)
Buen debate, Eaco, De la Serna. Gusta ver dos personas con argumentos, y tomando al contrario como alguien que pretende encontra la mejor solución para todos (aunque obviamente al menos uno de los dos esté equivocado).

Por poner un pero, De la Serna, creo que sobra la frase: "Muchos correligionarios tuyos (y probablemente míos) deberían aprender del ejemplo.". Sobran sobre todo los paréntesis, y el "probablemente". Energúmenos tenemos en todos los bandos ;).

Así tengo un par de preguntas para cada uno, que creo que van al fondo de la cuestión, y esquivais ambos:

Para Rallo: ¿Crees posible una situación donde la intervención del Gobierno permitiera, aun atrasando notablemente la recuperación de la zona, salvar el mayor número de vidas posibles?

Y para De la Serna: ¿Crees que es preferible que muera un número mayor de personas por culpa de la intervención del gobierno y sus consecuencias en el desarrollo de la zona, a dejar que sean las reglas del mercado las que regulen la situación, causando la muerte a aquellos a los que no llegue el poder adquisitivo ni la caridad?
Reformulando: ¿es preferible la muerte de un número mayor de personas, siempre que reduzcamos la influencia del poder adquisitivo en las causas de dichas muertes?

Un saludo a ambos
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 16:50 (18)
Para concretar más la pregunta para Rallo, voy a poner un ejemplo. Yo me puedo imaginar una situación, donde la catátrofe haya limitado seriamente las comunicaciones de una zona, impidiendo prácticamente el abastecimiento. ¿No podría ser lógico en una situación tal, que la zona afectada se viera intervenida, intentado regular los víveres existentes, mientras se recuperan las posibilidades de abastecimiento?

Un saludo
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 17:15 (19)
Imore, creo que tu pregunta es algo tramposa. No creo que esa disyuntiva que planteas (o mueren hoy o mueren mañana) sea la única posibilidad. Supongo que si te doy mi respuesta, lógica y previsible (NO es preferible que muera un número mayor de personas), me dirás que, según tú, ésa será precisamente la consecuencia de una política intervencionista del gobierno que permita que los productos básicos lleguen a todos, independientemente de su poder adquisitivo.

Yo, insisto, defiendo la intervención del gobierno en los primeros momentos de la crisis, cuando más recientes son los efectos de la catástrofe, cuando más acuciante es la necesidad de la gente, y cuando menos pueden permitirse afrontar una subida exagerada de los precios. La no intervención en ese momento supondrá condenar a muerte a muchos de ellos.

A medio y largo plazo no tiene por qué mantenerse la misma política, la escasez se puede paliar importando o recibiendo ayuda internacional, y no se estará condenando a muerte a nadie.

Insisto: creo que planteas una disyuntiva muy forzada. Ahora, una vez que te he respondido, me encantará conocer tu punto de vista. Aunque lo veo venir...

Saludos.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 17:49 (20)
De la Serna: Simplemente he intentado ir al fondo de la discusión. Creo que era muy difícil seguir el debate sin que quedara claro ese punto. Tampoco es extraño ver a gente que defiende que es mejor que muera más gente, siempre que no sea el dinero el que marque quien muere. Así, creo que es importante saber que la opinión en ese punto es compartida por todos, porque sin ese punto en común el debate no hubiera dejado de ser un diálogo de besugos.

En cuanto a mi posición, creo que es claro que la intervención del gobierno puede retrasar notablemente el desarrollo en la zona, impidiendo el reabastecimiento al desincentivar la inversión con medidas intervencionistas. Esto puede causar en determinados casos que una vez agotados los víveres que la administración raciona, no se hayan creado los mecanismos suficientes para abastecer a la población... ¿qué pasa entonces con la gente?. Y en especial... ¿qué pasa con aquellos que menos tienen? Pues se encontrarán en una situación aun más peligrosa que al inicio. Hambruna, y desabastecimiento total. Supeditados completamente a la caridad (caridad que en principio no va a depender de las medidas adoptadas por la administración de turno).

La introducción de dichas intervenciones en esos casos determinados, puede ser, tanto en cifras de damnificados, como en tiempo de recuperación, mucho menos eficiente que el no introducirla. En esos casos, está claro que intentar regular los precios, aun desde la buen fe de intentar salvar a más gente, no es más que un asesinato en masa. (Eso sí, sigue siendo inaceptable desde cualquier punto de vista, basar la limitación de los precios, como se lee en algunos sitios, *exclusivamente* en êvitar que "el comerciante hace su agosto a costa de la catástrofe")

Sin embargo, desde un punto de vista meramente utilitarista, sí comparto que no en todos los casos el libre mercado tiene por qué dar mejores resultados. Por eso hice la pregunta a Rallo... esperaré su respuesta siempre interesante.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 18:40 (21)
Hombre, a mí ciertamenteme cabreó bastante que algunos comerciantes hicieran su agosto a costa de la catástrofe. Porque muchos es exactamente lo que hicieron.

Pero, como ya dije en su momento, tampoco se trata, ni pretendo, que los comerciantes tengan que regalar lo que es su medio de vida, ni es lo que más me preocupaba. Se trata de que la subida de precios no suponga dejar fuera del alcance de muchas personas el acceso a los productos básicos.

¿Que las consecuencias a medio plazo puedan ser las que tú describes? Pues sinceramente no lo creo. Me cuesta concebir que ante una catástrofe natural, lo mejor que pueda hacer un Gobierno sea cruzarse de brazos y dejar que "el mercado" se regule por sí solo. Insisto que eso sí sería condenar a muerte a muchos.

Saludos (y en espera, también, de la respuesta de Rallo).
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 18:51 (22)
Sr. Rallo:
Analizo esta frase de su artículo: "No mire, con las leyes del mercado y de la física. Si yo tengo 100 manzanas y la gente quiere 150, alguien se quedará sin manzanas. La única manera de evitarlo son dos: desde el punto de vista estático subir el precio, y desde el punto de vista dinámico, subir el precio. Vamos, que había que subir el precio."
Admito que las leyes del mercado y del liberalismo excluyen de su argot palabras como caridad y solidaridad, pero en las leyes de la física se utilizan con mucha frecuencia los números recionales (por ejemplo, los números pi y e), de manera que con 100 manzanas disponibles, ante una demanda de 150, se tocaría a 100/150 = 2/3 de manzana. Y la física, perdóneme que se lo diga, no considera el precio como parámetro en ninguno de sus postulados y teoremas.
Su argumento es un sofisma desde los puntos de vista estático y dinámico: Subiendo el precio según la única solución que Vd. propone, ¿se solucionaría el problema y TODOS LOS DEMANDANTES tendrían su manzanita, como Vd. afirma? No me salen las cuentas; con eso no se evitaría el problema, pero seguro que los especuladores quedarían muy satisfechos.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 20:12 (23)
De la Serna: Está claro que ante una situación como esa, podemos considerar inmoral el beneficiarse de la situación de gente que ha perdido su medio de subsistencia.

Pero eso no quita para que el hecho de intervenir pueda empeorar la situación. Aquí no entramos a valorar o no la conducta de los empresarios, sino que estamos discutiendo sobre el comportamiento que debe tener el Estado, si es beneficioso o no que como tú dices, se cruce de brazos ante la subida de precios.

Creo que el razonamiento de Rallo no admite dudas sobre el beneficio de ese "cruzarse de brazos" a medio y largo plazo. ¿Que a lo mejor sería mejor y más moral que los que tienen repartieran entre los que no tienen? Podría ser (no voy a entrar en ello). Pero a medio - largo plazo, los beneficios que obtiene el pueblo serán superiores cuanta mayor libertad de mercado haya. El mismo "egoismo" que podemos considerar inmoral revierte en una mayor prosperidad y abastecimiento de la zona. Así, pensando en el medio plazo... ¿podría tomar el Estado otra opción distinta a cruzarse de brazos?

El problema viene a corto plazo, donde creo que los argumentos de Rallo pierden fuerza. Así, planteado el debate como se ha hecho desde un punto de vista utilitarista sería necesario observar y medir los pros y los contras en global... Ni sólo a corto plazo, ni sólo a medio -largo plazo.

Rotops: El ejemplo de Rallo no pretende ser exhaustivo. No es difícil de destripar... simplemente hay que intentar interpretar lo que quiere decir, y no buscarle tres pies al gato.

Un saludo

Iván
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 20:44 (24)
Vamos a ver, por partes:

#17

Y según tú, ¿cómo se da solución al problema de las miles de personas que se quedan sin nada y encima se encuentran que el precio del maíz y del agua potable se ha quintuplicado? ¿Les explicamos que las leyes económicas son así y que es lo que hay?

Si se han quedado sin nada, no veo como van a poder comprar algo, aun con un precio cinco veces inferior. Los precios ayudan a racionalizar los recursos disponibles, dirigiéndolos hacia las finalidades prioritarias, pero además acicatando la ampliación de la producción. Insisto, siempre que haya gente dispuesta a pagar un poco más por los bienes y servicios escasos, habrá más gente a ofrecérselos. Y no resulta verosímil la excusa de que esa gente se ha quedado sin nada (se trata de una expresión excesivamente exagerada, como ya he dicho arriba); que momentáneamente no lo tengan no significa que a través de un mayor trabajo puedan conseguirlo o que, sencillamente, recurran al crédito de quienes sí les queda.

Por eso permíteme reiterar la pregunta, ¿qué hacemos con la gente de a pie? ¿Cómo evitamos que se mueran de hambre? ¿Crees realmente que dejar que el mercado funcione por sí solo conforme a sus propias leyes bastará para solucionar el problema?

No nos confundamos. Los empresarios que antes vendían masivamente a la gente de a pie no se enriquecen dejando de vender a la gente de a pie y concentrándose en cuatro o cinco ricachones. De hecho, si ello fuera así, los empresarios lo tendrían tan sencillo como practicar un acuerdo colusorio y restringir la oferta. Si ello no sucede es por dos motivos: a) porque no es rentable, b) porque siempre existen incentivos a producir y vender más barato para dar demanda a los estratos de la demanda insatisfechos.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 23:16 (25)
La cuestión que tiene que explicar usted es qué hará cuando se produzcan hambrunas como consecuencia de políticas restrictivas. Cojo un enlace de las noticias de hoy: La situación de Guatemala es “dramática” y por ello se necesita una respuesta urgente de la comunidad internacional para alimentar a 280 mil personas, la mayoría niños.

¿Este es el eficaz resultado de no querer reconocer que la producción se ha reducido? ¿Conviene, por tanto, no hacer rentable la producción de alimentos aun cuando las provisiones internas vayan a ser mucho menores de lo que hubieran podido ser? Ya lo dije: un poco de pan para hoy, tremendas hambrunas para mañana.

Las colas eran dramáticas, pero no eran consecuencia del mercado, sino del huracán. Las hambrunas que se prevén son parcialmente culpa del huracán, pero en buena medida, de las erróneas políticas económicas seguidas.

#19

Para concretar más la pregunta para Rallo, voy a poner un ejemplo. Yo me puedo imaginar una situación, donde la catátrofe haya limitado seriamente las comunicaciones de una zona, impidiendo prácticamente el abastecimiento. ¿No podría ser lógico en una situación tal, que la zona afectada se viera intervenida, intentado regular los víveres existentes, mientras se recuperan las posibilidades de abastecimiento?

Imore,

Sólo hay una situación, mucho más concreta a la que planteas tú, que sea realmente interesante de analizar. Tu caso no es demasiado especial: si el stock de un bien básico, por lo que sea, se ve limitado temporalmente su precio se incrementará tanto que todos querrán vender en ese momento (sabiendo que cuando se restauren las comunicaciones su precio caerá de manera drástica). Es más, conforme se acercara el día del restablecimiento de las comunicaciones, el precio de esos bienes iría sufriendo un descuento.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 23:18 (26)
En ese sentido, aunque una persona acaparara muchos alimentos, tendría incentivos para revenderlos a un precio superior al que los ha comprado (aun con cargo al crédito).

El único caso “inquietante” sería aquel en el que una persona riquísima quisiera acaparar la mayor parte de la comida para matar de hambre al resto de la población. En estos casos, el homo economicus (en el que no creemos los austriacos) parece sugerir que los comerciantes y el cliente monopsónico maximizarán bienestar matando de hambre al resto de la población. Pero es tremendamente dudoso que una gran cantidad de productores locales esparcidos por una misma área geográfica, con multitud de lazos, acuerdos y relaciones interpersonales, esté dispuesto a sacrificar al resto de la población. Hemos de pensar que los comerciantes perderían a sus familias, a sus amigos, a sus clientes y proveedores de toda la vida... Esto simplemente sirve para recordar el papel esencial de las instituciones en la sociedad. Y esas relaciones no son casuales; sin ellas no hubieran existido los comerciantes, son su requisito (por tanto, no hay por qué dudar de su existencia).

Aparte, aun en estos casos hay que considerar la posibilidad de la población para asociarse y buscar alimentos (esto es, abandonar su trabajo para actividades que en esos momentos les son “psíquicamente” mucho más rentables) o para evitar la incomunicación. No se me ocurre ahora mismo un caso de completo hermetismo (también por aire) que no permitiera el abastecimiento exterior a unos precios suficientemente remunerativos.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 23:19 (27)
#23

Admito que las leyes del mercado y del liberalismo excluyen de su argot palabras como caridad y solidaridad, pero en las leyes de la física se utilizan con mucha frecuencia los números recionales (por ejemplo, los números pi y e), de manera que con 100 manzanas disponibles, ante una demanda de 150, se tocaría a 100/150 = 2/3 de manzana. Y la física, perdóneme que se lo diga, no considera el precio como parámetro en ninguno de sus postulados y teoremas.

Rotops,

Obviamente no ha entendido nada. La caridad es una institución privada que, por tanto, tiene lugar en el mercado. La solidaridad es un acto “voluntario” que, por tanto, sólo puede aparecer cuando existe libertad. En otros casos hablamos de redistribución forzosa, que ni es caridad ni solidaria.

Me parece que recurrir a los números racionales no modifica en nada mi ejemplo. Si la gente quiere 150 manzanas y sólo hay 100, no podrá satisfacerse ahora la demanda de 150. Con 2/3 de manzana sigue sin haber suficientes manzanas para satisfacer la demanda de 150 y, por tanto, deberían subir los precios.

Con todo, no me extraña que un análisis físico del problema lo despiste tanto como para proponer ese tipo de soluciones que sólo lo son en apariencia. Su propuesta pasa por desvincular la producción de la distribución de los bienes. Eso sólo tiene un problemilla que su análisis absolutamente estático parece olvidar: si los que producen no distribuyen, los incentivos para producir desaparecen. ¿Les imponemos acaso un régimen de trabajo forzoso? ¿Cuántas partes de manzana tocan por persona cuando no hay ninguna manzana? Supongo que sabrá cuál es el racional de 0.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 23:20 (28)
Subiendo el precio según la única solución que Vd. propone, ¿se solucionaría el problema y TODOS LOS DEMANDANTES tendrían su manzanita, como Vd. afirma? No me salen las cuentas; con eso no se evitaría el problema, pero seguro que los especuladores quedarían muy satisfechos.

No es un problema de cuentas. Es un problema de “economizar recursos”. Mire, si asume que la gente necesita una manzanita para sobrevivir, entonces ni siquiera con sus racionales lograrán sobrevivir todos. De hecho, repartiendo 2/3 a cada persona los matará a todos. ¿Cómo selecciona entonces los que deben vivir y los que no? En ese caso, obviamente, deberían retener las manzanas y sobrevivir aquellos que las han producido. ¡Para algo lo han hecho! Por tanto, relaje la hipótesis de que la gente necesita una manzana para vivir porque parece torcerse más bien contra usted.

Si el problema es como distribuimos “productos básicos” pero que no son absolutamente indispensables para sobrevivir, la respuesta es subiendo el precio, sí. Sólo así se economiza y se incrementa la oferta. Dice que mi argumento es falaz desde el punto de vista estático y dinámico.

Del estático ya hemos hablado, en cualquier caso la población no podrá seguir consumiendo como antes. Pero del dinámico se ha callado, acaso usando el sofisma de acusar sin desvelar la acusación; mostrando la patita, pero sin entrar del todo. ¿Cuál es la falacia dinámica? ¿Acaso niega que los incrementos de precio tienden a incrementar la oferta? Ya sé, retorciendo las leyes de la economía llegamos a la conclusión de que para que la producción de alimentos aumentos conviene reducir el precio por debajo del nivel al que estaba antes. Repase el artículo de Caplan sobre “The idea Trap”, quizá descubra que se ha metido hasta el fondo.

Sin duda, la población a la que desabastece de alimentos quedará muy satisfecha.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2005 a las 23:21 (29)
Hola Juan Ramon: he incluido en mi bitacora una lista de 10 libros y otra de Diez Economistas.

Quiza quieras leerla o incluso proponer otra
Enviado por el día 19 de Noviembre de 2005 a las 12:13 (30)
La he leído, de hecho te pedí yo que hicieras una ;)

http://www.liberalismo.org/bitacoras/1/3173/
Enviado por el día 19 de Noviembre de 2005 a las 12:24 (31)
No, digo una lista de diez grandes economistas. La de libros ya la vi.
Enviado por el día 19 de Noviembre de 2005 a las 20:14 (32)
Por cierto, se que te interesan los textos economicos clasicos. ¿Has leido el original de David Ricardo sobre la Teoria de la Renta?

http://faculty.washington.edu/krumme/readings/rica...
Enviado por el día 19 de Noviembre de 2005 a las 20:21 (33)
Rallo:
Muchas gracias por sus respuestas. Contrariamente a lo que Vd. asegura, lo he entendido casi todo.
Soy consciente de que la economía no sabe de caridad ni de solidaridad, pero me parece muy desafortunada la frase del profesor Caplan "las catástrofes políticas llevan a catástrofes económicas y las catástrofes económicas a catástrofes intelectuales". ¿Está este aforismo demostrado, siquiera empíricamente? Y, desde luego, no me parece procedente decir que se defienden ideas desastrosas cuando no se está de acuerdo con él. Creo que, en general, las conclusiones a las que se llega en periodos normales no son de estricta aplicación en momentos trágicos. Aunque no haya ciencia, y menos la economía, que tenga en cuenta este principio.
Fue usted el que me indujo a hablar de números racionales (e irracionales) al hablar de la física para solucionar el problema (" No mire, con las leyes del mercado y de la física."). Siendo la física la ciencia que estudia las propiedades de la materia y de la energía, considerando tan solo los atributos capaces de medida, estimé oportuno hablar de ella. Y en ella, aunque se estudian la estática y la dinámica, no se consideran los precios, ni la producción ni la distribución como parámetros. No soy un experto en economía, pero sé algo de física. Creo que puede haberse producido una mala utilización de esa palabra por su parte.
Su teoría y la de Caplan pueden ser maravillosas; pero son eso, teorías. Si, coyunturalmente, se han congelado los precios de los productos ante una catástrofe, es de esperar que se hayan tomado medidas acordes para la distribución. Coyunturalmente, ya digo.
Y, para terminar, supone Vd. mal. No sé cuál es el racional de 0 ni de ningún entero aisladamente. Siendo un número racional el cociente de dos números enteros, si el cero está en el numerador, el racional es cero, si está en el denominador es infinito y si está en el numerador y en el denominador es un número indeterminado.
Saludos.
Enviado por el día 20 de Noviembre de 2005 a las 09:55 (34)
a) La edconomía sí entiende de caridad y de solidaridad. Quien no entiende de caridad y solidaridad es la redistribución pública.
b) No soy partidario de perder el tiempo con las demostraciones empíricas en una ciencia a priori como la economía. Pero Caplan sí lo es (nadie es perfecto). Y aquí tiene su demostración: http://www.gmu.edu/departments/economics/bcaplan/i...
c) No mire, eso de que si se congelan los precios se toman medidas acordes para la distribución no significa gran cosa. Yo he dicho que el problema está en desvincular la producción de la distribución, es decir, que quien haya producido pierda su capacidad para distribuir. En ese caso, la producción no se renovará, o no se renovará tanto como sería adecuado para superar la crisis.
d) Obviamente me refería al racional que tiene a 0 como numerador.
Enviado por el día 20 de Noviembre de 2005 a las 11:56 (35)
Gracias por el enlace Kantor. Sobre la lista de economistas, preferiría haber leído un poco más.
Enviado por el día 20 de Noviembre de 2005 a las 11:58 (36)
Rallo:
Gracias por su nueva respuesta.
Ya dije anteriormente que no soy economista. Por tanto utilizo en este caso sólo mis conocimientos generales y el sentido común que pueda tener.
He entrado en la página que me recomienda sobre la trampa de las ideas y, lo confieso, no la he leído entera. Si he podido constatar que Caplan utiliza en su análisis unos supuestos y tres variables: ideología, política y crecimiento, con sendas fórmulas definitorias de su "movimiento". No voy a entrar en discusiones sobre si las premisas son correctas o no, porque sería una osadía por mi parte. Imagino, además, que el desarrollo de su teoría será impecable.
Pero creo que no deben sus conclusiones considerarse dogma inatacable, y permítame poner un ejemplo. Usted sabe que Euclides es considerado universalmente un sabio y habrá oído hablar, sin duda, de su principal obra, "Elementos de Geometría". La geometría euclídea está basada en cinco postulados, el último de los cuales expresa que por un punto exterior a una recta sólo puede trazarse una recta paralela a ella. Parece algo lógico por intuitivo, ¿verdad?. Pues resulta que ha habido, y hay, muchos matemáticos a los que no se lo parece y han construido otras geometrías admitiendo la existencia de varias de esas rectas, con campos de aplicación importantes y resultados coherentes en teorías físicas. Como dice Vd. que le pasa ahora a Caplan, Euclides tampoco fue perfecto.
Con ello, aparte de considerar por mi parte terminado el debate, quisiera resaltar que las verdades consideradas absolutas por algunos (incluso en matemáticas, que es una ciencia exacta) no son admitidas por otros. Y, bastantes veces, acertadamente.
Saludos
Enviado por el día 20 de Noviembre de 2005 a las 17:03 (37)
"Usted sabe que Euclides es considerado universalmente un sabio y habrá oído hablar, sin duda, de su principal obra, "Elementos de Geometría". La geometría euclídea está basada en cinco postulados, el último de los cuales expresa que por un punto exterior a una recta sólo puede trazarse una recta paralela a ella. Parece algo lógico por intuitivo, ¿verdad?. "


En el plano, por un punto exterior a una recta solo se puede trazar una paralela. Esa es una verdad absoluta que nadie rabate y que nadie rebatira nunca.

Es verdad que cuando tomamos geodesicas en ciertas superficies (geodesicas que no son rectas y superficies que no son planos), es posible que por un punto exterior a una geodesica pasen infinitas o ninguna geodesica.

Pero los axiomas de Euclides para rectas en el plano son tan incontestables hoy como hace 2000 años. Cuando algo se demuestra en matematicas, queda demostrado para siempre.

Se que en las facultades de Fisica les cuesta reconocerlo... pero las matematicas son perfectas y sus verdades eternas.

Enviado por el día 20 de Noviembre de 2005 a las 18:22 (38)
Rallo:
Acepto y valoro sus opiniones, pero no comparto algunas.

- La geometría euclídea se desarrolla en el espacio (estudia propiedades de líneas y planos, círculos y esferas, triángulos y conos, etc.; es decir, de las formas regulares), y no sólo en el plano.
- Los axiomas son, por definición, los principios fundamentales e indemostrables sobre los que se construye una teoría. Son dogmas de fe, y se aceptan o no. Por ello puse el ejemplo de la geometría euclídea en mi comentario anterior.
- A mí no me han predispuesto a pensar que las verdades matemáticas no sean eternas. A lo mejor es porque estudié hasta tercero de Exactas.

Como dije en mi comentario anterior, y viendo que nos hemos desviado del tema por completo, propongo dar por terminado el debate, no sin antes agradecerle la información que me ha facilitado.
Saludos
Enviado por el día 20 de Noviembre de 2005 a las 20:03 (39)
"La geometría euclídea se desarrolla en el espacio (estudia propiedades de líneas y planos, círculos y esferas, triángulos y conos, etc.; es decir, de las formas regulares), y no sólo en el plano. "


Pero ese axioma de Euclides se refiere unicamente a la geometria plana. En el espacio, por un punto exterior a una recta no pasa una, sino infinitas paralelas. De hecho por un punto exterior a una recta en el espacio euclideo de 3-D pasa un todo un plano paralelo a la recta, con infinitas paralelas dentro.

Coño, esa intuicion visual!



Enviado por el día 20 de Noviembre de 2005 a las 22:30 (40)
Cierto si se definen como rectas paralelas aquéllas que no se cortan nunca.

Falso si se definen como rectas paralelas aquéllas que sólo se cortan en el infinito; entonces hay sólo una: la que, pasando por ese punto, tiene la misma dirección que la recta considerada.

Me podrá fallar la vista, pero no la intuición visual.
Enviado por el día 20 de Noviembre de 2005 a las 22:48 (41)
Por Dios la geometria proyectiva desborda el marco Euclideo!

Y en todo caso eso no afecta en nada al hecho de que el axioma de las paralelas solo es falso en geometrias donde la geodesica no es una recta.

Por eso en un espacio esferico o de Lovachevsky es verdad que por un punto exterior a una recta para una o infinitas geodesicas, pero esas geodesicas no son rectas.



Enviado por el día 21 de Noviembre de 2005 a las 00:19 (42)
En conclusión, vuestra opinión es que ante una catástrofe el estado debe cruzarse de brazos y dejar que consumidores y comerciantes se las entiendan... por supuesto, desde una situación de desigualdad de condiciones y donde, hablando en plata, estos últimos tienen la sartén por el mango.

¿Es así? ¿Eso es lo que creéis que debe ocurrir ante una catástrofe de esta magnitud?
Enviado por el día 22 de Noviembre de 2005 a las 11:04 (43)
Prefiero decir que el estado debe dejar de pisotear y de retrasar la solución. El constructivismo y el intervencionismo no funcionan, sólo agravan la crisis con más profundas y prolongadas hambrunas. Si esa es la panacea que ofrecen los brazos del Estado, obviamente hay que ponerle una camisa de fuerza.
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2005 a las 12:56 (44)

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